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Verdades Ocultas por La_Oscura_Reina_Angel

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Capitulo 6: Tú no eres él
 
 
 ~~1 mes después~~

 
Yazoo suspiró con fastidio observando a Jakiel, quien lo miraba sentado en uno de los bancos del jardín con rabia contenida, indiferente a él.
 
-¿Qué tengo que hacer para conquistarte, Jakiel?
 
Preguntó el japonés futuro líder de la mafia con fastidio. Jakiel lo miró altivamente.
 
-No hay nada que puedas hacer para que te ame, eso jamás lo lograrás.
 
-¿Por qué? ¿Tan despreciable te soy?
 
Le preguntó Yazoo sinceramente abatido. Jakiel sintió lástima. Seguía dolido por la forma en que Yazoo lo secuestró, pero reconocía que a su modo el japonés lo amaba, y aunque a él le gustaba Yazoo, no lo amaba.
 
-Lo siento, Yazoo, pero yo no te puedo amar.
 
-¿Por qué?
 
-Porque yo estoy enamorado ya.
 
Susurró Jakiel. Yazoo se sentó a su lado en el banco.
 
-¿De quién?
 
Le pregunto Yazoo tratándose de controlar.
 
-De William.- respondió Jakiel bajando su cabeza.-Y él me quiere a mi también, siempre creí que me amaba también, era muy cariñoso conmigo incluso él me dio mi primer beso-recordó Jakiel tristemente-, pero desde que apareció Kadaj en nuestras vidas él cambio, su serafín japonés como lo llama, lo deslumbró.
 
Yazoo pegó con su mano abierta en el banco. Jakiel se sobresaltó y lo miró alarmado.
 
-Ese maldito bastardo no sólo se robo el corazón de nuestro pequeño príncipe, si no también el tuyo, ¿qué tiene ese maldito bastardo que todos lo aman?
 
Jakiel se enojó al oírlo hablar así de William.
 
-Que él es un caballero, un caballero de verdad, no como tú.
 
Yazoo lo tomó de los hombros y lo zarandeó.
 
-¿Un caballero? Puede que lo sea y puede que tengas razón al decir que yo no lo soy. Pero te guste o no el que será tu marido seré yo, el que engendrara a tus hijos seré yo.
 
-¡Suéltame que me lastimas!
 
Le gritó Jakiel forcejeando con él.
 
Tal vez Yazoo tenía algo más que decir, pero no pudo, porque en ese momento una furiosa voz lo detuvo.
 
-Suelta a Jakiel ahora mismo, pequeña bestia.
 
Era David quien se acercaba corriendo. Acababa de llegar a la mansión por lo que pudo ver Yazoo al ver la limosina marchar. David llego hasta él y tomo entre sus brazos a Jakiel quien a pesar de ser más alto que su padrino se refugio entre sus brazos asustado, mientras Yazoo apretaba los puños y se mordía la lengua.
 
Como el amante de su padre que era David, él se veía imposibilitado a replicarle así que se dio la vuelta y enojado se alejo de allí, maldiciendo mentalmente a William, aquel maldito inglés de mierda que tenia el amor de los dos donceles que el más quería en el mundo.
 
Cuando Yazoo se fue, David ayudó a Jakiel a sentarse en el banquito. El joven aún temblaba. Pero David acostumbrado a los maltratos no lo hacía, aunque si estaba furioso por la forma en que habían tratado a su hijo.
 
-¿Estas bien, Jakiel?
 
El rubio más joven asintió, llevándose una mano al pecho.
 
-¿Por que mi padre es tan malo conmigo, padrino? ¿Por que me vendió a Yazoo sin siquiera consultármelo?
 
Preguntó Jakiel ahogando un sollozo. David lo abrazo con cariño.
 
-Porque es un maldito bastardo como Eddiel. Y si pudiera te juro que le arrancaría el corazón con mis propias manos. Por el bien de ese bastardo que nunca se cruce en mi camino o lo mataré.
 
Juro David y Jakiel sintió como su inmenso amor por David aun crecía más.
 
-Tus has sido siempre lo único que he tenido, padrino. Tú y William. Lo que haces por mi...yo jamás podré terminar de agradecértelo. Eres su amante para que Yazoo no me haga el suyo.
 
Susurró Jakiel. David lo abrazo con cariño, meciéndolo contra su pecho.
 
-Ya no te tortures por eso mi niño. No tiene importancia. Mientras tú no sufras, no me importa. ¿Sabes algo? Toda mi vida mi cuerpo y cara han sido una enorme maldición. Eddiel a mancillado tanto mi cuerpo que para mi no es nada ya. Para mi no tiene ningún valor que Shiyuki tome mi cuerpo, porque para mi no es nada. Y si te he de ser sincero prefiero acostarme con Shiyuki que con Eddiel. Al menos Shiryuki no es un loco sádico que disfruta con mi sufrimiento.
 
-¿Pero cuando Eddiel vuelva?
 
-Aun falta un mes para eso, Jakiel.
 
-En un mes tú dejaras de ser su amante y yo...-Jakiel ahogo un sollozo asustado. David le besó el rubio cabello.
 
