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RE- por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola~ 

Espero que les guste el capítulo.

Muchas gracias por sus comentarios, así se que no les estoy cofundiendo.

Me despierto con el dolor del entumecimiento. Ah, no me he movido en toda la noche…  en un inicio no reconozco donde estoy,  pero Everett está casi encima de mí y puedo recordar lo que paso anoche.  Me muevo solo para buscar una posición más cómoda ¿Qué hora es?  Parece que afuera sigue oscuro.


— ¿Qué hora es?— Everett se mueve, me rio aprovechando para estirarme.


— también quiero saberlo.


— ¿Laith?


— ¿Esperabas a alguien más?— sonrió  enderezándome para mirarle. Everett ahora parece muy despierto— qué triste, y eso que tú fuiste el primero  en decir que iba en serio. 


— No, yo no…


— Bromeo— bostezo y me levanto. Everett se queda en la cama mientras yo voy salgo de la habitación para ir  al baño. Cuando regreso la televisión está encendida en un noticiero en el que puedo ver la hora al fin, casi las seis veinte de la mañana. Me dejo caer en la cama, estrellando mi cara con la almohada— es muy temprano.


— ¿Volverás a dormir?


— si— ruedo un poco para topar con él y abrazarle como si fuera una enorme almohada— ah, esto se siente mejor— Everett no se mueve, y el sonido bajo de la televisión comienza a adormilarme otra vez hasta que me quedo dormido.  Cuando abro los ojos otra vez, ya hay más luz en la habitación, la televisión sigue encendida y Everett está dibujando en uno de sus aparatos, muy concentrado que ni siquiera se ha dado cuenta de que desperté.  Ya no se ve enfermo como anoche. Me sorprendió mucho lo que sea que le pasara, se veía muy desesperado mientras decía todas esas cosas, y por como lo decía sé que está convencido de que eso podría pasar— Buenos días otra vez— Everett me mira y sonríe.


— son casi las diez de la mañana.


— Umm— me estiro, pasando mi cuerpo sobre el suyo— esto me gusta mucho.


— tengo hambre— dice, y  me quejo abrazándome para que no se mueva— Laith.


— Me lo debes por cuidarte anoche— además de sorprenderme, también me asuste. Everett estaba hiperventilando y no me respondía por más que le llamara hasta que le golpee— ¿Dijiste que eso pasa seguido? 


—… ya no. hace años que no pasaba, creo que es por haberte encontrado, me contuve mucho para que no pensaras que estoy loco y salieras huyendo… no lo hice muy bien ayer. No quería asustarte con esas cosas— me enderezo.


— bueno, si ayuda, estoy muy seguro de que no he aparecido de la nada y que tengo familia y recuerdo casi todos los años que he vivido así que no soy un sueño tuyo— Everett se ríe, me besa  y se levanta de la cama.


—no tienes que seguir las cosas que digo, y está bien si no me crees. Iré a hacer el ¿desayuno? Es un poco tarde pero también es temprano para el almuerzo— me quedo en la habitación, disfrutando de la cama  todavía hasta que me llega el olor de la comida. La ropa que tome prestada de Everett me queda solo un poco larga en las mangas y los tobillos, y tengo que jalarme las mangas para poder tomar uno de los cuadernos de Everett que están en casi toda su habitación. No deja de sorprenderme la cantidad de cosas similares que hay entre lo que dibuja y la realidad.


 — ¿Qué es eso que haces? Huele bien.


— Tocino— se me hace agua la boca cuando me siento en la mesa— ¿quieres café o jugo?


—  Soda— me voltea a ver con una expresión seria— era una broma, jugo está bien— me levanto por los vasos y por el jugo del refrigerador— ¿A qué hora quedaste de ir con Evelyn?


— medio día, pasare por ella a la tienda.  Yo tengo casi todo listo, pero ella siempre se olvida de las cosas  y tengo que ayudarla a organizar— dejo que ponga los platos en la mesa y mi estomago gruñe al ver comida.


— ¿Organizar?


