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Casi Efímero por gravitycb

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Capítulo 14

 

 

BaekHyun sintió su rostro enrojecer completamente de la rabia que le produjo el insulto.

 

—¿Cómo… te… atreves?

 

—Me atrevo porque tu reputación me importa, y por nuestros hijos.

 

Él apretó los puños, pero la mera referencia a los mellizos como algo que compartían, no se le pasó por alto.

 

—¡Yo escojo a mis amigos como quiero!

 

—No —murmuró ChanYeol de forma tajante, mientras se acercaba al más joven para sostener sus delicadas manos de manera cuidadosa y lenta, abriéndole los dedos para entrelazarlos con los suyos —. Ya no estás solo.

 

—¡Quítame las manos de encima! ¡Eres tú quien me advertiste que no te tocara! —le recordó BaekHyun sin aliento.

 

ChanYeol sintió la pasión que vibraba en su menudo cuerpo, y eso lo atrajo como el alimento a un hombre hambriento.

 

—Me gusta un elemento de riesgo. Le da emoción —murmuró en tono ronco.

 

El silencio estaba cargado de electricidad. BaekHyun aspiró hondo, pues se sentía muy tenso. Pero el cosquilleo de su cuerpo, que de pronto sentía vibrar junto al contrario, y el pequeño golpe de calor en las entrañas eran demasiado insistentes como para poder ignorarlos. Se sentía confundido.

 

—Pero, estamos discutiendo…

 

—No quiero discutir contigo —le dijo ChanYeol en voz muy suave, decidiendo en ese momento que la frialdad le sentenciaría al celibato junto al menor, se había mostrado frío demasiado tiempo, debía modificar esa situación.

 

—Tengo que salir con SeHun y LuHan a dar un paseo —le dijo apresuradamente, tratando de vencer e ignorar el efecto físico que amenazaba con descontrolarlo.

 

ChanYeol dejo de sostener sus manos y le sorprendió al salir al vestíbulo, en dirección hacia la habitación donde estaban sus hijos.

 

Reapareciendo un momento después.

 

—¿Qué estás haciendo? —le susurró el de cabellos rojizos.

 

—Le estaba diciendo a la niñera que los niños necesitan tomar un poco el aire.

 

BaekHyun pestañeó.

 

—Pero… ¿Por qué has hecho eso? Por el amor de todos los dioses, parece como si…

 

—No es asunto de la niñera pensar nada, aunque consideres que parezca, a ella no debe importarle. Tienes unas preocupaciones de lo más ingenuas, agapi mou —sus sorprendente ojos negros se fijaron en el más bajo con una fuerza que parecía iluminar su piel —. Ven aquí…

 

—¡Ni hablar… ni hablar, en absoluto! —exclamó inquieto BaekHyun con intensidad.

 

ChanYeol se aflojó la corbata, se desabotonó la chaqueta americana, se la quitó, arrojándola sobre el sillón.

 

BaekHyun lo miró asombrado.

 

—¿Pero qué estás haciendo?

 

—¿A ti qué te parece?

 

En ese momento el sonido del teléfono móvil interrumpió la conversación. ChanYeol lo sacó de su americana, dedicándole una mirada disgustada y lo apagó rápidamente.

 

—¡Seguramente será del banco, algo muy importante! —protestó BaekHyun, cada vez más agobiado y angustiado, mientras observaba como él se quitaba la corbata y la tiraba sobre la chaqueta.

 

Theós mou… ¿Crees que siempre hago lo que los demás esperan que haga? A veces obedecer el instinto natural de uno es más lógico que seguir las reglas. Esta es una de esas ocasiones —añadió mientras empezaba a desabotonarse la camisa.

 

—¡Para! —exclamó BaekHyun con la cara roja.

 

—Si paro, me marcho… Y empiezo a buscar a otra persona.

 

Le observó atentamente, mientras veía como el menor palidecía.

 

La simple idea de que ChanYeol se fuese con algún amante, le hizo pedazos por dentro. Simplemente imaginarlo sintió como vivía la peor pesadilla de su vida. Con la garganta seca y el corazón en la boca, BaekHyun se fijó en su pecho musculoso y definido cuando él empezó a quitarse la camisa.

 

—Me estás amenazando…

 

—No, estoy siendo sincero, glikia mou. ¿Acaso pensabas que esperaría eternamente? O bien me deseas, o no…

 

—Casarse es…

 

—No —le interrumpió ChanYeol —. Esto es mucho más básico. No estoy hablando de matrimonio. Deja eso fuera. No sabes lo que quieres, y es hora de que lo sepas de una vez. Quiero irme a la cama contigo, pero no quiero una tragedia en cuatro actos después.

