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Futuro nuclear por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“¡Jii-chan! ¡Déjame bajar!” los tres niños se debatían mientras su enfadado abuelo los llevaba al interior de la casa por la fuerza. Si querías ver el lado positivo de las cosas (de acuerdo a la mentalidad de Garp, al menos) los chiquillos aún estaban activos después de una tarde entera entrenando con él y recibiendo sus golpes, lo que significaba que el día siguiente podía ser mucho más duro con ellos. Por otra parte, el que todavía estuviera despiertos significaba que lo estarían molestando el resto de la noche.

“¡Ya dejen de fregarme, chiquillos, o me encargaré de mandarlos a dormir con un Puño del Amor!” gritó finalmente, logrando asustarlos lo suficiente como para que fueran corriendo a sus camas. Normalmente les daría los golpes sólo para asegurarse de que permanecían soñando, pero esa noche en particular se sentía piadoso. Los mocosos deberían agradecerlo, no muy a menudo un entrenamiento lo cansaba lo suficiente como para eso. “Bien, cierren los ojos y…”

“¿No deberías contarnos una historia primero?” preguntó Luffy con su usual aire inocente, haciendo que todos en la habitación le dedicaran una mirada de extrañeza. “Shishishi, es que Sabo me lee historias antes de dormir todo el tiempo” su hermano rubio se puso como una cereza. “A veces Ace también”

“¿ACE te lee cuentos?” de repente esta conversación se había tornado muy interesante para Garp. Dos de sus nietos estaban color rojo cereza mientras el tercero soltaba información muy jugosa. Demasiado para perdérsela. “Y dime… ¿Qué clase de historias te cuentan Ace… y Sabo? ¿Acaso Dadan también lo hace?”

“No, Dadan simplemente se limita a hacer sus cosas mientras finge cuidarnos” los otros dos niños asintieron, aún con un curioso rubor en el rostro. “¡Las historias que me cuentan cuando no estás son increíbles! Como cuando Shanks se robó los cristales…”

“¡Piratas! ¡Le están contando historias de piratas!”

“¡Claro que sí! ¡Los piratas espaciales son lo máximo! ¡Sobre todo Shanks!” siguió el menor, con su habitual entusiasmo. Los otros dos palidecieron, viendo cómo la vena en la frente de su abuelo alcanzaba proporciones sobrehumanas. “¡Y yo seré el siguiente Rey de los Piratas! ¡Y Ace y Sabo serán piratas también!”

“¡Por supuesto que no!” repartió golpes a diestra y siniestra, haciendo que sus nietos vieran estrellas. La verdad era que por su cabeza el único pensamiento que pasaba era: ¿para qué me molesto? Dragon era igual y terminó haciendo justo lo que quería, causar problemas para el gobierno. Estaba seguro que sus hijos iban a ser igual. “¡Serán marines, ya métanselo en la cabeza!”

“Ou, eso duele, ji-chan” se quejó Luffy.

“¡Ten más cuidado, vejete de mierda!” gritó Ace con las manos encima de la cabeza. Mientras ellos dos se mostraban desafiantes, Sabo, como buen hermano sensato del trío que era, decidió ir por un camino diferente. Después de todo, alguien tenía que evitar que mataran la única solitaria neurona en el cerebro de Lu.

“Quizás el abuelo esté triste y nos lo muestra pegándonos” dijo él, ganándose una mirada extraña de parte de los otros niños. “Sí… tal vez está triste porque no conoce ninguna historia de piratas que compartir con nosotros.”

“¿Qué no sé historias de piratas? ¡¿QUE NO SE HISTORIAS DE PIRATAS?!” bien, el viejo había mordido el anzuelo. “¡Niño, sé historias que te cambiarían para siempre la opinión que tienes de los piratas! Me dedico a cazarlos después de todo.”

“Entonces… cuéntanos una”

“Sí, cuéntanos una”

“Pero ya les he dicho que…”

“No puede ser peor que Bluejam” declaró el mediano, recostándose contra la almohada. Bueno, pensó Garp, al menos podría tener un tiempo de calidad con sus nietos. Eso nunca había sucedido antes, con Dragon. Su hijo era tan apático y retraído que parecía un anciano a los diez años. Aunque sus actitudes eran más bien las de un niño de seis años. Aún no eran. “Vamos, viejo, ¿no quieres que nos vayamos a dormir? Esta es tu oportunidad.”

