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RE- por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

 

Les traaigo Amor para finalizar la semana!! Espero disfruten del capítulo.

Muchas gracias por sus comentarios.

Nunca tuve problemas con la privacidad de la casa,  visite algunas casas donde la cocina era una habitación cerrada donde nadie podía ver qué pasaba a menos que entraras, la cocina de mi casa está junto al comedor y puedes ver la sala también, lo que también significa que  puedes ver la cocina desde la sala.  Digo todo esto porque ahora Virginia no nos deja de mirar desde la sala.


— Es una persona, no una exhibición.


— Es casi como una, no dejas de recordarme que yo le maté.


— No se te ocurra matarlo esta vez.


— Idiota, la comida se va a quemar si sigues con tonterías— he dejado a Laith en la cocina para hablar con ella a susurros.


— Deja de mirarnos— vuelvo a la cocina, Laith me mira, veo la pregunta en sus ojos y solo me encojo de hombros— no es tan serio como parece, si te incomoda puedo llevarte a tu casa, no te sientas obligado a quedarte.


— No me incomoda, aun. No son los problemas que esperaba tener al salir contigo ¿hay algo que me estés ocultando?


— Ahora que lo mencionas, quizá deba hablar con mi madre antes de que te vea. Ella es… mucho más sensible con este tema.


— ¿Qué tema?


— corta con más cuidado esas papas, más gruesas…  Cuando era niño le decía algunas cosas a mi madre, a todos en realidad, les ponía nervioso que hablara sobre eso y que yo tuviera razón, no soy vidente— añado sonriendo.


— ¿entonces?


—  Termina con esas papas y te cuento más— escucho los golpes del cuchillo más rápido. El horno está listo, y meto con cuidado la comida que está casi lista.


— Entiendo que todos tenemos cosas que son difíciles de contar, y no nos conocemos lo suficiente para que me lo cuentes…


— No es por eso.  Y nunca te oculte que te ocultaba algo. Es solo que soy yo el que necesita tiempo para aceptar lo que está pasando— Suena el timbre de la casa, y Virginia se levanta a abrir, escucho la voz de Evelyn en la puerta saludando a mi hermana— ah, llego. Ojala hiciera algo más que sentarse en el sofá y ver televisión mientras los demás trabajan.


— Me echas de la cocina porque nunca hago lo que dices— apenas nos voltea a ver antes de irse a sentar y encender la televisión— no te preocupes por estar allá, Laith, pronto te dirá que no haces las cosas como deben hacerse y mejor esperes mientras  él cocina. No te preocupes, que su comida es buena.


— Gracias por el dato, las acompañare en unos momentos entonces.


— No creas solo lo que dicen. No soy un experto en comida, pero hasta yo sé que las cosas no pueden quedarse crudas o quemadas— Las miro, con ganas de arrojarles los cubiertos que tengo a la mano— Solo quieren hacerme quedar mal.


— No ocupamos hacerlo, tú mismo lo haces por tu cuenta.


—  Evelyn— ellas se ríen, incluso Laith se ríe. El ambiente es mucho más alegre y relajado después de esas bromas. Las chicas no entran a la cocina, y Laith es mejor ayudante de lo que el mismo dijo. Escuchamos la puerta del garaje abrirse, sé que mi mamá llego, tan puntual como siempre. Me dan ganas de vomitar.


— Everett, ve. Yo me encargo aquí— Virginia aparece en la cocina cuando me ve mirar con pánico la puerta. Me muevo hacia la puerta y salgo, cerrando la puerta, las luces del carro me dejan ciego hasta que los apaga.


— ¿Qué hicieron ahora?


— Nada, ¿No puedo solo venir a recibirte?


— Me recibían cada que rompían algo o hacían alguna travesura— sonrió con los recuerdos de esas veces— ¿No estás haciendo la cena?


— Ya casi acabe… papá aun no llega, y Evelyn vino a cenar con nosotros.


— Eso ya lo sé… ¿Qué estas ocultando?