 

Él levantó la cabeza, tenía las mejillas sonrojadas y los ojos castaños resaltando su tono rojizo, echando chispas.

 

—¡No me gusta la idea de que te vayas con otra persona! —le espetó en tono ahogado, mezcla de rabia y dolor.

 

El banquero se acercó a él. En su mirada había tanta arrogancia, tanta pasión, que se sintió tentado a darle una bofetada para aliviar su tensión.

 

—A veces te odio tanto que podría gritar —susurró temblorosamente con lágrimas de rabia en los ojos.

 

ChanYeol tiró del menor con sus manos fuertes y firmes.

 

—Lo sé… y es verdaderamente refrescante poder estar con una persona que de vez en cuando me ve algún fallo —concedió sin ironía.

 

Al apoyar la frente sobre su pecho, el intenso aroma corporal del mayor asaltó sus sentidos, haciéndole temblar como una hoja en otoño. Lo amaba, y por ello se odiaba a sí mismo. Él lo había arrinconado y había sonreído triunfal con una verdad que jamás le habría revelado de buena gana. Todo su orgullo quedó destruido por la mera idea de que él pudiera desplegar aquella poderosa sexualidad en brazos de otra persona.

 

Él le pasó la mano por el cabello casi con torpeza, y soltó el aire con un susurro controlado.

 

—Un mes es mucho tiempo para mí… Demasiadas duchas frías, demasiadas noches solitarias e interminables.

 

Sentía su miembro viril presionando contra su estómago, encogiéndose por dentro como respuesta. Entonces hundió los dedos entre las ondas de su cabello y reclamó sus delicados y definidos labios con una avidez voraz que consiguió que a BaekHyun le temblasen las piernas. Termino de quitarse la camisa y lo levantó en brazos con facilidad, recostándolo en el sofá mientras deslizaba la lengua en su boca con erótica precisión, separándole sin detenerse sus tonificadas y esbeltas piernas, para así explorar lo que se encontraba oculto tras la ropa interior.

 

Sin dejar de acariciarlo entre las piernas, le subió la camiseta y luego mordió suavemente un pezón; y mientras él continuaba jugueteando con éste, el menor arqueó las caderas, sollozando gemidos entrecortados, tremendamente consciente de todos sus movimientos y de su apasionada respuesta. Las sensaciones se concentraban en su miembro que ya se encontraba duro, caliente. Él le subió las rodillas, le bajó los pantalones deportivos y luego la ropa interior, diciéndole con evidente placer que le resultaba muy excitante como su cuerpo respondía, encajando con el propio.

 

La erección que tenía le impedía quedarse quieto. El más joven se sostuvo de los hombros del mayor y tiró de su cuerpo, para que los roces aumentasen, guiado por una necesidad tan potente, un instinto que lo consumía.

 

—No pares… —rogaba él frenéticamente cuando el banquero levantó su cabeza, mostrado una arrogante sonrisa.

 

—Tenemos que dejar claras un par de cosas… —le susurró gravemente

 

—¡Ahora no!

 

—Se acabaron esas tonterías de que somos amigos y nada más —determinó ChanYeol con voz ronca mientras tiraba del menor hacia el borde del sofá —. No quiero hablar más de deber, ni de amor. Quiero que esto sea puro placer para los dos.

 

BaekHyun no quiso pensar en lo que él le decía. Su cuerpo ardía por las caricias que el mayor le daba, con un fuego que lo consumía. Sabía que su conciencia le haría después pasar un mal rato, pero estaba dispuesto a pagar por ello. La boca del mayor descendió desde su cuello, trazando un camino húmedo por sus pezones, ombligo, para llegar finalmente a su sexo, que se alzaba frente a él, provocando al más bajo cuando acercó su boca, y sopló ligeramente frente a su erección. Cuando decidió dejar de torturarlo, sus labios cubrieron la punta del pene, obteniendo la reacción instantánea de parte de su compañero

 

—Por todos los dioses… —gimió el de cabellos rojizos.

