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RE- por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

 

Espero que disfruten mucho el capítulo. Muchas gracias por los comentarios que han dejado, han sido muy lindos, de verdad me alegra que les este gustando esta historia.

El silencio en el auto de Evelyn ya es incomodo.  Ni siquiera es capaz de encender el radio o poner su reproductor de música.  No hemos dicho nada desde que nos levantamos de la mesa y usamos las escaleras eléctricas del otro extremo de la zona para llegar hasta el estacionamiento y pagar la cuota antes de irnos. No tengo intención de manejar mi motocicleta y Evelyn no me dejara conducirla, la lleve a la zona de bodegas donde pueden vigilarla los guardias.


El auto en si no es de Evelyn, sino de sus padres pero como ellos no lo usan mas prácticamente ahora es de ella y no lo estaría usando hoy si yo hubiera ido por ella en mi motocicleta antes de ir al centro comercial. El auto se detiene frente a mi casa pero no nos movemos.


— Everett… ¿Cómo estás?— me gustaría responder que estoy bien, que no ha sido nada y seguir mi vida como hasta ahora pero la realidad es que no sé como estoy todavía, siento una mezcla extraña de emociones que no puedo identificar, como tomar un licuado con muchas frutas y te pidan que digas de que frutas está hecho. 


— No haber corrido tras él, me siento idiota por no hacerlo—  En una parte de mi estaba dispuesto a hacerlo, pero también tenía miedo.  No me moví hasta que le deje de ver, y luego solo pude terminar rápido lo que restaba de la comida y levantarme para irme de allí, agradeciendo que Daphne nos diera la tarde libre y no tener que inventar una escusa para irme sin decirle nada— pero ¿y si me odia?— ha pasado mucho tiempo, tarde mucho en encontrarlo ¿me odiara por eso? pero yo realmente…


— ¿Por qué lo haría? Yo también estoy sorprendida de que no corrieras tras él. Con eso de que solo hablas de él… pero ¿De verdad crees que se parece?


— Tú misma le viste.


— te pusiste pálido, creí que ibas a enfermarte allí mismo.  


— Solo estaba sorprendido.


— ¿Qué harás?


— Si lo que quieres saber es si saldré corriendo en cualquier momento a buscarle por todo el centro comercial y cuando no le encuentre por toda la ciudad al punto de poner dibujos con su rostro en las tiendas, la respuesta es que no lo hare— la hago sonreír con eso, pero no es una broma porque en serio  se me cruzo por la cabeza hacer eso y ahora estoy comenzando a molestarme conmigo mismo por no haberme acercado o algo. Ya no podre encontrarle porque coincidencias como esa no pasan dos veces en la vida. Ah, voy a llorar.


— Me alegra escuchar eso, Eve…


— Estoy cansado. Mañana tengo clases con el grupo de trece años— aun es muy temprano,  pero estoy agotado. Quiero ir a dormir y olvidarme de todo hasta mañana. Sé que posiblemente no hare ninguna de las dos. Abro la puerta y bajo un pie antes de volver a girarme para hablar con Evelyn— No le cuentes a nadie lo que vimos— Por nadie me refiero a mi familia porque son los únicos que conocen mi obsesión por Zachelle. – todavía no, no quiero molestarles más con eso.


— está bien. Pero si te comportas extraño mucho tiempo se los diré— ah, ella no lo entiende.


— Bien— ahora si bajo del auto al mismo tiempo que ella lo vuelve a encender. Cierro la puerta y me despido diciendo adiós con la mano. Arrastro los pies hasta la puerta, y no me molesto en avisar que he regresado. Subo las escaleras y me encierro en mi habitación, cuando veo mi mano en la perilla de la puerta noto que estoy temblando. Suspiro y me dejo caer en la cama.


