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RE- por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

Pues seguimos la historia. Espero les guste esta nueva perspectiva.

Segunda parte

Amar a las almas y las volveréis a encontrar

 

 

No… no… no ahora…

Resoplo, aun con los ojos cerrados. Me doy la vuelta para quedar boca arriba, sin abrir los ojos, intentando recordar todos los detalles del sueño. Era fantástico, hermoso, aun siento cosas extrañas que debí estar sintiendo mientras soñaba pero estoy comenzando a olvidar algunos detalles, no puedo quedarme mucho tiempo en la cama cuando despierto después de haber visto eso.

— oh, vamos…— murmuro cuando no veo mi libreta de bocetos. Debería estar en mi escritorio, frente a mí, pero no está.  Si no plasmo lo que acabo de ver lo voy a olvidar y no puedo olvidarlo porque mi vida depende de eso— ah, ya recuerdo…— no exagero cuando digo que mi vida depende de no olvidar un “sueño”, esos sueños en particular. Actualmente mi trabajo es ser dibujante, un artista de comic. Con mis veinticinco años pocos saben a qué me dedico aunque muchos conocen mis obras. Inicie  hace algunos años dibujando superhéroes pero el campo estaba muy ocupado ya con héroes demasiado grandes ¿Quién puede competir con Batman, Superman o Wolverine?  Me divertí mucho esos años. Después crecí y me interese por las tiras cómicas de la vida real, abundaban los artistas que se dedicaban a eso, cada uno con su estilo muy diferente que permitía sobresalir un poco y que fue lo que me hizo conocido al final.  También doy clases en una escuela de arte a niños y adolecentes.

— Everett, no camines descalzo por la casa— la voz de mi mamá sale de algún lugar de la sala. No sé cómo le hace para verme.

— ¿has visto mis cosas?

— dejaste tu mochila en la sala ayer, la puse en el armario de tu habitación.

— Gracias— regreso a mi habitación.  Firme un contrato con un periodo y algunos sitios de internet donde publico todo tipo de historias, no lo parece pero los ingresos me bastan. Me han invitado a algunos eventos públicos y poco a poco soy conocido. Historias de aventura, dramas románticos, comedias ridículas: no hay un género en específico para mí,  o eso es lo que todos creen.

— ¿La encontraste?

— ¡Sí!— vivir con mis padres es solo temporal, viví una temporada por mi cuenta, y en los dormitorios de la universidad, estoy esperando ahorrar lo suficiente y encontrar otro lugar ya que el anterior fue clausurado debido a remodelaciones. Dentro de la mochila esta mi cuaderno, uno pequeño y con los  bordes gastados, casi todas las hojas están usadas pero encuentro un espacio para hacer las anotaciones y algunos bocetos.       

Hace años  que tengo esos sueños,  cuando era niño  había veces que no podía distinguir cual era mi vida real. Mis sueños siempre fueron demasiado reales para mí, casi como recuerdos. Comencé a escribirlos en diarios y aunque preocupe a mis padres nunca pude explicarles porque me importaba no olvidarme de lo que soñaba o recordaba a veces que estaba despierto y veía o escuchaba algo. Cuando tuve la suficiente capacidad para plasmarlos en dibujos, lo hice y hace meses que los subo a internet claro que con otro nombre y sin relación con mis otros trabajos.  Me sorprendió darme cuenta de la cantidad de personas que lo leen. 

La mayoría de las veces sueño lo mismo pero me encuentro con detalles nuevos que no vi las veces anteriores, y es por eso que tarde mucho en decidirme a plasmarlo como tal. No lo hago por la fama, ni por el mero hecho de dibujar, para mi es importante poder verlo incluso despierto y he dibujado tantas veces que podría hacerlo con los ojos cerrados.    

— Everett— la cama se hunde y me hace botar y hacer un rayón en la hoja— lo siento, escuche que estabas buscando tus cosas y quiero ver que es lo que paso hoy.

