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RE- por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

Espero que les guste el capítulo tanto como a mi.

Con el pasar del tiempo deje de ir a las reuniones que no me involucraban porque en realidad no importaba si iba o no, Zachelle o alguien más me diría lo que paso o lo que pasaría después de la reunión. 


Como prometió Vahard, nunca estuve involucrado en la lucha a pesar de que hubo muchas batallas: supe que  muchos pueblos más de las tierras indómitas habían sido conquistados y sus habitantes llevados a otras ciudades. Escuche historias muy tristes de los familiares  que pudieron escapar y vieron como todo lo que conocían desparecía ante sus ojos.


— ¿Otra vez estas preocupado?— Vilia me quita el cuchillo con el que pretendía cortar trozos de carne.


— No.


— Zachelle está bien, siempre causa estos problemas.


— No estoy preocupado por él— Conozco el modo en que Zachelle logra convencer a cualquiera de que no tiene relación  con la Fortaleza y solo es un civil más que estaba perdido y con miedo a que algo pasara. Es su forma favorita de infiltrarse, como tampoco usa su habilidad,  le creen con facilidad aunque muchas veces le llevan con las manos atadas y pierde el tiempo intentando escapar, algo en lo que según él se ha hecho un experto.


— Siempre dices lo mismo.


— Pero es la verdad. Sé que puede cuidarse solo.


—  ¿Entonces cuál es el problema?


— No hay ninguno—  Es mentira. Estoy preocupado, pero no porque Zachelle no ha regresado, sino por las personas con las que fue. Uno de ellos fue su amante antes y Zachelle no quería ir con él— Sahar también está con ellos, por eso no estoy preocupado.


— Cuando no pienses darnos tus dedos como comida entonces puedes regresar a ayudarnos— me importa poco lo que vaya hacer Zachelle en ese viaje, me importa que al final de todo yo soy el que tendrá que escucharlo quiera o no y eso es lo que me está agobiando antes de que regresen siquiera.


No le dije a Zachelle que Sahar conocía su secreto, ni hable con ella para pedirle que lo ocultara, nada de eso es algo que yo tenga que hacer y que de cualquier modo no hizo falta mi ayuda: Sahar no le ha contado a nadie, y tampoco me ha vuelto a mencionar nada sobre eso.  Si supiera que Zachelle todavía se queda a dormir conmigo entonces estaría convencida de lo que me dijo. Ese es otro motivo por el que no me preocupo: tener mi espacio para mí es un privilegio ahora que él no está.


La fortaleza ha crecido mucho,  he tenido que moverme de lugar en dos ocasiones porque otras pequeñas casas se estaban acercado mucho y haciendo más ruido del que soporto. Zachelle sigue teniendo su carpa, pero no la usa mucho.  Cada vez me cuesta más recordar a todos los que viven aquí.


 


— ¡Rahn!— un plato de comida aparece al lado del mío y siento a Zachelle sentarse en la banca a mi lado


— no tienes que gritarme, te escucho perfecto.


— ¿de verdad? parece que no me escuchas cuando te llamo. Y que recibimiento tan frio has dado, acabamos de llegar y ni siquiera has preguntado cómo fue.


— Si están aquí  debió ir bien— alguien se ríe a mi espalda, y debe ser por lo que dije porque nadie más se ha reído. También viendo el buen humor de Zachelle parece que no ha pasado nada que le haga quejarse conmigo. Cuando lo miro no puedo evitar la pregunta— ¿Qué te paso?


— Ah…— Tiene un ojo morado y una herida en el labio— Un pequeño accidente— Sonríe, acercándose el plato con pan que tiene delante— Nada importante, ¿Cómo han ido las cosas por aquí?— Una de las chicas que le siguen le comienza a dar una plática de la nada que ha pasado por aquí.  Quiero decirle que está mintiendo, he tenido las peleas suficientes para saber que los golpes que tiene son por una pelea y no un accidente y si hubiera un problema con los Sentinellas nos lo habrían dicho desde que llegaron. Tampoco es que me importe mucho lo que haya pasado, si quiere me lo contara en algún momento porque Zachelle no sabe guardarse las cosas importantes.


Cuando me despido de los pocos amigos que tengo, no me extraña que él venga tras de mí.


— No puedo dejar de pensar en algo— Comento, cuando ya estamos a solas. Él solo me observa, esperando— Si cuando entrenas con todos nadie puede alcanzarte a menos que sea yo, y con mucho esfuerzo ¿Cómo es que dejaste que te hicieran eso? y más aun, en tu cara.


— Ya te dije que fue un accidente.


— Como digas. Y no te encimes.


