-lo hice...
-lo hiciste ~
El joven gryffindor tomo al menor de la cintura y lo atrajo a su cuerpo dándole muchos besitos en la cara.
-ese es mi pequeño~ le encantaste a todo mundo. - soltó una risita- a casi todos, a Lucius no tanto, mucho menos a su perra.
-en serio? - se hizo el que no había visto nada - por que? que paso?.
-no viste?, Narcissa salio enfurecida tomando a Lucius del brazo, parece que lo va a terminar, o de menos a sermonear, y bueno Lucius parecía incomodo, sus amigos no dejaban de mirarlo, todo mundo sabe que ustedes traían algo.
- supongo que el que yo cantara eso confirmo que ... fuimos pareja. - dijo no triste, al contrario, parecía feliz, como orgulloso de haber hecho molestar a Narcissa.
-si, así fue la impresión que generaste. - Le sonrió suave, mirándole a los ojos de forma amable - vamos, hay chocolate caliente y pan de muerto, igual que dulce de camote, tenemos que probarlos.
-si vamos Sirius- tomo su mano ya sin pena y fueron a las mesas donde se sentaron juntos a disfrutar de su noche, todo lucia hermoso y colorido.
Durante la cena todo transcurrió normal, sentados admiraban a los otros que se subían al escenario, algunos se acercaron a Severus a felicitarle por el como había cantado, sin duda fue una sorpresa total, escucharon y vieron todos los números, hasta que fue muy noche ya, Sirius como todos los días lo acompaño hasta Slytherin, lo tomaba de la cintura mientras caminaban lento entre los pasillos oscuros ya, Severus tenia en la mano derecha su Sombrero, y Sirius con la mano izquierda sostenía la chaqueta del menor, iban en silencio, disfrutando la compañía el uno del otro. Severus soltó un suave suspiro y enseguida Sirius soltó otro, al parecer de enamoramiento, entre las sombras frente de ellos se iba materializando una figura alta de cabellos relucientes a la luz que se filtraba de la luna por los traga luz de el largo del pasillo, los jóvenes poco a poco fueron tarazando el paso, cuando estuvieron mas cerca notaron quien era esa persona, Lucius.
- Ha sido una noche muy linda, no chicos?...- hubo un silencio de parte de los menores - okey, no digan nada - miro profundamente a Sirius - ya lo sabe?...
-Lucius... no es necesario...- respondió Sirius sin soltar a Severus que parecía no entender mucho.
-ha claro que es necesario Sirius, te pareció muy divertido joderme con Cissi, creo que es justo que el niño sepa de nuestro pequeño trato, no crees?-
-un... Trato? - dijo Severus mas... intranquilo, con sus ojos negros mirando filosamente a Lucius.
-Sev. vamonos. - intento llevar a Severus por otro lado pero el menor se detuvo y siguió mirando a Lucius.
-Habla. - exigió al mayor, mientras le miraba de la misma forma.
-bien, tu lo pediste Severus, como veraz... Sirius no es mas que un farsante. No te ama, nunca lo hizo, nunca te preguntaste por que de la nada apareció jurándote amor? Cuando me revolcaba contigo creí que eras mas inteligente. -
- Sev..-
-Cállate, quiero seguir escuchando. - dijo sin mirar al gryffindor-
- yo le pague Severus, le pago 25 galeones con 10 Knuts y 4 Sickles a la quincena para que te este aguantando y alejando de mi, de donde crees que salio ese bonito traje que estas usando, o esos libros de pociones que tanto lees? como crees que sabe todas y cada una de las cosas que te gustan? crees que las aprendió por que te ponía atención? que iluso eres.
- Sev eso fue al principio, ahora yo..
-Severus... deja de engañarte, nadie jamas te amara, por que eres un chico que no vale la pena, solo vales 25 galeones.
Severus entrecerró sus ojos y solo se alejo mas de Sirius, le entrego el Sombrero.
-Sev...
-Ya basta por favor.
Hubo un largo silencio antes de que Severus caminara lejos de ambos hombres, no iba a Slytherin iba totalmente al lado contrario, caminando, escuchando sus pensamientos, pronto escuchando sus pasos y después en el silencio mas profundo sus lagrimas caer por su nariz hasta chocar con el piso de frió mármol.
Caminaba sin rumbo, inmerso en sus pensamientos en los que comprendía el comportamiento del Gryffindor, en los que realmente no le extrañaba nada, en los que se recriminaba a si mismo por ser un chico tan iluso y tonto, salio así de el castillo, sin importarle que fuese ya de noche, vago, hasta llegar al bosque prohibido, se adentro en el sin mucho temor, necesitaba estar solo, en un lugar en el que nadie le molestara, donde nadie le encontrara. vago por ahí, toda la noche, mirando aquella luna menguante, sintiendo el frió sobre sus mejillas pálidas, cerro sus ojos unos segundos hasta que escucho pisadas detrás de el, se giro levemente, y al notar lo que estaba detrás de el abrió grande sus ojos y retrocedió un poco, y cuando vio la oportunidad salio corriendo de ahí, no tenia mucha experiencia con criaturas mágicas, mientras corría saco su varita y exclamo - Expulso! - este hechizo choco contra una roca provocando una explosión moderada lo suficiente para alejar a la criatura que le estaba persiguiendo, miro atrás para ver que tan lejos estaba de aquello hasta que el piso se le fue y de un segundo a otro ya estaba en el suelo, aturdido y sin varita, sentía su cabeza dar mil vueltas y su vista borrosa, sintió algo liquido salir de su oído, palpo un poco y miro sus dedos, sangre, aun yacía en el suelo, miro arriba, una caída por un precipicio, al menos 6 metros. Sentía como lentamente perdía la vista, y un frió estremecedor recorría su espina, su cabeza callo de nuevo contra el suelo cubierto de hojas color shedron.