— pide permiso para entrar.

— ¿otra vez él? ah… yo también desearía tener esos sueños.

— no todo es tan agradable, Virginia— mi hermana es la única de mi familia que conoce  todas las historias mías, incluida esta aunque a ella no le gusta leerlas completas— arruinaste el boceto, no saltes de esa forma en la cama—  ni siquiera le importa la temática.

—  pero sí que vale la pena solo para ver a Zachelle. Es una lástima…— no termina la frase, pero suspira. No es el primer comentario que me hace sobre las preferencias que use en la historia, yo no le he dicho que odio cuando habla de Zachelle— ah, llamo Evelyn, quiere que pases por ella cuando vayas al café.

— Le enviare un mensaje, ahora fuera de mi habitación— Virginia me saca la lengua, y en lugar de molestarme,  pienso en incluir el gesto en su alter—ego, Vanna.  El estómago se me revuelve un poco, siempre pasa cuando  sueño y luego veo a mi familia. En esos sueños siempre soy Rahn, y nunca he soñado con unos padres, eso es lo único que es diferente entre el sueño y la realidad y no puedo saber si mis padres serían los mismos que los de Rahn, créanlo o no, me he encontrado a casi todas esas personas de mis visiones o sueños o lo que sean, en la realidad. A todos excepto a Zach.

Cuando ella se va, termino de hacer los bocetos y las notas, poniendo cuidado en no arruinar más el dibujo de Zach. 

No me mantengo solo de mi arte,  por más que me gustaría, así que también trabajo en un centro comercial, haciendo entregas entre las mismas tiendas o haciendo pedidos fuera. Mi trabajo es en la cafetería del lugar…  como no hago gran cosa con mi vida, trabajo los dos turnos cuando no estoy dando clase, aunque solo sea para ganar un poco más de dinero haciendo los recados. Desayuno solo pan tostado con mermelada de fresa y un café con leche antes de irme.

Aunque cafetería es el nombre que uso para no parecer anormal, porque más que una cafetería, el lugar es una tienda esotérica donde leen cosas como el futuro, el aura, la mano y las tazas de té. Esta iluminado con lámparas de neón rosas y azules, por lo que siempre está un poco oscuro; huele a inciensos y velas aromáticas, el suelo esta alfombrado mientras que en las paredes que no hay libreros llenos de temas espirituales y ocultistas, hay cuadros de ángeles, brujas  y figuras extrañas que no entiendo.  En otros lugares hay estantes con cosas más raras todavía,  pedazos de no sé qué flotando en frascos con líquidos de colores junto a manojos de hierbas y ramas. En el mostrador y tras la caja registradora los estantes y mesas solo tienen artículos para vender, juegos de cartas, cuarzos y piedras, amuletos y esas cosas.  Para entrar tienes que pasar por las cortinas de cuentas de cristal  y colores brillantes.

—  ¿otra vez te quedaste dormido?

— Para nada. Había mucho tráfico en las calles.

— No puedes mentirme, Everett— Daphne es la dueña de la tienda, no es una anciana que parece bruja, es bastante joven para tener una tienda de esoterismo y me alegra trabajar con alguien a quien no conocí antes en mis sueños. Nunca me he puesto a  pensar seriamente si puede leer  o no el futuro de las personas, me gusta seguirle el rollo y hacer lo que me pide para darle más dramatismo al lugar— sé que te olvidaste de algo importante antes de venir aquí.

— No olvide nada.

— ¿Seguro?— otra voz sale del mostrador y Evelyn, mi amiga por la que tenía que pasar de camino aquí, se endereza con un tarro de café orgánico.

—ah, lo siento…

— ya no importa.  No hay mucho movimiento hoy, quiero mover las cosas de las estanterías y sacudir los libros— me levanto las mangas y me dirijo al fondo de la cafetería, donde están los sanitarios y el armario de aseo. Como es temprano, tendremos un buen rato libre, muy pocas personas van a la cafetería y Evelyn puede encargarse de la venta de las cosas. Para el medio día he terminado de acomodar las cosas que Daphne quería mientras ella está en una de las mesas leyéndole la mano a un grupo de chicas.  Como no puedo iniciar con los libros aun, y el olor aromático del lugar me está mareando, salgo.

