Si bien había perdido a sus padres cuando apenas y era un bebe, por lo que no recordaba prácticamente nada de ellos por sí mismo, ya que sus memorias sobre ellos eran los recuerdos de otras personas, se podría decir que había tenido una infancia feliz. Siempre rodeado de amor.
Su padrino, o padre adoptivo, Sirius Black, era la cabeza de una de las familias más respetadas y temidas en el Mundo Mágico, y el Omega de este, Remus Lupin, era uno de los profesores de Artes Oscuras de mayor renombre a pesar de ser un hombre lobo. Y por alguna razón, de la cual Harry se enteró muchos años después, la pareja nunca había tenido hijos propios, por lo que volcaron todo su amor y entrega sobre él.
Mucho hubieran dicho que su mundo entero se había venido en picada cuando su padre desapareció durante la guerra, para muchos, como un traidor. Pero no. Aunque aquello le dolió, nunca olvidaría la confesión que su papi Remus le había hecho un par de días después de la batalla de Hogwarts
- Él me dijo que lo habían atacado en uno de los pasillos – dijo Remus
- ¿Pero por qué nunca nos dimos cuenta? – dijo Harry – ¿Por qué nos lo oculto? ¡Somos su manada! ¿no nos amó realmente?
- Harry – dijo su papi – debes tratar de entenderlo. Esto no debe ser nada fácil para él. Necesita tu apoyo. Búscalo cachorro. Te necesita más que nunca
- ¿Pero dónde, papi? – dijo Harry desesperado – ¿Dónde? No hay rastros de ellos. ¿Snape le habrá hecho algo?
- Es su Alfa – dijo el mayor –. No lo puede lastimar.
- ¿Y si es él quien no quiere que papá se acerque a nosotros? – dijo Harry –. Pudo amenazarlo de alguna manera
- Yo los escuche, cachorro – dijo Remus – No hubo amenaza
- Snape es bueno en legeremancia – dijo Harry –, pudo darse cuenta que estabas detrás de la puerta y obligarlo de alguna manera a decir todo eso
- ¿Entonces… – dijo Remus esperanzado – tú crees que no está embarazado?
- No lo sé, papi – dijo Harry –, no lo se
El tiempo pasó y nunca volvió a saber de Black, era como si la tierra se lo hubiese tragado. Lo único que podía hacer era rogarle a Merlín que lo cuidase, estuviera donde estuviera
El tiempo le trajo también a Harry Potter un nuevo descubrimiento. Durante la guerra había visto cómo sus dos mejores amigos habían tenido un ligero acercamiento sentimental. Pero de un día para otro, habían terminado, asegurando que todo había sido una confusión por ambas partes, y que preferían que su amistad se quedara intacta.
Este hecho dio paso para que Harry se planteara la posibilidad de intentar una relación con el Omega pelirrojo. De alguna manera, todos siempre habían creído que hacían una buena pareja, y él también empezaba a créelo. De hecho, el que ambos hubiesen entrado juntos a la academia de aurores no hizo otra cosa que reforzar el lazo que habían creado en su época de colegiales
Como era de esperarse el chisme estallo, y todo el Mundo Mágico no hablaba de otra cosa que sobre el apasionado romance del Niño Que Venció Al Que No Debe Ser Nombrado y el hijo Omega Menor de una de las familias sangre pura más pobres, Ronald Weasley. Los medios hablaron de ellos durante meses, pero la pareja se concentraba únicamente en su idilio, dejando de lado todo lo demás. Obviamente, Remus apoyo ciegamente a su hijo a pesar de que las malas lenguas aseguraban que Weasley no sentía realmente nada por “el chico de oro”, y lo que realmente buscaba no era otra cosa que colgarse de la fama del salvador. Pero él había visto crecer al chico. Lo conocía. Incluso hubo una época en la que prácticamente no salían de la casa para evitar el constante acoso de la prensa. Y dos años después de relación, cuando todos habían dejado de hablar de ellos, nuevamente estuvieron bajo el lente de todo el Mundo Mágico cuando la pareja se decidió a dar el gran paso y se mudaron juntos a un departamento que ambos habían comprado. El Profeta titulo la noticia como “EL OMEGA QUE SALVO AL SALOVADOR DEL MUNDO”. La pareja los ignoro nuevamente concentrando en la nueva vida que comenzaban
Sin embargo no todo era color de rosa entre ellos. Existía un tema que desde hacía diez años que era una constante fuente de desavenencias. Sirius Black.