— Tú tienes más espacio si te movieras hacia allá en lugar de quedarte como piedra en el mismo sitio.


— Me gusta este sitio.


— No tiene nada de especial, muévete o me dormiré encima de ti— Comienza a clavarme el codo en las costillas, con tanta insistencia que termino por gruñir y moverme— Buen chico— Le intento morder la mano con la que me estaba dando palmaditas en la cabeza.


— Déjame dormir.


— Que tengas buenos sueños Rahn.


No tengo humor para ver el entrenamiento de la mañana, así que me quedo en la cocina y después voy a lavar mis ropas.  Estoy comenzando a acumular más cosas y creo que pronto necesitare una carpa más grande para poder estar cómodamente con todas las cosas nuevas que he traído de mis viajes y con Zachelle durmiendo allí.  Me cruzo con varias personas más, casi todos saben que mientras no me molesten a mi poco me importa lo que hagan.


Mientras espero que mi ropa seque, observo  los árboles, el cielo y todo lo que hay a mi alrededor. Nunca me había sentido tan libre, poder elegir todo lo que quiero o no me hace pensar mucho en cómo era mi vida antes y  en que todos deberían vivir de esta forma, sin preocuparse por nada más. Ahora solo tengo una idea en mente y es poder encontrar un lugar donde no tenga que preocuparme por las luchas por el poder y la libertad, donde haya muchos árboles y pueda seguir siendo como quiero,  antes me imaginaba a solas en ese lugar pero ahora creo que me agradaría un poco de compañía de personas tranquilas y que no tengan problemas conmigo.  Quizá pueda buscar a Vana, Zachelle no encontró más de ella ni de ninguno de mis antiguos conocidos y últimamente las cosas han estado más complicadas para ponerse a buscar tranquilamente y tampoco quiero que se ponga en  peligro por buscar a alguien que sin duda estará bien.


Esta atardeciendo y las primeras estrellas comienzan a verse en el cielo. Verlas tan lejos me hace recordar las estrellas de Firah, paso por ahí cada vez que puedo solo a sentarme en el prado a esperar a que oscurezca y ver las estrellas tan cerca. Recojo mi ropa ya seca y después de doblarla comienzo a andar hasta el campamento. Casi voy a llegar cuando escucho las voces,  susurros que comienzan a subir de tono ¿Otra vez con cosas que no debo escuchar? No quiero saber nada de eso, no me voy a detener.


— ¡Dije que no!


— Zach, ni siquiera me estas escuchando— ¿otra de las fallidas conquistas de Zachelle? Sí que tengo mala suerte.


— Oh, claro que te escucho. Te escuche bien la otra noche y sigo respondiendo lo mismo. Ya no estoy interesado.


— ¿Desde cuándo?


— Desde que supe que vas a tener un bebé.


—  ¿Y porque habría de importarte eso?— escucho un resoplido, seguro de Zachelle. Yo tengo que contener el mío si no quiero que me escuchen.


—  Si eres tan imbécil con ella, no sabes cómo agradezco ya no estar contigo— Ah, bien por Zachelle que después de escuchar todo eso yo sería quien le acomodara las ideas a golpes si terminaba por decirle que sí.  Debo seguir caminando, no hay nada más que escuchar aquí.


— Lo del otro día fue un accidente, no quise golpearte.


— Déjame en paz.


— Al menos dime donde te quedas por la noche. Te he buscado en tu carpa.


— Donde me quede no tiene que importarte.


— He preguntado a otros, creí que podrías estar con alguno de tus anteriores amantes ¿conseguiste a alguien nuevo?


— ¿Y que si así es?— Sé que Zachelle no ha estado con nadie desde que se enteró sobre esa chica y su bebé ¿Por qué no estoy caminando?


— siempre te crees tan moral, pensando que haces las cosas bien cuando por esto que haces nunca serás tomado en serio ¿Y todavía pides que se queden contigo?


— Suéltame…— Escucho el forcejeo, y antes de pensar algo mas ya me encuentro corriendo hacia donde escucho las voces, y llego justo cuando ese sujeto alza la mano. He escuchado suficiente. Me arrojo contra él y mi puño se estrella en su cara una, dos tres, cuatro veces antes de perder la cuenta de los golpes— ¡Rahn!— Rodamos por el pasto, él también me golpea pero no es nada comparado con mis golpes. Comienzo a escuchar más voces, bullas  alentándonos a molernos a golpes. Me comienzan a doler los dedos pero no me detengo, posiblemente ya le he roto la nariz y costara reconocerle la cara.  