— La comida que llevaremos más que nada— Everett comienza a hablarme del  festival. Al parecer no pueden comprar nada allá porque no hay tiendas ni marcas, todo se hace con trabajo o cambiando las cosas que llevan. Como me dio mucha curiosidad investigue un poco en internet antes de irnos a la casa de irisa.


Como se que no hay nadie en casa llegamos sin problemas. Sé que cuando me vea me dará un regaño por no haber llegado y quedarme su auto también.  Tenemos justo el tiempo para ir a encontrarnos con Evelyn, así que solo me cambio la ropa y vuelvo a bajar. En el centro comercial Evelyn ya nos espera y se ve mucho mas emocionada que Everett por el  festival.  Ella comienza  a contarme cosas que han hecho y pasado en los anteriores festivales. Me asombra la cantidad de cosas que están echando al carrito de compras que yo empujo.


— ¿No es demasiado?— pregunto, ya casi han llenado medio carrito y me cuesta controlarlo cuando damos vueltas por los pasillos.


— No— dicen los dos, sin mirar hacia las cosas.


— ¿Seguros?


— será una semana, y con tantas actividades da mucha hambre. Y podemos cambiar comida por bebidas— me encojo de hombros, realmente yo no sé de qué va eso. Ellos han ido ya a cinco festivales antes que este. 


De vez en cuando miro a Everett, buscado algún rastro de lo que paso anoche. Él se ve muy normal ahora, como si nada hubiera pasado. Me preocupa que no podremos hablar en esta  semana que estará allá,  sé que no me necesita y que si pasa algo Evelyn también sabrá qué hacer si lo que me dijo que pasaba antes es verdad. ¿Qué tan normal tiene que ser como para que actuara como si no pasara nada? pero Everett se ve tan normal que no pienso preocuparme más por eso.


Pagar las cosas y subirlas al auto es toda una odisea que nos hace reír y quéjanos hasta que terminamos de acomodar todo y vamos a comer. Everett me pide que los lleve a la casa de sus padres y empieza otra vez el ir y venir mientras bajamos todo. Escucho que van a empaquetar todo en otras bolsas donde no haya logos y hacer un montón más de preparaciones, suena muy divertido todo eso y quiero quedarme pero tengo que regresar ya.


— Irisa querrá matarme si no llego antes que ella.


— ¿Seguro que no quieres que vaya contigo? Le puedo explicar.


— No, está bien. Aunque lamento que no pasara nada de lo que ella seguro me reclamara. Será un regaño injusto— me quejo. Everett se ríe y me besa. Quiero preguntarle si estará todo bien, pero en cambio suspiro y abro la puerta del auto— Iré mañana a despedirlos— él hace una mueca.


— será una semana muy larga.


— Pff, habrá tantas cosas allá que ni te vas a acordar de mi— lo digo en broma, y no dejo que Everett responda porque me subo al auto y cierro la puerta. Le veo despedirme con la mano mientras me voy. 


Me siento demasiado aburrido y solo en la casa, esperando a mi tía. Apenas llegue y encendí el teléfono recibí un montón de mensajes y algunas llamadas perdidas de ella. Ya estoy resignado a escuchar su reclamo cuando llegue. Quizá no debí llevarme el auto. Para soportar más la espera, enciendo la televisión y llamo a mi familia desde el teléfono de la casa.   Aún sigo escuchando sobre los planes de visitarlos cuando Irisa llega la casa. Le sonrió, intentando poner la expresión más  apenada que puedo mientras me despido y termino la llamada.


— entiendo que estés muy enamorado de ese chico, pero si vas a quedarte en su casa no te lleves mi auto.


— Lo siento, fue una emergencia.


— No te molestes ¿Acaso crees que no sé lo que hacen cuando están a solas?— me comienzo a reír— lo dejare pasar esta vez.


— gracias, tía. Eres la mejor— aunque siempre parezca muy severa, Irisa es una buena persona, siempre nos ha consentido mucho. 


