Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

STUCK IN A MOMENT por LIAMSUZUKI

[Reviews - 59]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Shinobu miraba con un aire de autosuficiencia y burla a cierto profesor sorprendido por la interrupción, Hiroki  frunció el ceño y se puso de pie quitando sus lentes.

 

—Tus modales no mejoran, debes de tocar antes de entrar a mi oficina.

 

—¿Tu oficina?- dijo con desfachatez ¿Donde está Miyagi?

 

—¿Crees que soy su niñera?

 

—Niñera tal vez, sé que le gustaría ser otra cosa, pero lastima Kamijou. A Miyagi no le gustan los amargados.

 

—Mira mocoso estupido, si ya llegaste hasta acá por lo menos esfuérzate un poco más y búscalo ti mismo.Y si me permites tengo cosas que hacer.

 

Hiroki no espero algún reclamo y tomó del brazo al rubio para sacarlo del lugar que  comparte con Miyagi.

La puerta le roso la nariz a Shinobu ante la mirada de varios estudiantes que pasaban por ahí.

Carraspeo un poco por la vergüenza y alcanzó a una chica para preguntar por el paradero.

 

—¿Disculpe señorita  ha visto a Miyagi Sensei?

 

—El profesor Yo....mmm.. me pareció verlo hace unos momentos en las canchas, no sé si todavía pueda estar ahí. ¿le pedirás que te asesore con algo del proyecto qué dejó?

 

—Si algo así.

 

—Pues buena suerte, Sensei siempre está muy ocupado y que te dedique tiempo es algo fantástico. Yo nunca he tenido suerte con eso, se lo he pedido al menos 3 veces y nunca acepta- 

La chica puso cara triste y dió la vuelta.

 

Shinobu hizo un mohín de disgusto por oír eso, no espero más tiempo y fue corriendo por el campus, tratando de hallar al profesor.

 

 

 

 

Miyagi se encontraba sentado en las gradas con la mirada perdida sobre el césped y con varias colillas de cigarro a su lado haciéndole compañía.

 

—Creo que debería de fumar más seguido por aquí, Hiroki no se quejaría del aroma a cigarro y me trataría bien.

 

Escuchó el trotar de alguien acercándose y tuvo que mirar, su cigarro estuvo a punto de caer de la boca al ver quien se acercaba.

En un segundo su bello rostro se llenó de fastidio y desprecio al ver a Shinobu. 

El menor respiraba con dificultad por la carrera, sosteniendo su peso en las rodillas, por su parte Miyagi se puso de pie para intentar irse de ese lugar, ya después regresaría por su basura.

 

—¡Miyagi! ¿ A donde vas? ¿Que demonios pasó esta mañana? ¿Por que no tenemos ningún servicio de...

 

El profesor seguía con su marcha sin voltear a ver al chico.

 

—¡Miyagi te estoy hablando!

 

El pelinegro ignoraba de forma olímpica a Shinobu, el rubio corrió más rápido hasta ponerse delante de él.

 

—¡¿Quieres detenerte?! Es incómodo correr tanto, estoy sudando  y más cuando no me duche esta mañana. 

 

Miyagi se acercó a él y aspiró un poco por el cabello y cuello de Shinobu.

 

—Tienes razón, apestas. Se me hace raro que no hayas ido al hotel que frecuentas para asearte.

 

—¿Que?

 

—Que apestas, debiste ir al hotel de lujo de siempre.

 

Miyagi sacaba su móvil del pantalón y buscaba algo entre sus correos. Shinobu ofuscado veía el movimiento apresurado de los dedos del profesor.

 

—No se quien de los dos fue el estupido, pero se equivocaron al enviar la cuenta del hotel y me llegó a mi.

El corazón de Shinobu casi se sale de su pecho al ver la factura electrónica de hace un mes donde se desglosaba los gastos y servicios a la "suite premium"

 

—Dime ¿Desde cuando tú eres capaz de costearte una botella de Whisky de 50000 yenes? Y no solo una, fueron dos.

 

El rubio no podía articular palabra sus manos temblaban y sus ojos ya le picaban 

 

—¡CONTESTA!... ¿Tienes ganas de llorar? Que cobarde resultaste 

 

Miyagi agarró al chico y lo llevó detrás de los laboratorios del campus. No espero para azotarlo contra la pared.

 

—¡¿A que carajo has venido?! ¡Vergüenza deberías tener para venir aquí y reclamar de que no pudiste tomar una puta ducha. Debiste ir con tu amante  idiota y que te permita lavarte el culo en su sanitario!

 

—Miyagi... yo..

 

—¡¿Desde cuando Shinobu?!  ¡¿Hace cuanto que me engañas?!

 

El menor seguía sin contestar y con la mirada clavada en el pavimento.