— ¿Qué está pasando aquí?— Le doy un último golpe que hace que su cabeza rebote en el suelo y se quede inconsciente antes de que me alejen de él. Vahard se abre paso entre los que nos rodean, que solo fingen apartarse. Dos han ido a levantar al pobre tipo que acabo de golpear. A pesar de todo, me siento calmado, no he perdido el control como otras veces cuando me molesto y termino convirtiéndome en lobo— ¿Rahn? ¿Qué demonios estabas haciendo?


—…— Abro la boca para responder, pero me topo con la mirada de Zachelle.  No entiendo mucho de miradas, pero la de Zachelle me está gritando que no diga nada. Contar la verdad seria hablar sobre lo que tuvieron esos dos. Sé que Zachelle no lo hace por ese sujeto, sino por la chica.


— No puedo permitir esta clase de comportamientos entre nosotros, si no hay una buena  razón para esto tendré que…


— Has lo que quieras, se lo merecía— Es lo único que digo antes soltarme y darme la vuelta para ir a mi carpa. No me importa tener un castigo o cualquier cosa que me mande Vahard,  realmente me siento bien con esto.


Me quedo acostado en el pasto fuera de mi tienda, viendo cómo cambian los colores del cielo, como se mueven las nubes y finalmente las cientos de estrellas que aparecen  de pronto acompañando a las que ya se veían. Ya no hace frio y parece que el temporal de lluvia no tardará en llegar. Me veo rodeado de luciérnagas mientras cuento las estrellas que caen y las imagino llegando a Firah.  El pasto y las ramitas crujen bajo los pies de alguien que intenta ser silencioso.  Veo de reojo la silueta de Zachelle, dudando unos momentos antes de acercarse.


— Olvidaste tu ropa— Es lo que me dice, y da unos pasos hacia mí. Se sienta, poniendo la cesta con la ropa otra vez doblada frente a nosotros. La arroje sin cuidado cuando corrí a golpear a ese tipo— También conseguí tomar algo de la cocina… Vahard va a disminuir tus raciones por un tiempo. Y no podrás ayudar en la cocina tampoco.


— Está bien. Siempre puedo ir al bosque a conseguir comida aunque no me gusta mucho la carne cruda.


—Pensé lo mismo, pero creo que a Vahard se le olvido ese detalle— No hay humor en su tono. Comienza a arrancar pasto con una mano, sin mirar lo que hace. Esta callado, algo que pasa muy pocas con Zachelle. Finalmente le escucho suspirar—  Lo siento. Yo debí decirles que no fue culpa tuya, y ahora tienes un castigo injusto.  Entiendo que estés molesto.


— No estoy molesto— Volteo a verle, y el también, un movimiento rápido al escucharme decirlo.


— No debiste hacer eso.


— Tú querías que le golpeara— Me reclino hacia atrás, apoyándome en los codos— No me detuviste, querías que lo hiciera— Vuelve a apartar la mirada— Lo que no entiendo es porque dejaste que un imbécil como él te golpeara primero.


— Me tomo desprevenido— Refunfuña— Y si, se lo merecía. Gracias.


— Nunca me habían dado las gracias por golpear a alguien— Zachelle sonríe, apenas una sonrisa pequeña— No estoy intentando  bromear.


— Lo sé.


— Al menos deberías defenderte tú mismo.


—  Lo intento, pero… vaya que tienen algo de razón, estar con una mujer y tener una familia es lo que quiere la mayoría, y no soy tan egoísta para forzar a alguien de ese modo, sé que soy mejor que una segunda opción o un amante ocasional.  


—  Ahora solo falta que dejes de escoger a imbéciles— suelta un resoplido.


— No te convertiste en lobo, he visto que cuando te molestas mucho terminas como lobo— Eso es verdad, aun no lo controlo por completo pero al menos ya no me pasa si algo me sale mal o si me enojo porque los demás no se callan.


— No quería hacerlo ¿Cómo iba a golpearle si soy un animal? Quería hacerlo con mis manos, siendo yo y creo que por eso no me convertí. No me mires así o también voy a golpearte, me merezco el castigo que puso Vahard y no me importa porque no estoy arrepentido y lo volvería a hacer si pudiera.


— Pero…


— Tampoco lo hice por ti si es lo que vas a decir. A ese tipo le faltaba que le acomodaran las ideas.


— Aunque… me preocupa lo que vaya a decir sobre lo que paso.


— Yo no creo que diga nada. Si tiene ganas de seguir viviendo como hasta ahora.


— En serio… creí que no te gustaba involucrarte en los asuntos de los demás, mucho menos si te hacían tener problemas a ti.


