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UN DONCEL POCO COMÚN por aris23

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Notas del capitulo:

Muchas gracias a todos los que leyeron.

  CAPITULO DOS NO CREAS TODO LO QUE TE DIGAN

 

La habitación que me fue asignada tan pronto llegue esa tarde, era amplia con muebles de caoba rojo y un par de ventanas con balcón que proporcionaban al lugar bastante luz natural.

Desde el cristal podía ver a lo lejos los campos de trigo dorado y árboles frutales que había admirado horas antes mientras viajaba por allí. Sin lugar a dudas Alasia era un reino muy bello. Y el castillo principal era casi una obra de arquitectura, tenía columnas altas y terminaciones elegantes y decoradas.

Mi abuela me contaba que cuando era pequeño solíamos visitar muy a menudo el palacio secundario, aquel que estaba en los límites con nuestro reino y que utilizaba la familia real para vacacionar. La verdad no lo recuerdo muy bien.

El camino hasta aquí había sido largo y agotador, fueron tres días completos de viaje y desde que llegue todo había sido tan apresurado. Una vez arribé al castillo un pequeño sequito de nobles y sirvientes ya me esperaban ansiosos en la entrada, no tuve más remedio que agradecer con una sonrisa la bienvenida y responder a tropezones las preguntas incomodas que me iban haciendo.

 

-          ¿Y cómo le propusiste matrimonio?

-          ¿Te dijo que si, en seguida? Eso es tan raro.

-          ¡Los dos haces tan linda pareja!!

-          Es el príncipe maldito

-          Shhh

-          ¿Piensan tener muchos hijos?

-          Verdad que nuestro joven rey es muy lindo

 

-          Ahhh…. Yo…. ¿Si?

 

Miré al mi alrededor, buscando con desesperación a alguien que me sacara de ese aprieto, cuando finalmente encontré a Noah, el niño se encontraba apartado de la masa, al verme sonrió sin mostrar los dientes mientras me saludaba con la mano desde la distancia. Se notaba que la situación lo estaba divirtiendo, y no tenía ni la mínima intención de sacarme de allí. Pero qué Infantil.

Después de lamentables minutos, tuvo piedad y envió a un sirviente para que me llevara a la habitación.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

MARIAN

-          ¡Y qué! ¿no piensas tocar la puerta? – A penas las palabras salieron de mi boca, la reacción de Noah fue inmediata, le vi pegar un pequeño brinco, como un animalito asustadizo. Tan lindo.

 

-          Awww, ¿Estar nervioso cariño? ¿te da miedo ver a tu prometido? – no resistí las ganas de molestarlo un poco y es que era inevitable, ver a Noah dejar esa cara de piedra por un segundo era algo digno de ver.

 

-          ¡No seas ridícula! Sabes que esto solo es un trato.

 

-          Claro, y yo soy una doncella pura. Por qué no simplemente dices algo como esto: “Hola, solo vine para ver si estabas bien” o mejor “¿Cómo te fue en el viaje?, ¿estás bien? te vi cansado cuando llegaste”.

 

-          Ya… eso no va a pasar. Y ya va siendo hora que le bajes a las novelas románticas.

 

-          Y eso tampoco va a pasar – Ambos compartimos una pequeña risa, que aproveché hábilmente para golpear la puerta tan fuerte como pude, ganándome una mirada de pánico por parte de Noah.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

MATTHEW

 

El sonido de la puerta me saco de mis pensamientos, cuando la abrí, me encontré con el mismísimo rey y una doncella que lo acompañaba. A diferencia de la primera vez que le vi, Noah lucía un simple traje de color obscuro, sin nada de brillantes ni colores sobrecargados.

 

-          Solo vine para v… avisarte, que la fiesta de compromiso será esta noche. - Noah lucia algo preocupado.

 

-          ¿Qué? ¿Por qué tan pronto? – Pregunte, Noah puso sus ojos en blanco y hablo con cierto tono de fastidio en su voz.

 

-          Bueno, digamos que tu llegada causo una gran conmoción entre la nobleza, especialmente entre el consejo. Así que, porque no sacarlos de su angustioso estado de incertidumbre y acelerar la presentación. – Sonrió de medio lado, de forma burlona.

 

-          Supongo que es algo que tendríamos que hacer tarde o temprano - deje escapar un largo suspiro -  Así que salgamos de eso lo más pronto posible. Al mal camino, darle prisa.

 

-          Si…- Noah me miro por un momento antes de continuar- iré a prepararme entonces, si necesitas cualquier cosa, Marian te ayudará.

 

-          ¿Marian?

 

Noah miro a la doncella que estaba a su lado y hasta el momento se mantenía en silencio. Era una señorita que aparentaba estar al final de sus 20, tenía el cabello de un bonito color rojo.

 

-          Es una persona de mi total confianza, con ella estarás seguro. - ¿Seguro de que?

 

La nombrada hizo una pequeña reverencia mientras yo asentí con la cabeza. – Esta bien.

 

-          Bien entonces ya me voy – Se dio la media vuelta para irse, pero antes de cerrar la puerta, se detuvo un poco y le hablo a Marian de tal forma que pude escucharlo perfectamente. – Encárgate del ojeras de mapache.

 

 

¡Pero que infantil!! ¡Condenado malcriado!

 

-          En verdad él no aprende nada. – La doncella movía la cabeza de un lado a otro mientras reía. Pero lejos de ser una tímida risa, era una carcajada abierta, que inesperadamente me hizo sentir a gusto.

 

-          Así que tú eres, el famoso Príncipe Matthew. – me sonrío de una forma burlona que me recordaba un poco al propio Noah. – Mucho gusto.

 

-          Un placer, ¿A qué te refieres con famoso?

