Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

RE- por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ~

Ya llego el capítulo de hoy, espero lo disfruten mucho <3

Muchas  gracias por sus comentarios,  gracias por tomarse el tiempo de escribirme.

No puedo mirar otra cosa más que el piso y mis zapatos. Everett está sentado a mi lado todavía, pero hay un espacio entre nosotros. Y mi tía esta frente a nosotros, de pie  y aun con los brazos cruzados. No puedo hablar, ni siquiera puedo pensar en nada más que en lo desgastados que están mis  zapatos deportivos.


— ¿Y bien? ¿Acaso se han mordido las lenguas?— quiero ponerme a gritar de pura frustración,  pasamos tanto tiempo sin tocarnos, y ella no debería llegar a casa hasta mucho más tarde ¡Si hubiera sabido que estaría en casa o que iba a llegar temprano no nos encontraría en esa situación! Everett tampoco luce muy bien que digamos, le pude ver unos momentos mientras nos arreglamos la ropa. Y ahora Irisa espera que hablemos de lo que vio, pero eso habla por sí solo, no sé qué es lo que espera— ¿Laith?


 —…— ¿Qué debo decir? No hay forma de mentir, pero la verdad es algo que he ocultado con cuidado y aunque he querido decirla, es imposible para mí ahora. No puedo hablar, yo no lo sé… yo…


— Me gusta Laith, y quiero salir con él. Creo que insistí mucho con eso— eso no es del todo cierto, ¿Acaso intenta mentir? Es imposible mentir— él realmente no…


— Everett, basta. No importa— él me mira, no sé si es mi imaginación o realmente me está viendo como preguntándome si está bien decirlo. Él de verdad va a inventar algo para intentar remediar esto pero no hay mucho que remediar— A—a mí me… gustan los chicos. Soy gay. Mis padres  no lo saben, nadie lo sabe.


— Laith…— Everett  me está mirando, mas sorprendido ahora. 


— estoy cansado de mentirle a todos. Es suficiente, nunca seré feliz si sigo así. Tía, solo te pido que me dejes decirle a mis padres sobre esto a mí, es  algo que yo debo decir— Se siente bien por fin decirlo.  Irisa me sigue mirando.


— ¿Estas completamente seguro de eso?


— Muy seguro— ella suspira.


— ¿Qué hay de Audrey? ¿Al menos se lo dijiste?


— Ella no lo sabe tampoco…


— Ilkad, él tiene que…


— Su nombre es Irisa.


— Cierto, lo olvide. Irisa, debes escuchar a Laith antes de seguir preguntándole cosas que solo van a malentenderse por separado. ¿Quieres que me quede?—ahora los dos me miran. Quisiera que se quedara, pero esto es un asunto solo mío.


— otro día deberíamos hablar los tres, por ahora… tú mismo dijiste que tengo que explicarle a irisa muchas cosas— Everett solo asiente y se levanta.  Me levanto también, pero me quedo dudando sobre acompañarlo o no. irisa no me está viendo, así que me decido y le alcanzo antes de que llegue a la puerta.


— ¿estarás bien?


— no sé, quizá hablar con alguien más me ayude a tener más confianza para seguir con lo que yo quiero.  No pongas esa cara, está bien, tenía que decirles en algún momento. Por eso es que estoy aquí ¿Recuerdas?


— como olvidarme de eso.


— aunque si me echa de casa ¿Podrías ayudarme a conseguir donde quedarme?— Aunque intento bromear, no logro darle a mis palabras el tono de humor que debería. Everett sonríe y solo pone los ojos en blanco.


— Nos vemos en la escuela— no se acerca ni hace otro intento de despedirse. El auto de Irisa está en la calle, y no en el lugar donde estaciona porque allí está la motocicleta de Everett. La hubiéramos escuchado si no estuviera allí, ella tampoco debió llegar tan temprano. Everett solo se aleja en la moto.


 


 Explicarle a mi tía todo lo que he ocultado no es tan complicado cuando ya no tienes que esconder nada, no hay forma de  poner una excusa y eso me ayuda a hablar mejor de todo. Irisa no me interrumpe en todo el tiempo que hablo. También estoy alerta por si se le ocurre ir al teléfono.  Termino de hablar, siento la boca seca y un leve dolor de cabeza.


