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EL ENTE por juda

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Alex salió de la oficina y fue en busca de Damian. Lo vio salir de la empresa junto a otros compañeros, bajó del auto y le hizo una seña con la mano en modo de saludo.

Damian le sonrió, se lo notaba mejor, menos demacrado, aunque esas ojeras oscuras parecían un poco más pronunciadas. Seguramente la oficina lo ayudaba a pensar menos en todo lo que le estaba sucediendo.

Tres de sus compañeros se despidieron y quedó un pelirrojo junto a él, Alex se acercó, el muchacho lo miraba con el ceño fruncido.

-Veo que te vienen a buscar, pensé que irías a almorzar al lugar de siempre.

-No, esta vez me voy con un amigo. Alex te presento a JC, JC él es Alex.

Los dos muchachos se dieron la mano.

-Bueno, supongo que ésto me pasa por lento -sentenció el compañero de Damian. El pecoso lo miró intrigado y él explicó -quería que almorzaras conmigo pero me ganaron de mano.

-OH! Si quieres podemos ir los tres!!! No habrá ningún problema, verdad Alex?

-No, claro que no -respondió el vecino, y JC observó que no existía ninguna sonrisa ni modal amable, comprendió que el tipo iba tras la caza de Damian y no lo quería ahí.

-No, vayan tranquilos, pero la próxima vez almuerzas conmigo!!! -le dijo el pelirrojo levantando el dedo índice y poniéndolo a la altura de la nariz del pecoso. Damian sonrió y aceptó.

-Últimamente todos andan muy amables conmigo, me aprovecharé de todos y los haré pagar mis almuerzos -rió, y JC y Alex se enfrentaban con la mirada.

-Ok, los dejo solos, supongo que después tendré mi oportunidad.

-Oportunidad? -preguntó Damian.

-Nada! disfruten su almuerzo, nos vemos enseguida.

-Hasta luego JC -lo saludó el pecoso, regalándole una sonrisa de dientes de conejitos hermosa que hizo trastabillar al pelirrojo.

A Alex no le agradó en lo absoluto el tal JC, pero evitó hacer cualquier comentario negativo.

-Parece que se conocen desde hace mucho tiempo -le dijo mientras subían al auto.

-Si!!! Es un niño de lo más simpático, es menor por dos años y tiene muy buena onda. Estamos trabajando juntos desde hace como 3 o 4 años. A Matías no le caía bien, pero en realidad es un muy buen tipo.

-Si. Buen tipo -respondió Alex pensando que Matías la habría tenido difícil con todos los lobos amenazando con comer a Damian y pensó en él mismo, mirándolo en el ascensor y al novio del pecoso dándose cuenta... y lo comprendió.

Fueron a almorzar en un restaurante cercano a la empresa.

Alex le contó como tuvo que lidiar con las viejas que querían no sólo bendecir todo el edificio sino exorcizar al mismo Damian. El pecoso reía con cada gesto que hacía su pelinegro vecino mientras las imitaba. Debía reconocer que estar con Alex, era olvidar todo lo que le oprimía el pecho y descansar de su soledad. Su vecino tenía una broma para cada minuto, no sólo se reía con él, también se sentía cómodo y por que no admitirlo... un poquito obnubilado... pero era comprensible, ¿quien en su sano juicio podría conversar con ese chico sin perderse en esos ojos azules, en esos labios, en su carisma? Se descubrió admirándolo mientras lo escuchaba hablar y nuevamente sintió culpa, pero luego se auto disculpó pensando en que si Matías estuviese vivo, no habría necesidad de fijarse en otra persona, pero ahora estaba solo y quería poder disfrutar de otras compañías sin sentirse un traidor.

-Te vez cansado, dormiste bien? -le preguntó mientras pasaba levemente el dorso de la mano por el rostro del pecoso, el contacto le produjo cosquillas en el estómago.

-Si, dormí muy bien -contestó Damian sin alejar la mirada.

La mano siguió unos segundos junto a su rostro y el pecoso no se alejó.

Alex tragó saliva y Damian le sonrió.

¿Qué significaba aquello? ¿Esa sonrisa y la cercanía lo autorizaba a seguir avanzando? ¿o era demasiado pronto? Tampoco quería perder la oportunidad y que ese tal JC le ganara de mano!

-¿Crees que mañana también podamos almorzar juntos? -preguntó con timidez.

-No puedo, ya le dije a René que almorzaría con él. Está enojado porque no me quedo en su casa y René enojado es como un niño de 5 años haciendo rabietas.

-Ok, entonces tu me dirás cuando podemos salir a comer juntos. 

-Podemos cenar esta noche!!! no tengo ningún compromiso! René tiene que quedar haciendo horas extras en su trabajo. -propuso mientras sentía un poco de nerviosismo. Su vecino seguramente estaba siendo amable por todo lo que había pasado y él se estaba aprovechando de su tiempo, de su compañía... ¿por qué le pedía una cena? ¿qué esperaba? ¿qué buscaba?

Damian quería sentirse bien, hacía más de una semana que todo el mundo se le había derrumbado y ya había derramado más lágrimas que las derramadas en toda su vida, necesitaba un paréntesis, una sonrisa más de ese hombre. ¿Sería posible que se aprovechara de la lástima que le tenía su vecino? Sí! se aprovecharía, porque, shhhhhhhh, que nadie se entere, shhhhhh, que ni siquiera el subconsciente de Damian lo sepa... Damian se sentía condenadamente atraído por ese hombre.

Alex tardó en responder unos segundos.

-No hay problema si no puedes o tienes planes, no quiero ser una molestia, podemos...

-No, no, no -lo cortó acercándose tanto a él que pudo sentir su tibio aliento sobre su piel -me quedé pensando que me gustaría cocinar para ti, pero estarías demasiado cerca de tu departamento y no quiero que te pase algo.

-Me habría encantado comer algo cocinado por ti.

-En serio???

-Si -Damian sonrió. 

Qué pasaba con Damian? estaba coqueteando? Si!!! y no sabía si estaba funcionando porque había estado muchos años fuera del circuito de flirteos, pero necesitaba un poco más de esa mirada, estaba desesperado por un poquito más de esa sonrisa.

Y en más de una semana, por unos pocos y preciosos minutos, se olvidó de su amor muerto y se dejó perder en esa mirada azul... ¿Alex estaba tan entusiasmado como él? ¿Sería posible que se sintiera atraído por él? Su vecino era apuesto, las veces que se lo había cruzado en el edificio intentaba no mirarlo para no poner celoso a su Matías pero debía admitir que muchas veces era imposible hacerlo. ¿Acaso Alex era consciente de que era endemoniadamente atractivo? Un tipo como él, se fijaría en alguien como Damian?

El pecoso olvidó su luto por un instante y cruzó los dedos, si! quería ser atractivo para su vecino.


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