He pasado toda la vida hablando de él, cuando era más pequeño hablaba como si algún día él fuera a venir, aunque mis padres me decían que no era real, hable tanto sobre Zachelle y esas otras personas que termine visitando a varios psicólogos, la gran mayoría solo decía que mi imaginación era muy activa y me convenía tener actividades extras para disminuir esas historias, debido a eso aprendí a nadar, jugar baloncesto y también tuve clases de capoeira. No funciono, algunos otros pasaban largas horas haciéndome hablar de todo eso ¿Acaso es tan difícil creerme cuando digo que conocí a esas personas cuando era otra persona?  Mi madre termino por llamar a un instituto de investigación paranormal o algo así, no tenia edad ni interés para saber que era ese lugar. Cuando comenzaron a decir que podría ser obra de algún ente demoniaco no quise saber más del asunto, y comencé a guárdame esas historias y dibujos para mí.  Me sentí mal por engañar a mis padres y hacerles creer que había parado, incluso guarde los dibujos que hacía desde niño y fingí que todo estaba bien. No lo hice tan bien, pero al menos basto para que mi madre se olvidara de ese lugar.


— ¿Everett?


— Aquí estoy.


— ¿No tenias trabajo hasta tarde?


— Daphne salió y nos dio la tarde libre, me quede a comer con Evelyn allá…— me quedo callado, porque quiero hablarlo, quiero decirle que finalmente le encontré, como siempre dije desde niño,  y que no tiene que preocuparse más porque este loco.


— Ah. Lavare ropa, si tienes algo sucio bájalo ahora.


— Puedo lavar yo mismo otro día.


— no dejare que desperdicies más cosas cuando puedo hacerlo ahora. Necesito que alguien arregle  el techo del garaje.


— Lo hare mañana.


— ¿paso algo?


— nada. Solo… tuve un día extraño, no te preocupes. Bajare a preparar la cena cuando sea hora, creo que dormiré un rato.


— si te sientes mal dímelo e iremos al hospital.


— Te lo diré— no creo que un doctor pueda resolver lo que me está pasando.  Cuando me quedo a solas de nuevo, vuelvo a sacar mi cuaderno, y comienzo a dibujar. Si lo pienso mejor yo no debería estar tan sorprendido por encontrarle si ya he encontrado a otros de la misma manera, descubrir que mi hermana Virginia era casi idéntica a la mujer que causo todo el desastre aun hace que a veces me comporte mal con ella, Evelyn es la otra Sahar ahora ¿Por qué me sorprendo de encontrarle? Ah… Creo que no es sorpresa lo que siento.


De cualquier modo, encontrarle de nuevo es una posibilidad tan baja que no vale la pena ponerme a pensar en eso o me lanzare de cabeza desde la azotea. Ojala hubiera tomado una fotografía.


— Everett, mamá dice que saldrá con sus amigas y que no ocupas hacer la cena hoy, ya llamo a papá. Yo también voy a salir.


—  Está bien— quedarme solo aquí no es una buena idea si lo pienso mejor. Aun es temprano, pero si no hago algo… No quiero quedarme solo en casa, si llamo a Evelyn se va a preocupar por lo que paso y no sé si quiero hablar de eso con ella aun.  Solo me ocurre una cosa. Vuelvo a salir y voy hasta el garaje por el auto de mamá, es una suerte que no lo usara hoy.  Me toma casi veinte minutos llegar a donde quiero,  encuentro un espacio libre para el auto y entro al local hasta mi mesa favorita. No me levanto, no digo nada, pero no pasa mucho antes de que aparezca frente a mí un plato  con dos rebanadas de pizza y un vaso con soda de naranja.  En el lugar frente a mi también aparece un plato con comida.


— ¿Y bien? hace tiempo que no venias.


— No había nadie en casa— Mi padre se sienta en la silla— Iba a preparar la cena hoy, pero ya te dijo mamá que no estarían, y no quería desperdiciar.


— no me refiero a eso. Estas aquí, ni siquiera entraste a saludar— Siempre que vengo por algún recado o cualquier cosa entro a la cocina… a menos que tenga algún problema.  Para ordenar un poco mis ideas le doy un par de mordidas a la pizza y tomo un trago de soda.


— Me siento como otra persona más que nunca— no puedo decirle como quien me he sentido hoy, pero sé que él sabe a qué me refiero ¿Debería contarle lo que paso? Quiero hacerlo, pero… mejor esperare unos días, quizá solo se me pase con el tiempo.


— no  te olvides de tu familia, Everett.