— Nada…— pero sigo de pie en la puerta, impidiendo el paso— bueno, invite a cenar a otra persona, eso es lo que vine a decir.


— ¿Otra persona? ¿Le conozco?


— Eh… no, quizá… no como esperas.


— ¿Es amigo de Evelyn?


— No, se conocieron hace poco porque él fue a la tienda de Daphne.


—  Entonces es un chico…— me mira de pronto— ¿Acaso…? ¿Tú y él?


—sí.


— ah, ha pasado mucho desde que trajiste a alguien— me sonríe. A ella siempre le gusto que llevara amigos o parejas a casa, o al restaurant de la familia, creo que eso me hacía parecer más normal a sus ojos.


— mamá, él… te va a sorprender. Pero, es real. No estás alucinando ni te volviste loca.


— ¿De qué estás hablando?— pasa por mi lado y abre la puerta— Nunca te había dado pena traer…— Evelyn, Virginia y Laith están acomodando los platos en la mesa. Dejo las cosas en la barra de la cocina por si se llega a desmayar. Me imagino que Laith debe ser como una aparición para todos los que me rodean y conocen a Zachelle. Eso mismo que yo sentí cuando lo vi, solo que ellos nunca sintieron lo que es verle morir  y luego encontrarle— él es… es…


— Mucho gusto, soy Laith— Laith sonríe y agita la mano como saludo— espero no haya ningún problema con que Everett  me haya invitado a cenar.


— no, no… me da gusto que estés aquí.


— Ya casi esta la comida— digo, pasando por su lado— y ahora iré a revisar el horno porque aquí no hacen nada si no lo digo— Escucho las risas de Evelyn y Virginia. Solo quiero un momento para respirar ahora que mi mamá no va ponerse histérica.


Cuando papá llega ya está todo listo, en la sala escucho hablar a Laith con Evelyn y de vez en cuando Virginia también habla. Papá solo mira a la sala, no parece sorprendido de ver aquí a Laith. Si pensé que Laith estaría incomodo, me equivoque o sabe fingir bien.  Siempre sabe que decir y cuando las cosas se ponen tensas sus comentarios hacen que regresemos a la normalidad, o al menos logra que mis padres y hermana no sean los que se sientan incómodos. Puedo ver como mi mamá me mira de reojo, su expresión de culpa.


— ¿Y cómo se conocieron?


— Vine a trabajar por mi cuenta, conseguí trabajo en la misma escuela y Everett fue el primer profesor que requirió mi ayuda en clase. Me enseño algunas cosas sobre poses.


— oh, que coincidencia.


— ¿Coincidencia?— Laith no es estúpido. Puedo adivinar que intenta averiguar por su cuenta lo que yo  no le he contado. No sé cómo contárselo.


— que se hicieran amigos.


— los demás profesores son algo… mayores. Wow, dijiste que cocinabas pero cualquiera dice eso ahora, esta bueno. Aunque debe ser porque ayude esta vez— me mira, sonriendo.


— Siempre me gusto cocinar, no es difícil cuando practicas seguido. Es como todo ¿no?


— Laith entonces ¿con quién estás viviendo ahora? Si has venido a trabajar, debe ser difícil separarse de tu familia y estar solo tan lejos por primera vez— como siempre es mi papá quien habla como si no pasara nada importante. Eso es verdad y a la vez no: No pasa nada importante y a la vez está pasando algo importante porque traje a Laith a casa por primera vez.


— mi tía me dejo quedarme en su casa, y en realidad estoy feliz por hacer esto. Es la primera vez que me siento útil.


— suenas como Everett cuando se fue de casa. Solo quería hacer todo por su cuenta ¿No iras a regresar a tu casa cuando las cosas ya no te funcionen?


— Mamá, me desalojaron porque el edificio fue vendido, no porque yo no pudiera pagar. Además ya estoy buscando otro lugar para quedarme— aun no lo hago, pero lo hare pronto. La cena sigue, y cada vez me siento mejor. Mis padres siempre estuvieron bien con las personas con las que salí antes, aunque creo que siempre pensaron que yo no iba a quedarme mucho con esas personas.


