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RE- por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

 

Un poco tarde  pero aquí esta el capítulo. Disfrutenlo!

Las dos últimas semanas de clases siempre me han gustado, anter lugar que hubiéramos planeado, cuando comencé a dar clases por las expresiones de desesperación de los estudiantes. Mencionar las palabras “Entrega de trabajo final” genera muchas explosiones de emociones. En una facultad de otra carrera eso implicaría es porque disfrutaba de saber que pronto podría irme a cualquihoras de trabajo pesado, escribir y desvelarse un poco para poder tener una nota aprobatoria, en la escuela de arte no es muy difícil poner una calificación aprobatoria cuando todos entregan y eso llevo a sugerir una exposición para la clausura del curso.


— ¡Pero aún quedan dos semanas! 


— sí, pero los trabajos deben aprobarse primero para poder publicar la lista de los participantes, así que solo tienen una semana para presentar sus trabajos— escucho las quejas, ahora ya no en susurros.  No queríamos dejarlo como una simple exposición, así que los mejores trabajos que se entreguen se presentan en la exposición: Bailes, teatro, pinturas y esculturas y para darles un incentivo invitamos a algunas personas importantes en el medio. Es un buen lugar para darse a conocer.


 — Everett…- Laith me saluda desde la puerta.


— Entonces, espero sus trabajos—  tomo mi mochila y salgo. Laith me sonríe cuando llego a la puerta— tengo la sensación que eras como esos chicos cuando se acercaba el fin de cursos.


— No, siempre fui organizado con la escuela. Estoy sorprendido de que seas tan malvado como profesor.


— no soy malvado, todos saben de la exposición al final, no es mi problema si dejan todo hasta la última semana ¿A dónde iremos? Dijiste que querías hacer algo hoy— él extiende  la mano, le paso la mochila. Ya tenemos una rutina más o menos establecida cuando salimos, él toma mis cosas mientras conduzco la moto. Le pasó la mochila y una de los cascos que tome de la pizzería, uno de los pocos que no tiene logos ni estampas de comida.


— te iré guiando, solo ponme atención.


— Es difícil cuando intentas otras cosas además de sujetarte— él se suelta a reír— si me sigues haciendo cosquillas vamos a terminar en la calle aplastados por otro auto.


— es divertido. Me voy a comportar— dice y me besa antes de ponerse el casco. Desde hace un tiempo que no nos importa si nos ven besándonos o tomados de la mano en la escuela o en la calle. La escuela no tiene una política sobre relaciones entre profesores, y aunque lo tuviera Laith no es un profesor.


— Está bien, habla— las manos de Laith se aferran a mi estómago, me produce un cosquilleo que no tiene nada que ver con las cosquillas que me hace a propósito. ¿Sera posible haber reencarnado? No estoy seguro de creerlo del todo, pero eso solo es una excusa para sentirme normal, porque es lo único que puede responder lo que he visto, lo que cuento y como dijo Daphne, yo lo suponía desde hace un tiempo pero había cosas que no encajaban con lo que sabía. Me preocupa un poco perderme a mí mismo con esos recuerdos. Laith me hace dar un largo rodeo a la escuela, luego al centro comercial. Me pide que me detenga en una plaza comercial pequeña y me quedo esperándolo solo porque me pidió que no entrara.


— listo ahora podemos irnos.


— ¿A dónde?- Laith trae una bolsa oscura llena y parece pesada.


— Sigue derecho, te diré cuando dar vuelta— me sigue dando indicaciones, hasta que reconozco la zona a la que entramos. Bajo la velocidad y giro la cabeza para poder hablarle.


— ¿Vamos a tu casa?  Podría llegar por mi cuenta si me lo hubieras dicho.


— Es una sorpresa, o lo era— vuelvo a aumentar la velocidad y me dirijo directo a la casa. El auto de su tía no está, así que vuelvo a dejar la moto en el mismo lugar que la vez pasada y sigo a Laith para entrar— mi tía no sabe que estarás aquí, no me dijo si iba a llegar o no pero…


— ¿me lo dices a mi o a ti mismo?- me da un codazo que me saca el aire— ¡¿Qué?!


— nada.


— ¿Qué compraste?


— No tenía tiempo para cocinar y después de probar lo que tu cocinas pensé que era mejor comprarlo— levanta la bolsa.


— Pudiste pedirme ayuda y cocinar juntos.