 

—¡Maldicion no te quedes callado! ¡Siempre te pedí que cuando estuvieras interesado en otro hombre me lo dijeras!  ¡Te pedí sinceridad antes de que llegáramos al engaño! Soy consciente de que soy viejo y que en algún momento la edad y mi forma de ser no serían suficiente para ti. Pero con un demonio ¡¿Por que esperar tanto tiempo?

 

—Yo... fue.. algo..

 

—¿Algo pasajero? ¡Eso es una estupidez! Solo esperas a que ese tipo deje a su esposa y mientras lo hace te consuelas conmigo, cada vez que a ese idiota le remuerde la consciencia ¡tu vienes a mi!. ¡Cada vez que te pone un pretexto buscas a este viejo que si te ama! ¡¿Desde cuando Shinobu?!

 

Miyagi golpeó la pared provocando que  el menor apretara los ojos por el miedo esperando un impacto en su cara.

 

—Hace...mas de ..medio año

 

—¡Medio año! Todo este tiempo tú ....

¿Entonces eso del destino y del amor era una  mentira?-Miyagi jaló del cuello al rubio— Me sorprende que no puedas ni verme a los ojos.. con eso confirmas tu culpa .... esperé a que lo confesaras en este tiempo y no lo hiciste, ¡ayer volviste a estar con él!

!Y tienes el cinismo de regresar a casa!

 

Shinobu pudo ver los ojos rojos de Miyagi, él  dolor era muy evidente en su mirada, el rubio soltó un sollozo y quiso tocar al profesor.

 

—¿Sabes? Siempre supe que aunque follabas conmigo, no estabas presente, siempre estuvimos muy alejados el uno del otro— una lagrima apareció en su rostro— Eres un farsante, no sabes ni que responder. No necesitas nada de mi, ni de lo que te ofrecí, ese tipo es millonario ¿cierto?

¡Entonces disfrútalo! 

 

 

 

Miyagi dió vuelta para no mostrar su rostro lleno de lágrimas y apresuró el paso, Shinobu de nuevo corrió para alcanzarlo.

—¡Miyagi!—Lo detuvo del brazo.

 

—¡Ya fue suficiente! ¡Te he dicho que fueras! ¡Y que no te importe hacerme daño como hasta ahora! El único estupido soy yo al dejar envolverme por un mocoso como tú.

 

Miyagi se soltó, dejando a un rubio sobre el césped muy frustrado y lloroso

 

 

 

 

Era como el décimo cigarro que fumaba esta mañana, nunca había visto a Misaki tan decidido y escuchado con ese lenguaje tan folclórico que usó para atacarlo.

El timbre se oyó en la suite provocando un susto.

 

—Adelante.

 

Aikawa entraba con varias mudas de trajes y una maleta.

 

—No sé ni porqué te obedezco, debí dejarte con ese traje apestoso a cigarro, y mira, sigues fumando. Que cinismo el tuyo.

Akihiko no pronunció palabra.

—Usami Sensei, me da gusto que Misaki   por fin se haya enterado, como me encantaría verte con esa cara de idiota que tienes pero al triple, hubiera disfrutado mientras te daba una patada en el trasero. Hasta pienso que fue muy blando contigo, de ser yo, créeme que no podrías ver por lo hinchado que te dejaría los ojos.

 

—Cállate Aikawa.

 

—Me callaré por respeto a Misaki  y porque todavía somos editor y autor, pero no te preocupes, pronto dejarás de soportarme también.

 

La pelirroja sin más que añadir salía dejando el encargo del escritor en la sala.

Apagó el tabaco y fue por una muda para después dirigirse al sanitario.

Su móvil chillaba con insistencia y fue a ver el remitente

 

"¿Puedo ir contigo al hotel de siempre?"

Shinobu 

 

 

"Estoy en Hyatt" habitación 106

 

Fue todo lo que contesto Akihiko y lanzo el teléfono a la cama.

 

 

 

 

 

 

Misaki había intentado actuar normal toda la jornada, pero la imagen y palabras dé Usagi san no se apartaban de su mente. Todo el día se pasó recordando al escritor asi que prefirió quedarse más tarde de lo habitual y no regresar a una casa vacía.

Cierto autor también esperaba a su novio y mientras terminaba fue a hablar con Misaki.

 

 

—Takahashi kun... Takahashi kun...

Después de muchos segundos el castaño reaccionaba.

 

—¡Ijuuin Sensei! Este .. a.. ¡lo siento! ¿Que.. que ..me decía?

 

El mangaka miraba con un poco de preocupación al castaño, hace un par de meses que actuaba extraño y hoy estaba más desorientado que nunca.

