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EL ROBO por juda

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-Si vamos ahora y lo matamos, alertaremos a la policía. Sabrán que volvimos por Lisandro. Será mejor dejar al gerente para cuando tengamos a nuestro hermano con nosotros -dijo Lautaro desde el piso y Leonel quedó estático... el menor tenía razón.

-Te vi saliendo de la comisaría -le dijo a Thiago mientras regresaba a donde estaba él y se ponía en cuclillas para mirarlo -Estás en calidad de testigo?

El pelinegro afirmó con la cabeza.

-¿Dónde tienen a Lis? ¿lo tienen ahí?

-No estoy seguro, creo que si. 

-Irás a verificar si está Lisandro, te colarás de alguna manera y me dirás dónde está y cuando lo trasladan -ordenó Lau.

-Mi abogado puede saber eso -susurró el pelinegro, Leonel giró a mirarlo y se acercó lentamente hasta pararse junto a su hermano menor.

-Escríbele. Dile que necesitas reunirte con él, pregúntale por Lis y cuando lo trasladan. Necesito día y hora.

Thiago sacó el celular del bolsillo de su abrigo, se movía con lentitud y se quejaba. La paliza que le había dado Leonel lo dejaría con los músculos adoloridos por un buen tiempo. Tenía la esperanza que fuera solo dolor y que no le hubiese hecho reventar algo adentro porque sentía que se iba a morir.

El hermano mayor estaba perdiendo la paciencia, estaba por levantar al pelinegro para hacerlo apurar cuando Lau lo detuvo.

-Ve a pasear así te calmas. Esto requiere de paciencia.

Leonel no lo dudó, tomó un abrigo y salió del departamento.

Mientras Thiago marcaba en el celular, Lau le hizo a un lado el cabello y le puso hielo en el pómulo morado.

-Hola Gustavo... todo bien, no te preocupes... si, mamá está bien... sigo un poco depresivo, ¿crees que nos podríamos ver esta noche? esta vez me toca pagar a mi el café, esta mañana me fui sin dar mi parte... es que quiero conversar bien sobre lo que debo decir en el juicio... estoy nervioso, no me siento bien... ok... gracias! nos vemos a las 10 de la noche en el bar de siempre. Hasta pronto.

Colgó.

-¿¿Te fuiste sin dar tu parte?? ¿¿tu abogado es el tipo con el que estabas esta mañana?? ¿¿tanto miedo tienes de ir a la cárcel que le estás pagando con tu culo?? que puta eres Thiago! -espetó mientras le apoyaba el hielo en el pómulo con violencia. El pelinegro se quejó y apartó el rostro, tomándolo por la muñeca.

-¿Yo soy puta? ¿Yo? ¿Debo recordarte que me diste tu culo solo para sacarme información del banco? No tengo nada con mi abogado, Lau. Qué tu seas la puta del grupo no significa que todos lo seamos. Ahora entiendo tus coqueteos con Ramirez y con la mujer de seguridad. Evidentemente te tocaba ser la puta. ¿Qué más me ocultaste? ¿Te acostabas también con Ramirez? -Thiago quiso levantarse pero el dolor en el costado izquierdo hizo que se doblara en dos.

Lau se puso de pie y se dirigió a su mochila, sacó algunos anti inflamatorios y calmantes, y se los tiró cerca.

-Tomate una pastilla de cada uno, te necesito en excelentes condiciones para esta noche. -llenó un vaso con agua y se acercó al pelinegro que ya había metido los medicamentos en la boca -y sobre Ramirez. Imagino que tu abogado te habrá contado lo que leyó sobre su declaración. Aunque si nunca hubo pruebas y nadie nos vio juntos, seguramente pudo mentir y decir que no tuvo algo conmigo, pero la realidad es que él me cogía mejor que vos.

Thiago agarró el vaso y se lo tiró por la cabeza, Lautaro fue más ligero y se agachó a tiempo. El vaso se estrelló contra la pared y se hizo trizas.

El pelinegro quiso pararse pero no pudo, con un rictus de dolor en el rostro gateó apresurado hasta donde Lau había retrocedido, lo agarró de una pierna elevándola y produciendo que Lautaro cayera al piso, cuando logró su cometido se tiró sobre él y llevó las manos a su cuello, apretándolo con la escasa fuerza que tenía. Lau lo tiró a un costado de un manotazo.

-TE ODIOOOOO!!! -le gritó Thiago desde el piso, llorando.

-Mi hermano está donde está por tu culpa. Me traicionaste! ME TRAICIONASTE!

-YO? YO TE TRAICIONÉ? TE METISTE EN MI VIDA, HICISTE QUE TE QUISIERA Y ERA SÓLO UNA ACTUACIÓN PARA SACARME INFORMACIÓN Y DICES QUE YO TE TRAICIONÉ?

Thiago se había tirado al suelo y lloraba en posición fetal.

Lautaro se levantó y le llevó el hielo para que se lo pusiera en el rostro.

Ódialo, ódialo, ódialo, te ha traicionado, encerró a Lis y permitió que lo torturaran. Debes odiarlo, tienes que odiarlo. Ódialo.

Fuck.

¿Cómo odiarlo si lo tenía metido en cada rincón de sus células?

-Ponte el hielo en el rostro o tu abogado se asustará. ¿Qué tan cercano eres a él?

