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El gobierno de Hades por La_Oscura_Reina_Angel

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Capítulo 12: Concepción (segunda parte)

 

Los ojos de Shaka estaban fuertemente cerrados, para no romper a llorar.

 

No le había importado el dolor cuando bebió la poción, ni siquiera cuando Tanatos, con su usual brusquedad y falta de cuidado, lo penetró.

 

Lo que realmente le dolió fue sentirlo correrse en su interior, saber que desde ese momento llevaba un hijo de su maldito verdugo formándose en su vientre.

 

Quiso levantarse y salir corriendo de allí, pero le dolía demasiado, como tantas veces antes Tanatos había sido muy bruto y lo había lastimado.

 

Aún así reunió fuerzas de su abatido interior, y pensando en Mu y en sus compañeros, se levantó sin hacer ni un sólo gesto de dolor.

 

Tanatos lo dejó y después de besarlo, le dio permiso para que regresara a sus habitaciones. Así lo hizo Shaka, se vistió y se fue.

 

Una vez fuera, tuvo que apoyarse de la pared, pues el maldito sádico de Tanatos realmente lo había lastimado.

 

Cerca del pasillo del harén, Shion lo estaba esperando, al verlo, lo tomó en brazos y lo llevó hasta el baño del harén.

 

Ahí estaba un Kiki que se había negado en redondo a irse a dormir.

 

También un preocupado Orfeo, quien tenía un brazo pasado por los pequeños hombros de Kiki y otro en los de Mu.

 

El guardián del signo del cordero, tenía los ojos hinchados, demostrando de esa forma que había estado llorando.

 

Fue entonces que Shaka se derrumbó. Por primera vez se derrumbó, soltando un llanto desgarrador.

 

A todos se les rompió el corazón. Mu corrió hacia él, y ambos se fundieron en un cálido abrazo, cada uno llorando en los brazos del otro.

 

Kiki ocultó su rostro en el pecho de Orfeo para dar rienda suelta a su llanto. Orfeo lo tomó en brazos y el pelirrojo enterró su cabecita en el cuello del mayor, abrazando con sus manitas el cuello de este sin dejar de llorar.

 

Shion, sabiendo que tenía que darles un espacio a Shaka y a Mu, se acercó a Orfeo y a Kiki. Envolvió a Orfeo entre sus fuertes brazos, atrapando de este modo a la misma vez a Kiki, quien quedaba en medio de ambos.

 

Luego de un rato, Orfeo, Shion y Kiki se acercaron a la pareja abrazada estrechamente y de rodillas en el suelo.

 

Los ayudaron a levantarse y ayudaron a Shaka a desnudarse. Una vez en la ducha, lo bañaron ellos, pues Shaka estaba como enajenado, como ido.

 

Shion miró a Orfeo y asintió en dirección a este. Orfeo se acerco a Kiki y fue a tomar al niño en brazos para llevarlo a dormir. Ikki no se resistió, pero antes se inclinó sobre la mejilla de Shaka y la besó con tristeza.

 

Luego permitió que Orfeo lo tomara en brazos y saliera con el de ahí.

 

Shion terminó de ayudar a Mu de bañar a Shaka, y miró al peli lila a los ojos.

 

- Ten cuidado Mu.

 

Le advirtió el peliverde lemuriano. Mu asintió. Shion se inclinó besando la frente de Shaka y levantándose salió de ahí.

 

Mu quedó con un aún quieto y pasivo Shaka. Parecía que meditaba como solía hacer muchas veces en el templo de Virgo.

 

Mu se inclinó sobre él y besó suavemente sus labios. Y al fin Shaka volvió a reaccionar, miró entre asustado y anhelante a Mu.

 

- No hagas eso, si Tanatos nos descubre nos mata.

 

Pero Mu lo silenció con otro beso.

 

- No me importa, que me mate. Pero déjame borrar sus caricias de tu piel, hagamos a este bebé nuestro.

 

Ambos caballeros se miraron a los ojos. Esta vez fue Shaka quien besó a Mu, y ambos con una sonrisa y con otro beso se entregaron el uno a los brazos del otro.

 

***

 

Cuando Hades terminó con Seiya y Shun, poco quedaba en esos momentos de la salud emocional de ambos chicos.

 

Shun, el más sensible de ambos, lloraba, ahogando su llanto con las manos que cubría su rostro. Mientras Seiya, quien también se sentía al borde del llanto, pero no quería darle a Hades el gusto de ponerse a llorar, miraba desesperado a Shun. Desesperado por abrazarlo, desesperado por consolarlo.

 

Hades, saciado, satisfecho, saliendo del baño de su habitación sólo cubierto por una túnica abierta, los miró divertido aunque su exterior seguía siendo tan frío como siempre pareció.

 

- Sé que lo quieres abrazar, Seiya, anda hazlo.

 

Le dijo Hades, dispuesto a mostrar algo de piedad con sus dos favoritos. Y más tardó él en hablar que Seiya, aún con su cuerpo adolorido, en abrazar a Shun. Ambos estaban tendidos en la cama. Shun correspondió al abrazo enterrando su cabeza peli-verde en el pecho del pegaso.

 

Al momento de darles la pócima y hacerlos suyo, Hades no había demostrado piedad con ninguno de los dos, los había lastimado cruelmente recreándose en su sufrimiento.

 

Había tomado primero a Seiya, obligando al sensible peliverde a verlo todo sin apartar la vista. Los hermosos ojos de Shun habían brillado de impotencia y sus ojos habían conectado con los de Seiya.