 

—¿Te encuentras bien? Te preguntaba qué opinas del nuevo personaje que estoy dibujando. 

 

—¡Es fantástico! Con ello se explicara porqué Chai no quiere usar los cubiertos como armas—contestó con emoción Misaki—Me disculpo por estar distraído... estoy bien Sensei, gracias por su trabajo.

 

El castaño por mucho que lo intentara, no podía dejar de mostrar un rostro lleno de dolor  y sus ojos hinchados no ayudaban tampoco.

 

Ijuuin estuvo por preguntar sobre la mirada triste del chico, no pudo hacerlo porque en ese momento ingresaba Yuu a la sala dando un abrazo muy efusivo al dibujante.

 

Misaki recargó ambas manos en su mentón y veía el tierno beso que Yanase daba al mangaka.

Ijuuin carraspeó un poco y volteó con Misaki.

 

—Adelante, no se preocupen por mi, es lindo verlos de ese modo—El castaño volvió a sonreír y movía las manos apresurado.

 

—Aprovechando que estás aquí cariño quiero avisarte el próximo sábado Misaki y yo saldremos a beber. No te invito porque sé, que saldrás a hacer investigación a  Kyoto.

 

—Tal vez en otra ocasión pueda acompañarlos, te extrañaré mucho este fin, Yanase— el mangaka acaricio el rostro del chico—Entonces Takahashi kun ¿Te parece bien el personaje?

 

—Claro Sensei,  de hecho Yuu y yo, ya lo habíamos propuesto desde antes, sobra decir que su trabajo es excelente, solo no se demore en hacer la trama o de lo contrario me veré obligado a cambiarle a su atractivo asistente.

 

—Eso no ocurrirá. Terminaré una parte y la entrego este viernes, así que por el momento me llevo a Yuu— Ijuuin cogio de la cintura al chico y salían de la sala—Iremos a cenar.

 

—Vallan con cuidado, ya es tarde.

 

Misaki alzó la mano como despedida, apenas si salieron y las lágrimas surcaron por su rostro.

Un golpe se oyó por la mesa, estuvo a nada de lanzar todas las hojas, sinceramente envidiaba un poco la relación tan entre Kyo y  Yanase, respiro profundo y evitó lanzar las hojas porque en ellas se encuentran  los bocetos de su ídolo.

Disgustado por su actitud se paró para dirigirse al sanitario y mojar su cara.

 

—Estupido Akihiko. Es mejor que también me valla a casa, por lo menos hoy, en lo que Yuu me deja estar en la suya.

 

Sin más que hacer, agarró su bolso, salió al pasillo y pulsaba para llamar el ascensor. 

 

Se sintió incómodo al ver a Ritsu con Takano dentro del mismo. Se notaba que estaban en una discusión y fue algo  raro.

Ritsu habló amablemente a Misaki para disolver el ambiente hostil.

 

—Misaki kun ¿ Qué haces tan tarde? ya no me buscaste para la comida.

 

—Lo olvide por completo Ritchan y estuve revisando el trabajo de Ijuuin Sensei, discúlpame—El castaño miró a los dos amantes, Takano cruzó los brazos al oír qué pensaban acompañarse— Ustedes dos se conocen de hace mucho, no dejen que tonterías o malos entendidos  afecten su relación, si su amor a perdurado tantos años, entonces vale la pena luchar por el.

 

Ritsu y Takano se sorprendieron por lo dicho. Las puertas se abrieron en ese momento y Misaki salió para dirigirse a su automóvil sin esperar alguna respuesta de los editores.

 

 

En el estacionamiento vió una hoja en su parabrisas desde lejos, chasqueó la lengua creyendo que sería algún tipo de  aviso por ocupar un lugar reservado y es que con lo distraído que estaba aparcó donde se le dió la gana.

Su disgusto se disolvió al ver propaganda de un bazar nocturno para dentro de un mes, cerca de Osaka.

 

—Debería ir y así aprovecho hablar con nii-chan.

Guardo la hoja y subió a su flamante auto.

 

 

 

 

 

—¿Miyagi es en serio que te quedarás aquí en la Universidad? Podrías pasar la noche en nuestra habitación de huéspedes.

 

—¿Y correr el peligro de ser golpeado por Nowaki san como hace años?,no gracias, asumo que estoy viejo pero todavía no es mi hora de morir.

 

—No seas ridículo, no eres viejo, Nowaki no intentará nada, ese niño es un pan de Dios, le he comentado un poco y se que no habría problema.

 

—Agradezco tus buenas intenciones pero no, tal vez valla a un hotel.

 

Kamijou suspiró 

—Está bien, no insistiré más, cuando estés en una habitación avísame.

 

—Hiroki....quien podría creerlo, tu preocupado por mi, hasta me dan ganas de llorar.

