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RE- por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

Otro capítulo más. Espero lo disfruten.

Evelyn es peor que yo disimulando. Mientras llevo dos tazas a la mesa, las dos con té, solo que uno de menta y el otro de hierbabuena,  ella se queda en el mostrador, con la mirada fija en Laith y asintiendo o negando de vez en cuando pero sin decir nada.


— lo siento, solo ignórala, se le pasara en un rato— tanto esfuerzo que he puesto en no delatarme con él para que ella sea quien termine por tirar todo por la borda.


— ¿Le has hablado de mi?


— Si, un poco— ¿Cómo puedo explico que he pasado toda mi vida hablando de él?— es mi mejor amiga.


— debe quererte mucho para tener esa reacción.


— no es personal, como digo, solo ignórala.


— este lugar es extraño. No decido si me da miedo o estoy sorprendido— miro también alrededor. Lo cierto es que a mí nunca me pareció un mal lugar, un poco extravagante, pero no pensé que causara miedo en los que vienen aquí.


— Solo piensa  que es una cafetería temática— él me ve, sonríe mucho más relajado, como si la idea le agradara mucho mas. No, es definitivo que la idea le gusta mucho más— ya casi no vengo por aquí, así que intento ayudar en todo lo que puedo cuando estoy aquí, hace poco ayude a armar las mesas y sacar las viejas.


— ¿Tu no haces eso de leer la mano, el aura, el café?


— Para nada. Yo solo dibujo.


— ah, ahora que recuerdo, Rainer me dijo que también te publicaban, lo que haces.


— son… historietas. Y tampoco es tan genial como parece, realmente a veces me pregunto si elegí bien mi futuro.


— ¿Qué dices? Pero si es genial lo que haces. Tienes el trabajo en la escuela de arte y también venden tus dibujos, podrías ser muy famoso si logras tener los contactos adecuados, además todavía vienes a este lugar. Eso es realmente estupendo, yo apenas y pude conseguir un trabajo, me hace sentir un poco inútil saber que trabajas tan duro— Siento que me avergüenzo por lo que dice. Nunca pensé que alguien viera eso en la forma que he trabajado hasta ahora. Me llevo la taza  a la boca para disimular un poco.


—  estoy seguro de que podrías tener un buen trabajo, disculpa que pregunte hasta ahora pero ¿Qué has estudiado?


— relaciones publicas.


— ah…— sonrió, pensando en que a pesar de que no es Zachelle no solo tienen su parecido físico en común— ¿Y porque estás trabajando como modelo?— Evelyn suelta un resoplido, como diciendo que es muy evidente porque.


— lo hago como pasatiempo, nunca ha sido de modo profesional— en ese momento entran dos chicas y por fin me siento libre de la mirada de Evelyn— el té esta bueno.


— gracias.


— no fuiste a clases ayer.


— tenia… fue una fecha de entrega para los comics que trabajo. Tenía que terminar algunos detalles que no había hecho— estaba tan distraído con él que me olvide por completo de en qué día vivía— El  director Rainer lo sabe, así que de vez en cuando me permite faltar.


— quiero ver eso que haces ¿Me lo vas mostrar?


— Quizá alguna vez— él hace una mueca— ¿tienes algo más que hacer?


— No…— el estómago me gruñe, me había olvidado que no he comido nada hoy— tengo hambre, venía a comprar comida también— vaya, que coincidencia.  


— Podemos ir arriba— me levanto  y camino hasta Evelyn— vamos a comprar comida, ¿quieres algo?


— no.


— deja de mirarle como si fuera una exhibición de fenómenos, me estas poniendo nervioso a mí, y vas a asustarlo a él.


— ¿es tu novio?


— no—pienso en las veces que nos hemos insinuado. No somos nada sutiles con nuestras intenciones, no estoy seguro de que pueda llamarle amor a lo que siento, claro que siempre soñé con Zachelle,  pero decir que ahora estoy enamorado de Laith… podría estarlo pero no le conozco y esto bien podría ser solo parte de mi obsesión con Zachelle— regreso enseguida.


