- sabes... ayer soñé algo muy extraño...- Severus ponía mas atención- soñé con Snivellus... - se escucho un "ajam"- soñé que bailábamos juntos... en un baile...
El joven pocionista se sobresalto, retrocedió unos pasos un tanto asustado, como era posible... ¿Black soñando con él?sereno su cabeza meneandola un poco escucho un poco más.
-Canuto... es broma ¿no es así?- pregunto el chico de lentes con el cual se trataba la conversación.
-no... no es broma cornamenta, y debo admitir, ¡fue asqueroso!-
Severus al oír aquello, alzo leve su fina ceja y suspiro solamente, eso ya era un poco mas del estilo "Merodeador".
Meneo su cabeza en negación, sin duda Black era un idiota, solo se dio la vuelta y bajo a las mazmorras caminando en total oscuridad a la cual sus profundos ojos negro ya estaban acostumbrados, los pasillos húmedos de las mazmorras causaban melancolía a quien no pertenecía a la casa de Slytherin. Por si cabeza no dejaba de pasar la conversación de Black con Potter como era posible, eso jamas sucedería, no lo permitiría,primero bailar con alguien asqueroso, que con el pulgoso.
-pero ¿por qué demonios me interesa eso?- se dijo a si mismo, le estaba tomando demasiada importancia como para tratarse de una conversación de esos estúpidos.
Pronto entre sus pensamientos llego a la pared indicada conde toco tres ladrillos con la punta de su varita y dijo la contraseña de su casa. Miro la ya conocida sala común, casi todo en color verde y negro, se fue directo a su habitación asignada en la que ya estaban sus cosas, las habitaciones eran individuales, amplias, gracias a hechizos de expanción indetectable, eran bastante tarde ya por la madrugada, sin embargo no pudo dormir, toda la noche se dedico a guardar sus cosas en el armario y a acariciar a su gato que lo miraba como si comprendiera lo que estaba pasando...
Se miro al espejo, su rostro, sus ojos un poco orientales, sus finas cejas, aquellos labios rosas y delgados, una nariz curveada y rota a causa de los golpes que su padre nunca dudaba en darle, el cabello que a pesar que lavaba diario y cuidaba seguía siendo grasoso, su delgado cuello que al final mostraba sus clavículas de modo obsceno, rápidamente se quito la camisa para verse aun mejor, notando lo delgado que verdaderamente era, sus costillas se marcaban, su rostro no se inmutaba siquiera, bajo sus manos a la hebilla del cinturón, dudo en hacerlo, desabrocho el cinturón negro y desgastado mandándolo al suelo, aspiró profundo desabotono el pantalón y bajo el zipper dejándolo caer, deslizándose sobre sus piernas delgas y cetrinas con escasos rastros de vello corporal.
Miro su cuerpo semidesnudo, no era atractivo... Nunca le había importado, ¿por qué ahora si?...sus ojos negros como cuevas frías y húmedas, miraron el bóxer y sin mas lo bajaron revelenado su desnudes, pequeños y delgados vellos púbicos coronaban su miembro, apenas desarrollándose, su rostro sereno fue zurcado por los recuerdos ... Horribles y asquerosos recuerdos haciendo que pronto comenzara a derramar lágrimas.
-cállate... Tu jamas lloraras, seras un gran mago, y ellos jamas lloran- se dijo a si mismo con voz firme limpiando sus lágrimas, levanto su bóxer y se lo puso, dejo de mirarse al espejo y paso sus suaves manos sobre sus brazos, ¿debia de dejar de hacer eso?
Se sentía tan ...bien, no detuvo las caricias que se estaba propinando a si mismo, cerro sus ojos entre abriendo su fina boca, gozando de sus propios dedos, fue bajando hasta llegar a sus pezones rosas, comenzó a estimularse en aquel desgraciado momento de debilidad, sus manos bajaron, y bajaron aun mas asta llegar al elástico del bóxer, sus manos se detuvieron en seco.
¿Estaba preparado para eso?
-Sí..
Introdujo sus manos decidido en su ropa interior, con inexperiencia comenzó a palpar su miembro que despertaba ante los estímulos, aun con sus ojos cerrados se exploró, cada centímetro de su miembro, gimió al rozar sus dedos en la punta que desbordaba liquido pre seminal por la uretra, hecho su cabeza hacia atrás mientras puso su mano al rededor de su falo erecto y duro, se masturbo por minutos, quizá una media hora sin correrse, pronto su mano se lleno de aquel liquido blanco y viscoso.
-ha... Sirius...
Sus ojos se abrieron suavemente, totalmente llenos de lagrimas y desesperación, ¿por qué demonios pensaba en él?! ¿por qué simplemente no podía sacarlo de su cabeza y seguir recordándolo como el sujeto que tanto le hacia daño, y aun lo haría, mas aun si se enterase de los sentimientos pasionales que llevaban años hundidos su corazón.
Continuará...