“Bien, bien” revisó su mente por una historia apropiada para niños hasta que se le ocurrió una. “¿Alguna vez les he contado el origen de nuestro apellido?” ellos negaron con la cabeza. “Bueno… aunque no lo crean viene de uno de ellos… un pirata espacial… El Rey de los piratas”

“¿Gold Roger?”

“Gol D. Roger, dilo bien” corrió el anciano. “Roger vivió en el tiempo más oscuro de la humanidad, cuando todas las luces cálidas se habían extinguido y no quedaba esperanza alguna por la guerra. Solían llamarle el peligroso ya antes de la guerra… al menos entre la basura de la sociedad que se supone no debería haberse salvado. Y si lo hizo, fue gracias a él y a su banda.”

“¿Por eso Roger es… tan recordado por los del bajo mundo?”

“Por los piratas, querrás decir. Como una especie de patrón maligno” negó con la cabeza el viejo. “Bueno, el caso es que cuando estalló la guerra que destruyó Tierra I, las personas fueron reclutadas a la fuerza. Millones de jóvenes dejaron a sus familias para morir en esa lucha sin sentido… excepto Roger y los suyos, que se escondieron” se hurgó la nariz antes de continuar. “Pero no por estar escondido se quedó fuera de la lucha.”

“¿Cómo podría estar en la lucha?” preguntó Ace, por una vez escuchando atentamente antes de abrir la boca. “Pensé que para pelear debías estar en el campo de batalla.”

“Lo estuvo… de otra manera” siguió el vicealmirante. “Verás, él era un excelente luchador, todos en su banda lo eran. Cuando las bombas nucleares cayeron, se distribuyó un medicamento llamado promicina para resistir la radiación. Él sabía que la medicina no iba a llegar a tiempo a su zona, que las familias de ahí no sobrevivirían… así que hizo un plan para asaltar los convoys que la transportaban. Y sólo se llevó las que tenían como destino”

“¿Les robó a los ricos para ayudar a los pobres?”

“Exactamente” Garp sonrió, riéndose como estúpido. “Las personas de los barrios bajos de la Unión Europea lograron sobrevivir sólo por su intervención” rebuscó en sus bolsillos en busca de galletas, sin encontrar ninguna. Bueno, podía esperar. “Pero luego vino el asunto de las plantas nucleares, los silos… todas esas cosas explotando, causando el Armagedón. Las personas de esa zona tampoco iban a poder escapar, así que…”

“No me digas que robó una nave espacial”

“Claro que no, hasta él comprendía que no podía quitar una vida humana tan fácilmente, aunque fuera la de esos idiotas” rodó los ojos, recordando a la cantidad de taimados imbéciles que tuvo que conocer en su trabajo durante sus visitas a Mariejois. “Por eso convenció a sus amigos de robar los prototipos descartados, los planos y el combustible. Su amigo Tom, un mecánico prodigio, accedió a repararlas.”

“Woow” Luffy dijo, sus ojos tan brillantes como estrellas por la admiración. “¡Ahora quiero ser el Rey de los Piratas aún más!”

“¡No te lo estoy contando para eso!” gritó Garp, levantándose para golpearlo. No llegó muy lejos, dejándose caer en su silla inmediatamente. “¡Les estoy haciendo ver lo importante de nuestro legado familiar! ¡La D salvó a muchos en su tiempo, cientos que no se hubieran salvado si no fuera por nosotros!”

“¿Cómo? Dijiste que robaron naves defectuosas”

“Pero Tom las reparó y puso a punto para viajar. Y la novia de Roger, Rouge, se encargó del sistema de navegación. Quinientas personas iniciaron el viaje, siguiendo a las otras caravanas de refugiados. Quinientas llegaron a salvo, todas gracias a él… pero al llegar con los demás, no fueron bien recibidos. ¿Por qué? Porque eran escoria a los ojos de los ricos que habían partido en las naves de lujo. Al ver cómo eran tratados, Roger se inundó de rabia. Le pidió a Tom la primera nave pirata espacial, el Oro Jackson, y zarpó con sus amigos, dándoles gracias a la piratería una forma de vivir a los suyos. Fin”

“Vaya” silbó Ace. “Es una mucho mejor historia que la que me imaginaba. Incluso esperaba que dijeras algo como que había sido vencido por marines y ejecutado junto con los de su tripulación.”