— Bien— Salimos al pasillo, y luego a las escaleras eléctricas. Eso es por mi parte, no sé cuáles son las razones de él para besarme ¿amor a primera vista? ¿Aventura? ¿Romance rápido? Puede haber tantas cosas que no tiene caso ponerme a pensar mucho en eso. Yo solo quiero saber si esto va a durar o solo será temporal, sé que muchas cosas pueden cambiar cuando involucras contacto físico y sentimientos, por lo que tengo toda la intención de hacer que se enamore de mí, y de enamorarme de él. La sala de la comida es amplia, y apenas vamos subiendo el olor de la comida hace que el estómago se me retuerza de forma dolorosa.


— ¿Qué vas a comer tú?— me pregunta, mirando los locales que están abiertos ahora.


— Siempre dejo que Evelyn escoja, me parece un fastidio elegir porque nunca sé que quiero comer— él se ríe— prefiero cocinarme yo mismo.


— umm ¿Qué tal pizza?— hago una mueca. Prefiero no comer pizza a menos que sea estrictamente necesario, cuando tienes un padre que hace pizzas y has comido pizza gran parte de tu vida, ocasionando numerosas sesiones de gimnasio y ejercicio, no te quedan muchas ganas de comerla.


— Creo que comeré algo de allí— me giro un poco al puesto de sushi.


— te gusta mucho esa comida.


— sí.


— creo que probare también con eso— como no hay muchas personas aún, nos atienden rápido y solo tenemos que esperar un poco para que nuestro pedido esté listo. Esperamos sentados en las mesitas, hablando sobre las cosas que nos gustan y las que no. Así termino enterándome de que Laith es alérgico a los gatos, nunca ha estado en un lugar donde caiga nieve, le gustan las cosas calientes y las películas del señor de los anillos.  Cuando caminamos de regreso, con la comida en una bolsa de plástico, me detengo antes de llegar a la escalera. Él se detiene cuando ve que no le sigo— ¿Qué pasa?


— te vi aquí.


— ¿Qué?


— te vi aquí por primera vez, venias subiendo las escaleras con otras personas, yo estaba sentado aquí— él me mira, con las cejas un poco juntas— no importa, vamos, Evelyn debe estar molesta porque la deje con todo el trabajo— bajamos otra vez, esta vez en silencio. Ah, que tonto ¿Por qué le dije eso?  Yo me siento cómodo con él, es como si en realidad le conociera de toda la vida.


Evelyn no dice nada cuando nos volvemos a sentar en la mesa y comenzamos a sacar la comida.  El olor de la comida me gana, apenas lo tengo delante de mi me pongo a comer. Escucho un suspiro de placer, Laith también está comiendo, tiene los ojos cerrados, saboreando lo que mastica.


— esto esta delicioso.


— bastante.


— ¿Qué es eso? no entiendo los cuadros.


— Ese es el arcano mayor de la estrella, cosas del tarot— añado al recordar que no todos están acostumbrados a hablar de estas cosas.


— Everett las pinto. Todas a pedido de Daphne— interviene Evelyn, le hago un gesto con la mano para que regrese a leer la revista que tiene delante de ella.


— ¿En serio?— Él comienza a ver los cuadros que están colgados— no son los más bonitos que he visto, pero parecen  buenos— nunca me gusta decir que soy bueno, y no porque no lo sea, para algunos no seré bueno, para otros si, el arte depende demasiado de quien le mire. La puerta trasera se abre, una mujer sale, tiene los ojos rojos y se limpia el rostro con un pañuelo. Daphne sale tras ella, le da unas palmaditas y la acompaña a la salida.  Regresa estirando las manos, se acerca a la vitrina donde esta Evelyn, pero mientras camina nos mira.


— ¡Pero si es él!  


— ¿eh?


— Es un placer conocerte al fin, siempre creí que Everett solo imaginaba cosas…


— Gracias, Daphne.


— ¡¿Por qué no le haces una tirada de tarot!?— el gritito agudo de Evelyn es lo único que hace que no estrelle mi cabeza contra la comida a medio terminar.


