Capitulo 1: Visitas en la mansión Montes
-¡Jakiel!
Exclamo David con una sonrisa al ver al joven bajar de la limosina. Jakiel se volteo asía el con una sonrisa y corriendo a su encuentro lo abraso con fuerza.
-¡Padrino!
Exclamo contento.
David era mas bajo que Jakiel por varios centímetros, ambos rubios, solo que el pelo de Jakiel estaba en una coleta y llegaba a la mitad de la espalda y el de David asta su cintura, ambos de ojos azules, pero los de Jakiel azul como el cielo y los de David azul eléctrico, ambos de piel clara, pero era David mas pálido que Jakiel, quien tenia un tono levemente bronceado por el sol. Quien los viera juntos a pesar de las pequeñas diferencias diría que eran pa'e hijo y eso mismo le pareció a un impresionado William que miraba desde la puerta.
-Con razón pa' lo quiere tanto, cualquiera podría decir que Jakiel es su hijo, su copia.
Pensó le moreno, antes de fijarse mas en el joven. Era muy guapo como su padre pero a la vez muy diferente o eso le pareció a el y cuando Jakiel soltó a David y se volteo y lo miro con una sonrisa William sintió como si le hubiesen sacado el aire de los pulmones de golpe y quedo sin aliento.
Jakiel observo a William con una sonrisa estaba mas guapo que nunca, ya no era el bonito joven de ojos grises y cabellos negros, ya en el se empezaba a ver el hombre que era, en el cuerpo alto, fuerte y firme, además de su sonrisa franca, una sonrisa que movió el suelo de Jakiel.
-Sonreír de esa forma debería ser un delito.
Fue el pensamiento del joven rubio.
-Jakiel enano que mucho as crecido.
Dijo William con una sonrisa. Jakiel sonrió resignado, por lo de enano.
-Tu también as crecido mucho William.
Sonrió Jakiel correspondiendo a la reverencia que le hizo William al típico estilo Japonés, pero David les llamo la atención a ambos.
-Esa no es forma de saludase, vamos deseen un abraso.
Los regaño. William rió divertido del puchero de su pa'y abrió los brazos para recibir a Jakiel quien olvidándose del protocolo y todo se lanzo a sus brazos con una sonrisa, una sonrisa que por un momento removió algo en la mente de William. Un hombre moreno y de ojos azul cielo sonreía así. ¿Quién era ese hombre? Se pregunto confundido, pero el beso de Jakiel en su mejilla lo distrajo y lo hizo sonreír.
-Me alegro tanto de estar aquí.
Sonrió el joven rubio, tomándose del brazo de su padrino.
-Tengo tantas cosas que contarte padrino y tu también tienes mucho que contarme.
-Si Jakiel, pero primero termina de llegar.
Rió el rubio mayor divertido, mientras se tomaba del brazo de William y así entro David nuevamente a la mansión con cada uno de sus adolescentes hijos agarrados en un brazo.
***
Era ya noche, David había pasado todo el día y la tarde en compañía de sus dos hijos aunque ninguno de los dos supiera que eran hermanos. Luego cuando cada quien se había retirado el había subido a su habitación y se había metido a bañar y ahora salía del baño, cubierto solo por un camisón blanco que le llegaba a la mitad de los muslos, mientras se secaba el largo cabello húmedo con una toalla.
Oyó un ruido en el piso de abajo y creyendo que había sido uno de sus hijos pues Eddiel aun no llegaba a la casa, pues tenia una sena de negocios, salió de su habitación haber que asían los dos adolescentes, con solo su camisón blanco y la toalla con la que se secaba los cabellos. Pero cuando llego a la mitad de las escaleras y pudo ver asía bajo quedo estático, el hombre que estaba en la entrada de su casa no era ninguno de los dos adolescentes, era un japonés de cabellos negros y ojos verdes, la toalla callo de la mano de David por la impresión.