“Nah, nunca atraparon a Roger. Al menos no de la manera ideal” negó con la cabeza el vicealmirante, sorprendentemente animado por la derrota de los marines. “Los efectos de viajar en esas naves prototipo fue… dañino para la salud a la larga. El pobre contrajo un cáncer de pulmón y, para morir en sus términos, se entregó. Iban a ejecutarlo en Lougetown frente a todos cuando… volvió a encender la flama de la libertad declarando una nueva era a voz en cuello.”

“¿Lougetown?” preguntó Sabo, recordando el nombre de sus libros de historia. “¿Qué no es ese el lugar donde aterrizaron las naves cochambrosas?”

“Sí, ese fue el sitio donde Roger hizo su primera hazaña, fundando la ciudad para sus refugiados. Ya no es un pueblo de escoria, pero sigue teniendo un gran atractivo para los piratas, ¿no lo creen?” se levantó. “Bueno, ya es hora de que los renacuajos se vayan a dormir. Dulces sueños, niños”

“¡Awwwww, ji-chan! ¡Quiero oír más de Roger!”

“En otro momento, Luffy, ahora cierra los ojos o te los cerraré yo” Garp amenazó, señalándole a los niños que ya era hora de dormir. Salió del cuarto de los chiquillos, escuchándolos cuchichear entre ellos. Fue a la cocina por una galleta cuando escuchó unos pasitos en el pasillo. “¿Qué no les dije que…?”

“Sí, pero… tenía que preguntarte” Sabo se acercó, haciendo que el vejete detuviera sus puños un momento. “¿Ha intentado comunicarse con nosotros?” durante un segundo no entendió de qué hablaba, pero luego entendió que se trataba de su hijo. “Dragon-san, digo.”

“No, hasta ahora no se ha puesto en contacto el muy cretino” se encogió de hombros, más por dentro estaba muy enfadado con su unigénito. ¿Quién se creía para simplemente abandonar a sus hijos con él? y para levantarse contra el gobierno mundial entre todas las cosas. “Debe estar muy ocupado liderando su revolución de pacotilla”

“Sí, quizás” el niño se dio la vuelta. “Hasta mañana, ji-chan”

“Que duerman bien” respondió el anciano, deseando poder golpear a Dragon como cuando era pequeño. Quizás con eso se le arreglaría la sesera. Pero mientras tanto… “¡Y diles a esos vagos que si no se han dormido para cuando vaya, les daré el entrenamiento de mañana esta noche!”

“¡SIIIIIIIIIIIIII!”

-Años después-

“Entonces… ¿eres descendiente directo del Rey de los piratas yoi?” preguntó Marco, observando las estrellas desde la cubierta del Moby Dick junto a Ace, con las manos entrelazadas. Garp casi lo había matado cuando se enteró de que Ace había escapado de casa para formar su propia banda pirata, pero en su defensa, todos sus retoños lo abandonaron para cruzar las fronteras de la ley. Incluso Luffy, que obtuvo su primera recompensa hace poco. “Es genial, yoi. Oyaji nos ha contado tantas cosas sobre él…”

“Lo dices como si lo hubiera conocido”

“Por supuesto que sí ¿Qué no sabes lo del segundo poder de nuestro capitán? Longevidad” dijo Marco, como el académico que era. “Oyaji fue uno de los primeros colonos que vino con Roger a Lougetown. Edward Newgate, yoi. De hecho” pateó el piso con fuerza. “La base del Moby es una de las naves de los refugiados. Incluso tiene los viejos criocontenedores en una de las bodegas, por si los quieres ver.”