— no lo hago. Tuve esos sueños de nuevo hoy, solo ha sido un mal día para ser yo. Incluso me olvide de pasar con Evelyn esta mañana, al menos nos dieron la tarde libre en la tienda y no cometí algún error por estar distraído— mi papá se ríe.


—  Si le dices a tu mamá que condujiste su auto como estas,  te va a castigar— eso me hace reír a mí, y los dos reímos un rato. 


— Necesito buscar otro departamento.


— Deberías dejar uno de tus trabajos.


— Si voy a conseguir otro departamento necesitare dinero. Además no puedo vivir con uno solo, no pagan lo suficiente—  Deje la universidad porque no era lo que yo quería y termine estudiando mas sobre arte,  y no he estado buscando un trabajo fijo aun, lo de la escuela podría funcionar si logro quedarme y mantener un buen nivel hasta final de año y entonces podría tener más horas de clase y un sueldo mayor.


— no te sobreesfuerces— No hago gran cosa tampoco.  Cuando tengo el plato vacio me doy cuenta de que hice bien en venir aquí, mi padre hace que termine olvidándome de las cosas que quiero olvidar. Siempre se queda un rato porque tiene que volver a su negocio, pero a mí me basta con eso.


 


El estacionamiento de la escuela es amplio, así que no tengo problemas para estacionar en un lugar con sombra. La clase de hoy es por la tarde, estuve toda la mañana en la tienda de Daphne terminando de acomodar y sacudir todas las cosas. Siempre llego a tiempo debido a que con la motocicleta no encuentro mucho tráfico, tengo tiempo para ir a recoger las cosas que necesito de la bodega. 


— Everett, buenas noticias, ya contrataron a alguien para que haga de modelo en las clases.


— Oh, eso es bueno, tenía problemas con los modelos de madera que hay aquí, son pequeños y no todos quieren dibujar lo mismo— al menos una buena noticia después de la decepción de ayer.


— tenemos que esperar en la dirección.


— ¿Yo también?


— no hay nadie más, el director llegara tarde y por favor, no me dejes sola con esto.


— ah, bien… pero deberías comenzar a hacer cosas por tu cuenta— Sarah es la que imparte clase a los niños más pequeños, tiene un horrible caso de timidez extrema que muchas veces hace que no pueda pronunciar palabra delante de quien la ponga muy nerviosa. Paso un buen  tiempo para pudiera hablarme a mi sin tartamudear y aun no entiendo cómo es que logra dar clases.


Como me dijo, no hay nadie en el lugar. La puerta que lleva  a la oficina del director está abierta, y como no hay otro lugar para esperar porque este lugar es pequeño y todos los espacios se usan para las clases,  el pequeño espacio que hay fuera de la oficina hace a veces de sala de juntas, y allí es donde esperamos. Hoy me siento mejor, y dormí aunque pensé que no lo haría, incluso no tuve pesadillas pero sí que amanecí algo molesto por haberme comportado de forma tan tonta ayer. Poco a poco comienzan a llegar más personas,  siempre hay dos horas en las que no hay labores debido a la comida, no hay una cafetería aquí y prefieren que los alumnos coman en otro lugar. Algunos de los otros maestros llegan mientras esperamos. Sería fácil pedirle a algún conocido que nos ayudara con eso, pero no soy el único de los profesores que necesita a alguien fijo y no alguien diferente cada clase. Quien vendrá hoy es solo una prueba para contratar más modelos.


— se está haciendo tarde, debo recoger el material.


— Everett…


— lo siento, Sarah, tendrás que  pedirle a alguien más que te apoye— señalo con la cabeza a los otros profesores. Hay dos nuevos profesores que tienen apenas dos semanas aquí,  así que ella no les habla— puedo pedírselo por ti si quieres.


— ¡Por favor!— me aguanto un suspiro y me giro para preguntarles quien podría esperar unos minutos más.


— Disculpen…— alguien llega corriendo, resbalando debido a la velocidad y tiene que sujetarse de la puerta para no irse de largo y estamparse en la pared— me perdí y no encontraba la dirección— a mí se me aflojan las rodillas.


¡Es él! ¡Es él! de entre todas las personas que podían tener este trabajo es justamente él.  Se me escapa una risa, y  siento que todo se mueve. Solo me he emborrachado un par de veces y esto se siente parecido, pero recordando todo.