Evelyn recoge los platos de la mesa cuando terminamos y como veo que Laith se levanta también para ayudar me adelanto y le tomo la mano para subir a mi habitación.


— Quiero ayudar con los platos.


— esa tarea le toca a mi hermana, no te preocupes no lo verán mal ¿O acaso siempre eres tan servicial?


— Perdóname por querer quedar bien con tu familia— Me rio mientras cierro la puerta, con la luz apagada me dirijo a la lámpara de estrellas y la enciendo— pero en serio ¿No es grave lo que pasa? Es muy extraña la forma en que me miran.


— ellos… están familiarizados con tu apariencia.


— ¿Con mi apariencia? ¿Sales con el mismo tipo de chicos?— le tomo la mano y le acerco a mí.


— no. es algo diferente que no se cómo explicar sin asustarte— me siento en la cama, Laith se sienta a mi lado, tomados de la mano.


— eso me asusta mas


— no es nada grave, y tiene relación con que le diera problemas a mamá cuando niño. Solo…  ¿podrías esperar un poco más? si después de que te lo diga quieres irte entonces está bien— Porque yo siempre dije que iba a encontrarle, nunca que iba a quedarme con él. Si él no quiere estar conmigo por más que yo me esfuerce no puedo detenerlo aunque eso me vaya a doler.


— ¿Por qué no me lo dices ahora y comprobamos?


— Porque aun hay cosas que quiero mostrarte, quiero pasar más tiempo contigo—  Los puntos de luz se mueven por el rostro de Laith,  su rostro más cerca… me besa y me empuja, siento su peso sobre mis pernas. Sus manos están cálidas en mis mejillas, su cuerpo sobre el mío…


— ¿No soy confiable?—  susurra, una voz entre suspiro de lastima y gemido erótico.


— No, no es…— me besa de nuevo, su lengua se mueve muy despacio para mi desesperación— no es por ti— logro decir en los pocos segundos que nos separamos antes de que me bese de nuevo y las ideas se me vayan fundiendo— Soy yo, yo soy… egoísta, no quiero que te alejes.


— Pues no creo que pueda estar más cerca… ¿Pusiste seguro a la puerta?— sus labios rozan mi oreja cuando habla.


— No…— él se ríe, me da un beso en la mejilla y me abraza. Nos quedamos así, sin hablar, solo sintiéndonos. Para mi es mucho más de lo que podría pedir jamás. Escucho los pasos de alguien en la escalera, Laith también porque se mueve hacia un lado para bajarse de mí y se acuesta en la cama.


— Everett, ¿Tienes clase mañana? Tengo que hacer algo y no puedo ir a la tienda— Evelyn. Suspiro cuando solo abre la puerta y entra, sin tocar. Parece que nadie aquí conoce que significa la palabra privacidad. Laith se ríe otra vez.


— Si, pero en la tarde.  Iba a ir en la mañana de cualquier modo ¿Qué vas a hacer?— Ella se lanza  la cama, a un lado de Laith, y nos hace rebotar unos momentos.


— ¿Ahora si te importa lo que hagan tus amigos?


—  Culpable de eso— Laith levanta una mano— pero no me arrepiento.


— Tiene valor el chico ¿Eh?  Me agrada. Everett, me enviaran las entradas en la semana, necesitare el dinero.


— ¿Vas a un concierto?


— Algo así,  Eve te lo doy cuando te vayas.


— bien, ¿Tienes el nuevo número de tus comics?


— Te los envié.


— no he revisado mi correo electrónico, pero gracias.


— ¿Se conocen desde hace mucho?— pregunta Laith.


— desde que  íbamos a la escuela primaria. Everett no se separaba de mí— no puedo ver a Evelyn, pero por tu tono sé que está sonriendo al recordar— Me mude e inicie en una nueva escuela, me daba miedo salir a la calle porque no conocía a nadie más,  así que no conocía a nadie. Everett vino a mí desde que me vio y no me dejaba en paz.


