Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EL ROBO por juda

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Los hermanos entraron al departamento y colgaron los sobretodos en un par de percheros que había en el salón.

En el habitáculo se encontraba una mesa grande con varios planos, al lado una pizarra blanca con notas de nombres, cargos y horarios.

En el piso se amontonaban varias cajas de comida comprada, el cuarto compañero dormía en una de las habitaciones sobre un colchón tirado en el piso.

El departamento estaba sin amueblar, lo habían alquilado ese mes y sabían que no tardarían en desocuparlo. Venían de la ciudad vecina y era el tercer robo que planeaban, los otros dos habían sido exitosos y era la primera vez que sumaban a un cuarto miembro. Lautaro lo había conocido en prisión cuando a los 18 años estuvo durante un par de meses por un robo a mano armada que salió mal... había comenzado a los 14 con robos simples y la primera vez que fue armado, los nervios le jugaron en contra.

Sus hermanos mayores le habían enseñado bien. El kim de cabello negro era Lisandro, el mayor de los tres, le seguía el castaño de nombre Leonel y por última Lautaro.

No eran hermanos de sangre, pero vivieron juntos en la familia Perez desde que eran unos críos. El padre de familia era un estafador que había adoptado a los 3 muchachos solo para cobrar el cheque del estado. De todas maneras los tres hermanos se sentían agradecidos, no les había faltado una cama caliente, comida, ni techo. Tal vez no había sido un padre amoroso, pero el amor fraterno lo habían descubierto entre ellos, protegiéndose como si hubiesen venido del mismo vientre.

-Saldré a buscar algo de comer -anunció el mayor bonito mientras sacaba la billetera de Leonel del bolsillo trasero de su pantalón. Leonel giró y le sonrió mientras le agarraba fuerte del rostro produciendo que los labios gruesos de Lisandro sobresalieran, y lo besó.

Ah! Cierto! olvidaba comentarles que desde los 19 o 20 años, ese dúo se había percatado que se querían más que como hermanos... pero esa es otra historia que tal vez algún día les cuente.

Lautaro se recogió el cabello en lo alto de la cabeza y mientras tomaba un fibrón, escribió en la pizarra.

-Cada cubículo tiene una sola cámara unilateral, no tienen sonido. Una vez que las anulemos no tendremos que preocuparnos por que nos escuchen -dijo en voz alta mientras hacía las anotaciones.

Lisandro le quitó el fibrón y anotó: 2 policías a la entrada con armas calibre 9, son los mismos de la semana pasada.

-Están rotando, son 6 en total, los de hoy eran los más chicos -les dijo mientras los miraba y Lautaro asentía.

-Tienes razón, no superan los 20 años.

-Cuando les tocaría el turno nuevamente? -preguntó Leonel mientras encendía un cigarrillo.

-Si son 6, les tocará dentro de 3 días -dijo el cuarto miembro sentado en el suelo en una esquina de la habitación, los tres hermanos giraron y lo miraron.

El cuarto miembro se llamaba Mario, era el más alto de todos. Intentaban que no saliera demasiado: llamaba mucho la atención, porque si bien Leonel, Lautaro y Lisandro medían un metro ochenta, era una estatura mucho menos notoria que su metro noventa. Lo ideal era pasar desapercibidos (aunque eso para Lautaro era prácticamente imposible!).

-Jueves -pensó en voz alta Leonel mientras se mordía una uña.

-Hace tres semanas que los venimos siguiendo. Ya me estoy aburriendo, deberíamos hacerlo este jueves!!!

Los tres Perez voltearon al mismo tiempo y levantaron una ceja mientras lo miraban.

-No nos vamos a apresurar porque te estés aburriendo -escupió Lisandro haciendo una sonrisa de costado.

-Princesita, eso dices vos porque puedes salir, yo estoy hasta las pelotas de estar encerrado -le retrucó el pelinegro alto y Leonel hizo un paso hacia él.

-La princesita tiene más huevos que vos y no hacemos las cosas a las apuradas. Si quieres seguir con nosotros tendrás que atenerte a nuestros planes, caso contrario te consigues un vehículo y regresas a tu madriguera para que te sigan comiendo los piojos.

Mario se levantó de un salto y Lautaro se puso entre los dos.

-Basta, basta!!!! creo que necesitamos tranquilizarnos!!

-Yo estoy tranquilo, tu amiguito parece que no -contestó Leonel sin dejar de mirar al muchacho alto.

Lautaro le tomó la mano a Mario, le sacó la billetera a Lisandro y salió del departamento prometiendo volver con comida.

En los otros dos robos, Leonel se había encargado de que la alarma no sonara, pero cortar lineas y cables había sido estresante, los tres estaban seguros que todo salió bien de pura suerte, por eso Lautaro recordó a Mario, sabia que el tipo se especializaba en informática y electrónica. Era el miembro ideal para esos robos que venían haciendo en sucursales de bancos pequeños con escasa vigilancia.

-No tenías que meterte, no iba a hacer nada -le reprochó el chico alto pegando un tirón para librarse del agarre de Lautaro.