— Te conseguí otra cita.

 — No otra vez— suspiro, y ella suelta una risa. Qué alivio, no es más que una broma— la última vez fue muy desagradable, ni siquiera sé porque elegiste a esa persona.

—pensé que podían congeniar.

— Pensé que era una broma— casi nunca me quejo de las veces que Evelyn intento conseguirme pareja, tampoco me gusta que se involucre mucho en eso y las veces que he aceptado salir son porque en realidad la otra persona me parecía agradable o porque ella me lo rogaba en serio— ah, sí, siento no haber ido por ti.

— Creo que algo de los poderes de Daphne se me están desarrollando, porque sabía que no ibas a ir por mi— se ríe bajito, echando una mirada hacia la puerta. En el cristal de la ventana puedo ver nuestros reflejos,  el de ella, con el cabello oscuro corto hasta la barbilla, su piel morena debido a las horas que pasa practicando deportes en  la calle, y en especial de su último viaje a la playa donde practico surfeo por dos semas. En el reflejo no veo sus ojos, pero son de un castaño suave. Mi reflejo aún sigue confundiéndome a veces, porque  siento que no soy yo quien me regresa la mirada aunque el cabello castaño y los ojos oscuros sean los mismos. El teléfono del local timbra y Evelyn corre a contestar.

Ah parece que hoy será uno de esos días difíciles en donde ya no sé en qué mundo vivo, y  no lo digo con drama, realmente no sé en qué mundo estoy.  

No me equivoco, todo el día me siento desconectado, como si mi cuerpo fuera solo una máquina que obedece o como si estuviera viendo todo a través de una mente que no es la mía. No es agradable, de verdad no se lo recomiendo a nadie,  yo ya me he acostumbrado a vivir de esta manera pero costa de una larga lista de citas con psiquiatras, psicólogos y un montón de investigadores de sucesos paranormales, pero eso es otra historia. Ahora me basta con poner atención en las cosas que quiero recordar y apuntar las que son importantes para no olvidarlas.  Como el centro comercial tiene tres plantas y un montón de locales, no me aburro de ir de un lado a otro llevando los pedidos de café y otras cosas que no venden en la tienda de Daphne, casi todos me conocen y conozco a casi todos.

— ¿Te quedaras a comer aquí?— Daphne termina con sus citas casi a las dos de la tarde, pero yo no me he movido del librero, donde he estado la ultima hora sacudiendo.

— Iré a la zona de comida.

— Te acompañare— me encojo de hombros, tener compañía para la comida nunca es malo.

— Ah, casi lo olvido, tengo un asunto que atender esta tarde, tómense la tarde libre.

— ¿en serio?

— Claro— Evelyn sonríe y me pica las costillas, siempre lo hace cuando quiere que me mueva. Daphne ríe y va al mostrador a recoger sus cosas.

— Ya voy— me quejo cuando vuelvo a respingar por culpa de Evelyn. Salimos primero después de despedirnos de Daphne y nos dirigimos a las escaleras eléctricas para  subir a la tercera planta. El olor de la comida se hace muy notorio mientras nos acercamos— ¿Qué quieres comer? 

  — umm, daré una vuelta para ver que quiero.

— buscare un lugar, trame cualquier cosa que pidas tú y una soda. Y que no sea una ensalada— es casi la hora en que llegan los estudiantes y personas que acaban de salir de sus trabajos.  Quedan muy pocas mesas libres, y viendo las opciones que tengo elijo la única que no está junto a una familia ruidosa o al pasillo.  La mesa está junto a una enorme maseta con una planta artificial y la protección que evita que caigamos al vacío.  No veo a Evelyn por ningún lado, espero que no se hay ido con alguien más y se olvidara de mí, eso sería muy típico de ella.

