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No debo decir mentiras por Whitekaat

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CAPÍTULO II

 

¿Debía estar así de nervioso? ¿Estaba bien su peinado? Revisó su mochila por segunda vez en esa mañana, revisó si llevaba sus llaves, su estuche, su cartera y a pesar de todo eso tenía claro que conociendo su historial algo olvidaría y lo recordaría cuando fuese muy tarde. Era su primer día de universidad las vacaciones se daban por terminadas y avanzaba un escalón más a la adultez, no tenía miedo o vergüenza a presentarse frente a más personas, a lo que le temía era a las llamadas “novatadas” e investigar sobre lo que había ocurrido años anteriores no lo dejó dormir tranquilo durante toda la noche.

No le asustaba que le fuesen hacer algo malo, le preocupaba que su reacción provocara llevarse mal con alguno de sus superiores, esperaba no ser alguno de los blancos ese año, esperaba también que esas actividades pasaran a ser más amigables como lo estaban haciendo en otras facultades donde se generaban momentos de interacción con otros y no humillarlos por ser nuevos.

Jioh escuchó su celular sonando, la primera notificación de la mañana, no tenía que desbloquearlo para saber quién era ni que decía, sólo bastaba con escuchar el sonido de cosas cayendo y el sonido de una reja de metal cerrándose.

El castaño se asomó a la ventana sintiendo como los primeros rayos de sol penetraban su piel con calidez, ese día haría calor, tal vez si era mala idea llevar ropa pesada.

“¡Fá, no te vayas sin mí!” Gritó captando al instante el malhumorado rostro de su amigo.

“Tienes siete minutos o me iré” le respondió gritando, Jioh sólo le sonrió para comenzar a apresurarse.

Ingresó al baño a lavar sus dientes, separar las pestañas que aún lucían juntas por la máscara y un último retoque a su cabello que sabía que no serviría de nada porque el viento de todas formas lo movería y saliendo del baño, tomando su mochila para echar el termo con té y una fruta que había preparado salió de su casa.

“¡Llegué! Hola tía” la mujer de cabello y ojos negros le sonrió cuando ingresó a la casa de al lado.

“¡Phrae, Jioh ya está acá! Mmm… mírame” la mirada inquisidora lo puso nervioso por un momento, analizando con detenimiento hasta que encontrara lo que buscara.

“Vaya… te queda bien, se ven tus ojos más grandes, estas lindo hoy”

“Si, gracias, quería ver cómo me quedaba”

“Ahora tendrás que ahuyentar a más chicos idiotas, Jioh; le diré a Phrae que los aleje” comentó con una mirada decidida

Sabía lo que decía era verdad, esa mujer que era como su segunda madre, de rostro amable pero actitud severa y fuerte, esa mujer que ya sabía de sexualidad y no lo trataba diferente, esa mujer que también formaba parte de su familia.

“¿De qué hablaban? Mmm” Phrae llegó junto a ellos mirando de la misma manera que antes lo habían visto.

“¿Qué tengo?”

“Algo tienes diferente pero no sé qué es”

“Fá, déjate de idioteces llegaremos tarde” el nombrado miró el reloj en su muñeca, se despidiéndose de un beso en la mejilla de su madre y empujó a su amigo por la puerta mientras se despedía de la mujer agitando su mano.

Al igual que dos noches atrás el más alto se subió a la bicicleta, con sus manos en ambos hombros de Phrae, con sus pies apoyados en los soportes de las ruedas y comenzaron su viaje hasta la universidad.

“De que hablabas con mamá”

“De nada importante”

“Anda dime o tomaré una de las pendientes” Jioh rodó sus ojos, odiaba ser amenazado y chantajeado, pero más odiaba la sensación de cuando Fá se lanzaba por esas pendientes.

“Dijo que te diría que alejaras a los idiotas de mí”

“Eso es algo difícil conociendo tu historial, tienes un imán para los idiotas, no prometo nada pero lo intentaré” el castaño cobrizo entrecerró su mirada, sabía que el otro debía estar riéndose a pesar de que no veía su rostro.