— Everett ¿Te sientes bien?


— No… creo que necesito…— Estiro la mano para buscar algo a que sujetarme, y encuentro la pared, la uso para dejarme caer al suelo. Necesito sentir algo estable por unos momentos, cierro los ojos para no ver las cosas girando a mi alrededor— No es nada, estaré bien.


— ¿Pero cómo vas a estar bien? ¿Llamamos a alguien?— escucho que siguen discutiendo sobre si llamar a una ambulancia o llevarme a algún lado, solo muevo la mano para restarle importancia, pero no parecen verme. Después de respirar profundo un par de veces me comienzo a sentir mejor.


— ¿no deberíamos hacer algo? ¿Me puedes escuchar?


— Te escucho— abro los ojos, y le veo allí, de rodillas a mi lado e inclinándose hacia mí. Sabía que sus ojos serian grises.  No digo nada mientras le veo por fin frente a frente, tan cerca de mí. Ya no veo a las cosas dando vueltas, y el mareo se me ha pasado también.  Alguien me pregunta algo, pero no puedo poner más atención más que al chico que tengo frente a mí. Me apoyo en un codo, y estiro la otra mano hacia él. En lugar de apoyarme en la mano que me extiende, jalo un poco de él y le beso. Ni siquiera lo pienso, solo lo hago porque es lo que quiero hacer, porque es lo que me parece más normal.  Y ese beso es como respirar por primera vez, como absorber vida pura— te dije que besaría cuando nos volviéramos a ver.- las palabras salen sin que las piense, como si estuvieran listas para salir desde hace mucho tiempo.


— ¿Qué?


— ¡Everett!— Esa es la voz de Sarah.


— Ah, lo siento, me deje llevar— me levanto, dejándole con la cara roja. Todos me miran como si no creyeran lo que acaba de pasar— ah, mi clase… no he ido por el material. Nos vemos después— No me dirijo a nadie en particular, y tampoco estoy huyendo.


 — espera, Everett ¿Cómo vas a dar clase así? ¡No puedes ir si te sientes mal! ¡Espera!..— sigo escuchando como me llama Sarah desde la puerta, pero no me detengo hasta que llego a la bodega y tomo la caja con el material que hemos estado usando las últimas dos clases. En el salón ya han llegado dos de los diez estudiantes que tengo en esta clase.  Hasta que no dejo la caja en la mesa y veo mi nombre escrito en ella es que me doy cuenta de varias cosas al mismo tiempo, cosas que me hacen querer golpearme la cabeza en el escritorio.


— Que idiota— murmuro. No le dije ni mi nombre, no nos presentamos, no se su nombre y no me disculpe por lo que hice, aunque no esté arrepentido. Me engañe yo mismo con todos esos sueños bonitos, con mis dibujos y la historia que he creado, nos he dibujado cientos de veces besándonos que deje de lado la realidad, pero estaba tan feliz porque ahora él va a trabajar aquí… y yo  posiblemente he arruinado cualquier posible acercamiento.  Podría fingir que lo que pasó solo porque estaba confundido, y que no era mi intención hacerlo pero esas palabras me estarían condenando, contarle la verdad ahora mismo me hará parecer un enfermo loco.   La llegada de mis estudiantes me distrae de mis pensamientos, decido comenzar la clase. Como la puerta está abierta veo que de vez en cuando Sarah y los otros dos profesores se asoman de vez en cuando, creo que quieren comprobar que no me he desmayado  de nuevo.  Él no viene  a mi salón.


Termino la clase unos minutos antes de la hora, porque yo me quedare a recoger todo y quiero irme más pronto hoy. Pongo los últimos botes de pintura en la caja cuando escucho unos toques en la puerta.


 — Everett ¿Tienes un momento?


— Director Rainer— tengo que concentrarme más para no llamarle como al misterioso líder de la resistencia de mis visiones. Trabajar con alguien que es casi idéntico hace que tenga que concentrarme más.


— ¿Te encuentras bien? me han dicho que tuviste un incidente antes de iniciar la clase.