— ¿te molestaba?


— no, que va. No como los otros niños, decían que era rara, me empujaban o tiraban mis cosas. Everett me seguía a todos lados, a veces no decía ni una palabra, solo estaba allí.  Cuando comenzaron a molestarme él solo me decía que yo era más fuerte que ellos y me preguntaba porque no les pateaba el trasero y  nunca me defendió.


— no lo necesitabas. Además no soy bueno peleando— aun no sabía distinguir la realidad de lo que veía en mi cabeza, así que la seguía esperando que ella también viera lo mismo que yo y poder preguntarle qué había pasado con ese lugar.


— como sea,  no paraba de hacerlo y de llamarme Sahar,  cuando me canse de eso, le empuje y le pegue. Me arrepentí pensando que iba a meterme en problemas, pero él solo se levantó del suelo como si no hubiera pasado nada— Laith se ríe. Cuando ella hizo eso fue como ver a Sahar realmente, y pensé que por fin ella iba a ayudarme.


— ¿Por qué hacías eso?


— te dije que era un chico problema.


— ¿Y porque te molestaban a ti? No pareces la clase de chica que molestarían.


— ¿lo ves?  Es lo que siempre te dije. Ella llevaba botas de lluvia todo el tiempo, color rosa y con brillos, y un sable de luz de Star Wars.


— ese juguete era genial. No me molestaban tanto, pienso que solo pensaban que yo era genial y no sabían cómo decírmelo. Como sea, Everett tenía razón con lo que yo era más fuerte, aunque me costó muchos castigos por pelear. Aunque Everett siempre hacia cosas extrañas cuando niño.


— No hables de eso Evelyn.


— Por favor hazlo.


—ustedes…— No tiene caso, Evelyn comienza a hablar de las innumerables cosas que me pasaron cuando estábamos en la escuela primaria. De vez en cuando niego con la cabeza por lo vergonzoso que es escuchar ahora todo eso.


— y luego, cuando teníamos clases de deportes, Everett siempre decía que no podía usar sus fuerzas porque podía haber una emergencia después. Siempre fue el más rápido de la clase pero se la pasaba en la enfermería diciendo que se sentía mal solo para no correr o hacer algún deporte.  Una vez intento hacer una fogata en el patio.


— quería enseñarle a todos que si podía hacerlo.


— ¿Y pudiste?


— No— risas— Algún día me voy a vengar por esto Evelyn.


— no importa. Ahora es cuando tú sales corriendo— se dirige a Laith.


— Si tengo que irme ya, pero no porque este huyendo—me siento en la cama, ellos también lo hacen— no le dije a mi tía que me quedaría, y ya debió llegar a casa. Además obtuve mucho al venir aquí— se ríe. 


— ¿Quieres que te lleve?


— No, iré por mi cuenta pero acompáñame a esperar el autobús, o un taxi— Laith se despide de mis padres cuando bajamos, y luego le guio a la parada del autobús. Me importa poco que nos miren mientras caminamos por la calle— el pase bien, tu familia es como había pensado que seria.


— ¿sí?


—Hablas mucho de tu familia.


— no lo note.


— es bueno, realmente eres unido a tu familia. Espero poder llevarte con la mía algún día. Ah, viene el autobús. Supongo que no te veré mañana en la escuela…— me besa.


— Te llamare mañana— por fin tengo su número de teléfono.


— Adiós— me quedo viendo cómo se aleja el autobús. El camino a casa me parece tan lejano y no por la distancia. Cuando llego a casa, mi mamá esta esperándome. La televisión está encendida y papá está en uno de los sofás viéndola. Me quedo en la puerta, delante de ella. Sabía que ella iba a preguntar más que mi padre, ojala pudiéramos hablar otro día.


— No me dijiste que ese chico… ¿lo conoces desde hace mucho y no nos habías dicho?