-Entre Leonel, Lisandro y yo estuvimos en el banco 10 veces en estas 3 semanas, necesitamos reconocer el lugar de manera milimétrica. Tienes que entender que no lo haremos a menos que estemos seguros en un 100 por ciento. Este banco es un poco más grande que los anteriores y no queremos fallar.

-No vamos a fallar, ya está el plan armado.

-Intentaré convencerlos para que la semana que viene hagamos el atraco, necesito saber si el jueves se repiten los mismos policías tal como tu lo dices.

-¿Tienes plata? -preguntó mientras le sacaba la billetera y miraba en el interior.

-Ey! -se quejó el peligris tras recuperarla -Sí tenemos dinero! dime que quieres comer y te lo compraré.

-Quiero coger -le dijo con una media sonrisa mirándolo desde arriba.

-¿Ahora al mediodía? estás loco!!! Iremos a un hotel esta noche, no podemos mostrarnos tanto.

Mario bufó mientras se ponía las manos en los bolsillos.

Lautaro lo miró de reojo, odiaba que lo presionaran, pero no podía hacer nada al respecto, tenía que tener contento a ese tipo lo que duraba el atraco. Luego de eso le pegaría la patada en el lugar que más le doliera, definitivamente lo tenía cansado. Se arrepentía de haber propuesto a Mario  como cuarto miembro, era inestable, gruñón, tenía mal carácter y no sabía controlarse. Si. Le pegaría la patada con gusto una vez que finalizaran con el atraco.

Regresaron con los paquetes de comida y mientras almorzaban, repasaban la disposición de los cajeros, el lugar de las cámaras y donde posiblemente estaría la caja de cableado desde la que debería trabajar Mario para eliminar la alarma.

Las fotos que habían podido sacar Lisandro, Leonel y Lautaro, sin ser descubiertos, estaban pegadas a la pared.

El celular de Lautaro vibró en el bolsillo de su pantalón y fingió ir al baño.

Era un whatsapp de un número desconocido, pero sabía que el único extraño que ahora conocía su número era el Sr. Belasgui. Si sus hermanos se enteraban que había dado el número lo iban matar y luego lo encerrarían en el cuarto como castigo durante 10 años, mínimo... pero primero lo matarían.

Se arrepentía de habérselo dado pero lo había tomado por sorpresa, nunca imaginó que el empleado bonito lo invitara a un café.

Quería ese café!!!

Estaba podrido de Mario; y los últimos dos años, junto a sus hermanos, se había desplazado por varias ciudades alejándolo de toda la gente que conocía.

Quería ese café, definitivamente!!

"Soy Thiago, el empleado del banco que te invitó a tomar algo esta mañana"

Le hizo gracia que se presentara tanto... como si pudiese olvidar fácilmente esos dientes de conejito. El tipo era adorable!

"Hola Sr. Belasgui, soy el Sr. Perez, tu cliente asiduo" respondió y se lo imaginó poniéndose colorado como solía hacerlo.

(Thiago recibió el mensaje en su celular y se puso rojo).

"Esta noche podríamos salir a tomar algo si no tienes nada que hacer, si es muy pronto pido disculpas"

Si! El pelinegro era adorable!!!

Pensó en el idiota de Mario, le había prometido cogida esa noche.

Lo meditó durante dos segundos, luego elevó los hombros en señal de que no quedaba otra opción, esa noche Mario tendría que entretenerse con su propia mano.

"no es pronto, es más, estuve esperando tu mensaje y ya temía que no me escribieras"

Se lo imaginó sonriendo colorado.

(Thiago recibió el mensaje y largó una risita estúpida mientras se ponía rojo hasta las orejas.)

"¿Te parece que te busque en tu departamento a las 20 hs?"

La sonrisa rectangular que tenía el peligris se le fue por completo.

Los cheques que daban eran de terceros, no había mayor información que sus nombres, no había manera que supiera donde vivía, a menos que Thiago fuera encargado de informática y supiera rastrear un celular y ahora conociera el lugar exacto donde estaban fraguando el atraco.

Le temblaron las manos. Tendría que contarle a sus hermanos y esta vez definitivamente lo matarían.

"¿Cómo conoces mi dirección?" le preguntó ansioso.

"No sé tu dirección! una vez me dijiste algo de un departamento y por eso supongo que vives en uno!"

El alma le volvió al cuerpo, largó todo el aire que tenía reteniendo en los pulmones y se sentó en el inodoro porque las piernas se le habían aflojado por el susto.

"Vivo lejos, mejor nos encontramos en pleno centro, te parece?"

"Me parece genial."

"A las 20 hs te espero en la esquina del banco, seré el de pelo gris impaciente"

(Thiago largó otra risita estúpida y se tapó la boca, estaba escondido en el baño de la casa de su madre. No quería que ella lo viera para evitar indagaciones innecesarias, ignoraba cuanto podía lograr con ese peligris precioso)

"A las 20 hs. estaré ahí Sr. Perez"

Thiago salió del baño con toda la frente sudada por los nervios.

Lautaro salió del baño con toda la frente sudada por el susto que acababa de pasar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).