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SANTIAGA!! por juda

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Eso era demasiado!

Primero Ernesto y ahora Raul, aparentemente todos podían tener y tocar al pelirrojo, salvo él.

Fue un beso corto, pero en la boca. Estaba casi seguro que ni siguiera había habido lengua, pero fue en la boca. Se veían como si fuesen amigos íntimos... pero que se besaban en la boca.

Santiago volvió a abrazar con fuerza a Raul y lo hizo girar en el aire, era el colmo. ¿Cómo podía ser tan amable y cariñoso con otros y con él era tan... tan?

¿Cómo era Santiago?

Era un condenado hijo de puta pelirrojo que lo provocaba sabiendo que él no era homosexual... que él no podía tocarlo como lo tocaban los otros y que se moría de ganas por hacerlo.

Se fue al baño para lavarse la cara y que le pasara el odio que sentía palpitando en el cuello.

No le pasaba.

Se sentía como la mierda.

Se encerró en un cubículo y sentado en el inodoro se dedicó a morderse las uñas, los dedos, las manos... estaba frustrado, impotente!

La puerta se abrió y escuchó las risas de ellos dos.

-¿Cuando llegaste?

-Hoy!!!!

-¿Estás parando en algún hotel?

-No, en la casa de mi primo.

-Estás hermoso!

-Bebé, vos no has cambiado nada! Estás en pareja?

-Naaa, no logro encontrar ni la pija ni la concha correcta.

-Es porque yo me fui!

Carcajadas.

-No sabía que tenías primos!

-Santy, mi mamá murió hace tres años, por eso ahora cuando vengo a la ciudad paro en lo de mi primo.

-Ohhh perdón por preguntar!! no sabía!!

-Tranquilo, bebé, ya lo he superado!

-¿Por qué no me lo dijiste?

-Porque vos andabas metido en un intento de negocio con Fran y no quería interrumpirte con mis tristezas.

Se quedaron en silencio, se sentía el ruido de las ropas en contacto... se estaban abrazando.

-No quiero ponerte triste, hace un montón que no nos vemos, salgamos y bebamos. Buscaré a mi primo para presentártelo.

-Ok, te encuentro en la barra.

Marcelo escuchó la puerta y luego el ruido del líquido en el mingitorio.

Abrió el cubículo y salió, se fue a lavar las manos y se quedó apoyado en el lavatorio hasta que Santiago volteó para hacer lo mismo y lo descubrió.

-Marcelo!! te imaginaba todavía cogiendo a la suertuda de la rubia. -le dijo mientras se acercaba y se lavaba las manos.

-Por qué suertuda?

Santiago lo miró y le sonrió, se fue hasta las toallas de papel, sacó una, se secó las manos y estaba por salir cuando Marcelo se interpuso en su camino ¡Tan cerca que podía sentir su aroma dulce!

El pelirrojo se detuvo y lo miró expectante.

-No soy puto -le susurró el pelinegro casi sobre sus labios.

-Ya me lo dejaste en claro varias veces -contestó también en voz baja, agitándose ante las señas que daba Marcelo de estar excitado.

El pelinegro seguía con el rostro a milímetros del suyo, había puesto las manos sobre los brazos del pelirrojo y lo sostenía fuerte.

-Qué buscas Marcelo? Qué quieres?

-Me gusta tu hermana... me vuelve loco tu hermana... necesito tocarla.

-No soy ella!

-No, no lo eres -jadeó rozando los labios.

Santy se adelantó y los apoyó en toda su extensión mientras abría la boca lentamente, Marcelo respiraba fuerte, el pelirrojo sacó la lengua y la deslizó por los labios del pelinegro.

Marcelo abrió la boca y cuando sintió entrar la lengua de Santiago retrocedió tropezando consigo mismo y se fue apresurado.

No esperó a Raul, había escuchado que lo buscaría para presentarlo y no quería que lo presentara, no quería verlo de nuevo adherido al pelirrojo, no quería verlo besándolo, no soportaba la visión de otros sobre el gemelo maldito, haciendo lo que él no se animaba a hacer.

***

Estaba acostado sin poder dormir cuando escuchó la puerta a las 7 de la mañana.

Unos pasos y luego la puerta de su cuarto que se abría despacio, su primo metió la cabeza y Marcelo giró para observarlo.

-Ey!!! te anduve buscando por el Rapsodia y no te encontré, no quise molestarte al celular porque te había visto con una minita!! -le dijo sonriente mientras se sacaba el calzado y saltaba a la cama.

-Si, estuve con ella, recién vuelvo.

-Y? que onda? te divertiste?

-La pasé genial -contestó intentado una sonrisa -y tu? cómo la pasaste?

-De mil, me encontré con un antiguo amigo y quería presentártelo.

Marcelo puso la almohada en el respaldo de la cama y se sentó derecho.

Raul percibió el semblante extraño.

-Todo bien?

-Mi madre solía decir que el mundo es un pañuelo!! -le dijo sonriendo -por lo pequeño!!!

El platinado afirmó con la cabeza con el ceño fruncido, algo le estaba sucediendo a su primo, no tenía esa sonrisa contagiosa que le producía arruguitas al costado de los ojos.

-Nunca te dije cómo se llamaba mi pelirroja.

-Por eso estás así? la viste?

-Mi pelirroja se llama Santiaga.

y Raul largó una carcajada, pero al notar que Marcelo seguía serio, la sonrisa se le borró.

-En serio me lo dices??? Es la primera vez que escucho un nombre así!!!

-En serio? porque hoy te vi besándote con su gemelo -le dijo mientras se paraba y salía de la habitación.

A Raul se le contrajo el estómago, se pasó la mano por el cabello en un intento frustrante por entender la información que acababa de recibir.