Ron no veía con buenos ojos el cariño que Harry aun le profesaba a su padre putativo, y menos que fuera el propio Remus quien alimentase ese cariño. ¡Por Merlín! ¡Sirius lo había abandonados en el momento más difícil como si no valieran nada! ¿Cómo podían seguir esperándolo? ¿Cómo podían seguir queriéndolo? ¡Era absurdo! Harry no soportaba que nadie hablase mal de su padre y Ron sentía que su obligación como Omega era lograr que Harry abriese los ojos.
Era una cálida mañana de verano. Se habían despertado un poco más tarde, ya que era sábado, y ninguno tenía trabajo pendiente en la oficina.
- Buenos días – susurro Harry abrazando la cintura de su pareja desde atrás – ¿Cómo amaneció mi valiente auror?
- ¿Hasta cuándo te vas a seguir burlando de como grite en esa redada? – protesto Ron aun con los ojos cerrados mientras Harry le besaba el cuello y el lóbulo de la oreja – En verdad me asuste – dijo y Harry rio por lo bajo – ¡no te rías! ¡Harry!
- ¿Ves por qué te amo? – dijo Harry haciéndolo girar y acomodándose sobre él
- ¿me amas porque grite como una niña? – dijo Ron sorprendido
- Eres una niña – dijo Harry besándole el cuello mientras le acariciaba los muslos desnudos –, es más, eres una muñeca.
- ¿soy una muñeca? – dijo Ron sonriendo
- Mi muñequita pelirroja – dijo Harry mientras Ron se abrazaba a su cuello sonriendo de una manera coqueta
- ¿Y hoy vas a jugar con tu muñeca? – pregunto Ron mientras abría sus piernas para que su novio se acomodara entre ellos
- Mucho – susurro Harry besándole los labios de una manera lenta y pausada mientras le subía el baby doll que el pelirrojo usaba. Ron amaba vestir como una chica para Harry. Ese tipo de ropa contribuía muy bien al libido de ambos
- Hoy te despertaste muy cariñoso – dijo Ron arqueando un poco la espalda cuando Harry bajo hasta su vientre
- Es que me soñé que me invitaban un aperitivo… delicioso – dijo el pelinegro quitándole la ropa interior – y al despertar recordé que lo tenía al alcance de mi boca
- ¿Y de verdad te gusta ese aperitivo? – pregunto Ron con los ojos cerrados por la excitación
- ¡No tienes idea cuanto! – dijo Harry metiéndose en la boca el miembro del Omega y lamiéndolo cual si de una paleta se tratase
- ¡Harry! – gimió el chico
- ¡Jamás he probado algo más delicioso! – dijo Harry ahora lamiendo sus testículos mientras introducía un dedo en el ano de su pareja
- ¡Merlín! – era todo lo que Ron podía decir
- Por favor – dijo Harry ascendiendo con beso hasta llegar s su boca mientras introducía otro dedo en él – no nombres a otro hombre mientras te hago el amor. Aunque sea Merlín. Me cortas la inspiración
- No blasfemes – gimió Ron mientras le daba una palmada suave sobre la cabeza
- Mi muñequita esta lista para que yo juegue con ella – dijo Harry sacando los tres dedos que le había introducido ya. Acomodo las piernas de Ron sobre sus hombros – ahí voy – dijo sonriendo
- Pero que se sienta ya – dijo Ron – me empiezo a aburrir
- ¡Qué impaciente! – dijo Harry colocando la punta de su miembro en la entrada del pelirrojo
- ¡Hablas demasiado! – se quejó Ron – empiezo a creer que necesitas pócimas para que te ayuden con algún problemita
- ¿Qué cosa? – dijo Harry indignado y Ron se rio – no hay ningún problema ¿quieres verlo?
- Muero por verlo – dijo Ron abrazándose al cuello de su novio que lentamente empezó a entrar en él mientras lo besaba dulcemente en los labios. Pero a medida que el beso subía de tono el ritmo con el que Harry se movía dentro del pelirrojo también aumentaba – ¡Harry! ¡Ahh…! ¡Ahh…! ¡Allí! ¡Justo allí! ¡Más! ¡Más! – gritaba como loco a voz en cuello – ¡Sí! ¡Si! ¡Si! ¡Más! ¡Más! – Harry amaba eso de Ron. Frente a todos era un omega centrado, masculino, que jamás daba espectáculos innecesarios, pero en la intimidad de su hogar las cosas eran totalmente diferentes. Allí Ron era una persona totalmente diferente. De hecho era como vivir con varios Omegas al mismo tiempo. A veces era un joven centrado, otras era alguien que necesitaba ser mimado todo el tiempo, podía ser una chica muggle en toda la extensión de la palabra o ser la versión joven de Molly Weasley, como Harry lo solía llamar. Lo que si era invariable era el comportamiento fogoso y atrevido en la cama – ¡Sí! ¡Si!