***
Shiyuki Shikura, había decidido aprovechar la reunión para entregarle a Eddiel Montes la invitación a la fiesta. Eddiel la había asestado complacido y lo había invitado a tomar una copa a su casa. Pero se había retardo en su auto y le había pedido a Shiyuki que se adelantara y ahora mas que nunca Shiyuki agradecía eso, pues en las escaleras estaba el Ángel que lo había inquietado desde que lo vio en aquella fotografía y le pareció aun mas hermoso en persona que en la fotografía.
Llevaba una camisón corto blanco que combinado con el largo cabello rubio que le caía como una cortina de seda asta la cintura, lo asía parecer un mismo ángel, sus pies descalzos lo asían parecer un niño travieso que se había escapado de su habitación, si no fuera por sus piernas de pecado que invitaban a la tentación y de los pensamientos de Shiyuki que nada tenían que ver con lo que le aria a un niño y que arrían sonrojar a un santo, los ojos azul eléctrico del ángel brillaban confundidos.
Pero de pronto esos ojos azules se llenaron de pánico mirando a un lado de Shiyuki y este pudo sentir a Eddiel Montes a su lado.
-Sube y vístete.
Fue la fría orden del hombre. El Ángel se dio la vuelta y subió a toda prisa las escaleras. Y ciertamente de espalda se veía también como de frente, pero lo que inquieto a Shiyuki fue el miedo de esos ojos cuando vieron a Eddiel Montes, ¿qué pasaba ahí?
***
Asustado David recostó su espalda contra la puerta llevándose una mano al corazón. ¿Qué le había pasado? ¿Por qué se había quedado mirando fascinado a ese hombre? ¿Por qué había sentido su interior temblar de anhelo cuando ese hombre lo miro de arriba a bajo con sus ojos verdes?
O Dios, Eddiel lo mataría, por haber bajado en esas fallas. Mejor era no enojarlo mas. Se dijo David preocupado y se apresuro a buscar en su closet algo de ropa, se puso un set de ropa color azul claro y una túnica por enzima mientras se apresuraba a trenzarse los cabellos, antes de ponerse unas zapatillas a juego y bajar las escaleras, la toalla ya no estaba ahí, lo que asía suponer a David a sertadametne que uno de los sirvientes se hizo cargo de ella.
En el salón encontró a Eddiel y a su misterioso acompañante. Hizo una cortes reverencia y se quedo de pie asta que Eddiel le indico que se acercara a el.
-Señor Shikura le presento a mi esposo David de Montes. David el es un socio mío amor, el señor Shiyuki Shikura.
Los presento Eddiel. David hizo una reverencia elegante y sumisa, con una sonrisa de cortesía falsa.
-Mucho gusto señor Shikura.
Dijo David y miro a su marido dudando cuando el hombre le extendió la mano, Eddiel no le gustaba que tuviera contacto físico con otros hombres pero este asintió así que David estrecho, la grande y fuerte mano del Japonés y sintió un escalofrió recorrer su cuerpo cuando su pequeña mano fue apresada por la mas grande. ¿Qué le pasaba?
***
No solo era hermoso, si no que tenia la voz de un ángel, pensó Shiyuki al momento de estrechar su mano, entonces lo sintió estremecer y no pudo evitar sonreír al darse cuenta de que puso nervioso al ángel.
-El gusto es mío, señor de Montes.
***
La voz de el hombre sin saber por que a David le sonó fascinante lo miro directo a los ojos, verde contra azul, pero antes de que alguno dijera algo mas, Eddiel hablo.
-Sírvenos un par de Wiskys David.
David asintió a la orden y soltando su mano que paresia tan pequeña en la de Shiyuki, fue a el mueble bar a cumplir la orden de Eddiel.
***
Shiyuki no pudo evitar la tentación de rozar con disimulo las blancas manos que le dieron su Wisky y ver como el rubio se sonrojaba levemente sin que Eddiel se diera cuenta.
-Estoy cansado mi señor, ¿me permite retirarme a descansar?
Vio preguntar al rubio ángel sumisamente a su esposo.
-Anda y ve David.
Le dijo Eddiel con una sonrisa complacida.
-Un placer haberle conocido señor Shikura.
Se despidió de el con una reverencia y con decepción Shiyuki vio partir al Ángel.
Continuara...