— no fue nada, estoy bien… de hecho creo que debería disculparme con los demás por haberlos asustado por eso— ¿Le habrán dicho lo que hice después? Si él ha decidido que mejor no trabajara aquí podría costarme más que una llamada de atención.


— ¿Vienes en tu motocicleta? Podría ser peligroso si vuelve a pasarte, llamare un taxi para que vayas a casa.


— No es necesario, me siento bien— bastante bien, mejor que nunca podría añadir— Solo ha sido algo pasajero— Me mira, y sea lo que sea que vea en mi le convence de que me encuentro bien. No podría explicarle que he visto a alguien que llevo años buscando porque le conocí en mis sueños, o lo que sea, sin terminar en un hospital psiquiátrico—  no pude conocer al modelo que contrataste.


— ah, también estaba allí… Es un conocido de una vieja amiga.


— entiendo— no debo parecer demasiado ansioso ¿no? parecerá que quiero hacer algo malo si hago muchas preguntas— me voy yendo, ya le conoceré en la próxima clase que tenga— Eso será hasta pasado mañana, y aunque la idea de verle en dos días es mala no logra decepcionarme porque al menos sé que le veré y tendré tiempo para inventarme alguna escusa decente.  


Viajar en motocicleta es de las cosas que más me agradan, sentir la velocidad y el viento es lo que más disfruto en esta vida. No me arrepiento de haber comprado una motocicleta en lugar de un auto, es mucho más práctica que un auto aunque muchas veces  he preferido que el camino sea más largo, pues en la motocicleta todo me queda más cerca de lo que quisiera.


 


Para la tarde del día siguiente me he cansado un poco de las miradas que me dirigen  Evelyn y Daphne, y yo también he comenzado a mirarlas con extrañeza.  Cuando veo que ya no hay nada más que hacer y que Daphne esta entretenida leyendo las cartas de una pareja me sirvo un vaso de té helado.


— ¿Qué tanto me ves?— Le pregunto a Evelyn, sentada en la silla frente a mí. Ella todavía me da una larga mirada antes de responder.


— Esperaba que estuvieras diferente. Estás… feliz. Después de lo que paso esperaba que estuvieras triste o no se… no sonriendo y cantando cancioncillas mientras llevas los pedidos.


— Yo no…


— Evelyn tiene razón— la voz de Daphne suena tras de mí. Veo a la pareja que atendía salir sonriendo por la puerta— hasta yo siento que algo ha cambiado en ti, Everett ¿Te ha pasado algo bueno?— Pienso en mi encuentro esperado con él, en el beso y en que mañana le veré. Y sonrió. Evelyn murmura una grosería.


— ¿Ya te has olvidado de…?


— No. Pero te contare mañana— no tiene caso que le diga algo ahora, solo va a ponerme  más nervioso— me voy, quede de pasar por Virginia a sus clases de baile— me tomo el resto del té y me levanto. Ninguna intenta detenerme.


 En casa también me dirigen esas miradas como si de pronto yo me hubiera vuelto una persona diferente. Quizá sea un poco cierto, aunque me sigo sintiendo como siempre, como siempre pero más feliz eso sí.  Apenas puedo controlarme cuando comienza a oscurecer, pareciera que en lugar de sentirme cansado tengo más energía.  Estoy tan inquieto que tampoco duermo mucho, y apenas amanece me levanto de la cama. Soy el primero que me levanto en casa, casi nunca pasa, y me pongo a preparar el desayuno.


— ¿Tienes que hacer tanto ruido?— Virginia aun en piyama se inclina sobre la barra de la cocina para ver que estoy haciendo.


—  tengo clases.


— Por la tarde.


— Le pediré un grupo más al director, me iré temprano—  incluso estoy pensando en hacer propaganda yo mismo con tal de tener uno, dos o un montón de grupos más. Ella me mira extrañada. Si todo va bien, les diré lo que está pasando.


— estas extraño ¿iras a acampar? Siempre estas así cuando vamos a acampar al bosque o de excursión a las montañas.


— Te lo diré después—  cuando paso hacia la mesa para comenzar a ordenar los platos y lo demás, le doy un beso en la mejilla.

Notas finales:

El tan esperado reencuentro de estos dos.

Gracias por leer!! 


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