Que aburrido, por suerte, traigo mi cuaderno. El trabajo en la tienda me deja tiempo libre a veces para dibujar, y la ventaja de ser independiente y poco conocido es que no tengo una fecha límite para entregar.  Me pongo a dibujar,  no en los bocetos que hacía en la mañana, sino en la parte  en que deje  la historia, solo necesito unos detalles en los  diálogos y cuando los termine planeo hacer algunos dibujos para mí mismo, esos que nadie más ve.  Me quedo tan absorto dibujando, que no me doy cuenta de cuánto tiempo paso dibujando ni cuánto tarda Evelyn en encontrarme hasta que ella deja caer la bandeja con la comida delante de mí.

— ¿sabes que deberías usar un localizador?  O atender tu maldito teléfono una vez en tu vida. Estuve buscándote casi veinte minutos— está enfadada, y cuando miro alrededor, noto que ahora hay más gente que antes.

— No me di cuenta— ella suspira. Creo que no está molesta conmigo, pero no le voy a preguntar ahora que le paso o seré quien pague por lo que sea que le hayan hecho mientras pedía la comida. Evelyn es la  Sahar de mis visiones, por eso se convirtió en mi primera amiga.

— sigues dibujando— estira la mano y voltea mi cuaderno— ¿otra vez has soñado con él?— le da un golpecito con el dedo al dibujo que hacía de Zachelle.

— Siempre sueño con él— regreso el cuaderno a una posición donde puedo dibujar de nuevo— no sé porque sigues preguntando. ¿Qué me trajiste?

— El tuyo es este— me empuja un lado de la bandeja— Everett, sé que estas muy contento con tus novelas gráficas, pero ¿pones atención a tu alrededor? ¿Te has preguntado porque te he conseguido citas?

— no realmente.

— no tienes pareja.

— no soy el único soltero, no veo que tiene de malo que no tenga pareja.

—  bien, no es un punto fuerte, lo que quiero decir es que…— aprieta los labios.  Nunca le pregunte porque me conseguía citas, porque siempre asumí que le gustaba o le entretenía de alguna manera además de que no todas las veces que tuve citas con las personas que ella me citaba estaban mal. Creo que tanto ellos como yo siempre supimos que no íbamos a funcionar,  yo no creo en las citas concertadas—  no ayudas, Everett.

— ¿eh? Pero si siempre estoy ayudando en lo que se necesita en la tienda, y los demás. Incluso en casa.

— no me refiero a eso. Nunca pones de tu parte cuando tienes novio— me apunta con el tenedor que usa para comer—  y todo porque sigues metido en tus novelas.

— umm.

— ¡Everett te estoy hablando!— me obligo a mirarla. Sí, me gustan los chicos. No diré que desde siempre, pero si desde que siento algún interés por alguien más. Solo ella y mi familia saben que me gustan los chicos, y cuando lo hizo no tardo en comenzar con las citas. — no puedes seguir así.

— exageras.

— Has estado enamorado de la misma persona por años, ya es hora de que lo superes— resoplo, cerrando el cuaderno de un golpe y jalando la bandeja. Lo que me trajo es pollo frito. No me gusta mucho la comida rápida, pero debe haberla comprado como una clase de castigo por no haber ido por ella.

— sigo sin entender tu problema, cientos de personas viven toda la vida enamorados de una misma persona, es normal.

— claro, eso sí es normal. Lo que no es normal es que esa persona no exista— sisea— o que exista solo en tus sueños. Es imposible, Everett. Date cuenta de una vez que  nunca tendrás una posibilidad.