“Hummm… interesante. ¿Me muestras?” el rubio se hizo el galán, inclinándose ante él antes de volver a tomar su mano, dirigiéndolo a las partes más viejas de la nave. El chico lo siguió sin oponer resistencia, observando las placas de metal cada vez más antiguas. Entonces llegó al lugar, repleto de capsulas antiguas. Y vaya que eran increíbles, mucho mejor cuidadas que las de los museos. “Genial…” acarició una. “¿Sabes lo que dicen de este lugar? Que cuando nuestros ancestros llegaron, hubo una orgía en este lugar.”

“Sí, escuché ese rumor antes… pero Oyaji no nos deja bajar aquí a menudo, así que…”

“Entonces… ¿nadie ha sido travieso aquí en siglos?” preguntó Ace, prácticamente cantando. Su novio entendió a la perfección, aventándose sobre él. los dos se besaron apasionadamente, aumentando el calor en el ambiente. Llamas comenzaron a salir del cuerpo del pelinegro, naranjas y muy brillantes. Las de Marco respondieron inmediatamente, azules y crema, con forma de plumas relucientes.

“Oye… ¿no podrías mantener eso bajo control yoi?” preguntó el ave, palmeando sus pectorales. Las flamas no se apagaron, pero sí le dieron al mayor un cosquilleo delicioso en las palmas y más ganas de tocar. “Si Oyaji ve marcas de quemaduras aquí, podemos darnos por muertos”

“Vamos, el viejo ni siquiera puede bajar aquí ya, no se enterará” sonrió ladinamente Puño de Fuego, deshaciendo su cinturón. “Además… ¿realmente quieres que las apague?”

“No” volvieron al ataque, chocando sus bocas en un arrebato de pasión candente, mientras el fénix peleaba por quitarse su propia ropa. Habían veces en las que le parecía que llevar pantalones era sumamente impráctico. Quizás debería vestirse como Izo cuando estaba con Ace, era mucho más fácil quitarse la ropa de esa manera. El pelinegro se trepó a una de las capsulas, dejando caer sus pantalones y abriendo las piernas.

“Es morboso” comentó al mismo tiempo que recibía al rubio entre sus brazos, recostándose contra la superficie fría de metal. “Estamos haciendo el amor en un lugar donde hubo una orgía hace miles de años… y que nadie ha sido malo aquí dentro por un periodo muy largo.”

“Cállate y bésame, yoi” sus labios de Marco se estrellaron con los de él, silenciándolo completamente. Las manos del ave recorrieron su espalda tatuada, testimonio de su lealtad hacia la banda. Luego pasaron a su trasero, dándole sinuosos apretones. Ya se estaba metiendo entre las nalgas, buscando su parte más dulce, cuando alguien abrió de improviso la puerta.

“Cuando hayan terminado, tortolitos, vayan a la cubierta de mando. Padre ha llamado a una reunión de comandantes” avisó Haruta con una sonrisa pícara. Los dos usuarios de fuego se quedaron congelados por un momento, confusos por haber sido interrumpidos. “¡Pórtense bien!”

“Ehh… ¿quieres tomarte un descanso?”

“No”

“Okay” sus lenguas se entrelazaron, danzando la una contra la otra. Las flamas a su alrededor danzaban mientras sus cuerpos se chocaban el uno contra el otro. Marco repentinamente dejó de acariciar su posterior para ponerle los dedos en la boca, que Ace chupó con gula, esperando lo que vino después. Su novio deslizó los dedos por entre sus piernas, metiendo uno dentro de su entrada. Pronto le añadió otro, moviéndolo en forma de tijeras. Los gemidos del pelinegro se hicieron mucho más profundos, llevándose un dedo a la boca para acallar el sonido de su interior. El tercero no tardó en venir, terminando con la preparación.

“¿Listo?”

“¡Demonios, sí!” fue la última respuesta que recibió antes de que ambos se convirtieran en uno. Marco se empujó dentro de él una y otra vez delicadamente, logrando en el tercer intento golpear su punto erógeno. Por desgracia también siguió con ese paso después, a pesar del grito que soltó. “No soy de cristal, joder, hazlo más fuerte”

“Como su alteza ordene yoi” respondió el otro, poniendo más fuerza en el siguiente empuje. Los gemidos aumentaron de volumen mientras escalaban juntos la escalera del placer, buscando aquella puerta gloriosa en la que tocaban el cielo. Y mientras lo hacían, las llamas los envolvían, marcando con sus movimientos con un halo incandescente. Tal marca los delataría después, más no podía importarles menos.