-Mucho. Es el único que me contiene. -le respondió sentándose en el suelo y arrebatándole de un tirón la bolsa con hielo. Ya no lloraría delante de él, no seguiría humillándose.

-Me dijiste que no tenías nada con él.

-Que importa una mentira más entre nosotros. ¿Hubo algo de cierto en lo que tuvimos? Mi abogado me sostiene, me calma. Es un buen hombre... y cuando lo cojo me hace sentir muchas más cosas que tú con tus mamadas apresuradas y tu sexo de mierda que duraba 2 minutos.

Lau elevó el puño y Thiago se encogió.

El ex peligris se levantó pateando una silla y gritó, luego tomó el arma y caminó en círculos tironeándose del cabello con fuerza.

-Lo voy a matar!

-No vas a matar a nadie, Lau -le contestó el pelinegro con tranquilidad -Necesitas a mi abogado para saber donde está tu hermano. Y no sabes donde vive. Supongo que ahora estamos a mano. -Thiago se levantó del piso entre quejidos. -Necesito ducharme y cambiarme de ropa. no puedo ir así.

***

Gustavo estaba en el bar de siempre y se asustó cuando vio entrar a Thiago rengueando y con un pómulo morado.

-Dios! ¿qué te pasó? Mi tía me dijo que saliste esta mañana con un amigo y no regresaste, que le mandaste un msj diciéndole que te quedarías en la casa de él, pero ella me dice que no lo conoce!!!

-Es un amigo con el que cojo de vez en cuando, pero tomé alcohol de más y me caí por las escaleras. Suerte que estaba él y me llevó al hospital. No te preocupes, estoy bien.

-Me preocupo, Thiago!!! En una semana tienes que presentarte a declarar y no puedes hacerlo en esas condiciones. Habla mal de ti. El jurado no tendrá una buena imagen de tu persona y eso te jugará en contra.

-Pero no me están juzgando a mi!!!

-No, pero tuviste algo con uno de ellos y eso no se olvida.

Thiago chasqueó la lengua y se removió el cabello, no quería recordarlo.

-No pasará nada, hasta ese día el moretón en mi rostro desaparecerá.

Gustavo lo vio preocupado.

-Necesitas calmarte, primo.

-Estoy asustado -le dijo el pelinegro -¿Crees que los hermanos de Ramirez podrían regresar?

-Supongo que todo es posible.

-¿Dónde lo tienen? ¿Está bien resguardado?

-Está en la comisaría, como un detenido más. Entre nos... creo que subestiman a esos tipos. Vi que Ramirez está en una celda común con un guardia que controla a todos los detenidos en esa sección. Debería estar en otro lugar, yo también me pregunto si los hermanos no serían capaces de regresar por él. Es más, de noche lo dejan con las guardias nocturnas normales.

-¿Qué significa eso?

-Está con una guardia de 3 policías para los 20 detenidos que hay adentro. Para el colmo uno es un viejo a punto de jubilarse, otro tiene como 30 kilos de más y el tercero se la pasa durmiendo. Dios sabe que si sus hermanos regresan lo sacarán sin ningún esfuerzo. ¿Cómo era el hombre con el que estuviste? ¿Crees que es capaz de regresar? -preguntó curioso, nunca antes había tocado el tema de cómo era el ladrón con el que se relacionó porque sabía que era un tema delicado para Thiago, pero la curiosidad podía más.

-No sé si es capaz de regresar. Creí conocerlo pero veo que no.

Gustavo dudó sobre seguir curoseando.

-¿Era apuesto?

Thiago sonrió.

-Es apuesto. Muy apuesto.

En ese momento la puerta del bar se abrió y entró el muchacho de la cabeza rapada y el flequillo largo, pasó y miró intensamente a Gustavo.

El castaño tragó duro, cuando vio que el muchacho se sentaba a unos metros de distancia, golpeó la mesa con el dedo índice, llamando la atención de su primo. Thiago lo miró.

-El Adonis de esta mañana, está aquí de nuevo -susurró Gustavo y el pelinegro giró la cabeza.

Lau estaba sentado a unas mesas de distancia y con una sonrisa rectangular le pedía cerveza a la mesera.

-Dios, ese hombre es un... un...

-Adonis? -le respondió con una sonrisa cansada.

Gustavo retornó la mirada a su primo.

-Perdón, perdón, me dejé llevar, perdón. Cuéntame de tu hombre apuesto.

-Nada. Él también era un Adonis.

Gustavo desvió la mirada hacia el muchacho de cabello lacio y largo, el hombre había apoyado el rostro en una mano, le guiñó un ojo e hizo una sonrisa de costado.

Gustavo tragó duro. Se aclaró la voz.

-Thiago, iré al baño. Ya vuelvo 

El pelinegro afirmó con la cabeza.

El castaño se levantó y mirando directamente a los ojos del extraño, volteó y se dirigió hacia el fondo del local.

Lau se puso de pie y fue tras él, cuando pasó por la mesa de Thiago le tocó el hombro.

El pelinegro lo miró y Lau le cerró un ojo, riéndose, mientras iba a los lavabos tras su presa.

Si ese abogado era el amante de Thiago, Lau se lo quitaría. Lau se lo cogería en sus narices. Lau quería que Thiago sufriera tanto como él. Lau quería destrozar a Thiago hasta que no quedara nada del pelinegro, de la misma manera en la que sentía que ya no quedaba nada de él mismo tras su traición.


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