— ¡No!— decimos al mismo tiempo, pero Daphne nos ignora y se sienta, de algún lugar de sus ropas saca las cartas y las extiende sobre el espacio libre de la mesa— Daphne, por favor, no es necesario.


— bien, bien… casi nunca puedo mostrarle a nadie el tarot que tú me hiciste.


— ¿tu?


— ¿podemos terminar de comer?


— Umm, no quiero que me lean el tarot, ni nada en realidad pero gracias por el ofrecimiento.


— eres igual que Everett—  refunfuña. Para nuestra suerte, entran más personas a la tienda y ella se levanta para hablar con ellos.


— ¿Por qué soy igual que tú?


— Nunca he dejado que haga eso conmigo, no creo mucho en cosas como esas— aprovechamos el momento para seguir comiendo.


— estos son increíbles, algo tenebrosos pero increíbles, realmente dibujas bien. Pensé que solo eran habladurías, porque no he visto nada más aparte de esos dibujos. Supongo que se los mostraste a ellas ¿no?— el alivio casi me hace reír, me olvide de que se supone que le había dibujado para las clases. Solo le digo que si con la cabeza— sigo sorprendido por habernos encontrado hoy, además nos hemos conocido mejor. 


— eso es verdad.


— me gustaría conocerte mejor, ya sabes… no solo tener una relación física.


— creo haber mencionado que yo era serio con esto— sonrió cuando sus mejillas se  ponen rosas— pero tienes razón, también me gustaría conocerte más y no solo dejarnos llevar por… lo que sea— bajo la voz cuando noto que los clientes están yéndose— así que ¿podemos salir otro día?


— claro, tengo mucho tiempo libre, ¿puedo visitarte en las clases?


—  Solo si no me distraes mucho— él se ríe, aunque no estoy hablando en broma por completo, él va a distraerme de las clases y ese es un trabajo que me tomo muy enserio. Él solo me sonríe como si  supiera lo que pensé. Antes de añadir algo más, la melodía de un teléfono nos interrumpe y él es quien busca entre sus cosas el teléfono. Deja de sonreír y su rostro se pone pálido.


— yo…


— ¿Todo está bien?— el teléfono deja de sonar, pero casi de inmediato vuelven a llamar.


— sí, no es nada.


— ¿No vas a responder? Cuando insisten suele ser importante— él no me responde, pero su mano alcanza con rapidez el teléfono que había dejado en la mesa y se levanta mientras responde. Yo saco mi propio teléfono, no quiero parecer entrometido con  él. Me entretengo un rato revisando los mensajes que me llegan. Laith regresa, pero no se sienta. Recoge las cosas que tiene sobre la mesa, un recibo, dos juegos de llaves y una soda a medio terminar.


— lo siento, tengo que irme.


— ¿Era urgente? ¿Paso algo? Si necesitas algo…


— no, está bien… solo… tengo que hacer algo, ella… quien llamo es mi novia. Lo siento— no me mira cuando se da la vuelta y sale, dejando de tras únicamente el sonido de las cuentas de cristal de la entrada.


 


____________________________________________________________________________


 


¡Idiota! ¡Idiota!


¿Por qué tenía que decirle eso? ¿Por qué tenía que ponerse así solo una llamada?


Dejo caer mi cabeza contra el volante del auto, aun apagado. Y por si fuera poco, salgo corriendo como si hubiera hecho algo malo. No estoy haciendo nada malo, tengo que explicarle lo que acabo de decir, pero justo ahora  tengo que saber cómo ella encontró este número. Nadie más que Irisa sabe de este número.


— ¿¡Porque le has dado mi nuevo número a ella!?


— hey, no tienes por qué alzarme la voz.


— me dijiste que no le ibas a decir a nadie.


— Audrey es tu novia, y estaba preocupada. Además prometió que no le diría a nadie, y ella no es la chica más brillante que digamos para que pueda encontrarte por medio del teléfono.


— Esto no puede estar pasando…— murmuro, sentándome en el sofá. No puedo culparla por intentar ser buena, y esto es mi culpa por no hablar con la verdad. Más importante, pude haber omitido que ella era mi novia delante de Everett.


