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Casi Efímero por gravitycb

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Capítulo 15

 

 

Con una sonrisa poco frecuente en los labios y una caja bajo el brazo, ChanYeol entro en el ascensor que correspondía al apartamento donde vivían BaekHyun y sus hijos. Aunque personalmente detestaba las sorpresas, al más joven le encantaban; y por ello estaba deseando ver la cara que pondría cuando se diese cuenta de que estaba de regreso treinta y seis horas antes de lo previsto. Había trabajado largas horas de forma continua para conseguirlo.

 

Resultaba irónico que supiera exactamente lo que le gustaba al de cabellos rojizos. Mucho después de separarse de él, a menudo se había sorprendido a sí mismo viendo algo y pensando que le habría gustado, ya fuera un paisaje, una canción, una prenda de ropa o un chiste. Tal vez fuese por su habilidad para escuchar mejor que la mayoría de los hombres, o porque tenía una excelente memoria. O quizás era muy observador. Pero cuando había estado con BaekHyun en Irlanda le había encantado hacerle regalos, y observar la expresión de deleite en sus grandes ojos castaños.

 

No había comprado ni tarjetas bonitas, ni libros, ni ninguna cosa que pudiera hacer que él lo acusara de engaño. De modo que había optado por un hoodie de una reconocida firma de lujo, un colgante de platino y diamantes con la inicial B, que había comprado en la joyería más costosa y famosa del mundo.

 

Abrió la puerta del apartamento con su llave, sorprendiéndose enseguida al oír el ritmo de una música animada, lo suficientemente alta como para sacudir las paredes. No se había dado cuenta antes de que BaekHyun fuera un fan de la música rock, pero se alegraba al menos de saber que estaba en casa. Fue directamente a la sala de estar. No estaba allí, pero una botella de champán vacía era señal de que tenía invitados. ¿Pero dónde?

 

En el pasillo que conducía al resto del apartamento, vio una prenda de ropa en el suelo de piedra caliza. Frunció el ceño extrañado. Era una camisa morada de hombre, y no reconocía aquella como una de las suyas. En el mismo instante que hizo esa deducción fue como si el mundo entero girase en ciento ochenta grados. Empezó a sudar y se puso rígido. El incesante ritmo de la música parecía crecer como las aguas revueltas de sus emociones. Detrás de una puerta, oyó unos llantos que eran más fuertes que la música. Eran SeHun y LuHan, llorando desolados, sin nadie que los confortase.

 

Aunque el instinto lo empujaba a ver cómo estaban, su mirada brillante y salvaje estaba fija en la puerta que tenía en frente y que se abría directamente al dormitorio donde dormía BaekHyun. Llegó a la puerta y vio una pareja desnuda en la cama. Reconoció primero a Kris Wu, y estaba a punto de arrancarlo de la cama cuando se dio cuenta de que la persona que estaba en la cama no era BaekHyun, sino HeeYeon, la niñera. El asco y el alivio se combinaron en su interior con tanta fuerza, que a ChanYeol empezó a darle vueltas la cabeza. Cuando apagó el equipo de música, vio un polvo blanco en la mesa de noche y un billete enrollado. Se puso pálido de repugnancia.

 

—¡La fiesta ha terminado! ¡Salgan de aquí antes de que llame a mis hombres de seguridad para que los echen!

 

Kris intentó disculparse en griego, pero ChanYeol le cortó y le dijo que, si no se largaban enseguida, avisaría a la policía.

 

Entró en el cuarto de los niños y al ver sus rostros sofocados, se dio cuenta de que llevaban llorando más de un par de minutos. Desprovistos de su confianza habitual, los niños estaban sollozando y penosamente agradecidos por verlo.

 

Lo cierto era que se sentía muy raro, como si estuviese enfermo, sus manos temblaban, y todo su cuerpo sentía aquel cumulo de emociones. Por alguna inexplicable razón no dejaba de revivir el repugnante instante en el que había pensado que BaekHyun era quien estaba acostándose con otro, engañándolo, traicionándolo…

 

Uno de los mellizos sollozó, sacándole de su ensimismamiento. BaekHyun no se había metido en la cama con nadie, se recordó con fiera exasperación. Más tarde, estaría con él en la cama, en su cama de Upper Fairfield. No pensaba negociar más con el menor. Había sido muy paciente, pero a partir de entonces se ocuparía él de la situación como debiera haber hecho desde el principio.

 

Después de lavarse las manos y refrescarse, miró a sus hijos. Se habían quedado sin niñera. ¿Y dónde estaba BaekHyun? Podría llamarle. O podría cuidarlos él. Con el disgusto que se habían llevado los niños, pensó que se ocuparía personalmente de ellos, y así no afectarlos más.

 

Dos horas después, llamó a JongIn para fuese en el vehículo con las sillas de bebés y le ayudase a bajar a los niños al BMW X7.

