Y fue cuando llego a su cabeza Black... Ese chico que le rompía tanto las pelotas, pero ¿Cómo carajos podría considerar a ese sujeto?. Sencillo, fue él primero en decirle que le gustaba, y fuera broma o no tenia que sacar a Lucius, o al menos ponerle algo celoso, jugarían a ser novios... En su cabeza de niño de 13 años eso lucia muy bien.
Ya con una sonrisa en sus labios decidió seguir con su tarea.
No termino demasiado pronto, pues claro era un pergamino de 2 metros de largo sobre las constelaciones de influencia mágica y su posicionamiento según la época del año y la manera correcta de como consultarlas,no era trabajo fácil mucho menos rápido, y cuando menos lo noto la constelación de Canis Major ya estaba sobre de el surcando el hermoso manto azul rey - ya es tarde... - se dijo a si mismo comenzando a guardar sus cosas, una vez todo dentro de su mochila se levanto del césped y sacudió su uniforme, se estiro leve, se inclino y tomo su mochila, la colgó en su hombro y así comenzó a caminar a el gran comedor dispuesto a comer esa deliciosa sopa de ajo que preparaban.
caminando por los pasillos vio como muchos alumnos venían de la clase de adivinación, ese día a el le tocaba toda su tarde libre pero a algunos no, de entre los alumnos que caminaban por el pasillo vio casi de frente a Sirius, intento sonreír le de manera agradable. -Sirius.
- Quejicus- miro la mueca del menor- perdón, Severus - se corrigió casi en automático viendo al chico frente de el- es raro que me llamaras por mi nombre- comenzó a caminar a una zona apartada esperando que sus amigos no le encontraran, ya estando en un lugar apartado donde había un balcón precioso miro detenidamente al muchacho slytherin cuyo semblante se mostraba mas tranquilo y serio, lo vio abrir la boca para decir algo, pero ninguna palabra salio, y este bajo la mirada - me tienes miedo...
-no es eso... - tenia miedo de el mismo y de aquella decisión de la que se estaba arrepintiendo
-entonces que es? - Sirius miraba con cierta comprensión al menor.
El corazón del mas joven estaba latiendo rápido, rápido comienza a sentir su respiración mas dificultosa, estaba ya muy nervioso alzo la mirada decidido se acerco caminando a la orilla del balcón- Sirius, últimamente he sentido que todo me da vueltas, siento que el camino que me ha tocado vivir ha sido demasiado tortuoso y no lo digo por ti, pero ahora siento que estoy cayendo y no puedo respirar bien,por que sigo corriendo de mi corazón- hubo una pausa, realmente no miraba al castaño, estaba mirando al frente del balcón sintiendo el frió de esa noche y los vientos correr moviendo sus cabellos de manera suave y lenta trago saliva - Sirius, quiero que, yo... Sirius, te voy a dar una oportunidad.
El chico de cabellos risados miraba la espalda del mas joven, intentando comprender todo lo que este pasaba y lo que estaba pensando, aunque claro la sorpresa fue mayúscula cuando escucho las ultimas palabras que este le dijo - Severus... -se cerco a el, sus palabras y pasos rompieron el silencio del que ambos estaban inmersos, poso una de sus manos en el hombro del mas pequeño y con suavidad le giro, en automático puso su mano sobre la mejilla del mas joven que mantenía la mirada baja como temiendo ver esos ojos marrones, su mano se deslizo sobre el pómulo y callo sobre la barbilla, con su pulgar acaricio suavecito antes de hacer un poco de fuerza y elevar el rostro, le miro a los ojos y luego dijo - estas seguro? - esos ojos negros le dijeron que si de manera muda, no lo dudo mas y solo beso los pequeños, delgados y finos labios, que ahora sabían a gloria, la mano derecha se deslizo del hombro y fue a dar a la cintura del menor para atraer lo a su cuerpo, estaba un tanto encorvado, sintió al menor alzarse en puntas, y entonces aquel beso se volvió mas intimo, menos forzado.
Severus estaba muy conmocionado, y de sus ojos brotaban lagrimas, no por dolor, era melancolía, con ese beso se resignaba a dejar ir a Lucius. El beso se sintió húmedo y salado por las lagrimas, pronto este se corto, y se quedo así pegado a Sirius, sintiendo su respiración muy cerca de su cabeza.
- ya no van a molestarme? - pregunto casi en un susurro
-no... ahora nadie va a molestarte.