“Si, de hecho tengo un idiota al frente mío” su mente dijo las palabras antes de que pudiera pensar si estaba bien decirlo, y vaya que había sido una mala idea cuando el chico comenzó a pedalear más rápido hacía una dirección  concreta.

“Ni se te ocurra”

“Soy un idiota, a veces no sé lo que hago” respondió riendo.

“No sabes cuánto te detesto” y antes que volviese a reclamar sus uñas se aferraban contra la espalda del más alto y escondía su rostros del frío de la brisa. 

 

//**//

 

Despidió a su chofer frente a la entrada de su facultada mientras el otro se dirigía a la suya unas cuadras más allá, ya conocía el campus, lo había visitado la vez que se matriculó, eran grande, con espacios abiertos y áreas verdes, desde la entrada se alcanzaba ver la cafetería y a lo lejos algunas canchas para practicar deporte, sentía la mirada de algunas personas sobre él, y con su paranoia de que observaban sus ojos los entrecerró y miró un poco hacía el piso.

Su primera clase era introducción a los medios de comunicación y rogaba porque Tim hubiese quedado en su misma sección.

Ya en el salón sentado se puso a observar su alrededor, había algunos chicos y chicas en el aula cuando él entró, que había saludado apenas entró para después sentarse en la tercera fila.

“Buenos días, Jioh” sintió que un peso salía de sus hombros cuando escuchó la voz del pelinegro mientras se sentaba junto a él.

“Tim, que bueno que estas acá, no quería estar sólo” el más bajo se levantó del asiento a saludarlo con un abrazo.

“¿Viniste con Phrae?”

“Sí, llegamos antes porque sólo para molestarme tomó la ruta de la pendiente”

“¿Que le dijiste?” preguntó Tim con una sonrisa.

“Nada…bueno, le dije que tía le diría que ahuyentara idiotas de mi lado, me respondió que tenía un imán para idiotas y yo le respondí que sí, que justo tenía uno adelante mío” Jioh terminó la frase haciendo una mueca con sus labios mientras el chico frente a él negaba con su cabeza.

“Ya veo, Lisa y yo a veces nos preguntamos si ustedes en secreto se odian”

“Claro que no lo odio, nunca lo haría, somos casi familia y supongo que por lo mismo a veces discutimos, nada grave, además Fá desde que nos pequeños le ha gustado molestar y a eso súmela que por las mañana siempre se despierta de mal humor obtienes esos resultados”

“¿Te costó llegar?”

“No pero en el camino… vi una chica muy linda”

“¿Y le hablaste?”

“Claro que no, Jioh, no sé ni cómo se llama, además sólo me pareció linda nada más”

“Si va en esta universidad de seguro la verás de nuevo” el castaño miró a su amigo levantando ambas cejas a lo que Tim lo miró detención a los ojos.

“Mmh…” y Jioh vió por tercera vez en esa mañana esa mirada sobre él

“Ya, está bien sí me hice algo, sólo me ricé algo las pestañas y puse máscara, ustedes deberían ser más como tía ella sólo me miró un segundo para notarlo y de seguro Lisa hará lo mismo”

“Soy lento para esas cosas Jioh, lo sabes pero te queda bien”

“Gracias” respondió con una sonrisa.

El resto de los alumnos fueron ingresando, saludándose entre sí, algunos entablando conversación o conociéndose entre ellos, ambos amigos seguían hablando de trivialidades y del nerviosismo de la noche anterior por parte de Jioh y las nulas preparaciones que tomó Tim para ese día aludiendo que como primer día de seguro estarían plagados de presentaciones donde todos debían sonreírse entre sí y decir algo importante de ellos, en eso estuvieron algunos minutos hasta que el profesor llegó a presentarse e iniciar la clase.

Si, Tim tenía razón en todo lo que dijo, el castaño no había utilizado su cuaderno en todo ese periodo de clases, quedaban alrededor de quince minutos para que se diera finalizada aquella improvisada reunión y el último de sus compañeros de sección ya estaba terminando su presentación.

Bostezó por tercera vez durante ese tiempo a la vez que aplaudía, no era lo que esperaba realmente y se sentía algo tonto al darse cuenta que se había preocupado de más durante toda la noche cuando pudo dormir tranquilo para no sentir como en ese momento como sus parpados se unían como con un velcro del sueño que ya tenía.

