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EL ROBO por juda

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El celular de Lautaro sonó, era Thiago.

-Hola.

-Lau, doblaron la vigilancia, saben que irán. Estoy fuera de la estación de policía, cuando estén llegando llámame, cortaré la electricidad. Eso los pondrá sobre aviso pero no se esperaran que ustedes estén en el camión del traslado, entren con confianza y saquen a Lis.

-Thiago donde mierda estás???

-Ya te dije, fuera de la estación de policía. En realidad en los techos, desde ahí cortare la electricidad. Gustavo me dijo que todas las unidades tienen una radio que está conectada directamente con la estación de policía. Cuando estés llegando llámalos, diles que tuvieron un intento de secuestro, que tengan listo al prisionero caso contrario cuando corte la electricidad no podrán abrir las celdas... son eléctricas!!!

-THIAGO LA PUTA QUE TE PARIO! SAL DE AHÍ!

Thiago sabía que si le decía a Lau que era una trampa pero que él se encargaría de tomar ese percance a su favor, su expeligris no se lo permitiría.

Lau intentaría sacarlo de la escena de peligro, ya lo había intentado esa vez que le pidió que faltara al banco.

-¿Qué pasa? -gritó Leonel.

-Es una trampa! Nos esperan, pero Thiago está ahí, va a cortar la electricidad, tenemos que avisar a la comisaría que tuvimos un intento de secuestro y que deben tener listo a Lis para sacarlo apenas lleguemos.

Los hermanos se miraron.

-¿Como es que el hijo de puta está ahí? Cómo se liberó?

Lau no contestó.

-MIERDA, PENDEJO DEL ORTO!!!! -aulló Leonel golpeando el volante.

Lautaro seguía mirándolo, el celular le temblaba en la mano.

-Thiago, sal de ahí.

-Llámalos por la radio cuando estén llegando y cuando estés por doblar en la esquina de la estación de policía me haces sonar el celular, debo cortar la electricidad justo antes que ustedes lleguen. Confía en mi Lau!!!!

Se miraron nuevamente los hermanos.

-¿Confías en él? -preguntó Leonel y Lautaro asintió sin dudar.

-Thiago, te haré sonar el celular, pero necesito que apenas cortes la electricidad salgas de ahí de inmediato, es peligroso!

-Lo haré.

Lau había bajado el celular cuando escuchó que Thiago decía algo más. Regresó el aparato al oído.

-Qué dijiste?

-Te amo, Lau. -y cortó.

***

Lisandro escuchó el movimiento en la parte central de la comisaría y se tensó.

Hablaban todos a los gritos.

Logró captar que la camioneta había tenido un intento de secuestro y se aferró a los barrotes con el corazón mordiéndole los costados de la vida.

¿Qué significaba "un intento"?

¿Su Leonel o Lautaro habían fracasado? Fracasado implicaba que probablemente alguno estuviera herido. 

Transpiraba.

Dos guardias se apuraron hacia su celda y la abrieron mientras le ponían un chaleco antibalas y lo esposaban a la espalda, todo en tiempo record.

-¿Qué pasa? ¿Qué sucede? -preguntó sin aliento.

Ninguno contestó.

Lo llevaron a los empujones hacia la parte delantera de la comisaría, estaban las puertas cerradas y tres policías armados vigilaban la entrada.

-¿Qué pasó? -volvió a preguntar cuando estuvo en medio de ellos.

Había varios hablando por teléfono.

-Estén preparados para ingresar al detenido en la camioneta apenas llegue -gritó el comisario, un gordo que se movía con lentitud y transpiraba como si estuviese a punto de colapsar.

La electricidad se fue y en la oscuridad lo empujaron varias veces mientras dos lo sostenían desde ambos brazos con fuerza. Escuchó cuando preparaban las armas para disparar y contuvo el aliento.

Si habían cortado la luz es porque su Leonel y su Lautaro estaban por ingresar y era una trampa, había al menos 7 policías armados junto a él.

-ES UNA TRAMPA, NO ENTREN, NO ENTREEEEEENNNNNN -comenzó a gritar Lis desesperado y alguien le golpeó la cara, casi cae hacia un costado. Uno de los hombres que lo sostenía lo puso derecho de nuevo y le tapó la boca.

Se escuchó la bocina de la camioneta, abrieron las puertas, dos policías armados y con fuertes linternas entraron iluminando el recinto.

Lisandro cerró los ojos ante la potencia de la luz.

Uno de ellos gritó:

-El detenido!!!

-Aquí! -le respondió el que estaba a su costado.

Lis dejó de respirar, el policía armado que acababa de entrar y preguntar por el detenido tenía la voz firme de su Leonel.

Los policías que lo tenían sujeto por los brazos lo guiaron a las corridas hacia la camioneta, los policías recién llegados corrieron y subieron al vehículo.

Lau tomó su lugar en la parte trasera de la camioneta, se sentó junto a los guardias que vigilaban a Lis y cuando arrancó escuchó que desde la estación de policía gritaban:

-Uno de ellos está en el techo, cortaron la electricidad desde ahí.

Se levantó como resorte y le pegó un tiro al hombro al que estaba a la derecha de Lisandro y otro más al de la izquierda. Lisandro pegó un alarido mientras ocultaba el rostro entre las rodillas y Leonel casi pierde el control del volante por el susto.

-Todo está en orden, me uniré a ustedes donde tenemos el otro vehículo, sigan sin mi -le gritó a su hermano que iba al volante, se tiró sobre Lis y le besó la frente antes de saltar de la camioneta y correr hacia la comisaría.