 

-          ¿Quién sabe? – Volvió a sonreír de la nada y después me miro de pies a cabeza como si me estuviese evaluando - Y ahora anda! Te ayudare a instalarte y prepararte para esta noche.

 

A pesar de lo pequeña y menuda que se veía, era capaz de empujarme al interior de la habitación, pero mis ojos se abrieron sorprendidos cuando notaron la dirección de sus pasos.

 

-          Hasta aquí me puedo encargar yo solo, señorita. Muchas gracias– coloque mi brazo fuertemente en la puerta, bloqueándole su ingreso al baño. De esas cosas me ocupaba yo solo.

 

-          Jajajajjajajajajaja, está bien, veo que eres un buen chico. – Marian me dedico una mirada un tanto amable, mientras me entregaba un ostentoso traje de color negro para que lo vistiera.

 

Una vez estuve listo, salí del cuarto de baño (que al parecer alguien ya había preparado con anterioridad antes de mi llegada). Marian ya había terminado de organizar las maletas y demás equipaje que llevaba conmigo.

 

Me sorprendía un poco la actitud despreocupada y libre de todo protocolo de Marian. No se comportaba como una doncella para nada. Pero lejos de molestarme, me agradaba su franqueza, y al mismo tiempo me intrigaba un poco el por qué una persona así estaba con alguien tan arrogante como Noah.

 

-          Y al rey Noah no le molesta...

 

-          ¿Qué no siga con los protocolos de la realeza?

 

-          Disculpe si pregunte algo inapropiado.

 

-          ¿Bromeas?, él es peor que yo.

 

- … - ¿Noah?, eso sí que no lo podía creer. Él siempre lucia tan estoico.

 

Marian dejo de organizar mi habitación y me miro por un momento muy seria.

 

-          Tal vez debería conocerlo mejor. No todo lo que escucharas de él es verdad.

 

 

-          Tal vez.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Noah caminaba junto a mí, con un ostentoso traje de color amarillo y con su largo cabello castaño atado en una coleta alta como de costumbre. Lo vi solo un segundo, pero lo note, tomó una gran bocana de aire y luego la dejo escapar de un solo suspiro.

 

-          Entremos.

 

-          Si.

 

Al traspasar las puertas de cristal del gran salón, pude sentir todas las miradas puestas sobre nosotros. Pronto la multitud hizo una reverencia, y él les respondió con un pequeño asentimiento de cabeza, luego pronuncio un simple “Continúen por favor”, y la multitud volvió a lo suyo, unos comiendo en la mesa de bufet, otros platicando mientras bebían vino y otros danzando en el salón.

Internamente le agradecí ese gesto, no era muy bueno recibiendo tanta atención. El lugar estaba completamente lleno, decenas de personas estaban allí, Alasia en definitiva, era un gran reino.

 

-          Ahí viene el consejo – Arthur que se encontraba con Marian a unos pasos de nosotros se lo comento a Noah con un tono que no supe descifrar. Noah sonrío.

 

Mire con curiosidad a donde señalaba y en efecto un grupo de 5 señores de edad avanzada y vestidos de forma ostentosa caminaba con la mirada fija hacia nosotros. Ellos también sonreían.

 

-          Nuestro Rey, con gran gozo en nuestros corazones, venimos a conocer al proclamado prometido. El príncipe Matthew.

El anciano me miro por pocos segundos, antes de presentarse y supe que me estaba analizando.

 

-          Es un placer – hizo una pequeña reverencia hacia mí -  soy el primer ministre real. Cristopher Servis. A su servicio. – La manera en que sonrío, me dio una mala sensación, pero igualmente le respondí la cortesía, no debía ser mal educado.

 

-          Es un placer, soy el príncipe heredero de Idelión, Matthew Dimit. – El hombre voltio a ver a sus acompañantes antes de volverme a sonreír.

 

-          Eh escuchado que Idelión es un encantador reino. Me encantaría visitarlo, dicen que lo puedes recorrer todo en no más de dos días. – Era mi impresión, o acababa de hacer un comentario un tanto grosero. ¿Insinuaba que mi reino era diminuto?

 

Le iba a contestar como se debía, nadie iba a insultar la tierra en donde nací. Pero la voz de Noah que hasta el momento se había mantenido al margen me freno.

 

-          En efecto ministre, la tierra de mi amado prometido es sin lugar a dudas maravillosa.  Seremos muy afortunados al unir los dos territorios. ¿No cree lo mismo que yo, ministre? – Ahora Noah era el que sonreía de una forma extrañamente maliciosa, que por primera vez no me molesto.

 

El anciano no le contesto, pero por la forma en que apretaba las manos, lucia realmente enojado.

 

-          Su majestad, si no le causa inconvenientes privarse por unos minutos de la festividad, le importaría acompañarnos un segundo. – Esta vez, hablo uno de los acompañantes de Cristopher, el hombre lucia mucho más joven que los demás, había puesto una mano sobre el hombro del mayor, me dio la leve impresión de que estaba conteniendo al anciano.

 

-          Claro Jean – Asintió Noah con una pequeña sonrisa – Matt por favor disfruta de la velada, después de todo es tu fiesta de recibimiento.

 

Me quede mirando un segundo el pasillo por donde desapareció Noah y el consejo. Tenía un mal presentimiento de esto, era obvio que el consejo estaba en contra. Arthur los acompaño también.

 

-          Ojalá se murieran pronto – Susurro Marian a mi lado y por un momento la mire sorprendida.

 

-          No te preocupes príncipe, Noah sabe defenderse bien.

Notas finales:

¿Les gusto el capitulo?

En el proximo capitulo por fin veremos a Angel. 

Gracias por leer y dejar comentarios


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