— Siempre creí que eras más listo que eso, Laith.  Hiciste mal al no decirle a nadie ¿Cómo pudiste creer semejantes tonterías? Y por si fuera poco sigues con esa chica ¿No pudiste solo terminarla sin decirle a nadie?


— lo intente muchas veces, pero siempre pasaba algo que hacía que no fuera el momento.


— nunca es el momento. ¿Y ese chico que estaba contigo?


— le conocí cuando vine aquí, trabaja dando clases en la escuela donde me enviaste— me encojo de hombros. No necesita detalles sobre nosotros— me gusta, debió ser algo como atracción a primera vista.


— no creo que tus padres se molesten porque te guste un chico, se molestaran porque no les dijiste. Tú se los dirás, y entre más pronto mejor, no me importa si ese chico es o no el indicado para ti, no puedes seguir engañando a todos y entrar en una vida que no te hará feliz ¿Entendido?


— sí, sí.


— Y no voy a cubrirte. No le diré a mi hermano sobre esto, pero  tampoco te apoyare mientras lo ocultes.


— Es pronto para decir eso…— creo que se ha olvidado que se supone que tampoco ella sabe dónde estoy, no tengo problemas porque me cubra— pero lo hare, fue por eso que decidí comenzar a buscar la forma de vivir por mi cuenta.  


— entonces solo queda que traigas de nuevo a ese chico y hablemos sobre lo que van a hacer cuando se enteren tus padres.


— ¿no es muy pronto para hablar de presentaciones?


— si está saliendo contigo entonces presentar a la familia es  lo más serio que pueden hacer.  Que se quedara y no intentara irse sin explicación apenas llegue habla bien de él. Tampoco es feo.


— Creo que me iré a dormir ahora— no quiero hablar sobre chicos con mi propia tía.


Aunque ella dijo que salimos, y es posible que ahora lo hagamos, Everett y yo no hemos hablado sobre eso, nos conocimos estos días pero solo como amigos, hasta hoy. Ah, mañana no estará en la escuela, no nos veremos hasta después.


Las clases de los otros maestros también son interesantes, pero hoy estoy poniendo menos atención a lo que dicen. El reloj queda a mi espalda, así que no se qué hora es. Sigo sin tener el numero de Everett, como siempre nos vemos en las clases no es algo que se me ocurrió pensar que necesitaría llamarle. Hoy solo tengo que estar aquí un rato ¿Everett estará en la tienda esotérica?  Podría ir a buscarle cuando termine, si tengo suerte le encontrare allí.  El tiempo se me hace lentísimo hasta que por fin termina la clase.  Tomo el autobús para llegar al centro comercial, que hace un rodeo muy largo para llegar. Estoy tan aburrido del trayecto que casi me sigo de largo.


La tienda me sigue pareciendo tan extraña como la primera vez que entre, aun me da escalofríos acercarme. Puedo oler el incienso a unos locales de entrar, una chica entra antes que yo a la tienda.   No veo a Everett a través del cristal, pero es muy oscuro para poder ver bien. Suspiro antes de apartar los cristales de la cortina. Dentro sigue igual que como recuerdo, con cosas extrañas, música suave, el olor a café e incienso mezclándose. Las mesas están vacías.


— ah, tu, Zachelle…— la amiga de Everett esta en el mostrador, mirándome mientras mastica chicle.


— ¿Quién?


— solo te conozco por ese nombre, no recuerdo tu otro nombre. Sigue siendo tan raro verte.


— ¿Verme? ¿Por qué?


— ¿No te lo ha mostrado entonces?— ¿Seguimos hablando de Everett?— no importa, últimamente no he hablado mucho con Everett por culpa tuya. Es broma, más o menos, quita esa cara. Pasa mucho tiempo contigo, pero no me extraña, yo haría lo mismo que él ¿Cuál era tu nombre real?


—  Laith— no entiendo la mitad de lo que me dice. Antes ya he escuchado a Everett llamarme por ese nombre, y la forma en que todos sus conocidos reaccionan cuando me ve es muy sospechosa— ¿Esta Everett aquí?


— sí, Daphne le envió a llevar pedidos a las otras tiendas. Si no tienes prisa puedes sentarte a esperarle, no tarda— me siento en una de las silla saltas que no están en las mesas. Al fondo hay una puerta cerrada, escucho voces de allí, debe ser la chica que entro primero que yo.