— mamá, no te gusta que hable de esas cosas, no quería que…— Que se sintieran mal por no créeme cuando les dije que le iba a encontrar, eso es lo que pienso pero no puedo decirlo solo así. Verle ahora me da la razón a mí, y significa que todas las terapias y las veces que me dijeron que estaba loco no era verdad— No estaba seguro de que pudiéramos ser amigos.


— ¿Es él? ¿Laith es el chico de tus sueños?


— Él es el chico de mis sueños, mamá. Yo prometí que iba a encontrarlo ¿no? Lo encontré.


— lo sé.


 — Parece un buen chico, tráele otra vez— Sonrió, pasando a la casa— ¿Le dijiste sobre eso?


— Aun no, no sé cómo decirlo sin asustarle  porque quedare como un demente, pero no se lo voy a ocultar, ya sospecha que pasa algo raro porque Evelyn y Daphne hicieron comentarios sobre Zachelle, además Virginia y  papá no saben disimular como tú.


— ¡Me sorprendió verle! Solo le vi de pie en la pizzería y pensé que estaba viendo cosas.


— Virginia salió corriendo cuando lo vio… me sorprende que Laith no se fuera antes— mi mamá se ríe, me apoya la mano en el brazo y me guía a la sala, donde nos sentamos a ver televisión con papá.


 


El local de Daphne está cerrado,  faltan unos minutos para que llegue porque acaban de abrir el  centro comercial. Espero sentado en el suelo, dibujando. Anoche tuve otro sueño, he tenido muchas veces el sueño de como salgo de la ciudad donde había vivido, y el recorrido del bosque hasta el lugar de la Fortaleza. Los bocetos de hoy son de ese Zachelle sonriendo en medio del bosque, sentado mientras cuida que no se apague la fogata. 


— ¿Y Evelyn?


— Iba a hacer algo, y yo quería hablar contigo— Daphne abre la puerta, su llavero lleno de cosas que hacen mucho ruido.


— ¿hablar conmigo?


— Sabes que no confió en estas cosas— señalo la tienda— pero creo que eres la única que puede responder porque no es una situación normal.


— ¿Una situación no normal?— entramos a la tienda, y mientras ella enciende las luces y luego la estufa eléctrica para poner el café yo me siento y saco varios cuadernos de mi mochila— ¿Qué me traes?


— Lee esto, por favor— le paso las hojas en las que está escrita la historia, el comienzo de mis sueños. Yo me encargo de preparar el café y servirlo en dos tazas. Me siento frente a ella, esperando.


— Es la historia en la que trabajas


— una de ellas, si— ella sigue mirando las hojas, el ceño fruncido— es la que más me importa pero no puedo poner mi nombre en ella.


— Evelyn esta aquí. Tu hermana también… ¿Qué es lo que quieres preguntarme? No sé si pueda ayudarte con esta historia. 


— no quiero ayuda con la historia. Sé que ya notaste que hay algo mal con esto.


—  Zachelle— Asiente—si estas usando a las personas que conoces, no podría estar en la historia. Pero eso ya lo sabíamos, todos los que te conocen saben sobre Zachelle. Ahora estas con Laith, que es igual que Zachelle.


— Algo así, Daphne, mira esto— le paso otro cuaderno, en él están pegados los primeros dibujos que hice cuando era niño, muchos apenas se distinguen— tenía como tres años cuando hice esto. Yo… siempre he visto esa historia en mi cabeza. Siempre lo recuerdo, podría decirte con detalles como era esa ciudad y los sueños…


— ¿Sueños?


— ¡Siempre sueño esto!— señalo los dibujos— mis padres pensaban que había algo mal conmigo, yo sabía que algo estaba mal aquí, muchas veces siento que no soy yo. Comencé a dibujarla porque quería sentirme más tranquilo.


— entonces esto es lo que has visto desde niño…


— le llegue a decir a mis padres que ellos no eran mis padres. Crecí pensando que esta no era mi vida, y creí que ya lo tenía controlado hasta que encontré a Laith. Ahora no sé en qué mundo vivo o que tengo que hacer, me siento lejos de este mundo.