— ¿Querías que siguiera molestándote o engañando a esa chica? No eres el único que hace lo correcto.


 


Por la mañana ya todos saben lo que paso, y aunque no me los dicen directamente a mi termino escuchando un montón de rumores que me siguen incluso los días siguientes al punto que  prefiero quedarme bien lejos de todos en lugar de entrar al campamento y me aprovecho de que no puedo entrar a la cocina para mantenerme en los bosques.  


—  Vas a volverte salvaje después de todo si te sigues quedando aquí— Zachelle me sonríe, trae comida como ha hecho estos días que se supone no tengo que comer. Salto del árbol en donde estoy y caigo a su lado.


— Es mejor que estar rodeado de susurros.


— Temen que hagas lo mismo, después de todo nadie sabe qué fue lo que paso. Creo que ni siquiera él supo que le paso.  Te alegrara saber que se encuentra mejor— Pongo los ojos en blanco y le quito un par de manzanas que apenas puede sostener.


— Eso es lo más absurdo que he oído últimamente, y eso que también escuche que le golpee porque yo estaba enamorado de esa chica. Nunca he hablado con ella y si me la cruzo por el campamento no sabré quien es— Zachelle se echa a reír.


— No pasan muchas cosas interesantes que no tengan que ver con la lucha… ah, mañana llegara un grupo que viene de Daoyang— Vaya, será interesante ya que es la única ciudad que ha prosperado y se ha mantenido libre de la Federación. Vahard fue en persona a visitarla y yo no pude ir— será bueno tener algo diferente ¿no crees?


— Supongo— Lo que espero para los próximos días es colarme en la cocina ya que los demás estarán ocupados.


 


Los rumores sobre mi pelea desparecieron al llegar los nuevos. Todo en ellos es diferente, sus ropas y tonos de cabello y piel. 


— ¿Ya no estás castigado?


— Ni idea, pero creo que necesitan ayuda aquí, no pasara nada si estoy aquí un rato— por si acaso me mantengo en la zona donde no pueden verme desde las mesas.  Como extrañaba hacer algo, al inicio fue bueno estar nada más vagando en el bosque pero después de unos días me aburrí de lo mismo.


— Rahn, Demel está aquí— ¿Demel? ¿Y ese quién demonios es y porque me importaría que este aquí?  Vilia me da un codazo en las costillas y me señala a las mesas. Me toma un rato ver la cara amoratada del sujeto que golpee.  Ni siquiera sabía su nombre, creo que alguien lo menciono alguna vez antes.


— ¿Y? no voy a saltar sobre él para golpearle, creo que lo que quería decir quedo claro ese día.


— ¿Por qué le golpeaste?— Todas me ponen atención, yo sigo cortando las verduras.


— Es un secreto—  Muchas se quejan pero no insisten más en el tema. No le había visto desde que le golpee, y no tiene tan mal aspecto como pensé que tendría después de verle con la cara llena de sangre. Bah, todos exageraron, pude golpearle más que eso. Hay dos personas más con él,  no reconozco a ninguno de los dos.


Lo primero que hago cuando salgo de la cocina es ir al entrenamiento. No creo que nadie quiera entrenar conmigo después de ver cómo le quedo la cara al tal Demel,  pero Sahar está aquí y ella es la que lanza una vara de madera hacia mí y me señala un espacio vacío.


—Qué bueno que regresas. Ninguno de estos debiluchos puede conmigo.


— Si usas los mismos trucos que Zachelle no me sorprende que nadie quiera entrenar contigo.


— Es lo que dicen para no sentirse humillados porque una mujer les patee el trasero— Comenzamos a luchar, a intentar golpearnos más bien. El primero que derribe al otro gana.  Debería ser fácil tirar a una chica pero Sahar sabe defenderse y golpear duro también. Llevamos un rato en eso cuando veo de nuevo a uno de los que estaba hablando con Demel en la cocina— Pon atención— me agacho y evito el golpe a la vez que golpeo su tobillo con el pie, no la hago caer con eso pero si con el jalón que le doy a su otro pie cuando intenta recuperar el equilibrio.  


— ¿Quiénes son ellos?


— No los conozco… espera, ese es Dalsh, oh por… es Dalsh.


— Entonces lo conoces.


— Vivió aquí hace tiempo, luego se mudó a Daoyang porque se enamoró de una chica en los viajes que hizo con Vahard. Él y Zachelle eran los que se encargaban de todos los asuntos de Vahard, se puso muy triste cuando se fue— Ah, imagino lo que paso entre esos dos y no fue precisamente que se fuera lo que le puso triste. No he visto a Zachelle hoy más que cuando nos levantamos por la mañana— ¿Otra ronda?