****************


La estación es el único  lugar donde hay mucha gente por la mañana. Hace frio, y es muy temprano, pero Everett y Evelyn están muy despiertos. Ya han subido todo al autobús las cosas y están esperando en la entrada de la sala junto a los padres de Everett y otra pareja que supongo son los padres de Evelyn.


— Creí que no ibas a llegar.


— Me perdí un poco al venir, pero hey, dije que vendría— el beso que me da sabe a café— aunque sentí que no llegaba a tiempo.


— Aun quedan diez minutos— esos diez minutos se pasan demasiado rápido entre besos y abrazos hasta que llega Evelyn.


— Vamos,  pueden besarse todo lo que quieran cuando regreses, Everett— me rio cuando lo jala del cuello de la camisa y lo lleva casi arrastrando hasta la puerta de la sala para subir al autobús.


— ¡Espera, Evelyn! Eso duele…—  me rio hasta que suben al autobús y les hago una despedida con la mano.  Antes de que el autobús se vaya alcanzo a ver que los dos parecen discutir de pie en el pasillo, de seguro por el lugar en el que irán. Me rio cuando Everett se tira en los asientos y saluda desde la ventana. Me quedo unos momentos más hasta que sale el autobús. Antes de irme, la mamá de Everett me da un abrazo y su papá unas palmaditas en la espalda mientras me invita a pasarme por el restaurant. 


Y así me quedo sin nada que hacer por una semana.


Irisa no tiene vacaciones, y como ha pasado poco tiempo desde que fui a casa no tengo ni ánimos ni dinero para gastar en el pasaje. La mayoría de los que conozco aquí tienen sus propios planes y solo he salido un par de veces con ellos.  Everett me llamo antes de que llegaran, hablamos casi media hora antes de que la llamada terminara  y después solo envió un mensaje diciéndome hasta cuándo volverá a llamar.


— ¿Piensas quedarte en el sofá hasta que regreses a modelar?


— Es una buena idea— Irisa se pone de pie frente a mí, con los brazos cruzados— ¿Qué?


— el tiempo que le pediste a tus padres para conseguir trabajo está por terminar. No voy a intervenir si deciden que debes regresar o ir a otro lugar—suspiro. No creo que eso pase, quedamos en un buen trato a mi parecer, además ya tengo un trabajo. Conseguir otro significaría que vería menos a Everett porque no estaría en la escuela. Al ver que no me muevo, Irisa solo refunfuña algo y se va.  Yo suspiro… tiene razón, claro y ver o no a Everett no tiene nada que ver con tener trabajo. Lo complicado es que no quiero dejar la escuela de artes de esa manera, siendo que fueron los primeros en darme un trabajo e irme de ese modo… ah, cierto, Everett me sugirió pedirle el trabajo al director, que es amigo de mi tía.


¡Demonios, debí haberlo hecho antes!


Tengo los números de algunos profesores, y me pongo a enviarles el  mismo mensaje.  Veinte minutos después ya he recibido respuesta de dos de ellos. Me levanto y busco mis cosas


— ¡Voy a salir!— no espero respuesta. Como aun no conozco del todo la ciudad, decido irme por mi cuenta usando solo autobús. No me preocupo por perderme porque no he quedado a una hora exacta. Me encuentro primero con la maestra que he visto seguido con Everett, la que casi nos descubre una vez cuando nos besábamos.


— ¿Es todo lo que necesitas?— Hojeo el grueso paquete de hojas que me dio.


— Si… no ¿hay alguna forma de contactar a antiguos alumnos? ¿Tienes algún contacto con ellos? quisiera hablar con ellos, me ayudaría que les dieras mi numero o preguntarles si puedo llamarles.


— e-está bien. Creo que puedo conseguir algunos.


— ¡muchas gracias!—  paso los dos  días siguientes yendo de un lado a otro, haciendo llamadas y organizando las cosas cuando estoy en casa. Irisa solo me ve extrañada cuando llega y me encuentra en el suelo rodeado de papeles y fotografías.