 

—No, no lo hagas, es suficiente con verte de este modo tan triste, lamento lo que está sucediendo, sabes que cuentas conmigo.

 

—Gracias, te lo agradezco y será mejor que te vallas antes de que se aparezca tu esposo y me golpee por retenerte más tiempo.

 

El demonio no dijo más y agarró su bolso para salir de la Universidad.

 

 

Miyagi continuó revisando proyectos, pero la verdad es que no estaba concentrado, la imagen de Shinobu siendo besado por un hombre de cabello plateado le carcomía por dentro.

 

Harto de estar pensando en eso, decidió que si iría al hotel. Guardo con molestia su material y aflojo el nudo de su corbata.

 

 

 

—Creo que caminaré un poco.

 

Salió del campus, viendo la fantástica noche estrellada que él firmamento le ofrecía, sin poder evitarlo nuevas lágrimas descendían por su rostro.

Limpio con el dorso de su camisa y emprendió la caminata.

 

 

 

 

 

Misaki viajaba a reducida velocidad, no faltaba para que llegara a su destino, la elegante casa comprada con sus ahorros y un financiamiento por parte del gobierno, le hizo acreedor a una vivienda hermosa para él y Usagi. Nunca se sintió tan responsable y capaz como cuando le entregaron las llaves de su casa.

De nuevo la ira se apoderó al ver su hogar y apretó el volante tan fuerte hasta dejar sus nudillos blancos.

 

—Y yo que tanto me esforcé, ¡eres un malagradecido Akihiko!

 

La adrenalina lo hizo arrancar el motor de su auto más fuerte, sin pensarlo dió con todo sobre el acelerador, el chirrido de las llantas se oía claro por todas las calles causando desagrado a los transeúntes.

 

—Me iré a un hotel, así evito tu olor Akihiko y estar imaginando tu tortuosa presencia.

 

No estaba muy lejos de donde fuera su Universidad, recordó todas las veces que Usagi insistía en llevarlo porque solo eran 5 minutos de trayecto, también recordó ver el elegante Hotel que estaba a unas 10 calles de ahí y pensó que sería buena idea pasar la noche en ese lugar.

 

 

 

 

El profesor tan ensimismado estaba en la imagen de Shinobu, que no se percató de la presencia de unos tipos que lo seguían, él continuaba su marcha agradeciendo a la noche por ocultar el dolor y la pena de su maduro rostro.

 

Faltando 3 calles para llegar a su destino, se encontró con que estaba muy oscuro y cerrado 

 

—No recuerdo que esta calle fuera así, todas tienen salida.

Miyagi vio una malla tapando el acceso del otro lado y un contenedor de basura. 

Fue  cuando se percató de que un pequeño restaurante había sido construido y las luces neón tintineaban anunciando "Yakisoba"

 

Sorprendido por su descubrimiento e idiotez, volteó para salir del callejón. Un hombre enorme lo miraba de pies a cabeza y sobretodo su portafolio.

 

Miyagi supo que estaba en problemas y apretó el mango de su pertenencia, vió el ángulo derecho libre y sin dudarlo corrió para librarse.

 

—¡Hey idiota tu no te vas!

El hombre estiró su brazo lo más que pudo y logró sujetar a Miyagi estampándolo contra la pared.

El pelinegro dio una patada por las piernas del agresor y salió corriendo del callejón.

 

 

 

 

 

Misaki más calmado después de manejar como loco otra vez, veía las calles por las que tantas veces atravesó en su andar hacia la Universidad, el motor del auto no hacía ruido y la suspensión era tan buena que se estaba relajando por fin. 

Tres calles antes apagó el auto y pudo ver a un hombre de camisa blanca siendo perseguido por una mole humana, quedó estático por unos segundos de la impresión.

 

—ok no es mi problema, haré como que no vi— 3 hombres más pasaron corriendo a lado de su auto y de esta manera reaccionó.— ¡Que demonios!

Encendió el auto y siguió a los sujetos.

 

 

El hombre de camisa blanca atravesó la avenida para perder al gigantón pero fue imposible, los tres restantes también estaban por darle alcance.

 

—¡Eso sí que no! ¡Pinches montoneros!

Misaki no lo pensó más y aceleró.

 

Miyagi se estaba agotando, escuchaba el ruido de un auto creyendo que lo secuestrarían, dio vuelta en otra calle distrayendo  a los maleantes y a Misaki qué pasó de largo, para su mala suerte el callejón también era sin salida.

 

—¡Mierda!—Creyó que hasta ahí había llegado, los otros sujetos ya daban vuelta y fue cuando ocurrió el milagro..

 

El auto retrocedía y se les iba encima a los 4  tipejos....


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).