— ¿Qué pasa contigo? Ella solo estaba muy preocupada por que desapareciste dejando solo unos mensajes.


— No importa— de cualquier modo tengo que comenzar a desbaratar esas mentiras, por eso estoy aquí lejos de todas esas mentiras— la llamare más seguido, no te preocupes por eso— le dejo las llaves en la mesita.


Mi fin de semana se convierte en un verdadero dolor de cabeza. Sé que no debería importar tanto lo que Everett piense sobre esto, es alguien que acabo de conocer y con quien solo he coqueteado y nos hemos besado un par de veces nada más. Pero lo cierto es que me importa. Ah, lo que debe estar pensando de mi… No me gusta pensar que él vaya a mirarme con desilusión, no cuando la forma en que me ha mirado hasta ahora es… es como si yo fuera  especial, importante. No lo entiendo porque acabamos de conocernos pero me ha gustado que me mire así.  Me gusta, y en serio me gustaría  salir con él  ¡Pero es fin de semana! Tengo que esperar hasta el lunes para verlo, son demasiados días ¡¿Por qué no me quede a explicar las cosas?!  Pero ese lugar era extraño, quizá porque es la primera vez que visito un local esotérico, pero   estaba nervioso, y esas chicas no ayudaron mucho.


 


El lunes ya no sé si quiero explicar todo o solo desaparecer otra vez. Volverme invisible terminaría con todos mis problemas. Pero huir no es algo que me gusta, aunque ya lo hice una vez y por eso estoy aquí, delante de la escuela. Algunos estudiantes ya me saludan cuando entran, les sonrió y finalmente entro.


Mis piernas están temblando.


Everett podría estar tan molesto que ni siquiera querrá hablar conmigo. No, ya basta, deja de hacerte ideas, Laith. No solucionare nada si sigo pensando cosas por mi cuenta. Somos adultos, podemos hablar de esto, y él parece ser una persona muy tranquila. La puerta de su clase está abierta, escucho su voz dando indicaciones para aplicar sombreados… miro la hora, ya casi es hora de que termine la clase, tendremos unos minutos para hablar si tiene otra clase u horas si es su última clase. Los alumnos comienzan a salir, y a mí me dan ganas de vomitar.


— Laith.


— ¿Qué?— le veo frente a mí, trae sus cosas y está a punto de cerrar el salón. Me siento muy lejos de mí.


— ¿Estás bien?


— No lo sé…— su mano toca mi frente, pero el movimiento me parece lento, algo extraño.


— estas helado, y pálido— dejo que me guie hasta el salón y me ayude a sentarme en una de las sillas con respaldo y no en un banco. Un vaso con agua aparece frente a mí. Se derrama cuando yo lo tomo, ya no veo a Everett pero antes de que me beba el agua  ya está de regreso con una lata de soda que abre antes de dármela. Me la bebo casi completa de tres tragos— ¿Te sientes mejor?


— Eso creo— eso es verdad, ya no siento nada de lo que sentía.


— deberías ir a casa y recostarte un rato. Puedo llamar un taxi.


— no, no…


— ¿Quieres que llame a alguien para que venga por ti?


— Tampoco me refiero a eso. Estoy mejor— esto me pasa siempre que estoy demasiado estresado— ¿Tienes clase?


— ¿Eso es lo que te preocupa justo ahora? Me has asustado.


— lo siento, pero me la debías. El otro día en tu trabajo, lamento haberme ido de esa manera.


— No importa, las cosas no siempre pasan como queremos y pasan cosas que no queremos— se encoje de hombros.


— yo… pensé que ibas a estar molesto por lo que paso. Creí que no querrías verme hoy, y estaba muy nervioso antes de entrar.


— ¿Por qué iba a molestarme porque te fueras?


— No por eso, por lo que dije antes— le miro, no creo que esas palabras fuera algo que él iba a olvidarse. Seguimos en silencio, de algún modo siento que Everett está dándome la oportunidad de explicar lo que pasó. Así que tomo aire, y me pongo a hablar—  Mi madre es dueña de una pequeña empresa que proporciona equipo y herramientas de grabación, no son muy populares y dependen mucho de empresas más grandes. Esa chica que llamo es hija de los dueños de una de esas empresas. Y bueno… ellos no saben que yo soy gay.