— Tengo otras cosas que hacer ahora— Me alejo despacio, sin despegar la vista de ellos. Tengo un mal presentimiento desde que les vi en la mañana.


 


No busco a Zachelle, aunque le viera no sé cómo decirle mis presentimientos ¿solo imagino cosas porque no me agradan?  No creo que sea eso, porque las personas así casi no me importan. Me dan ganas de ponerme a dar vueltas para quitarme esta sensación.


La cocina a la hora de la cena esta tan llena de personas que muchos prefieren comer fuera, alrededor de una fogata. No tengo hambre, y como ya no me ocupan en la cocina prefiero dar una vuelta lejos de todos. Me duele la cabeza de tantos murmullos, muchas personas. La inquietud que siento me hace querer dejar de ser yo, convertirme en lobo y dejar que lo que siento se convierta en otra cosa pero ni siquiera puedo convertirme. Estoy por regresar a mi carpa a intentar calmarme en un lugar que conozco  pero me detengo cuando de nuevo veo a ese sujeto, Demel, con el chico desconocido, Dalsh. Están demasiado lejos de los demás. Arg, basta, me canse de esto. Regreso al campamento a zancadas hasta la cocina, buscando a Zachelle.  No le encuentro hasta que doy una tercera vuelta por el lugar. Está hablando con Dalsh, ¿no estaba hablando más lejos?, pero no parece muy feliz.


— Rahn,  ¿Podrías…?


— ¡Zachelle!


— Ah, Rahn… ¿Eh? ¿Qué haces?— le detengo, sujetándolo en un abrazo  contra mí.


—  Ven conmigo.


— ¿Qué? Espera…—  Retrocedo llevándomelo conmigo sin detenerme.  Empujo a los que no me dejan caminar y por fin salgo al camino que lleva a mi carpa— ¿Rahn estas bien? estas actuando extraño— Llegamos y le suelto. No regresa como pensé que haría, se sienta, reclinándose en un tronco que quedo cerca. Yo prefería el árbol entero pero hubo que cortarlo.


— Estoy bien— Y es verdad, ahora estoy bien— He tenido esta sensación extraña desde la mañana, como si fuera a pasar algo malo. Ahora que te encuentro ya  no lo siento. Todo está bien ahora.


— Si tú lo dices. Aunque no entiendo ¿iba a pasar algo malo conmigo?— Ni si quiera yo lo sé y solo encojo los hombros— Puedo cuidarme solo.


— Tu ojo morado dice otra cosa.


— Eso es diferente.


— No veo nada diferente.


— Bien, solo no he escogido bien a mis parejas ¿Y? no puedo hacer nada con eso.


— Escoge bien.


— Como si fuera tan fácil— Resopla.   


— encuentra  a alguien que te elija primero y que no vaya a dejarte.


— ¿Alguien como quién? No puedo ir preguntándole a todos, no puedo saberlo a menos que mi habilidad fuera ver el futuro y aun así preferiría no saberlo. Alguien como tú dices…— Habla tan rápido que me pierdo en la segunda parte de lo que me dice. En serio habla mucho. Me arrodillo y gateo hasta quedar frente a él y besarle. Eso le hace callar al fin. Nunca he besado a nadie, aunque si hubo alguna que otra chica que se atrevió a besarme antes y por eso más que un beso solo junto nuestros labios.


— Elíjeme a mí— Zachelle se aleja hasta quedar completamente pegado al tronco y se lleva la mano a la boca. Le escucho decir varias palabras que no entiendo pero que me suenan a maldiciones. Nuestras manos en el pasto hacen que vuelen muchas luciérnagas.


— Maldición, Rahn, deja de bromear.


— No estoy bromeando— Así es más sencillo para todos al final. Además ya me canse de ver a Zachelle pasarla mal por cualquiera.


— ¡Lo sé! Lo sé…


— ¿Entonces es un no?— Zachelle me  mira— Sahar me dijo que te gustaba, y no estoy interesado en nadie más ni me interesa tener una familia.


—  Tú en serio…— con la luz de las luciérnagas me parece que sus labios están temblando. Me abraza, dejándome casi sin respirar— Si te atreves a dejarme jamás te lo voy a perdonar. A ti no.


— No voy a dejarte— Aunque todos pensaran que no se tomaba nada en serio y solo fuera un pasatiempo para ellos, aunque todos le dejaran, al final yo sería quien no le dejaría.

Notas finales:

Rahn encontrando soluciones rapidas a problemas largos ;) 

Nos leemos la proxíma semana con mas de este par.


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