 

La lengua de ChanYeol comenzó a recorrer toda la erección, pasando por todo el glande, dándole una especial atención, succionando desde ahí. BaekHyun puso sus manos en la cabeza del contrario, a modo de sostener el placer que sentía, e inconscientemente empezó a cerrar las piernas; en aquel momento el banquero tomó ambas, colocándolas sobre sus hombros, logrando así tener un mejor acceso a la entrada, para empezar a dilatar con su dedo índice. Con su otra mano empezó a abrir un tubo de vaselina que encontró cerca; agradeció que existiera como producto multiusos, que debían también utilizar sus hijos. Añadió dos dedos más de forma paulatina, tanteando que estuviese lo suficientemente preparado para no lastimarlo, continúo succionando el miembro, a fin de distraerle e incrementar el placer que seguro debía estar experimentando.

 

—Basta… Te necesito…. —no pudo finalizar la frase, pues el banquero aceleró el ritmo, con el fin de sentir el líquido caliente llenar su boca, para posteriormente tragarlo.

 

—Te tengo. Estamos juntos —le dijo el mayor con voz triunfal, cargada de deseo, incorporándose y besándole de forma lenta y apasionada.

 

Se separaron lentamente, observando cada uno de los movimientos que el contrario realizaba. El banquero aprovechó esa oportunidad para retirar de su camino apenas la ropa necesaria, aquella que representaba un estorbo y se interponía entre él y el placer; nuevamente recostó a BaekHyun, quien no perdía detalle del musculoso cuerpo del mayor.

 

 ChanYeol se acomodó de mejor forma sobre el cuerpo del más joven, envolviendo cada una de sus piernas alrededor de su cuerpo, facilitando así la penetración. Procuró ir lento, buscando no causar dolor.

 

El apasionado joven no resistió aquel ritmo parsimonioso, así que valiéndose de un audaz movimiento de sus piernas, logro que el mayor llegase profundo dentro de él, cosa que arrancó un intenso gemido de ambos.

 

Al inicio las embestidas fueron lentas y profundas, para luego tomar un ritmo más rápido, más duro, más caliente; consumiéndolos en el calor del momento. El banquero sostenía por las caderas a BaekHyun, intentando que sus cuerpos se fundiesen, mientras sus labios volvían a buscarse, una y otra vez, haciendo sus caricias más intensas.

 

—¡Mmh! ¡Aah! —el menor sentía su visión nublada a causa del inmenso placer, mientras sentía la respiración del más alto en su cuello, junto a besos y ligeras succiones en su piel —¡Más! ¡ChanYeol! —gimió más fuerte al sentir como su miembro volvía a ser estimulado.

 

—No dejes de mirarme —susurró de forma profunda el banquero —. Mírame —en esta ocasión logró que sus miradas se encontraran, sabía que estaban cerca.

 

Continuaron perdiéndose en las sedosas y calientes profundidades de aquel momento. Lo que siguió fue la excitación más ardiente y salvaje que había experimentado en su vida; un gozo que coronó en un intenso clímax.

 

—Ah, lo necesitaba —confesó ChanYeol un rato después, mientras los dos seguían abrazados, buscando un exigente beso apasionado que demostraba una avidez inusitada; se echó a reír con sensualidad al ver que el menor lo miraba con incredulidad —. De verdad que lo necesitaba, agapi mou… Y necesito tanto más…

 

Lo levantó en brazos, sacándolo de la habitación.

 

—No… Los niños…

 

—Nuestros niños han salido a la calle antes de que empezaras a gritar de placer —ChanYeol empezó a besarlo en la oreja con erotismo, provocando en él leves gemidos de placer.

 

—No he gritado —murmuró cuando él era dejado sobre la cama.

 

—Esta vez gritarás —con suma arrogancia, ChanYeol  le acomodó en su cama —. Deja que te vea bien —dijo al ver que él trataba de cubrirse —. Ya soy mayor. Puedo mirar todo lo que quiera. Eres tan hermoso…

 

El más bajo frunció el ceño.

 

—No lo soy.

 

—Para mí sí —le dijo él de forma honesta mientras admiraba su cuerpo definido y delicada piel, con éxtasis, preguntándose vagamente por qué aquel era el momento de mayor erotismo de su vida.

 

—De verdad que no lo soy.

 

—Tal vez seas menudo, pero eres proporcionado; todo en tu cuerpo es armonía. El color de tu pelo es sorprendente, tienes la nariz respingada, perfecta para tu rostro. Me gustan tus ojos, y el tono rojizo que se vislumbra en ocasiones, y tu boca me fascina muchísimo, como son tus manos, y como me acarician —susurró ChanYeol mientras terminaba de desnudarse con rapidez.

 

—¿Qué más?—dijo el de cabellos rojizos, viendo su emoción al describirle.

 

—Eres tan natural…

 

Su mirada sensual le devoraba con sencilla frescura. Volvió a juntar sus cuerpos, provocando que sus sexos rozasen, provocando espasmos de placer en ambos, mientras empezaba a acariciarle el torso.