-LAUTAROOOOOOOOOOO -Gritaron al unísono los hermanos.

***

Thiago cortó la electricidad, tenía que correr pero quiso mirarlo por última vez, se aproximó al borde y vio la camioneta estacionarse y a su Lau con el uniforme de policía correr hacia la entrada de la comisaría.

Cuando su delincuente hermoso entró se quedó con el corazón en la boca, rezando para no escuchar disparos, cruzando los dedos enguantados para que pudieran salir con el hermano faltante.

Lo vio salir y sonrió debajo de la máscara que tenía puesta, giró para escapar y tropezó. Cayó con estrépito y cuando se levantó escuchó que gritaban que había alguien en el techo.

Corrió, saltó hacia el techo de la casa vecina.

Un policía desde abajo disparó y sintió cuando el proyectil le pasó rosando la oreja, gritó y se llevó las manos a la cabeza. Alguien lo tomó por el brazo y lo tiró hacia atrás, todo fue tan rápido que el tiempo se le antojó como una ilusión mental.

Levantó la vista y vio a un uniformado junto a él en el techo, pero estaba en el borde y disparaba hacia abajo, le costó una fracción de segundo ver la nuca pelada y reconocerlo.

Un disparo le dio en el pecho y Lau cayó hacia atrás.

Thiago gritó como poseso, pero su delincuente se paró nuevamente e hizo otra ráfaga de disparos mientras retrocedía y lo llevaba consigo.

Saltaron a una casa que había en el lado sur y escucharon la sirena de la camioneta, corrieron en esa dirección, de techo en techo, de la mano los dos como pájaros liberados de sus jaulas.

Lisandro y Leonel estaban parados al costado del vehículo con las armas listas para atacar.

No hubo necesidad, llegaron y se tiraron de cabeza dentro de la cajuela de la camioneta y Leonel como piloto y su Lis como copiloto, arrancaron y huyeron del lugar a una velocidad asombrosa.

***

Eran las 3 de la madrugada cuando Leonel paró el vehículo en una zona montuosa, se había desviado de la ruta cuando se aseguró que ya no los perseguían. Tenían un auto de repuesto escondido entre los matorrales.

Condujo sin respiro tantas horas que todavía tenía los nervios a flor de piel.

Paró y por fin giró para mirar a Lis.

Su hermano mayor sonreía ampliamente, Leonel lo observó un momento... ¿cómo era posible que tras más de un mes encerrado en una comisaría su belleza fuera aun mayor? ¿qué clase de brujo era? Quiso pedirle perdón por haber demorado tanto, pero su hermano/amante no se lo permitió y se nombró dueño de su boca, su cuerpo y su mente en menos de un segundo.

***

-Me asusté cuando te dispararon -le susurró Thiago.

Lau estaba hecho un nudo de brazos y piernas sobre su pecho.

-Naaaa! soy inmortal -le respondió despacio.

El pelinegro sonrió mirando el chaleco antibalas que descansaba a un costado con el proyectil aun incrustado en el centro.

Se habían acurrucado en un sector que no estaba bañado con la sangre de los policías heridos y que habían sido expulsados de la camioneta ni bien salieron a la ruta.

Thiago escuchó jadear a Leonel y casi gritar a Lisandro, y se tensó.

-Pensé que los tres eran hermanos -le susurró en el oído a su delincuente hermoso y Lau giró para oler su pecho con los ojos cerrados y que su aroma le quedara grabado para siempre.

-Si somos hermanos, nos criamos juntos en una misma casa. Nos adoptaron cuando eramos chicos. No compartimos la misma sangre, pero sí somos hermanos.

-Los que están adelante cogiendo como locos no se comportan como hermanos.

-Supongo que tenemos códigos de moral distintos al tuyo -le contestó riéndose.

Thiago dudó un momento.

-¿Eso que significa? ¿tu también coges con ellos?

-wacatelas! no! mi código de moral llega hasta ahí nomás. No podría... son mis hermanos!!!

Thiago lo abrazó fuerte, le dio media vuelta el rostro buscando su boca y Lau se alejó.

-Vamos, tenemos un vehículo aquí, regresarás en él. Nosotros conseguiremos otro en la próxima ciudad.

-Tus hermanos me matarán si me voy en él.

-Nadie puede decir nada! Sin tu ayuda, Lis no estaría de nuevo con nosotros.

Se pararon frente al auto y el expeligris lo abrazó fuerte.

Thiago le pasó la lengua por el cuello y se lo chupó con fuerza dejando una marca morada.

-Para que me recuerdes -le dijo sonriendo sin ganas.

Lautaro lo miró serio.

Se tiró sobre él y se aferró a su boca, lamió su lengua, sus dientes y hasta su espíritu.

-No te vayas, Thiago -le rogó mientras lloraba y escuchaba que su pelinegro también lo hacía.

-No me lo hagas más difícil, Lau.

El delincuente afirmó con la cabeza y se hizo a un lado, secándose las lágrimas con el antebrazo.

Quince minutos después el automóvil arrancaba y pasaba por el frente de la camioneta de policía. Leonel y Lisandro estaban apoyados en un lateral y observaban.

Avanzó por la ruta y por el espejo retrovisor vio a su expeligris hermoso, a su delincuente adorado hacerse pequeño hasta casi desaparecer.

-Dios! -gimió llorando -Dios!!! -volvió a repetir, porque sentía que el corazón se le tensaba con cada metro que hacía alejándose de él.


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