— entonces… no has inventado esta historia, si no que la has visto en tus sueños desde que eras niño.


— Si.


— ¿Y porque es un problema? te da miedo porque sientes que no eres Everett, y que esta no es tu vida. Intentas ponerle una razón lógica, pero no todo tiene lógica ¿Nunca has pensado que la razón más sencilla es la respuesta?


— ¿Qué?


— había escuchado sobre esto muchas veces, pero nunca… Everett ¿Cómo sabes que Laith es Zachelle? Muchas personas tienen parecido físico.


— Sus marcas…— hojeo los cuadernos, encuentro primero el de la mordida y se lo paso, luego el de la marca del brazo— estos se los hice yo, y Laith tiene las mismas marcas, dijo que son marcas de nacimiento.


— ¿Te escuchaste? Hablas como si fueras Rahn— no lo note. La miro, sin decir nada— eso sí es notable, Everett, solo una pregunta mas ¿Recuerdas como termina esa historia? ¿Algo que recuerdes y sea importante?


— Mi hermana mato a Zachelle… bueno, no mi hermana. Vana.


— ¿Algo más? ¿Unas últimas palabras?


— yo siempre le dije que iba a… Rahn le decía que le iba a seguir a donde fuera. Ese tatuaje del brazo era para encontrarle, aunque era mentira, solo lucían bien no servían para encontrar a nadie ¿crees que…? ¿Crees que eso realmente pasó?


— está claro, y lo sabes solo que no quieres admitirlo. No soy ninguna experta en el tema, pero podría tratarse de una reencarnación— la miro, sintiendo que el malestar que sentí por recordar esas escenas desaparece con esa palabra. No es la primera vez que lo pienso e incluso e investigado mucho sobre eso, aun así me cuesta creerlo— tú fuiste el que busco mi ayuda, dices que no hay razón lógica, y la única razón para eso es que estés recordando una de tus vidas pasadas.


— Eso no es posible ¿En qué momento de la historia de la humanidad de este planeta ha pasado esto?— Levanto un dibujo del lobo, luego otro donde Vana está rodeada de fuego.


— ¿No es posible? ¿Cómo lo explicas entonces? no puedes, aunque te suene extraño. Muchas personas dicen recordar sus vidas pasadas, Everett. Pero nunca había escuchado de una reencarnación de otro plano existencial


— ¿Ahora no soy de este planeta?


— dije plano existencial, otra dimensión, no otro planeta. Algunos han sugerido que existen más planos existenciales además de nuestro mundo. El mundo espiritual es un buen ejemplo, el plano donde los espíritus vagan y de vez en cuando se comunican con nosotros. Esto es muy interesante, Everett.


— ah, esto me está dando dolor de cabeza ¿Cómo lo soluciono?


— ¿Solucionar? No puedes. Everett, te preocupas porque tienes esos recuerdos, pero eso es algo que ya paso y no puedes cambiarlo. Ahora no importa si eres Rahn o Everett, porque es la misma alma la que han compartido, y es la misma alma a la que has seguido. No dejes de seguir lo que tu alma anhela. Bueno, es hora de trabajar.


— ¿Eh?— Pero ella ya se ha levantado a atender a los primeros clientes. Guardo todo de nuevo en la mochila, porque mis notas y papeles están regados por todo el mostrador. Daphne sigue sonriendo, y a mí ni el café logra calentarme. Siento un hueco frio en el cuerpo, pero también creo que he encontrado la respuesta que había buscado por mucho tiempo. Me estaba concentrado en saber si era Rahn o Everett, o si Laith es Zachelle o no, y eso no importa ¿Qué cosa cambiaría si Laith fuera Zachelle? ¿Si yo fuera Rahn?


Mis recuerdos están tenidos de rojo sangre. Y estoy cansado de eso, quiero nuevos recuerdos, recuerdos agradables de un mundo pacifico y tranquilo.

Notas finales:

Hasta la próxima semana!!


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