La puerta sonó y tras el golpeteo tres chicos ingresaron hasta pararse frente a toda la clase y tras un asentimiento de cabeza del profesor el más alto de ellos comenzó a hablar.

“Buenos días, somos alumnos de tercer año del grupo de encargados de la bienvenida de los de primer año y veníamos a invitarlos para que al finalizar el segundo periodo vayan al salón principal de la universidad donde daremos más información de las actividades de hoy y esta semana, espero asistan todos” los tres chicos terminaron de despedirse y salieron del aula.

“¿Irás?”

“No lo sé, le preguntaré a los otros dos si también los invitaron”

“Pero ellos están pertenecen a la otra facultad”

“Si, pero sólo esta tiene el salón de principal”

“Cierto, incluso hasta podríamos ver a la chica que viste hoy”

“Jioh, sólo déjalo no es que me guste”

“Sí, si lo que digas”

Su plática finalizó en conjunto con la clase lo hizo, ambos chicos tomaron sus cosas para dirigirse a la próxima, Jioh en sus adentros esperaba no tener que pesar nuevamente por las presentaciones tediosas. Tomó su celular y le escribió a Lisa sobre la reunión a la que habían sido invitados y mientras esperaba que la otra persona contestara comenzó a caminar junto a Tim.

 

//**//

 

“Estamos al centro de los asientos en la una, dos, tres… sexta fila, sí, les guardamos dos asientos” La voz de Tim sonaba un poco más alto tratando de aplacar las voces del bullicio en el salón.

“¿Viene con Fá?”

“Jioh pregunta si estás con Phrae, si viene los dos… espera, sí aún queda otro asiento a mi costado”

“¿Que dicen? ¿Les falta mucho por llegar?” sobre la frente del pelinegro comenzaba a aparecer esas arrugas de molestia por tener a Lisa en el teléfono y a su compañero parloteando y haciendo preguntas al mismo tiempo.

“No empieces, Jioh, sólo dame un cuaderno para poner sobre el asiento, vienen con una compañera de Lisa”

“Sí mamá”

Jioh dejó de prestar atención a la conversación de su amigo y fijó su vista en el salón ya comenzando a verse repleto y aumentando el sonido de las risas y conversaciones de los demás chicos pero su vista se enfocó a uno de los chicos que conversaban cerca del escenario, de piel algo tostada, cabello negro y liso con un corte más serio, alto, de espalda ancha y que además le sonreía divertido a otros dos chicos.

Sí, ese era el tipo chicos por los que él siempre quedaba prendado y que pareciera que tuviese un buen humor o una personalidad más relajada lo hacía aún más interesantes para sus ojos, sólo faltaban unos grandes detalles para que fuese un tipo ideal y eso era su soltería y que al igual que a él le gustaran los chicos.

Lo siguió mirando por unos minutos más como si quisiese corroborar esos detalles o que al menos diera algún tipo de gesto o luz de que le pudiesen gustar otros chicos, pero su cuerpo se tensó cuando sus ojos se vieron directamente observados por el chico; por unos momentos en los que él preso de sentirse descubierto desvío su mirada hasta su bolsillo para sacar su celular aunque no hiciese más que desbloquear la pantalla y no hacer nada.

Cuando levantó la mirada el chico ya había desaparecido y sintió unas manos tapar sus ojos desde atrás oscureciendo todo.

“Mamá dijo que no podías ver a idiotas”

“No estaba viendo a nadie, Fá”

“Apenas entré vi como mirabas a mi superior” la voz de Phrae estaba aún detrás de él, aún con sus manos aprisionando su visión mientras Jioh intentaba quitar esas manos de sus parpados.

“Fá, quítame tus manos”

“No” respondió aplicando un poco más de presión cuando el castaño cobrizo comenzó a mover su cabeza.

“Oigan niños dejen de jugar y saluden”

Las manos fueron retiradas de su rostro y echando su mirada hacia atrás buscó su captor de visión, sus ojos se enfocaron con los negros de Phrae que tenían unos ligeros surcos a sus costados en señal de que estaba riendo.

“Aún no sé qué es, dímelo”

“No” y negando apartó su mirada y la fijó ahora en la rubia junto a una nueva cara desconocida.