— oh… que tonto, no se me ocurrió antes. Bueno, no importa, podemos hacerlo otro día— lo dice tan sonriente, que en lugar de hacerme sentir bien me hace recordar esa otra vida— ¿Everett?


— ¿Cómo puedes estar seguro de que habrá otro día? 


— ¿Qué?


— ¿Y si no tenemos otro día? Muchas cosas pueden cambiar tan rápido y no podríamos tener otro día— Laith me mira, ha dejado de sacar las cosas que compro de la bolsa, sus manos bajan lentamente, incluso me parece que se puso pálido.


— ¿De qué estás hablando? Eso es un poco triste ¿no crees?  Siempre pensamos en las cosas agradables que haremos, no en que… ¿Te sientes bien?


— sí, si… ¿Te ayudo a acomodar eso? puedo preparar algo rápido si me dejas ver que compraste.


— de eso nada. Comamos solo lo que hay— me pasa un plato, aunque todavía no saca la comida. Mientras nos servimos no hablamos, Laith permanece tan serio que ahora yo me preocupo ¡Yo no quería asustarlo! Lo puse incómodo con lo que dije— Everett… Wow me estoy preocupando en serio ahora ¿seguro que estas bien?


— si… un poco, estoy pensando en muchas cosas, intento poner un orden a todo lo que quiero pero hay tantas cosas que no sé por dónde comenzar— cuando suspira, y sonríe otra vez me siento mal por haberle preocupado.


— Hacer una lista podría ayudarte— no me pide que le cuente eso que pienso— o ponerlas en orden de importancia.


—  lo voy a intentar. Laith, si te invito a venir conmigo de vacaciones ¿vendrías?


— Seria genial pero…- me mira con pena— pensaba en ir a casa. Debo hablar con mi familia sobre lo que estoy haciendo y dejar de preocuparlos sin razón. Iré a decirles donde estoy y lo que quiero— había dicho que no iría, pero después de que Ilkad… Irisa, nos encontrara en la sala debió cambiar de opinión. 


— ¿les dirás sobre…?


— no lo sé, si tengo oportunidad y me siento valiente.


— Laith, tengo una pregunta sobre eso. Estas aquí porque tu familia no sabe, pero cuando se los digas ¿Qué harás? Si ellos no tienen problemas con eso ¿Qué es lo que vas a hacer?- Laith me mira, mastica despacio, pensando.


— ¿Eso es lo que has estado pensando estos días? Te hubiera ahorrado la molestia de pensarlo porque no solo estoy aquí por eso, también quiero trabajar por mi cuenta ¿Lo olvidas? Tengo un trabajo y estoy solicitando entrevistas en algunas empresas.  Si hubiera venido solo para ocultarme no habrá aceptado salir contigo o te hubiera dejado claro que solo sería algo temporal… ¿piensas que podría hacerlo? ¿Tener algo y solo dejarte?           


— no sé si lo harías, sé que no te dejaría ir tan fácil pero si tuvieras una buena razón para hacerlo, entonces no te detendría.


— ¿y cuál sería una buena razón?


— que no me quisieras.


— Cada vez eres más deprimente— eso me hace reír, y él también ríe— ¿te han dejado así antes? Debes tener experiencia con eso si ahora crees que pasara otra vez.


— No, nunca me paso eso, solo es pensar un poco, si vivieras aquí entonces no lo preguntaría porque sabría dónde encontrarte. Si te fueras a ir, entonces  me mudaría a la misma ciudad.


— ¿Qué? pero tu familia…


— podría visitarlos los fines de semana o algo así. No sería la primera vez que no vivo con ellos, y me gusta ser independiente así que no sería un problema para mí— Algo suave me da en la cabeza y bota al suelo, solo veo rodar un pedazo de pan.


—  No digas cosas que ni siquiera sabes, deja de pensar en el futuro ¿Podríamos concentrarnos primero en las cosas que tenemos más próximas?- pongo los ojos en blanco. Es él quien piensa que su familia va a desterrarlo de la casa solo porque le gustan los chicos y por eso ha mentido por mucho tiempo, yo podría decirle lo mismo.


— bien… ah, es hora— comento cuando mi reloj comienza a sonar con la alarma que programe desde anoche— ¿Puedo encender la televisión? Hay un programa que quiero ver— aun no acabamos de comer pero Laith me señala la mesita donde está el control de la televisión. Desde la cocina es incomodo verla, así que dudo unos momentos cuando la enciendo, de pie entre la cocina y la sala hasta que Laith se ríe.