Para el cuarto día estoy tan ocupado que casi me olvido de las últimas cosas que pedí.  Estoy moviéndome a recoger más cosas con una caja llena de fotografías, folletos y algunos vestuarios.  Hoy hace más calor que otros días, y apenas hay sombra en la parada del autobús. Cuando me muevo para llegar a la sombra la caja se aligera de pronto y todo el contenido se riega en el piso. Suspiro, mirando el hueco de la caja. Consigo arreglarlo un poco y me pongo a recoger todo. Antes de terminar alguien comienza a recoger también, me pasa lo que recogió y le miro para agradecerle. Me sorprende ver a la hermana de Everett. 


— ¿Necesitas ayuda?— le sonrió.


— está bien ahora, gracias— ella le da una mirada a las hojas que deje en la caja.


— ¿Trabajo? a veces olvido que trabajas en el mismo lugar que mi hermano.


— estoy… bueno, intentare hacer un portafolio con todo lo que hacen e ir a presentarlo a otros lugares, escuelas y empresas para conseguir más estudiantes. Aun no sé si funcionara— ni siquiera le he dicho nada al director— ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?


— umm…— ella alza la vista, mirando a lo lejos— ¿Quieres tomar algo?— me pregunta, señalando con la mano una cafetería frente a nosotros. Tengo una ridícula sensación de alarma que me hace querer decirle que no.  Tonto Everett y sus paranoias.


— Claro— cruzamos la calle y la sigo hasta la mesa libre que elige. Ella pide un café frio, yo me conformo con pedirle un té helado a la mesera con el cabello de colores que nos atiende. Cuando llevamos cinco minutos esperando sin decirnos nada comienzo a arrepentirme de aceptar. Debo preguntar algo ¿el clima? ¿Sus clases? no sé nada de física.


— Me dejaron plantada— dice antes de que pueda decir algo. Suspira sobre su café.


— pero que descortés. Espero que de verdad tenga una buena razón para no decirte que no vendría— para mi sorpresa ella se ríe. 


— sonaste un poco como mi hermano. No he dicho si me avisaron o no— ¿no lo dijo? Intento recordarlo— como te vi aquí, pensé que, ya que había venido de cualquier modo no será por nada.


— ya veo. Me alegra ser la opción para estas ocasiones.            


— ¡No! yo no…— ella suelta un gemido y se inclina en la mesa— sonó así de mal ¿cierto?— yo me rio ahora, y muevo las manos para restarle importancia— lo siento, es que… me pongo nerviosa cuando hablo contigo. Quería hablar contigo con calma sobre Everett—  ah, ya entiendo mejor la invitación, me parecía extraño siendo que ella siempre parece incomoda cuando habla conmigo.


— ¿me darás la charla sobreprotectora?— ella sonríe un poco sobre su bebida.


— no ¿te mostro los dibujos?— le doy unas palmaditas a la caja que traigo y que deje en una silla vacía.


— conozco muchos dibujos de Everett, en sus clases y las veces que hemos hablado me ha mostrado. Los de la tienda esotérica son un poco raros.


— Sobre Zachelle—  me quedo callado unos momentos. El aire huele a café, y de vez en cuando me llega el aroma cítrico de mi té— estoy hablando de esos dibujos, de esa historia.


— La historia donde me matas— la veo temblar desde mi lugar, el hielo de su vaso tintinea con fuerza— es muy buena, lo admito— ella no dice nada. La miro y… ¡No puede ser!— ¿Virginia? No te… no te pongas a llorar ¿bien? solo era una tontería, no es que me importe lo que pase en esa historia porque no es real.


— Como si lo fuera— su voz sale como un sollozo, sus ojos se mantienen en la espuma de su café— por eso no sé qué hacer, no sé qué decir cuando estás aquí, cuando debes odiarme como mi hermano.


— Everett no te odia. Y yo tampoco— ella me mira al fin— quizá se moleste un poco y este confundido pero no te odia. Aunque entiendo lo que dices. La noche de la exposición…— suspiro y le cuento lo que paso. Ella asiente de vez en cuando.