 

—No me preguntes nada —le dijo ChanYeol al hombre cuando le pasó a SeHun, que simplemente llevaba puesto un pañal e iba envuelto en una manta manchada de chocolate.

 

Su hermano estaba en un estado similar.

 

Cuando los niños estuvieron seguros en sus sillitas del automóvil, el banquero respiró hondo y se relajó por primera vez en dos horas. Al momento se quedó dormido. El vehículo había recorrido bastante camino en dirección a Upper Fairfield antes de que ChanYeol ocupase su teléfono móvil para llamar al abbi de los mellizos.

 

 

 

 

∞∞∞∞

 

 

 

 

—Eres un buen chico —Dianthe Park le apretó la mano a BaekHyun con afecto —. Espero que consigas ese empleo.

 

—¿Aunque ChanYeol se ponga hecho una furia? —cuestionó suavemente.

 

Esa mañana, BaekHyun había tenido una entrevista para un puesto de asistente en una inmobiliaria de categoría. Después, se había reunido con Dianthe para acompañarla al dentista, ya que a la mujer le daba mucho miedo ir sola. Después del dentista, habían almorzado juntos y se habían ido de compras.

 

—Un poco de algo que no le guste le viene bien —le dijo su abuela alegremente —. ¡Mira que decirte que se quiere casar contigo porque es su deber! Toda esa educación, y te dice eso. Es lógico que dijeras que no. Es un Park, un banquero. Te presentará una oferta mejor.

 

—Ya veremos…

 

Mientras le daba un beso a la mujer en la mejilla, BaekHyun le prometió que pronto iría a almorzar a su casa con los niños y se marchó.

 

Cuando ChanYeol le llamó, estaba entrando en su apartamento.

 

—¿Qué quieres decir con que los niños no están aquí? —cuestionó con preocupación

 

Con unas cuantas frases, el banquero hizo un resumen de la escena que había interrumpido horas antes. A BaekHyun se le encogió el corazón; llevaba todo el día fuera de casa y se sentía culpable.

 

—HeeYeon me parecía tan agradable… —murmuró con turbación.

 

—Tristemente, eso no significa que fuese responsable. En retrospectiva, tal vez era demasiado joven para una responsabilidad así.

 

Después de asegurarle que LuHan y SeHun estaban bien, ChanYeol sugirió que hiciera una maleta con lo necesario para que los niños y él pasaran el fin de semana en Upper Fairfield.

 

—¿Me culpas por esto? —susurró el menor.

 

—No. Pero no dejaré que vuelta a ocurrir, kardia mou.

 

Mientras hacía la maleta, BaekHyun se preguntó qué habría querido decir con ese último comentario. ¿Acaso no había sido él quien había contratado a HeeYeon para el puesto?

 

Cuando salía del apartamento, vio la bolsa con sus regalos y los abrió. Se puso el colgante con los ojos llenos de lágrimas. Estudio el hoodie con expresión soñadora, le encantaba utilizarlos, agradecía que el contrario lo notase y lo guardó en la bolsa de fin de semana, además de los juguetes que el banquero había comprado para los niños.

 

Cuando llegó a Upper Fairfield, lo primero que hizo fue ir a ver a sus hijos, que dormían ya en sus cunas. Tal vez sus preocupaciones fueran exageradas, pero era consciente de que podría haberle ocurrido algo más grave a los niños.

 

ChanYeol estaba en la biblioteca, hablando por teléfono, y cuando él entró, le hizo una señal para que esperase un poco.

 

—SeHun y LuHan parecen estar bastante tranquilos a pesar de toda la emoción —le confió el más bajo.

 

—No habrías dicho eso de haberlos visto cuando llegamos aquí —reconoció el banquero con pesar —. Me quedé con ellos un par de horas en el apartamento y no dejaron de llorar.

 

—¿Por qué no me llamaste? Habría venido directamente a casa.

 

—Pensaba que vendrías antes y… Bueno, soy su padre —encogiéndose  de hombros —. Creí que podría cuidarlos solo durante una hora o dos. El orgullo me puede. Pero reconozco que no fui capaz.

 

—Bueno… Al menos lo intentaste —respondió BaekHyun, llevándose la mano al cuello —. Ah, me encanta el colgante… Es precioso, ChanYeol. Ojalá hubiese estado en casa cuando llegaste.

 

El mayor le estudió, deleitándose con su apariencia y con su vestimenta. Era una pena que tuviera que decirle algo que estropearía el momento.

 

—En este momento tenemos algo mucho más imperativo que considerar —dijo ChanYeol muy serio —. He tratado de llevar esta relación bajo tus condiciones, y no está funcionando.

 

—¡Me culpas a mí! ¿No crees que ya me siento bastante mal? Me advertiste sobre Kris y no te hice caso… Y él ya me había dicho que estaba detrás de HeeYeon…

 

—¿Lo sabías entonces? Pensaba que estaba interesado en ti.

 

 

 


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