— ve a ver tu programa, yo recojo.


— Gracias— cambio el canal y me siento en el sofá, compensare a Laith otro día por esto. Cambio el canal directo a donde será el programa, que apenas va iniciando. Laith se sienta a mi lado unos momentos después.


— ¿Es…? Olvídalo— dice, su mano busca la mía, nos quedamos así mientras sigue el programa. Poco a poco me voy inclinando hasta que termino casi recostado en su brazo— no me extraña de ti ver un programa sobre comics.


— solo es curiosidad.


— quiero hacer esto más seguido, pero con otro programa.


— ¿Hacer qué?              


— ver un programa juntos. Sería divertido— suena a una excusa para pasar más tiempo juntos— o películas.


— ¿quieres hacer eso? no tengo problema… Laith…- dudo, mirando la televisión. ¿Por qué sigues conmigo? ¿Realmente le gusto o solo estoy imponiéndole mis sentimientos? Llevarle a casa, convivir con mis amigos… ¿no estoy presionándole sin querer?  La puerta se abre, no puedo voltear a ver desde donde estoy,  pero la voz es la de la tía de Laith. No me muevo, aunque Laith se gira para saludarla.


— quedo comida en la mesa— o su intento de saludo.


— ¿hoy no están cariñosos?


— hoy sabíamos que venias, además quería ver este programa… Auch, ¡estoy diciendo la verdad!- Laith me ha dado un pellizco, que me obliga a quitar mi atención del programa. Decir eso es mejor a decir que quien inicio todo eso la otra vez fue Laith, a nadie le gusta que culpen a sus familiares de no ser como parecen.


— mejor sigue viendo la televisión.


— eres atrevido, chico.


— me lo dicen seguido. Si le molesta que estemos aquí no se contenga pero ¿podría esperar a los anuncios?-  Laith suspira  y niega con la cabeza, ella se ríe fuerte mientras se apoya en el sofá para quitarse los zapatos— ¿Qué? estamos en su casa, si ella no quiere que estemos aquí no podemos hacer nada.


— no me molesta.


— bien.


— así que tú eres Everett. Vives en la ciudad ¿no? siento que te he visto antes— yo estoy seguro que no nos hemos visto antes en esta vida. Es imposible que lo olvide. El programa entra a anuncios así que la miro.


— quizá, ayudo a una amiga en un centro comercial, y mi padre tiene una pizzería y también ayudo, por eso conozco muchas personas todos los días.


— ¿también trabajas en la escuela?


— y hace su propio comic.


— eso no es más que un pasatiempo, y no es tan impresionante como suena. Lo de Daphne y lo de mi padre no los considero un trabajo— en el centro comercial solo me paseo de un lado a otro o me quedo sentando dibujando, y en la pizzería solo atiendo el teléfono mientras como, y la paga es solo simbólica— mi único trabajo real es en la escuela. Me gusta mucho dibujar, y si puedo enseñar a otros a hacerlo entonces estoy bien con eso.


— ¿Dibujas desde hace mucho?- Me pregunta ella mientras va a la cocina, regresa antes de que responda con la comida que dejo Laith para ella en la mesa.


— desde que era niño. Mis padres pensaron que no sería una profesión de verdad, ahora ya están acostumbrados.


— debe ser un medio difícil.


— lo es, me ha costado mucho hacerme notar un poco.


— Eso es porque no me conocías a mí y mis talentos de publicista— eso hace que me enderece y mire a Laith— ¿Qué? puedo hacerlo, no es nada extraño ¿Por qué me miran así?


— creo que primero deberías pensar en tu propio nombre antes de pensar en el de otros, Laith, aunque ese otro sea tu novio.


— puedo hacerlo, solo tengo que conocer el trabajo de Everett para poder darlo a conocer a otros ¿no?-me sonríe, y entonces entiendo porque ha dicho todo eso, más que querer trabajar conmigo lo que quiere es ver lo que hago. Nunca se lo he mostrado  y siempre tengo cuidado de no dibujar cuando él está cerca o sé que le llegara.     


— tienes razón, pero no creo que pueda pagar por un publicista ahora. Te mostrare mis trabajos.


— ¿¡cuándo?!


— umm ¿el viernes por la noche? puedes quedarte a cenar en casa.


— ¿Hasta el viernes?


— Harías bien en ir, tengo una cita el viernes y no creo llegar a cenar contigo— Laith la mira, el ceño fruncido y los labios tensos. No le dice nada, luego me mira y se encoje de hombros. Lo que Laith no sabe es que el viernes no habrá nadie en casa tampoco.