— ¿Y qué hacen aquí exactamente?


— Yo solo vendo lo que está aquí— señala los mostradores llenos de cuarzos, otras piedras, libros de varios temas, figuras de cristal— Daphne es quien hace todo lo demás, leer las líneas de la mano, leerte las cartas y esos asuntos. Viene mucha más gente de la que esperarías.


— qué extraño.


— ni te imaginas… ¿Puedo tocarte?


— ¿Eh?— Ella ya sale del mostrador y camina hasta donde estoy— ¿De qué hablas?— retrocedo en la silla, pero ella solo  pone sus manos en mis brazos y luego en mis mejillas, sin dejar de mirarme fijamente.


— tenía que hacerlo, aun creo que Everett nos está jugando una broma, pero eres real ¿De verdad  nunca se habían visto antes?


— No. hablas como si debiéramos conocernos.


— Es que eres idéntico a Zachelle.


— ¿Quién?


— Zachelle, él es…


— Evelyn, necesito los cristales.


— Ya voy— ¿esto es a causa de la tienda extraña? Todo se está poniendo más raro. Everett nunca  me ha hablado de Zachelle aunque ya me ha llamado antes así ¿se supone que es un nombre de chico o chica? ¿Una mascota?  Sea quien sea, hace que me vean raro cuando nos conocemos. Veo a Everett a través del cristal de la tienda, aparta con una mano las cuentas de cristal de la cortina. No me ve, ni siquiera voltea a ver quién está en la tienda, él solo se sienta en la mesa en donde estuvimos la vez anterior, y saca un aparato ¿Está dibujando? Eso parece. Yo pensé que solo dibujaba en papel.  Me pongo a buscar algo para llamar su atención y divertirme al mismo tiempo. Lo único que encuentro es una servilleta, me pongo a romperla y hacer bolitas con el papel para luego arrojárselas a Everett. Algunas ni siguiera llegan a alcanzarle, pero las que si llegan hacen que el mueva las manos como si espantara una mosca.   Tomo otra servilleta y se la arrojo después de hacer una bola con ella. Le da directo en la cabeza, y ahora si voltea a ver qué paso, y me descubre riéndome con ganas desde mi silla. 


— ¿Qué haces aquí?


— si te digo que solo pasaba por aquí no vas a creerme. Te buscaba porque quería verte.


— oh ¿Todo fue bien con Ilkad ayer?


— ¿De dónde ha salido ese nombre? Se llama Irisa, y solo me regaño por no haberlo dicho antes— hace un gesto que interpreto como “Ya lo había dicho yo”— todo fue bien.


— me alegro.


— ¿Trabajas?— señalo con la mano las cosas que dejo en la mesa.


— algo así, estaba por seguir con las cosas que tengo pendientes, me han pedido que adelante algunas hojas mas porque otro de los artistas no podrá completar su trabajo.


— ¿Y tu si?


— siempre tengo algo adelantado— Me sorprende con un beso y pierdo lo que estaba por decirle. La presencia de su amiga se hace evidente cuando arrastra los pies de regreso al  mostrador. Nos dirige una mirada larga mientras camina.


— ¿En serio, Everett?


— ¿No puedo?


— dijiste que solo eran amigos.


— Lo éramos— respondo yo— Ahora somos novios.


— no recuerdo esa conversación.


— aun no la tenemos, por eso estoy aquí.


— ¿podrían ser menos cursis? Estoy a punto de vomitar arcoíris. Discúlpenme si no les doy mis felicitaciones. Por cierto, Everett, Daphne quiere hacer inventario de lo que hay en la bodega.


— lo hare en los días que tenga libres, ¿Los pases?


— estoy en eso. 


— ¿Acaso escuche que estas saliendo con él?— es la dueña de la tienda, que acompaña a la chica que entro antes, y que camina a la salida con una sonrisa mientras sostiene algo entre sus manos. No parece interesada en otra cosa más que en eso— me alegra que encontraras al chico de tus sueños.


— Harán que se avergüence.


— el que se está avergonzando eres tú, Everett— me burlo al ver sus mejillas algo coloradas y sus  intentos por no parecer tímido— A mi no me avergüenza, suena lindo.


