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SANTIAGA!! por juda

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Cuando Fran y Daniel entraron a la habitación, Santy estaba en la cama con suero.

Raul se encontraba encogido sobre su cuerpo y el pelirrojo le acariciaba la cabeza mientras intentaba que la cánula no se le desprendiera de la mano.

-Se durmió por fin -les explicó en un susurro.

El platinado estaba tan asustado que Santy había tenido que consolarlo, haciendo malabares para que su amigo no se cayera de la pequeña cama, para que a él no se le salieran las mantas térmicas y que la aguja introducida en su brazo quedara en el lugar.

-Él te tendría que estar cuidando! -habló Fran con el ceño fruncido y Santy sonrió.

-Raul es un bebé, déjalo. Disculpen por hacerlos venir, hace un rato me enteré que los había llamado. Estoy bien, tomé un poco de frío, nada más!

-¿Qué paso? -preguntó Daniel acercándose para acariciarle el rostro. A pesar de que era el empleado, era también mayor, y sentía cierta urgencia por cuidar a esos jefes con rostros de niños.

-Me asaltaron a la salida del Ronroneo, se llevaron mis zapatillas, mis abrigos... no sé que más! mi celular, el casco, los guantes!!!

-Haré la denuncia, que la policía venga para tomarte la declaración.

-No, Fran, perderemos el tiempo. Eran cosas sin valor. Y anoche a esa hora no había un alma, nadie vio nada.

-Hay cámaras de seguridad por todos lados Santy.

-Fran -lo paró con seriedad -no haré la denuncia, eran unos chiquillos.

-Me dijiste que había sido uno solo -comentó Raul desde su pecho y todos lo observaron. El platinado levantó el rostro con el ceño fruncido. -estás cambiando la versión... ¿por qué?

Santy tragó saliva y Raul lo notó. Raul lo conocía. Habían sido compañeros de colegio, amigos, amantes... Raul lo conocía!!! Estaba ocultando algo!

El pelirrojo regresó la mirada a la pareja y frunció el ceño.

-Daniel... ¿por qué estás aquí? ¿cómo te enteraste?

-Estaba en la cama con Fran cuando habló Raul -comentó con naturalidad, Santy inmediatamente miró a su socio y su socio no movió ni un solo músculo, pero todas las variantes del rojo se le subieron hasta el cabello.

-Santy! -quiso hablar Raul pero Santiago, que tenía un brazo rodeándolo, lo apretó aun más a él y siguió hablando con Fran.

-¿Trajiste los papeles de la cobertura social? Tienes que dejar el carnet del plan de salud en administración.

-Ya pasamos por ahí -respondió Fran, agradeciendo que el pelirrojo no siguiera preguntando sobre su acompañante nocturno delante de todo el mundo.

-Creo que deberías denunciar, Santy -susurró Daniel.

Santiago negó con la cabeza y lo hizo con tal seriedad, que el tema quedó sanjado... sólo hasta que el par se fue y quedó con Raul a solas.

-¿Qué escondes?

-Nada!

-¿A quien proteges?

-Te juro que a nadie!

-Dime que no fue Marcelo.

-No fue Marcelo -aseguró, pero Raul, que estaba todavía acostado a su lado y apoyaba su mano en el pecho del pelirrojo, sintió cuando el ritmo cardíaco cambio... si había sido Marcelo.

El platinado se acercó y le dio un beso en los labios que por fin eran rosados.

-Duerme, el médico dijo que si todo marchaba bien, te irías durante la mañana.

-No me quedan muchas opciones, tengo que volver al departamento y preparar unas boletas que debo pagar el lunes a primera hora, aparte el ronroneo del tigre no puede quedar solo.

Raul se estaba levantando de la cama, volteó a verlo y Santy dejó de hablar porque la mirada asesina de su amigo le había dado un discurso sobre la valoración de la vida y cómo no debía alterar el orden del universo o el efecto mariposa llamado Ramirez Raul podría dañarle los órganos internos a base de patadas.

***

Marcelo se despertó a las 8 de la mañana cuando el timbre no cesaba de sonar.

Se había acostado una hora antes bastante alcoholizado y todavía tenía los efectos del alcohol encima. Tambaleándose por el sueño y la ebriedad se fue hasta la puerta, al abrirla entró Raul como una avalancha, lo empujó hasta hacerlo caer y se le puso casi encima.

-Dime que estoy cometiendo un error y no fuiste tu el que atacó a Santy.

-No le hice nada! -gruñó el pelinegro empujando a su primo para poder levantarse.

-Qué pasó en la disco... lo ibas a golpear de nuevo?

-NO! -gritó mientras intentaba regresar a su dormitorio.

Marcelo hedía a alcohol. Tal vez no había sido él!

-Jura que no le hiciste daño esta madrugada!

-Por qué? me acusó de algo el nenita llorona?

-No! no logro sacarle información, lo asaltaron y está internado en el hospital sin querer hacer la denuncia policial... DIME QUE NO FUISTE TU, DIME QUE NO LE HICISTE DAÑO.

Marcelo volteó a verlo.

-¿Por qué está en el hospital? ¿alguien lo golpeó?

Antes de tirarse en el salón con una botella de vino se le cruzó por la cabeza que el pelirrojo había salido aun con efectos de la droga que le dio para dormirlo, en bicicleta, semidesnudo y por una zona que no era segura.