 


No pienso en nada sexual cuando llega el viernes. Estuve pensando mucho en todas las explicaciones que tendré que darle y en como intentar no sonar como los fanáticos de la televisión en estas cosas. Quizá si me quedo sin dinero algún día le cuente a alguien toda mi historia a cambio de que me pague y seria conocido como el chico que reencarno de otra dimensión.  Mis clases  terminaron  hace un buen rato pero como Laith aun tiene que posar para otra clase le estoy esperando en el aula.  Como no tengo nada que hacer, me pongo a dibujar: Zachelle está en el centro de un grupo de personas, sonríe mientras todos tienen expresiones muy alegres, hay un chico al que van llevando entre otros dos. Sigo dibujando  otros cuadros, peleas breves en un campo de entrenamiento. Estoy haciendo el último de esa parte, Zachelle sentado en medio del círculo de personas, mirando hacia mí, casi puedo escucharle hablar:


Bienvenido a la fortaleza


— ¿Everett?


— ¿Eh?- miro embobado al Zachelle frente a mí, él mueve la mano frente a mis ojos. Incluso se inclina y me besa, eso no me ayuda a ordenar mis ideas— ¿Laith?


— ¿a quién más esperabas? Te estuve hablando pero estabas muy concentrado dibujando… ¿Qué es lo que dibujas? Ah, vaya esto es muy bueno.


— no sabes mucho de comics ¿Cierto?


— coleccionaba algunos hace mucho, pero oye, también vi el programa del otro día, soy todo un experto— él mismo suelta una carcajada mientras le da vuelta al papel para ver el dibujo.  Lo toca con cuidado. Termina mirándome— ¿Este soy yo? no me dijiste que me habías incluido en uno de tus comics.


— …


— aunque faltan los diálogos ¿esos como los haces? ¿Usas la computadora?


— sí, mi letra no es muy buena.


— ¿Qué se supone que está pasando? hey ¿y cómo termine en una de tus historias?- le extiendo la mano para que me pase los dibujos. Él lo hace, esperando mi respuesta pero yo solo suspiro.


— vayamos a casa.


— ¿No es una escusa para no contarme?


— no, hay más cosas que debes ver.


— bien, porque no dejare pasar esto más tiempo—  no tiene por qué ser tan desesperado. Supongo que no todos esperan años para conocer en persona a la quien les gusta y no estarle viendo solo en sueños.  Mi casa está sola, como ya sabía desde antes. Laith no me pregunta porque esta solo hoy, puedo ver que ya no aguanta para saber, y eso me hace reír cuando estoy abriendo la puerta— ¿Podemos cenar al menos? Lo que voy a mostrarte será largo.


— Ah… está bien— hice un adelanto de la comida, así que no tardo mucho en tener las cosas listas. Laith me ayuda a ordenar la mesa. Ah, solo espero que no se ponga a comer rápido para terminar antes.


Sorprendentemente no lo hace.


— Laith.


— ¿Umm?


— ¿Por qué?-  Pff, no me explique. Suspiro, me pongo a jugar con el mantel— ¿Por qué estas saliendo conmigo?


— Esa es una pregunta extraña, creí que habíamos dejado claro eso antes— me mira, una expresión de cautela en su rostro— No sé cómo responderte porque no se cómo explicar cómo es que me gustas ¿Por qué te preocupas tanto por eso? si no me gustaras no estaría contigo.


— ¿No fue por ese beso? En la escuela…


— ah, eso me sorprendió ¿Crees que es por eso que estamos saliendo?- se ríe y limpia sus manos con una servilleta— No fue por eso, quise pedirte una explicación pero siempre huías de mi cuando me veías, después lo deje pasar pero tu seguías escondiéndote de mí y eso me divertía, entonces comencé a seguirte  solo para molestarte.


— Y nos volvimos a besar.


— Fue amor a primera vista—  se encoje de hombros— así que deja de preocuparte por eso que cuando no quiera estar contigo voy a decírtelo ¿Podemos dejar eso entonces?


— bien.


— Everett, yo también quiero preguntar ¿Quién es Zachelle? Tengo mucha curiosidad por saberlo, todos los que te conocen parecen conocerle y reaccionan extraño conmigo.


— eso es parte de lo que te mostrare.


— genial.


— ¿no te molesta?