— para mi hermano siempre ha sido así, a veces parece estar muy lejos de nosotros de una forma que nunca supe explicar, me parecía que era otra persona cuando hablaba de ese lugar mágico, de esas personas. Él… bueno, siempre me ha dicho que no quiere que sea su hermana.


— ¿¡Eso hace!?


— lo hacía, con mucha frecuencia. No paraba de culparme por haber matado a Zachelle, aunque no estuviera molesto no dejaba pasar oportunidad para recordármelo.


— O sea que ¿tú también tienes esas visiones?— ella pega un saltito en la silla


— ¡No! oh, dios, no. si todo eso es verdad no podría soportarlo— sus ojos se llenan de lágrimas otra vez. Uh, tema peligroso.


 — Entonces ¿Cómo se arregló todo?— ella vuelve a poner la vista en su café ¿Qué tanto le dijo Everett a esta chica? Me apena verla tan afligida por una cosa como esa.


— no se arregló. Everett dejo de decírmelo, pero…— se encoje de hombros. Yo diría que ya era tarde para arreglar algo— a veces aun siento el reproche en su mirada. Luego te llevo a casa.


— ah, recuerdo que llego a decir que no me mataras esta vez o algo así— ella asiente con fuerza— oh, lo siento mucho, debiste estar pasándola muy mal todo este tiempo. No tienes que preocuparte por mí, no me afecta en nada lo que esta dibujado en los cuadernos de Everett— le miento y me siento mal por eso y por haber pensado que ella era peligrosa.


— aunque sea así… yo… no quiero que pienses que me desagradas si me mantengo alejada o no te hablo.


— ¿Por qué harías eso? me agradas, y ya te dije que no tengo problemas con…


— tengo miedo de que pase algo por mi culpa— habla tan bajito que me toma unos momentos entender lo que dijo— ¿Qué hare si por mi culpa te pasa algo? ¿Qué hare si tu…?— ahora ella se cubre el rostro ¡Está llorando!— Everett me odiara por siempre.


— Vamos, tranquila— noto las miradas de reproche de las meseras y las curiosas de los otros clientes— solo es… solo es una historia. No pasara nada. Si te hace sentir más tranquila entonces agradecería mucho que no intentes matarme— ella se ríe, y solo llora un poco más antes de calmarse. Le paso una servilleta de papel para que se limpie el rostro.


— lo siento, ya te estoy causando problemas.


— solo estoy muriendo en la imaginación de esas chicas de allá, nada grave.


— ¿Todo está bien?— nos interrumpe otro mesero, un chico que me dirige una sonrisa un tanto fría y una mirada de advertencia en sus ojos grises.


— Todo está bien— ella sonríe, y esta vez no se ve tan mal como hace unos momentos que lloraba— no es nada.


— oh, bien. Cortesía de la cafetería— pone delante de ella un plato con un trozo de pastel de chocolate y luego regresa dentro. Los dos nos reímos por eso, además el trozo de pastel es muy grande.


— Debemos estar dando una impresión equivocada— yo solo me encojo de hombros. No me importa mucho siempre que no venga alguien a querer golpearme. Ya tuvimos bastante de esto, así que cambio el tema por cosas mucho más comunes. Incluso le pido su consejo sobre a qué lugares debería ir a promocionar la escuela.


— aun tengo que recoger algunas cosas y aun no ubico bien los lugares— comento, mirando la hora en mi teléfono— si no tienes nada más que hacer ¿Quieres acompañarme?— Virginia me mira, no me sonríe pero me dice que si moviendo la cabeza. Busco a la mesera con la vista para pedirle la cuenta e irnos.


— Aunque… hay algo que siento que tengo que hacer, no sé si entiendas pero yo necesito disculparme así que ¿Podrías perdonarme por matarte?— ¿Eh? ¿No es una broma? Quiero reírme, pero ella está hablando en serio.


— bueno, Yo aun no he muerto pero te perdono— y yo que pensaba que Everett era el único que estaba con esas cosas— creo que según lo que vi en los dibujos, no era intención de eh… Vanna, matar a Zachelle ¿No? quería matar a la que se parece a mi tía Irisa.