— ya veo.


— se que fui demasiado lejos con todo esto, pero cuando le propuse eso yo estaba asustado y en realidad era lo que todos esperaban, nos presentaron específicamente para eso.


— ¿Cómo un acuerdo de matrimonio?


— No tanto así, solo querían que nuestras familias fueran más unidas, por el bien de las empresas y todo eso.  Creo que te preguntas porque no he terminado con ella ni he dicho a mis padres que no me gustan las chicas… pensé en hacerlo muchas veces pero las cosas nunca salieron bien como para decirlo— arquea una ceja, yo suspiro— esperaba que… bueno, valiera la pena decirlo, dejar todo por alguien.


—ah, igual que antes.


— ¿Qué?


— Nada, nada… entonces ella solo es tu fachada.


— sí. Sé que puedo decirle a todos sobre mis preferencias, pero ha pasado tanto que… si las cosas salen muy mal quiero poder valerme por mi mismo, no quedarme en la calle y sin trabajo, por eso vine aquí. Espero conseguir trabajo y  ahorrar y hacer todo lo que no he podido hacer.


— Bueno, creo que todo hubiera sido más sencillo para ti si solo hubieras dicho la verdad desde el comienzo— suspiro, casi parece un gemido de pesadez.


— lo sé. La verdad siempre he pensado que cuando termine con Audrey su familia se alejara de los negocios con la mía, mi familia se molestara y yo terminare en la calle— su risa me hace ponerme serio, no me hace gracia que mis problemas le diviertan.


— lo siento, sé que eso puede ser serio.


— lo es.


— Gracias por decírmelo— no parece impresionado, relajado o algo. Sigue estando igual que cuando le veo en clases.


— no estabas molesto ¿Por qué?


— eh… bien, me has contado eso entonces debo decirte. Me sorprendió un poco cuando lo dijiste, pero estaría molesto si no tuviera la oportunidad de hacer algo para cambiarlo. Una novia no es algo definitivo, ni siquiera un matrimonio. Las cosas pueden romperse con facilidad si lo dejamos. Además ¿puedo ver tu mano?


— ¿Mi mano?— extiendo la mano.


— la otra.


— ¿Por qué quieres ver mi mano?— él solo la toma y le da vuelta para ver mi antebrazo. Sus ojos recorren mi piel y se alternan entre mis ojos y mi brazo— eso también es una marca, aunque más curiosa porque…


— una rosa de los vientos. Para encontrarte donde estés, aún está aquí  ¿Qué está pasando?— retiro mi mano, sus palabras me hacen sentir incómodo. ¿Por qué siempre dice cosas extrañas? Y luego dice que no le gustan las cosas esotéricas. 


— ¿Everett?— ha llevado sus manos a la cara, cubriéndose los ojos— ¿ahora tú te sientes mal?


— Solo necesito…— su abrazo me deja helado en mi lugar.  No me muevo, ni le regreso el abrazo. Es como la primera vez que le vi y luego me beso— unos momentos. Ya pasara.


— que los dos estemos mal cuando queremos hablar… bueno, es extraño— intento sonar despreocupado— entonces para resumir, no estas molesto conmigo y aun quieres seguir conociéndome— le siento asentir— entonces está bien—  lo único que puedo ver es la pizarra y el reloj que está a un lado, así que pasan diez minutos para que Everett me suelte— ¿mejor?


— Bastante. Ahora no tengo clase, ¿quieres ir a comer?


— está bien.


— dejare algunos papeles en la dirección, espérame en la entrada. Y deberías pensar en cómo decirle a tu familia sobre mí.


— ¿Sobre qué?— le miro, su mirada elocuente, y sé que hice una pregunta tonta.  Él chico por que el dejaría todo, dije eso antes, y ahora él está diciendo…


Se va antes de que sienta el calor de la vergüenza en mi cara.

Notas finales:

Gracias por leer, hasta la próxima!!


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