— Laith— su voz en un reproche bajo que hace que se le pongan las orejas rojas también.


—  ¿Por qué no les hago un amuleto? 


—  ¿Un amuleto?— pregunto, suena interesante a pesar de que no me gusta mucho la tienda. Everett toma mi mano y la levanta, lo que hace que le mire. Le veo llevarse mi mano hasta su boca y besar el lugar donde tengo la marca.


— No lo necesito, gracias Daphne. Vendré mañana temprano antes de las clases para ayudar con el inventario. Y tú no te olvides de los pases.


— ¿Ya nos vamos?— me levanto porque Everett no me ha soltado la mano y me jala un poco.


— Debo enviar esto y no puedo hacerlo desde aquí ¿Quieres venir?— con la otra mano recoge las cosas de la mesa y las mete en una mochila que está en una de las sillas, oculta por el mantel.


— claro ¿Puedo ayudarte en algo?


— Hasta mañana, Eve, te esperamos para cenar— ella solo agita la mano, distraída en su teléfono.  Caminamos a la salida tomados de la mano, la motocicleta de Everett está en la línea  para motos. Me pasa el casco y la mochila sin decirme nada.


— ¿A dónde iremos?


— No será lejos— Everett conduce más despacio esta vez, hay más autos y el sol quema mis brazos y espalda, no pensé que tener una moto sería tan problemático con el sol. Y si puedo quemarme con el sol puedo mojarme cuando llueva. Ya no quiero una motocicleta— Laith ¿estás bien? estas callado.


— pensaba que el sol está muy caliente.


— umm


— Y que te mojas cuando llueve— le siento reír contra mi pecho.


— Dime algo que no sepa— damos una vuelta que nos inclina mucho hacia el suelo, y luego entramos a una calle con mucho menos tráfico.  Otra vuelta más y Everett se detiene, le veo sacar un juego de llaves con un pequeño control remoto. La puerta del garaje se abre y entramos.  No estamos lejos del centro comercial, y sospecho que tampoco de la escuela de arte— Mi hermana debe estar en clases, y mamá está ayudando en la pizzería hoy.


— pensé que tu casa seria más grande— No es pequeña, pero siempre habla de su familia, siempre pensé que sería una casa muy grande, con varias habitaciones con su propio baño y un patio enorme, ni siquiera hay patio.


— Siempre hemos vivido aquí— lo sigo a la única puerta que se ve, que lleva a la cocina, pequeña también— bueno,  yo he vivido por mi cuenta un tiempo.


— te echaron ¿no?


— Vendieron el edificio, no es mi culpa— Everett me hace señas para que le siga. Subimos por una estrecha escalera. Arriba solo hay un espacio en forma de cuadrado y cada lado tiene una puerta.  Everett se dirige a la de la izquierda.


— Bonita habitación— pensé que sería un lugar desordenado, pero Everett tiene todo en orden hay un librero alto en una de las paredes, junto a la cama, del otro lado esta un escritorio con una computadora portátil, al fondo las puertas de un closet. La luz entra por una ventana abierta al otro lado de la cama— no, en serio, mi habitación es un asco aunque los colores… no sé si sean los adecuados para una habitación— estoy acostumbrado a los colores claros, este lugar tiene tonos morados y azules en las paredes pintados de un modo descuidado que no entiendo, muy oscuros.


— La mochila— se la extiendo— ah, antes que nada…  ¿Puedes cerrar los ojos?


— ¿Ah?


— Solo cierra los ojos— lo hago. Escucho que se mueve por la habitación, la ventana cerrándose y luego nada. Everett me toca el brazo— Ya.


— Bien— estamos casi a oscuras, la cortina corrida en la ventana y cientos de pequeñas luces moviéndose por todos lados. Me quedo sin palabras, la boca se me seca y siento ganas de llorar.


— Es casi igual que en Firah ¿No crees?— la voz de Everett es un susurro en mi oreja.


— ¿Qué?


— quería mostrártelo. Puedes sentarte en la cama mientras termino de arreglar esto— la computadora está encendida. Camino hasta la cama, aunque siento mi cabeza en otro lugar. Everett se sienta en el escritorio, la pantalla de la computadora está encendida. Le dejo trabajar, maravillado por el cambio en el lugar, a oscuras y con esa luz es completamente diferente, ahora entiendo la elección de colores en la pared.