-Júrame que no le hiciste nada.

-No lo veo desde que los crucé en la disco -siseó.

Raul retrocedió y se fue, sin contestar a Marcelo que aun le preguntaba a los gritos si el pelirrojo estaba herido.

A las 10 de la mañana Santy dormía en la habitación del hospital con una fiebre altísima. La reacción del organismo ya estaba dentro de lo que los médicos habían pronosticado, y aunque los doctores intentaron calmar al platinado aduciendo que el pelirrojo estaba bajo control y con la medicación necesaria para que el frío que había recibido el organismo no dañara más de lo necesario... el muchacho no se sentía tranquilo.

Fran regresó una vez más y se quedó con él.

Conversaban en voz baja mientras el pelirrojo dormía en un sueño agitado.

Una enfermera le puso una compresa de gel frío para bajar la fiebre y le rogó al platinado que no se acostara de nuevo con el paciente porque el calor de su cuerpo empeoraría la temperatura corporal de Santy.

Fran intentaba distraer a Raul pero era imposible, ya no tenía tema de conversación y el platinado seguía estrujándose los dedos con la mirada clavada en el rostro rojo de su amigo - excompañero - examante - pelirrojoinfame - primeramornuncaolvidado.

-Vamos al bar por un café.

-No, mejor ve tú, toma el tuyo y compra uno para mi, me lo traes cuando regreses.

-Raul, la fiebre no cederá antes porque estés vigilándola. Es solo una fiebre, Santy no se está muriendo.

-Ya sé que no se está muriendo, pero no por eso lo abandonaré.

-No lo abandonarás pendejo de mierda, vamos a tomar un café, de paso ese pobre chico descansa. 

-Está descansando!!! ni siquiera lo toco!!! me hicieron sentar lejos de él!!!

Fran se levantó, lo tomó del brazo y se lo llevó casi a las rastras.

A los dos minutos la puerta se abrió.

Marcelo miró por última vez el pasillo, se había animado a entrar cuando vio que Raul por fin abandonó la habitación para ir a sentarse en el bar del primer piso.

Santiago respiraba con una leve agitación.

Se acercó a él y lo observó.

Estaba pálido, el cabello rojizo lo tenía hacia atrás y una compresa se le resbalaba hacia el costado. Se la acomodó.

-Qué te pasó, putito? no aguantas un poco de frío? -susurró cerca de él y Santy abrió los ojos. -Ahora resulta que no puedes salir sin tu abriguito que te enfermas como la nena que sos?

-¿Qué quieres Marcelo?

-Saber.

-¿Qué quieres saber?

Marcelo le acomodó el cabello rojo y se acercó aun más. El calor que despedía el cuerpo de Santy le dio de lleno en el rostro.

-Tienes fiebre, putito? Dejaste tu celular en mi casa, sin tu puto celular no puedo escribirte para acosarte. -susurró mientras dejaba el aparato en la cama, junto al cuerpo ardiente del adonis pelirrojo.

-Vete, imbécil, no te tengo miedo.

El pelinegro sonrió y le acarició el rostro levemente, con cuidado, sin entender muy bien cómo se acariciaba el rostro de otro hombre.

-Ya sé que no me tienes miedo, pero quiero saber.

Se acercó aun más, respirando agitado, le puso la otra mano en el rostro y con ambas lo acarició, como se acaricia a una mujer, a una madre, a una hermana, a una amante, a otro ser humano.

-Quiero saber -susurró y antes de que pudiera besarlo la puerta se abrió y entró la enfermera.

Marcelo retrocedió de manera tan violenta que chocó con el brazo la cánula que tenía el pelirrojo en el brazo produciendo que la aguja saltara y una fina estela de sangre regara la sábana.

-Por favor!!! les pedí que no se acercaran tanto al paciente!!! la fiebre es alta, tiene que descender. Mire lo que ha hecho!!! -casi gritó.

***

Raul entró con su café en la mano, no había aguantado estar mucho tiempo en el bar y pidió que le dieran otro para llevar.

La enfermera luchaba por poner la aguja en el otro brazo, tenía el ceño fruncido.

-Qué pasó? -preguntó el platinado y Santy lo miró.

-Tienen que tener más cuidado con el paciente, por favor, uno de sus amigos se enredó en el suero y le sacó la aguja, ahora tengo que ponerlo en el otro brazo!

-¿Qué amigo? -preguntó Raul y vio cuando los ojitos rojos y afiebrados de Santy lo evadían.

-Uno de ustedes, un muchacho de pelo negro. Además, si lo besan se van a contagiar!!! -le dijo a Santy, regañándolo -Dígale a su pareja que no lo bese en la boca hasta que los síntomas sean más claros y sepamos que tanto ha afectado el frío a su organismo.

La enfermera terminó de poner el suero, le cambió el gel de la frente y se fue todavía enfurecida.

-¿Quien estuvo aquí? -preguntó Raul.

Pero Santy cerró los ojos y evitó contestar.

-¿Quien estuvo aquí?

-Me duele la cabeza, Raul.

-¿Quien te atacó, Santy?

-Déjame dormir, no me siento bien.

Y Raul juró por todos los dioses oscuros del averno que en cuanto su pelirrojo adorable, amorplatónico, bebédesualma, estuviera en mejores condiciones, le sacaría por las buenas o por las malas quien lo estaba torturando... y ahí sí, se las verían con él.


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