 

—No tienes nada artificial, no te has hecho ninguna cirugía. La mitad de las veces ni siquiera usas tus delineadores de ojos.

 

—Todo es tan sensual contigo, tan físico —murmuró BaekHyun con voz temblorosa.

 

—Te acostumbrarás a ello, y aprenderás a disfrutarlo.

 

Él le succionó un pezón, provocando un gemido profundo en el cuerpo contrario. Aquella reacción le hizo sonreír con aprobación y dejó que su boca sensual mordisqueara la piel delicada de su cuello, mientras continuaba acariciando su torso y abdomen.

 

—Pero podría haber tanto…

 

—No…

 

ChanYeol se inclinó sobre él.

 

—Esta vez lo haremos a mi manera; primitivo, nada complicado…

 

BaekHyun sintió ganas de llorar, se negaba a creer que la relación con SooYoung se hubiera basado sencillamente en el sexo, no quería menos que amor. Él había amado a su esposa. Jamás le amaría a él del mismo modo. Cuando en Irlanda le había dicho que le amaba, había sido rechazado a la velocidad de la luz, porque su confesión le había disgustado tremendamente.

 

ChanYeol sintió que el más bajo se ponía tenso, tratando de poner distancia entre ellos, y eso no le gustaba. Le besó y abrazó con fuerza, utilizando cada recurso erótico de su repertorio para mantenerle cerca.

 

Le hizo el amor de nuevo, y luego otra vez, hasta que el menor quedó tan adormilado que apenas podía mantener los ojos abiertos. Era como si no pudiera saciarse de aquel menudo cuerpo. A pesar del dolor que sentía en el fondo de su corazón, no podía evitar sentir emoción por la pura fuerza de su deseo.

 

Estaba también medio dormido cuando se dio cuenta de que él no estaba a su lado. Con el pelo negro aún húmedo de la ducha, ChanYeol se estaba ajustando la corbata de seda, totalmente vestido ya.

 

—¿Te marchas? —le susurró desde la cama con sorpresa.

 

—A una reunión que reemplazará a la que me he perdido antes. Debo estar en Roma mañana, y de allí me voy a Hong Kong —dijo mientras observaba como un halcón su reflejo en el espejo.

 

Una enorme consternación le invadió.

 

—¿Cuándo volverás?

 

El banquero aspiró hondo, preguntándose por qué su evidente inquietud por su marcha le provocaba una subida de adrenalina. El de cabellos rojizos no quería que él se marchara, y no podía ocultarlo. Las personas dependientes le dejaban frío, le repelían. Pero cuando BaekHyun demostró su disgusto ante la idea de tener que pasar sin él, ChanYeol sintió el calor de la satisfacción en su interior.

 

En realidad, se sintió feliz. Se cuestionó por qué le provocaba tales emociones, pero inmediatamente reconoció con alegría que era muy bueno para la estabilidad de sus hijos que él se sintiera así.

 

—No estoy seguro. Llamaré…

 

BaekHyun asintió de forma mecánica, como una marioneta.

 

—¿No te gusta esto? —ChanYeol le dirigió una sonrisa, deseando mentalmente que le siguiera la corriente y se comportara con más ánimo —. Nada de estrés, nada de nerviosismo. Así es como yo quiero que sean las cosas siempre entre nosotros, kardia mou.

 

Cuando él se marchó el apartamento quedó en silencio. BaekHyun sintió una tensión en la garganta al pensar en cómo quería él que fueran las cosas siempre entre ellos: mucho sexo, sin amor, sin compromisos, sin exigencias. A él se le veía mucho más feliz que cuando le había propuesto matrimonio. ¿Y por qué? Sentía que había asentido a sus condiciones y, sin saber muy bien cómo había ocurrido, parecía como si él hubiese accedido con ello a ser su amante. Se le llenaron los ojos de lágrimas. Pero no quiso echarse a llorar, y trató de analizar cómo diablos había ocurrido eso; y sobre todo, qué pensaba hacer al respecto…

 

 

 

Notas finales:

Aquí una nueva actualización, con buenas novedades (espero entiendan), cada vez queda menos de esta historia, no diré exactamente cuanto, pero poco queda para la etapa final.

Pero por el momento a disfrutar de esta historia.

Si tienen dudas, consultas, saludos les responderemos (por ejemplo el término abbi, tiene su breve historia).

 

Por lo pronto hasta aquí.

Nos estamos leyendo...


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