- ¡Merlín bendito! – grito Harry mientras se venía dentro de su novio – ¡Ah!
- ¿Ahora quien corta la inspiración invocando a Merlín? – preguntó Ron pero fue callado por unos labios posesivos que amenazaban con ahogarlo
Ya se habían bañado en medio de una apasionada sesión de juegos muy erótico, y estaban preparando al desayuno sin perder la más mínima oportunidad de tocarse en medio de besos y coqueteos cuando la chimenea se activó dejando pasar a Remus
- Buen días, papi – dijo Harry sonriendo – ¿desayunas con nosotros?
- Si no molesto… – dijo Remus
- Tú nunca molestas – dijo Ron –. En un momento estará listo. Harry pon la mesa
- Yo te ayudo – dijo Remus – las labores domésticas nunca han sido tu fuerte
- Lo que pasa es que criaste a un Alfa castista – dijo Ron sonriendo
- ¡Yo no soy un Alfa castista! – protesto Harry mirando a Ron que sonreía – ¡ni soy un inútil en las labores de la casa! – dijo mirando a su papá
- Yo no dije que fueras un inútil en las labores de la casa – se defendió Remus – solo eres… ¡un desastre en la cocina! – dijeron a coro ambos Omegas
- ¡Claro que no! – dijo Harry
- La leche se derrama – dijo Ron sonriendo y Harry corrió a sacarla del fuego pero era demasiado tarde, el desastre ya está hecho, por lo que Harry solo pudo exhalar mientras los otros se reían a carcajada de él
El desayuno fue divertido. Remus era feliz viendo lo enamorada que estaba la pareja, aunque le preocupaba el hecho de que las noticias que traía rompieran esa burbuja
- Tengo una noticia para ti – dijo Remus – y no sé cómo vayas a tomar
- ¿Qué paso? – dijo Harry mientras Ron le entregaba un pan con mantequilla – gracias cielo. ¿Tú estás bien? – pregunto preocupado
- La verdad es que no, hijo – dijo Remus y la pareja lo miro preocupado –. Es sobre tu padre
- ¿Has sabido algo de él? – pregunto Harry nervioso
- Está en Londres – dijo Remus – llego hace algunos días. Quiere verte
- Cariño – dijo Ron –, no creo que sea buena idea.
- Es mi padre – dijo Harry completamente serio
- Les mintió toda la vida – dijo Ron – y ahora que seguramente Snape lo voto vuelve como si nada ¿Qué les va decir?
- Ron…, basta… – dijo Harry con voz neutra aun – fue suficiente
- “Lo siento, pero – continuo Ron ignorando a su pareja – ¿Saben qué? Ya me canse de darle mi…” – y una bofetada le cruzo la cara dejando la habitación en completo silencio, mientras Remus se cubría la boca
- ¡Harry! – dijo Remus mientras los ojos de Ron se llenaban de lagrimas
- ¡Te dije que era suficiente! – dijo Harry – ¡Te amo como a nadie! – dijo Harry – ¡Daria mi vida por ti sin dudarlo, pero no te voy a permitir que le faltes el respeto a mis padre! ¿está claro? ¡A mis padres los vas a respetar! ¿Me entendiste?
- Me levantaste la mano – dijo Ron
- ¿Entendiste Ronald? – Dijo Harry y a ambos Omegas no les quedo de otra que bajar la cabeza ante la voz de mando del Alfa y Ron se fue a su recamara
- Fuiste muy duro con él – dijo Remus en voz suave para no volver a alterar a su hijo
- ¿tienes su dirección? – dijo Harry ignorando olímpicamente lo dicho por el Omega
- Harry… – dijo Remus
- La averiguaré yo solo – dijo el Alfa y salió por la chimenea con paso decidido. Remus solo pudo exhalar. Era de esperar la reacción del chico. Después de todo, y sin importar nada ni nadie, Sirius siempre seria su padre