— y siempre tan amable, déjame vivir mis sueños como quiera. Si quiero estar enamorado de alguien que no existe, entonces está bien para mí— puedo asegurarle a quien sea que me pregunte que si me gustan los chicos es a causa de esos sueños, en donde siempre estoy junto a él. He crecido con él en mis sueños y es irremediable que no me enamorara. Lo difícil es  olvidarme de él cuando estoy con alguien— no te preocupes, sé muy bien cuál es la realidad— Desearía que esas palabras fueran verdad.

— bueno espero que así sea, ya no somos adolecentes, y deberíamos ir pensando en nuestro futuro en serio.

— lo pienso.

— no parece.

— ¿crees que no tengo futuro?

— Tus novelas gráficas están bien, tienes talento pero ¿Qué pasa con nuestra vida de pareja?—  que pesado. No tengo muchas ganas de discutir el día de hoy, justo cuando estoy en un mal día para concentrarme.

— ¿Por qué estás tan pesada con eso del futuro? Está bien que te preocupes, pero por favor, solo hazlo con el tuyo— Evelyn no me ve, agita su bebida y suspira.

— solo he estado pensando. Me preocupo por ti, y  por…— me pierdo en la primera frase.  Entiendo que se preocupe, pero estoy resignado. Sé que las cosas deberían ser diferentes y no espero olvidar de Zachelle y los sueños algún día. no puedo hacerlo cuando cada  mañana siento que he tenido otra vida antes que esta, cuando cada que despierto lo único que se es que tengo que encontrarle aunque se me vaya la vida en ello, porque aunque he encontrado a otros aun no le encuentro a él y eso me hace sufrir. Encontrarle es importante, es lo único que me importa…  Ah… me gustaría tener alguna señal para saber que hacer ¿sigo como hasta ahora? ¿Intento olvidarme de todo? Quizá baste con dejar todo este asunto y dedicarme a lo cotidiano, a lo que no tiene nada que ver con esa vida.

 Aun estoy pensando, con la voz de Evelyn y el murmullo de la gente de fondo, mirando a las escaleras eléctricas que quedan muy a la vista desde mi posición, pidiendo desesperadamente una señal, tan acostumbrado a vivir entre lo que es real y lo que no, que tardo unos momentos en darme cuenta que estoy viendo.

— ¡Everett! ¡Otra vez no estás escuchándome!   

— Zachelle.

— claro que estoy hablando de él, pero…

— ¡No! no eso— estiro la mano y le empujo el rostro para que gire y vea lo que yo. Subiendo  por las escaleras eléctricas, reclinado en el pasamanos con aire despreocupado, al chico del cabello castaño, que no llega a ser rizado y largo hasta mas debajo de la barbilla pero sin pasar de los hombros. No puedo verlos desde aquí, pero estoy seguro de que sus ojos son grises, un poco rasgados y que se entrecierran más cuando ríe.

— imposible… — yo también pienso eso. Mientras la escalera continúa subiendo, mi mente va quedándose en blanco, las emociones pasan una tras otra tan rápido que tampoco logro saber cómo me siento.

Porque el chico que acaba de subir es idéntico, completamente idéntico a mi Zachelle. Es como si hubiera salido del papel de mis cuadernos, como si él fuera el modelo de mis dibujos y no solo lo viera en sueños. Es extraño, y me siento un poco asustado, una coincidencia que duele. No entiendo porque me duele, ni porque tengo ganas de ponerme a  llorar.

— Evelyn…—  el chico no viene solo, un grupo de cuatro personas más le acompaña, ríen, hablan, pero yo solo tengo ojos para él, mi Zachelle, por fin.

— por favor alguien dígame que no estoy soñando.

— Yo quiero saber eso— se van al otro extremo del lugar, y ya no puedo verle— ¿de verdad no es otro sueño? ¿He enloquecido? No me siento bien— ella solo estira su mano y me da un apretón en la mía que esta sobre la mesa.

Porque  si este es un sueño más, entonces he acabado en la más desagradable pesadilla que he tenido jamás porque si despierto ahora que le he encontrado, será tan doloroso que solo querré morir.

Notas finales:

Nos leemos la próxima semana.


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