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La esperanza de amar por darkwinter

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El momento llego, vio a Hao caminado rumbo al cuadrilátero, se abrió paso para quedar a cierta distancia, pero esta vez Yoh noto algo, Hao no solo lucia inexpresivo si no que había cierta ira en sus ojos, no lo había notado antes, también como si el lugar lo cambiara ya que cuando llegaron el pelilargo se sentía distante, Yoh pensó que debería ser por la imagen que debía dar. Hao entro a la arena y poco después su oponente, sin más rodeos comenzó la pelea, ambos se pusieron en guardia recorriendo la arena, el oponente se abalanzó contra Hao tratando de darle una patada en el costado, la cual fue bloqueada, seguido de un puñetazo, sin embargo, fue una distracción, justo cuando el castaño bloqueo el primer puñetazo otro fue dirigido a sus costillas, aprovechando la reacción tardía de protegerse las costillas, un golpe directo bajo la quijada lo hizo retorcer hasta la malla metálica, no pudo recuperarse a tiempo al recibir otro golpe mandándolo al piso siendo inmovilizado con una llave la cual retenía su brazo derecho sobre la espalda apenas pudiendo usar el izquierdo para bloquear los feroces golpes, Yoh miraba con temor como una serie de puñetazos acertaban contra el rostro de Hao al punto de abrirle la ceja abriendo camino a la sangre, con esto ya no pudo más y con las manos apretando su pecho.

-¡LEVANTATE!-prácticamente todo el mundo dirigió su atención al pelicorto, aun así, no le importo. Después de escuchar ese grito por parte de Yoh, el tiempo pareció ir más lento, lo miro, viendo su angustia, dejo de intentar bloquear los golpes concentrándose más en levantarse, apoyándose también de sus piernas consiguió quitárselo de encima, ahora con los papeles invertidos le propino un rodillazo a la cabeza seguido de un izquierdazo, después de eso no se levantó, el réferi entro declarándolo vencedor, el público grito extasiado e Yoh lucia alegre, felicidad la cual también sentido Hao sonriendo por primera vez al terminar un encuentro. Una vez en su camerino deshizo la cola de caballo empezando a quitarse las vendas, tocaron a la puerta y fue abrir hallando a Yoh quien, sin pensar lo abrazo, el pelicorto actuó por sus emociones y al darse cuenta trato de separarse descubriendo que estaba siendo correspondido, al separarse se fijó en la herida en la ceja del pelilargo.

-Hao tu herida- lo miro con preocupación, la sangre ya había secado cubriendo casi el parpado.

-Tranquilo, hay está el botiquín-señalo a una esquina donde se encontraba una caja blanca con una cruz roja, Yoh fue a ella sacando lo necesario para atenderlo, Hao se sentó en un banco alzando la cabeza permitiéndole curarlo, al cabo de unos minutos termino, sin embargo, ambos se quedaron mirando, perdidos en los ojos del otro.

-Bueno te esperare afuera- Yoh giro la cabeza retirándose de la habitación, Hao se quedó aun sentado un tanto confundido, ¿Qué había sido eso?, por más que lo analizara él no quería dejar de mirarlo. Termino saliendo, Yoh estaba de pie a lado de la puerta y juntos se marcharon, durante su camino devuelta al departamento ambos permanecieron callados, pero, no era un silencio incómodo.

El sol se asomaba entre los espacios de la cortina, ya eran las once del día, Hao al despertar su atención fue dirigida a su acompañante, el pelicorto aún se encontraba perdidamente dormido con el rostro medio escondido entre las sabanas, no podía dejar de verlo, sin embargo, opto de una vez levantarse para preparar el desayuno, pasaron unos minutos cuando Yoh despertó levantándose yendo a la cocina.

-Buenos días- saludo desde el marco de la cocina tallándose un ojo y con el cabello desarreglado, Hao rio ante el aspecto del contrario, ambos se sentaron a desayunar tranquilamente.

-Yoh ¿quieres salir a algún? – aunque sorprendido al principio asintió.

Fueron a Shibuya, pasearan por la zona visitando sitios y demás, luego se dirigieron a Akihabara, entrando a las tiendas solo a curiosear, en gran local con varias máquinas atrapa juguetes hubo una la cual llamo su atención decidiendo probar suerte, Hao fue el primero en intentarlo, dentro de la maquina estaba un muñeco de peluche de un gato color crema cuyas orejas, cola y patas de distintos y brillantes colores, lo intento dos veces fracasando, la pinza o no lo agarraba o lo soltaba antes de tiempo, fue el turno de Yoh quien lo dejo boca abierto al pescar y sacar el muñeco a la primera.