— ¿Tu tía también está en la historia de Everett?


— eso parece, Everett no para de llamarla Ilkad ¿Nos vamos?


Dos días después de eso, casi he terminado de hacer lo que quiero presentarle a Rainer y los demás.  Virginia y yo intercambiamos números, así que nos hemos encontrado en la cafetería con la excusa de ayudarme con información que Everett tiene. Realmente esa información no es tan importante, pero los dos fingimos que sí, soy demasiado amable para decirle que no después de verla llorando y pidiéndome disculpas por algo que no tiene sentido para mí.  Entiendo que quiera ser amable e intentar llevarnos bien, pienso decirle a Everett que deje de decirle esas cosas.  Virginia me cuenta más cosas de Everett, cosas como esas crisis que le dan. Según ella eran frecuentes y cada vez son menos, también me conto sobre otras cosas más agradables y graciosas  y no puedo evitar mostrarle la fotografía que me quede de Everett.


— ah, yo aún era pequeña, pero me conto papá que fueron acampar y Everett estaba molesto porque fueron a un parque especial para acampar y no un bosque real como esperaba.


— ¿En serio?— la imagen que tengo de Everett cuando era niño cada vez es más graciosa.


— sí, mamá también cuenta que quería cocinar desde que tenía como cinco años y se enojaba cuando lo sacaba de la cocina— nos reímos, sin duda tengo que preguntarle a Everett sobre eso— Ah, se me ocurrió algo para tu proyecto. La próxima semana  iré a un campamento especial de física, al final hay una presentación y conferencias con algunas personas importantes en la materia y pensé que podrías hacer más eventos o quizá participar en eventos de otras escuelas o algo así.


— hey, no es mala idea ¿no lo hacen? Creí que lo hacían porque estuvo la presentación de fin de curso.


— creo que no… Everett nunca menciono nada— estamos caminando a mi casa a recoger las cosas que me prestaron para devolverlas— Everett sale mucho pero a eventos de sus obras, no de la escuela. Le he acompañado algunas veces, es divertido.


— eso suena bien, un lugar lleno de comics y gente comprando.


— ¡Laith!— el grito interrumpe lo que Virginia iba a decir. De la puerta de la casa de Irisa, alguien viene corriendo a mi encuentro. Me quedo mirando como Audrey llega hasta nosotros y se cuelga de mi brazo como hace siempre— eh ¿Qué pasa? Que reacción tan fría ¿No te alegras de verme?— más que eso, estoy tan sorprendido que  no puedo pensar en nada.


— ¿Audrey? ¿Qué haces aquí?


— ¿Cómo preguntas eso? vine a verte, claro.  Le pregunte a tu familia por el domicilio ya que tú nunca me contestas— con todo me olvide de volver a añadir el numero de Audrey. Ella me mira con el ceño fruncido, y luego se fija en Virginia—  ¿Quién es?   


— ah, es Virginia...


— No me digas ¿Una amiga?— La conozco suficiente para saber que esta bromeando— ¿Has estad engañándome, Laith? Por eso ya no me respondes.


— ¿Engañar?— Virginia le mira, sorprendida.  La sensación de peligro que sentía antes al estar con Virginia regresa. Me doy cuenta de que ella no sabe… Everett no les dijo que yo no le dicho a mi familia que me gustan los hombres y que Audrey es solo una fachada.   


— Solo bromeo. Aunque Laith si está saliendo conmigo.


— Imposible— intento hacerle una señal para que no siga, pero ella no me ve. Las siguientes palabras que salen de sus labios pintados con labial fucsia es como si me hubiera  apuntado con una pistola y disparado— porque Laith es el novio de mí hermano.

Notas finales:

Un poco de drama para alegrar la semana (?) Hagan sus apuestas ¿que va a pasar con Laith ahora? ¿Virginia resulto igual que Vanna? Los leo <3

 

Nos leemos el próximo viernes!

 


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