Corrió detrás de él, Marcelo había llegado a la cocina y prendido la cafetera, estaba parado a su lado esperando que el café estuviera listo.

-Al único al que vi es a Santiago. Ese es mi amigo y ex compañero del secundario... ¿me estás diciendo que su hermana gemela es la pelirroja que te tiene a mal traer? ¿Y QUE SE LLAMA SANTIAGA?

Marcelo sonrió mientras preparaba su taza.

-Veo que ahora la recuerdas.

Raul giró en redondo, tomó su celular sin saber que hacer y luego lo encaró nuevamente.

-¿Hasta donde llegaste con Santiaga?

-No pasamos de besos y una vez me hizo una mamada.

-¿No cogiste con ella?

-No!!! la muy hija de puta se hacía de rogar -susurró mientras ponía el café en la taza.

-¿Y qué te pasa con su hermano?

-Nada, te dije que no soy puto.

-¿Pero pasó algo con él?

Marcelo se tensó.

-¿Pasó algo con él?

-Lo besé por equivocación una vez, lo confundí con ella. Y luego hubo algún que otro acercamiento de su parte, pero le dejé en claro que no soy puto.

-Mierda Marcelo, vos y tu palabra favorita!!! Necesito hacer una llamada.

-¿A quien vas a llamar??!!! No le digas que sos mi primo!! No lo llames!!

-¿Por qué no?

-Porque no quiero verlo. Y tampoco quiero verte con él. -susurró mientras tomaba la taza y se tiraba en el sofá.

Raul retrocedió y se fue al cuarto que ocupaba en la casa de su primo e hizo la llamada pero Santy no respondió. Lo había dejado con Ernesto y suponía que ahora estarían cogiendo en la casa del castaño aunque su pelirrojo amigo no parecía tener ganas de ir con él.

Le dejó un mensaje.

"No te conté como se llama mi primo. Mi primo se llama Marcelo y es el mismo Marcelo al que le hiciste creer que una gemela existía. Eres un sorete Santy, no entiendo qué quisiste hacer fingiendo ser una mina, no entiendo porqué le hiciste eso a mi primo. ¿Te gustó y no supiste como mamársela? ¿Tan bajo caíste? Nos vio juntos y me acaba de contar que está hasta las narices por una persona que no existe. Realmente esta vez tu excentricidad se excedió"

Tiró el celular en la cama y se fue al salón. Se sentó junto a él.

-Marcelo. La primera vez que me contaste de los gemelos te dije que hablaste cinco minutos de ella y quince de él. ¿Santiago te gusta? y no me digas que no sos puto porque te voy a pegar con algo para que se te quite lo estúpido.

-Me gusta su hermana, me vuelve loco su hermana.

-Pero con ella no pasaste de unos cuantos besos y a Santiago lo confundiste con ella! Cuando lo besaste... ¿qué sentiste?

-Asco!

Santiago era su amigo, lo amaba desde siempre, como amante, como hermano, como el único con el que había podido sobrevivir al secundario, pero lo que le había hecho a su primo traspasaba todos los límites.

-Sólo una vez vi a Santiaga y no sabía que había aparecido de nuevo! -le dijo Raul sin poder mirarlo a los ojos.

-Apareció y me dejó en pelotas. Ojalá y nunca la hubiese conocido.

-No creo que te convenga que la sigas buscando, sugiero que te olvides de ella y que intentes evitar al gemelo. No vayas a su bar nunca más.

Marcelo lo miró extrañado.

-Ya me parecía que no estaba errado... es algún tipo de psicótico, no?

Raul lo observó detenidamente.

-¿Alguna vez habías escuchado el nombre Santiaga?

-No.

-No te pareció raro??!!

-Supongo!

-¿Alguna vez habías visto a unos gemelos de distinto sexo tan parecidos?

-No.

-¿Sabías que estás tan a la defensiva de "no ser puto" que no te das cuenta de cosas que son obvias? 

-No entiendo.

-Te contaré cómo conocí a Santiaga: Estaba en cuarto año del secundario y mi mejor amigo era Santiago. Teníamos 16 años y estábamos en pleno proceso de descubrirnos. Ya sabíamos que eramos bisexuales y no era como ahora que la sociedad está un poco más relajada, en ese momento te miraban con asquito. A mi me hacía daño, pero a Santiago esas cosas no le importaban. Siempre había sido considerado "el raro" del curso y eso solo lo envalentonaba para seguir desafiando el sistema. Una vez, para el día del estudiante, se propuso hacer en el colegio una fiesta de disfraces. Yo me disfracé de ogro y cuando él entró con un vestido rojo a lunares negros más una chorradera de pintura en la cara, casi me da un infarto, se vistió como mujer. Es más, aun recuerdo que bajo ese vestido muy corto y espantoso tenía sus pantalones blancos de gimnasia. A todos los que le preguntaban de qué se había disfrazado, él respondía: de Santiaga.

Marcelo seguía a la expectativa.

Raul lo observó.

-No entiendo.

-No entiendes porque intentas autoconvencerte que no te gusta Santiago. Olvidate de toda la censura social que tienes en la cabeza y vas a entender.

Marcelo tragó duro, le temblaba la taza en la mano.

-N-n-no entiendo.

-Marcelo, creo que siempre lo entendiste, pero era más fácil para vos creerte el estúpido cuento de Santiaga.

El pelinegro se levantó de un salto, la taza le tembló tanto en la mano que volteó la mitad del café en la alfombra. Se dirigió hacia la cocina con una vena palpitándole en el cuello.

-No entiendo, Raul -siseo con odio, con bronca. Si entendía! Sí que entendía! Se habían burlado de él.

-Marcelo... Santiago es hijo único.


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