-Pero ¿Cómo? – cuestiono a lo que Yoh con una sonrisa le entrego el muñeco.

-Para ti – Hao lo acepto y siguieron con su paseo, fueron a comprar de esos grandes algodones de azúcar compartiéndolo por el exuberante tamaño, al último fueron a un parque, habían comprado helado sentándose en una banca mientras lo comían, disfrutaban de la vista hasta que el llanto de un niño pequeño los distrajo, el niño se había caído de uno de los juegos lastimándose la rodilla, de inmediato llego su madre para conciliarlo tomándolo de brazos y llevándoselo, Yoh sintió una punzada de dolor al recordar a su madre, sin embargo, se percató de la expresión de tristeza e Hao, ante esto se embarro un poco de helado en la punta de la nariz, Hao al girar miro a Yoh riendo.

-Tienes helado en la nariz- dijo e Yoh fingió no haberse dado cuenta.

Durante el camino de regreso entre la gente iba pasando un policía, al verlo el pelicorto se tensó desviando la mirada, tratando de lucir desinteresado, reacción la cual no pasó desapercibida para Hao.

-Hao, gracias por el día de hoy- con una gran sonrisa juntos entraron en el departamento.

Yoh se encontraba sentado sobre la colchoneta abrazando de rodillas con la cabeza recargada en ellas, dejaba volar su imaginación para matar el tiempo, en momentos como ese hasta la literatura lo aburria, mientras dejaba sus pensamientos volar giro la cabeza a la cama Hao, ¿Por qué no acostarse en ella?, fue una idea tentadora, se dio la vuelta alzo las cobijas introduciéndose, cálida y sueva, percibió el aroma del pelilargo hundiendo la nariz sobre la almohada, su imaginación nuevamente comenzó a volar presentándole escenarios calientes, imagino a Hao con su ropa de pelea pero con el short abajo mostrando su masculinidad erecta, comenzó a bombearla con los ojos entre cerrados y la mejillas sonrojadas, jadeando.

-Hmm- Yoh sintió un malestar en sus pantalones, al tocar en la zona donde lo sintió se llevo la sorpresa de estar duro, se oculto bajo las sabanas desabrochándose los pantalones y bajándoselos junto con la ropa interior, sabia lo que tenia que hacer, la cuestión es que nunca antes se había masturbado y para empeorar las cosas recordó la ocasión donde su padre hablo con el sobre tema, y una parte de esa charla la recordaba con claridad.

-“no esta mal del todo, te ayuda conocer mejor tu cuerpo, solo hazlo con moderación”-con una mano sujeto su miembro tallándolo suavemente, al mismo tiempo recordó la vez cuando en la calle encontró tirado un manga, por curiosidad decidió ojearlo, resulto ser un yaoi para mayores de 18, ahora gracias a ese manga tenia unas cuantas ideas de como darse gusto. Chupo tres dedos y viendo estorbosa la ropa se la quito toda, completamente desnudo en la cama de Hao tallándose la excitación dirigió los dedos a su entrada, respiro hondo introduciendo el primero metiéndolo hasta el fondo al mismo tiempo volvió mas fuertes los bombeos, al meter el segundo dejo escapar un gemido y con el tercero sintió algo de incomodidad parando un momento para acostumbrarse, con lentitud abría los dedos generándole dolor y placer, arqueando la espalda hacia arriba apretando la punta de su miembro en ocasiones, oleadas de placer recorrían su espalda, gemía sin control, masajeándose también los testículos estando cercas del clímax, se corrió con un gran gemido quedando agotado.

-Hao-con un gran suspiro asomo la cabeza sobre las sabanas.

-¿Si?- del susto dio un brinco cayendo de cara al piso, la voz de Hao vino de la entrada, frenético volvió a ponerse la ropa para notar las sabanas sucias de su esencia, las tomo deprisa justo cuando el pelilargo entro al cuarto con una bolsa de plástico en mano.

-Perdón, estaba bebiendo jugo de naranja y se me cayó sobre tu cama, justo ahora iba echar en la lavadora-excuso con una torpe sonrisa con las sabanas hechas bola en brazos.

-No te preocupes, compre comida de camino….¿estas bien?, escuche un golpe desde la entrada.

-Si solo me tropecé, no es nada.

-De acuerdo, voy a esperarte.

-Si no tardo.

Una vez Hao salió del cuarto Yoh corrió directo a la lavadora, ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera descubierto?, dio gracias de no haber sido descubierto, sobándose la nariz por el golpe y sonrojado de lo bien que se sintió.

 

 

 

 

 

 

 


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