 

Fue la miradita acongojada y llena de impotencia de Shun lo que le impidió a Seiya estallar en llanto. Tenía que ser fuerte por ambos, por él y por Shun.

 

Cuando llegó el turno de Shun, este ya estaba aterrado por el sufrimiento que había visto pasara Seiya.

 

Y al ver como Hades lastimaba y violaba a tan hermoso ángel, Seiya sintió que el mundo se le venía encima. Seguía tendido en la cama junto a Shun y Hades viendo todo el espectáculo.

 

Se sintió impotente por no haber podido vencer a Hades y ser sus esclavos ahora. No ganaron y ahora ángeles inocentes como Shun sufrían las consecuencias.

 

Había visto como Shun ladeaba la cabeza de lado en la almohada y buscaba la mirada de Seiya, tal vez buscando ánimos, fuerzas para aguantar eso.

 

Y a pesar de que Seiya también se sentía al borde del abismo, no dudo en darle a su amigo su apoyo y sus ánimos a través de una simple mirada llena de amistad y cariño.

 

Pero ahora que todo había terminado, lo único que los dos jóvenes querían era irse de ahí, ir al harén y sentirse envueltos y cuidados por Aiolos, Aioras, Dhoko y Misty.

 

- ¿Podemos retirarnos, mi señor?

 

Se atrevió a preguntar al fin Seiya sin levantar su mirada hacia Hades.

 

Hades estuvo a punto de decir que no, quería que ambos jóvenes durmieran consigo, pero la mirada de desesperación de Shun, esa mirada plagada de tristeza y dolor, hizo que el apuesto dios de los infiernos asintiera.

 

Ambos se levantaron, Shun más lento que Seiya, pues por ser el último en ser tomado, su dolor era más reciente e intenso que el de Seiya. Se vistieron y dejando que Hades los besara y los manoseara un poco, salieron de la habitación. Una vez fuera se tomaron de las manos. Shun se apoyó de Seiya. Seiya le rodeó los hombros con un brazo y Shun le pasó las manos por la cintura. Ambos corrieron hacia el harén.

 

De más está decir que todos sus compañeros estaban despiertos esperándolos. Y ellos lo agradecieron, porque necesitaban consuelo, necesitaban algo de paz aunque fuera.

 

***

 

Julian se limitó admirar a aquel que un día habitó en su cuerpo, y que ahora con cuerpo propio seguía siendo el dueño de su cuerpo.

 

No habló, no gimió, no se quejó, y aunque así lo quiso, no lloró.

 

Aguantó como todo un guerrero la pócima, las caricias, la penetración, los embistes en su interior.


Aguantó los besos y caricias, hasta que al fin Poseidón se corrió en su interior.

 

Julian lo miró indiferente como si ese no fuera su cuerpo, como si sólo fuera una película que veía de lejos.

 

Poseidón salió de su interior y lo abrazó contra él. Julian lo dejó hasta que se durmió, entonces se levantó con cuidado de no despertarlo y se dispuso a salir de la habitación.

 

Poseidón lo había sentido y se había dado cuenta, pero lo dejó. Julian se vistió con calma, para no lastimar más su dolorido cuerpo.

 

Salió como un autómata, siguió hasta el harén. Pero llegó un punto en el que no pudo seguir caminando, fue como si el horror de pronto llegara a él. Sintió que caía pero unos brazos lo sostuvieron. Al alzar su mirada, dio con los cálidos ojos de Argol.

 

- Tranquilo, ahora estás con nosotros.

 

Le dijo Argol suavemente. Y Julian le creyó. Cuando Argol lo tomó en brazos, él se abrazó al cuello del antiguo caballero de Atenea y dejó que las lágrimas salieran con libertad de sus ojos.

 

Argol lo consoló y pronto no sólo lo hizo Argol sino también el resto de sus compañeros.

 

***

 

Y por último Hermes. Este sí se entregó a la pasión. Apolo era un maldito bastardo de mierda, pero seguía siendo un excelente amante.


Pero mientras lo sentía moverse en su interior, mientras estallaba en su orgasmo a la vez que lo hacía Apolo en su interior, Hermes se juró que se vengaría, de todos los superiores dioses de pacotilla.

 

Él sólo era un mensajero así que había sido una pieza sacrificable en el juego de los dioses superiores. Pero se la pagarían, se juró Hermes, y sabía quienes lo podrían ayudar en su venganza... las mismas víctimas de los dioses, sus compañeros de penurias.

 

Mortales poderosos, sólo tenía que buscar la forma de liberarlos del poder de los collares de contención y entonces todos pagarían.

 

Hermes sonrió acurrucándose contra el pecho de su esposo con una sonrisa satisfecha.

 

Sí muy pronto se vengaría.

 

Continuará...

 

 

 

 

Notas finales:

La razón por la que me tardé en este capítulo fue que no me salía la parte de Zorrahorí (Este capítulo lo tengo hace ya casi dos semanas) y por mucho que lo intenté no me salió. Pero pensé que ustedes ya querían el capítulo así que mejor lo publico y os aconsejo que os imaginéis la parte de Zahorí, porque yo la odio tanto que cada vez que la escribía me salía una porquería ^^ (no la soporto) Bueno prometo que para el próximo capítulo no tardaré más y desde ahora advierto que Pansora y su harén no tendrán ningún protagonismo, sólo serán papel secundario, porque yo aborrezco a Sahori y si escribo de ella, me pondré realmente sádica y todos sufrirán mucho (sobre todo ella) ^^


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