— solo me da curiosidad. Me molestaría si todos me dijeran algo más pero nadie dice nada, es como si fuera un secreto o algo muy malo ¿te paso algo muy malo con él?


— No tienes idea.


— ¿En serio?- le sonrió, y niego con la cabeza. Me arroja la servilleta— no bromees con cosas como esas— intenta tirarme otra servilleta, pero los movimientos que hace solo logran que la mesa se mueva  y que el vaso de soda que tengo se me tire encima— lo siento…- pero se está carcajeando.


— ah, voy a cambiarme.


— Adelante— pongo los ojos en blanco por su tono.  Antes de abrir la puerta de mi habitación me saco la camisa y  la arrojo al cesto cuando entro.  Tengo la sensación pegajosa del azúcar, no puedo solo ponerme otra, que va solo tomare otra e iré al baño a limpiarme un poco. Tomo la primera camisa del cajón.


— ¡¿Laith?! Me asustaste, tonto ¿Qué haces aquí?


— Solo… pensé que ya que fue mi culpa que te mojaras, debería ayudar— camina hasta donde estoy, su mano se apoya en mi pecho y luego me empuja despacio— no deberías mostrarte así en presencia de otras personas.


— ¿No?- pregunto, atontado por la forma en que su cuerpo se pega al mío, en que sus labios rozan los míos cuando habla. Laith se ríe, y me empuja con más fuerza hasta la cama.  Sus dedos me hacen cosquillas cuando recorren la piel de mi pecho. Un teléfono suena, los dos lo ignoramos. Se sienta sobre mí, y yo me inclino para besarlo, nos besamos hasta que me quedo sin aire  y él me empuja otra vez. Me besa el pecho, bajando más. El teléfono sigue sonando insistente hasta que Laith se endereza y lo saca de uno de los bolsillos de su pantalón solo para arrojarlo sin cuidado al suelo, al igual que su camisa.


Nos besamos otra vez, esta vez siendo su piel contra la mía, mis manos acarician sus piernas. Le beso el hombro, en el lugar donde tiene esas marcas.  El teléfono vuelve a sonar, le aparto para decirle que debería responder, pero su boca no me deja decir nada.  Cuando nos separamos me sonríe, se inclina abajo, muy abajo. Su lengua se mueve muy despacio en mi abdomen, se siente tan caliente…


— Ah, maldición— gruñe cuando el teléfono suena de nuevo.  Cierro los ojos, intento recobrar el aliento y sacarme de la cabeza la imagen de Laith lamiéndome…


— debe ser importante, contesta.


— pero…


— voy a…- hago un movimiento sin decir nada. Laith se levanta y recoge el teléfono. Yo voy al baño para ocuparme de  las consecuencias de lo que hacíamos. Me lavo la cara y con un paño mojado me quito la sensación pegajosa del azúcar de la soda. Escucho la voz de Laith, hablando en un tono más alto del normal— ¿Laith? ¿Está todo bien?


— No— camina hasta quedar frente mí, sus ojos parecen plata en la casi oscuridad de la habitación. Está asustado, le paso un brazo por los hombros, atrayéndolo a mí.


— ¿Qué paso?


— Mi padre… un accidente. Tengo que ir…


— Te llevo a casa, será más rápido en la moto.


— No, Irisa me espera en la estación de autobús—  nos movemos rápido, e incluso manejo sobre el límite de velocidad.  Encuentro el espacio para dejar la moto y sigo a Laith hasta que entramos.


— ¿Qué fue lo que paso?


— no lo sé, irisa dijo que papá estaba bien pero en el hospital. Consiguió los boletos para ir— La veo antes que Laith y le tomo del  brazo para que no siga de largo. Ella también luce preocupada, se abraza a Laith cuando se encuentran.  


— Vamos, está por salir el autobús— Laith me mira.


— Yo…


— está bien, no te preocupes por mí. Llámame cuando sepas que pasa— me abraza, pasándome los brazos por el cuello con tanta fuerza que me deja sin aire. Le doy unas palmaditas en la espalda— vamos, te dejara el autobús. Ah… yo…- tomo aire y le paso la mochila que traje— es lo que iba a mostrarte. Si todo está bien y tienes tiempo dale un vistazo— a lo mejor es desconsiderado pero yo hice una promesa y no quiero romperla aun si él no los ve.


— Bien— le veo pasar por la puerta sin mirar atrás. 

Notas finales:

¿Les he contado como me encata poner a estos dos melosos??

Gracias por leer!!!


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