-Tu no tienes nada que temer. Aun que Enddiel este en Japón me las arreglaré para ser el amante de Shiyuki el tiempo que haga falta.
 
-No, no te puedo seguir permitiendo que te sacrifiques por mí, si al final el resultado será el mismo.
 
Dijo Jakiel con firmeza.
 
-Puede, pero yo retrasaré ese momento todo lo que sea posible.
 
Juró David.
 
-¿Y William? ¿Él aún no sabe nada? ¿No sospecha nada?
 
David negó con la cabeza.
 
-No, le dije que tuviste que volver con urgencia con una tía tuya a Inglaterra y con la carta que le di hace unas semanas de tu parte se lo creyó. Además, su noviazgo con Kadaj lo tiene en una nube y yo tengo mucho cuidado en las noches y siempre que vengo a la mansión de que él no se de de cuenta.
 
-¿Y Shiyuki no dice nada por que su principito sea novio de William?
 
David hizo una mueca.
 
-Digamos que se como controlarlo.
 
-Yazoo no me permite ver a Kadaj.
 
Dijo Jakiel tristemente, pues aunque le dolía que el japonés le hubiese ganado el amor de William, apreciaba mucho al otro doncel.
 
-Ese fue el castigo impuesto a Kadaj por romper las reglas e ir donde mi. Es él quien tiene prohibido verte y si no obtuvo un castigo peor, fue porque amenacé a Shiyuki con nunca volverle a hablar.
 
Confesó David.
 
-Eres un ángel, padrino.-Sonrió Jakeil besándole la mejilla.-. Quisiera que tu fueras mi pa'.
 
-Lo soy.
 
Dijo David como una broma, aunque era la pura verdad. Jakiel sonrió encantado por la broma que desde chiquito usaban su padrino y él. El decía que quería que su padrino fuera su pa'y su padrino le decía que lo era con una sonrisa.
 
-Jeje que más quisiera yo que en verdad lo fueras, padrino, que más quisiera yo.
 
Dijo el adolescente. David volvió a abrir la boca, pero fueron interrumpido por la voz de Shiyuki.
 
-David, Jakiel.
 
Saludo el yakusa. Jakiel lo saludó con una leve inclinación de cabeza, gesto que imitó David.
 
Jakiel y David se miraron, el mayor asintió., ante lo cual el más joven suspiró, se levantó,  beso la mejilla de su padrino, volvió a hacer un leve asentimiento al japonés y se marchó.
 
David volteó su vista hacia el árbol de Sakura,  ignorando la presencia de Shiyuki mientras trataba de reprimir una sonrisa al recordar lo que habían echo él y Shiyuki la noche anterior. Definitivamente prefería acostarse con Shiyuki que con Eddiel.
 
Sintió a Siyuki sentarse a su lado en el banco del jardín y volteo su azul mirada eléctrica hacia él.
 
Pero había algo raro,  Shiyuki no lo miraba con su acostumbrada pasión, si no que sus ojos estaban velados por una sombra.
 
-¿Sucede algo, Shiyuki?
 
Le preguntó al japonés.
 
Shiyuki se levantó y le extendió su mano al rubio de cabellos largos. David no dudo en tomarla y se dirigieron hacia el laberinto del jardín, estuvieron caminando un rato, en silencio.
 
-¿Shiyuki, sucede algo?
 
Volvió a preguntar David. El japonés asintió y lo miró.
 
-¿Por qué no me dijiste que Eddiel Montes te violo cuando tenias trece años y que Gary Mascoly, el otro padre de Jakiel, no fue en realidad tu amante, si no la persona que murió por intentar rescatarte del bastardo de tu marido?
 
Ante esas palabras el mundo de David se detuvo. ¿Cómo lo sabes? Quiso preguntar, pero no pudo. Temblaba y sus ojos estaban abiertos completamente, pero sólo fue por algunos segundos, porque al momento siguiente se desmayó.
 
Shiyuki lo atrapó en sus brazos y lo levantó para llevarlo a la casa maldiciéndose por haber sido tan bruto.
 
Desvistió a David y le puso un camisón mientras lo metía a la cama arropándolo. Se sentó a su lado, en el borde de la cama, con un suspiro y recordó como lo supo todo.
 
***Flach Back***
 
-Lanie.
 
Exclamo Shiyuki al ver a la mujer que lo esperaba en su despacho.
 
-Shiyuki.
 
Dijo la mujer que no era otra que la amante latina de su hermana Anzu. Una belleza de ojos pardos y cabellos rojos.
 
-¿Esta Anzu contigo, Lanie?
 
-No, tu hermana me esta esperando en Milano, pero necesitaba venir con urgencia a hablar contigo.
 
-¿Por qué, Lanie? ¿Susede algo? ¿Anzu te hizo algo?
 
-Tú hermana no me a echo nada, Shiryuki- sonrió la latina dulcemente-, pero me enseño una foto de tu amante ¿Es este verdad?
 
Pregunto tendiéndole una foto en la que salía David que le había dado Anzu. Shiyuki asintió.
 