— ¿Qué es Firah?


— Un lugar. La ciudad de las estrellas— responde de inmediato— tú me lo mostraste, te gustaba mucho.


— ¿ah? No, recordaría haber visto algo como esto, y conocerte antes— él voltea a verme, en la oscuridad no distingo muy bien su expresión.


— Si, tienes razón. Nos hemos conocido hace poco, estoy distraído.


— ¿Con quién fuiste a ese lugar?— le sonrió, burlándome— y lo que es mas ¿Dónde queda ese lugar? Nunca escuche de él ¿Esta en Noruega como esas cuevas de gusanos?— si es un lugar tan hermoso debería tener mucha promoción.


— ¿Quieres quedarte a cenar? Evelyn va a venir también.


— Claro—  Everett me oculta algo.  Le miro en la oscuridad, trabajando en la computadora. Más que estar molesto siento mucha curiosidad por eso, posiblemente no sea nada importante pero ¿Por qué no me lo dice? le he contado cosas importantes, lo justo sería que él también lo hiciera. Ah… que tonto, esto no es así. Si yo le conté eso fue porque quise y no para que él hiciera lo mismo— ¿Puedo ayudarte?


— no, estoy bien si necesito algo te lo diré, no es nada complicado ¿no tienes problemas con la comida? hemos ido a comer muchas veces, pero si hay algo que no te guste me gustaría saberlo antes.


— umm, me gusta todo. A veces detesto los duraznos, pero puedo comerlos si lo requiero. Tampoco me gusta el brócoli, pero pasa lo mismo.


— Ya veo— terminamos hablando más sobre la comida, su trabajo y esas cosas. Lo que sea que está haciendo Everett le toma más tiempo del que yo pensé, tanto que me he quitado los zapatos y me he acostado en la cama mientras intento tocar las luces con los dedos.


— ¿puedo leer algo de allá?


— Si… voy a apagar esto— abre la cortina y la luz entra a la habitación, desapareciendo las luces de la lámpara, que apaga mientras regresa al escritorio. El librero de Everett está lleno de comics y unos pocos libros. Me decido por Batman.


— ya casi termino.


— Toma tu tiempo, me quedare a cenar— me pongo a reír, apenas hemos comenzado a salir y ya estamos conociendo a nuestras familias. Estoy emocionado por conocer a la familia de Everett, como conviven, aunque ya conocí a su padre. Tampoco vamos rápido porque solo estuvimos haciéndonos tontos mientras nos conocíamos, los dos sabíamos que esto iba pasar. Pasa otro rato, ya me le leído varios tomos— ¿Algo de aquí lo has hecho tu?


— No


— ¿Y me mostraras que haces tú algún día?


— quizá.


— ¿Qué pasa con ese quizá?


— ¡Everett, ya traje las cosas para la cena!— la puerta se abre tan fuerte que rebota y casi vuelve a cerrarse en la cara de la chica que grito. Bajo los pies de la pared y ruedo para no verla de cabeza.


— Te he dicho que toques cuando entres a mi habitación— ella hace el intento de ir a la cama, pero me ve allí, sonríe… luego se queda quieta, deja de sonreír— ¿Nunca me escuchas?— Ella nos mira despacio, pasando sus ojos de Everett a mí. No se parece mucho a Everett.


— Hola— ella grita y sale corriendo.  Everett suspira.


— disculpa, tengo que hablar con ella… no pensé que fuera a reaccionar así— no entiendo nada.  Me quedo solo en la habitación ¿Hice algo mal? ¿O que está mal con ella? Everett no menciono que fuera tímida.  Escucho sus pasos antes de que entre—  lo siento, ella solo estaba sorprendida de ver a alguien más aquí. 


— oh…— se queda inclinado sobre la computadora unos momentos.


— termine ¿Quieres ayudar con la cena?


— sí.


— Laith… quizá… la cena pueda ser algo incomodo… pero no es por ti ¿Bien? si pasa algo extraño, solo ignóralo. Vamos, a la cocina.


— ¿Qué? Oye, espera ¿Qué quieres decir con eso? ¡Everett!— esta no es la clase de problemas que esperaba al salir con alguien.

Notas finales:

Nos leemos la proxíma semana!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).