“No es justo, cuando yo lo hago no se me ven así, dime de cual compraste” Lisa se había acercado a su asiento a saludarlo y de paso a inspeccionarlo.

“Te lo dije Tim, Lisa lo notaría en un segundo”

“Sí y Phrae aún no tiene idea de lo que hablamos” el nombrado cruzó los asientos hasta sentarse al que estaba vacío a un costado de su mejor amigo.

“Jioh, Tim, Ella es Alice, es una de mis compañeros de arquitectura”

“Mucho gusto” su voz era tranquila pensó

Incluso hasta tierna y si lo pensaba detenidamente encajaba perfecto con su apariencia, cabello hasta los hombros de color negro, ojos almendrados y de color miel, labios gruesos teñidos de un color coral y de rostro en forma de corazón sin ni una sola imperfección, esa chica era muy linda concluyó Jioh.

“Hola, Alice” respondió el castaño mientras quitaba la cabeza de su amiga de su visión.

“Hola” respondió escuetamente Tim.

“Es ella” un murmullo y un codazo llegó al costado de Jioh costado por parte del pelinegro.

“¿Ah?”

“La chica de esta mañana, es ella” volvió a murmurarle y antes que pudiera hablar el sonido de alguien pidiendo guardar orden y silencio obligó al grupo de amigos prestar atención y tomar sus lugares.

Jioh caminaba por los pasillos a paso rápido, había salido del salón unos treinta minutos desde que empezó la charla de los encargados de la bienvenida, sus presentaciones, la bienvenida y varias cosas que no eran tan importantes como las ganas de ir al baño que sentía en ese momento, apresuró su paso un poco más hasta dar finalmente con su destino.

Ya dentro del cubículo logró encontrar la paz que tanto buscaba, escuchó voces de algunos chicos que habían ingresado también pero no les prestó atención cuando se dirigió a lavar sus manos y peinar su cabello, por lo que no alcanzó a notar como uno de los tres hombres que se encontraban a su costado lo miraba y tampoco notó cuando fue tomado del cuello de su camisa y empujado contra la pared.

“Te conozco, tu eres ese extraño amigo de Nat, aléjate de él, mi hermano no es un rarito como tú basura” sus ojos se abrieron como platos al mismo tiempo que sus manos comenzaron a temblar, veía unos ojos y cejas cafés fruncirse con un odio intenso dirigidos a él.

“Ya no tengo nada que ver con Nat, ahora suéltame” podría tener sus manos temblorosas por el nerviosismo de la situación pero no dejó que lo hiciera su voz, podía defenderse y debía demostrarlo.

“Eso espero, la gente como tú no debería estar aquí”

“¿La gente como yo? Soy yo el que no entiende como alguien con tan poco cerebro como tú pudo ingresar a la universidad” Jioh de un manotazo de zafó del agarre del otro chico mientras este le miraba con aún más odio.

“No debiste meterte conmigo.” Sentenció entre dientes el aparente hermano de Nat al mismo tiempo que una de sus manos iba directo a su cara pero que el trayecto fue interrumpido por uno de esos mismos acompañantes.

“Ni se te ocurra”

“Vamos Pete déjame callar su boca”

“Él no te ha hecho nada, deja de buscar problemas”

“Salió con mi hermano, lo confundió, es uno de esos raros”

“¡Hey, chico! serás mejor que te vayas”

Su mirada avellana ahora se enfocó a los ojos oscuros frente a él, ese mismo peinado y color negro que había visto antes en el escenario y debía de admitir que de cerca se veía mucho más guapo que de lejos, sólo atinó a asentir con una sonrisa y abandonar el lugar.

Sus manos aún temblaban por el nerviosismo, su maldita boca casi había provocado que le dieran un golpe, pero no estaba dispuesto a ser humillado gratuitamente, con un amargo sabor de boca se dirigió una vez más al salón meditando si era necesario que su grupo de amigos se enterara del altercado en el baño, tal vez no, de seguro no volvería a toparse con ese chico que al parecer era hermano de un ex y no necesitaba a un exaltado Fá buscando a quien lo había intentado agredir.

 

 


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