-Se llama David Delacirt ¿no es así?
 
-Sí, era su apellido de soltero-dijo Shiyuki extrañado.-Ahora es David de Montes.
 
-Entonces, no se pudo liberar de ese desgraciado -dijo la mujer abatida.- ¿Y sus hijos? ¿El pequeño William? ¿El pequeño Jakiel?
 
-¿Conoces a David?
 
Pregunto Shiyuki extrañado. Lanie asintió.
 
-Lo conocí hace muchos años, antes de conocer a Anzo, cuando tenía 14 años él y Gary Mascoly eran mis vecinos en Puerto Rico.
 
-¿Gary Mascoly?
 
-El padre de Jakiel.
 
-¿Lanie, que demonio es lo que sabes tú? ¿Conoces la historia de David?
 
-Hasta el momento de la muerte de Gary, sí. Se todas las cosas que le maldito de Eddiel Montes le hizo a ese pequeño ángel. Yo vi con mis propios ojos como Montes mataba a Gary frente a David y no pude hacer nada - se lamentó la mujer-. Por años he buscado a David para ayudarlo, para decirle donde está enterado Gary, para decirle que yo me encargué de los funerales y que en la tumba de Gary nunca a faltado una rosa, pero jamás lo encontré y pensar que si tan sólo hubiese cedido a acompañar a Anzu a más de las múltiples fiestas a las que tu hermana va, hace mucho que lo hubiese encontrado.
 
-Lanie, cuéntame lo que sabes.
 
Dijo Shiyuki intrigado por escuchar que Eddiel matase aun hombre y la rabia que parecía surgir de la mujer al pronunciar el nombre de Eddiel Montes.
 
-Entonces siéntate, Shiyuki, porque será una historia larga y empieza cuando David tenia trece años, antes de que su fertilidad se desarrollará y la primera vez que Eddiel Montes lo violo en venganza por la madre de David....
 
***Fin del flach Back***
 
Shiyuki espantó los recuerdos de esa conversación con un gesto de su cabeza y miró a David con tristeza acariciando su cabello y su cara.
 
-Oh, David perdóname, perdóname, mi ángel, que mal te he juzgado. Pero te liberare de Eddiel, ese maldito bastardo morirá, pero antes pagará todas y cada una de tus lágrimas. Pero yo no merezco tu amor, yo no te habré violado como él, pero te chantajee para que fueras mi amante.
 
Se lamentó el yakusa. David se removió abriendo sus ojos con un suave gemido.
 
-Shiyuki...
 
Llamo medio adormilado.
 
-Aquí estoy, mi ángel.
 
Dijo Shiyuki besándole la frente.
 
-¿Qué paso?
 
Preguntó David confundido.
 
-Te desmayaste.
 
Entonces David lo recordó todo y sus ojos se llenaron de lágrimas. Nunca quiso que Shiyuki supiera todas las humillaciones a las que Eddiel lo sometía. ¿Cómo lo supo? ¿Cómo se entero?
 
-¿Cómo lo supiste?
 
Preguntó David, tratando de no llorar.
 
-Lanie me lo contó todo.
 
-¿Lanie? ¿Lanie Torres?
 
Preguntó David recordando a su vecina cuando se refugiaba bajo otra identidad con Gary en el caribe, en Puerto Rico. Shiyuki asintió. David lo miró con tristeza, avergonzado, sintiéndose sucio.
 
-¿Te doy asco verdad?
 
-¡No!-exclamo Shiyuki-Tú jamás podrías darme asco, mi ángel. Quien me da asco es Ediel Montes, por haber echo llorar a un ángel. Pero yo no soy mejor que él, yo también te obligué a...
 
David se arrojó sobre él, callándolo.
 
-No- negó vehementemente el rubio-Tú no eres como ese desgraciado, tú nunca me has violado, tú has sido tierno conmigo. Tierno, amoroso, me has echo vibrar de placer. Me has amado en el lecho, me has enseñado lo que es verdaderamente el sexo entre dos personas. No la pasión torpe y juvenil que compartimos yo y Gary, no el sadismo que me demuestra Eddiel, si no lo que tú me das.
 
-Mi ángel, mi ángel- susurró Shiyuki como un mantra estrechándolo entre sus brazos.-Perdóname.
 
-Hazme el amor.
 
Fue la respuesta que le dio David.
 
-No quiero lastimarte nunca más.
 
-Tú nunca me has lastimado y nunca lo harás. Hazme tuyo, borra a Eddiel de mi cuerpo, aunque dentro de un mes él vuelva, aunque dentro de un mes vuelva a mi infierno y tal vez ya no pueda proteger más a mi hijo a mi niño, hazme olvidar, Shiyuki. Hazme olvidar hasta mi nombre en este momento.
 
Le rogó David. Y Shiyuki no se lo hizo repetir, besando esos deseados y bien amados labios mientras tendía nuevamente al rubio en la cama, soltando con una mano la larga trenza y haciendo que el cabello rubio y largo hasta la cintura de David cayera libremente.
 
Continuará...

 


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