“Ahhh… ahhh… más… fuerte… joder… ¡más fuerte!” gritaba el D., cada vez más cerca de su propia liberación. El fénix siguió sus indicaciones, yendo más profundo, chocando sus labios contra los de Ace mientras lo hacía. “Así… sí…”

“Ahhhhh… Ace… ACE” repitiendo su nombre, ambos se vinieron, jadeando fuertemente. Las flamas de ambos se mezclaron en ese momento, impidiéndole a cualquier espectador distinguir donde empezaba uno y acababa el otro. El rubio fue el primero en recuperarse ligeramente, recordando las palabras de Haruta. “Bueno, yoi… ¿vamos a esa reunión o nos quedamos un ratito más?”

“Hummm… ir estaría bien” Tras bajar de sus orgasmos, dando gracias porque nadie hubiera estado lo suficientemente cerca de la zona antigua de la nave para oírlos gritar, fueron a la reunión de comandantes. Shirohige en persona la presidía, como siempre, luciendo regio en su silla, como líder de la tropa pirata. Los demás comandantes ya estaban ahí, haciendo distintas actividades mientras su padre bebía.

“¡Ya era hora!” saltó Izo al verlos aparecer. “Estuvimos esperándolos durante horas. ¿Cuánto tiempo necesitan para echar un polvo?”

“Lo siento, tuvimos que pasar por la enfermería antes de venir hasta aquí” dijo Ace, estirando los brazos perezosamente. “Además, dudo que nos hubiéramos perdido de gran cosa por no estar aquí desde el principio. Lo único nuevo que ha pasado últimamente es que el idiota de mi hermano ha ganado más renombre por golpear a uno de esos nobles mundiales… de nuevo”

“¿Cuál de ellos?”

“¿Cuál va a ser? El más idiota, Luffy” comentó el pelinegro, preguntándose internamente para qué se molestaba en llamar para amonestarlo si lo iba a hacer de nuevo. “¿Por qué preguntas?”

“Porque pasó esto durante la preciada reunión de té de los Tenryuubitos” Oyaji le pasó una pantalla con noticias. Inmediatamente una sarta de maldiciones salió de los labios del segundo comandante, sobre todo al ver el aumento en las recompensas de las personas implicadas en el desastre.

“Ese imbécil… ¡y se dice el más listo de los tres!” apretó el puño. Sabía que sus hermanitos eran ya adultos, que no podía hacerlos desistir a la fuerza, pero… ¡a veces simplemente quería ahorcarlos a ambos! “¡Cuando lo vea voy a matarlo!”

“Bueno, mientras planeas el asesinato de tus hermanos, tenemos otras noticias interesantes” comentó Rakuyo, sacando otra pantalla de su bolsillo. “Los germánicos se han conseguido otro planeta en tu sector, Marco. Planean colonizar en breve.”

“Genial, yoi” el fénix respondió. Nuevo planeta significaba transporte de muchas mercancías junto con los colonos y eso significaba más que saquear. “Hay que hacerle la vida imposible al Canciller. ¿Te apuntas, Ace?”

“Considéralo hecho”

“Ace, tienes que quedarte en tu…” Shirohige fue interrumpido por Richet, el encargado de las comunicaciones. “Ritchet, estamos en plena…”

“Lo sé, Oyaji, pero tienes que escucharlo” dijo el hombre, prácticamente gritando mientras ponía una pantalla con audio en el suelo. Las palabras no se distinguían muy bien, pero… las expresiones de los comandantes cuando finalmente lograron captar el mensaje que obviamente procedía de los canales privados de la Legión alemana.

“J…. Kommt zuruck… Komm…. Was hast du gesagt? Was hast du dumbkopt gesagt?”

“Was ich… Ich… Rubnik… Ich have Rubnik gefunden…” y se hizo el silencio…

Notas finales:

¡Hola! ¿Disfrutaron el pequeño lemon de Marco y Ace? Ojalá que sí, porque habrá más de esta pareja en el futuro. Y creo que van a tener una aventura interesante tras responder a esa llamada de auxilio alemana, ¿Verdad? ¡Review!


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