Capítulo 18
—Después de SooYoung… no estaba listo para comprometerme. Te conocí demasiado pronto. Me sentí culpable. Eras joven e inexperto…
—¿Y desde cuándo te fijabas en eso?
—¡Eres la única persona que ha sido virgen con la que me he acostado en mi vida! —gimió furiosamente —. ¿Si te hubiera llevado conmigo, qué habría hecho entonces contigo?
BaekHyun arqueó una ceja sin sentir vergüenza alguna.
—Ah, estoy seguro de que se te habría ocurrido algo.
—El único futuro que podría haberte ofrecido habría sido de amante… Por eso corté contigo.
—¿Por qué no reconoces la verdad? —dijo el más bajo con sarcasmo —. Te dije que te amaba, y la verdad te repugnaba tanto que te marchaste del país.
A ChanYeol le inquietaba que tuviese tanta perspicacia; sobre todo porque ni él mismo había comprendido su reacción en ese momento.
Mientras él decía eso, BaekHyun se sorprendió por su nivel de amargura y de pronto se sintió avergonzado por lo que acababa de decir. ¿A qué estaba jugando? El pasado, estaba atrás, nada podía modificarlo. Algunas cosas era mejor no removerlas. ChanYeol había tenido una aventura con él mientras aún lloraba la muerte de SooYoung, y lo mejor que podía hacer, era aceptarlo y avanzar.
Arrepentido, le quitó el estuche y un momento después tenía el anillo puesto.
—Gracias… es precioso —dijo en tono algo seco.
ChanYeol pensó en comentar algo sobre su repentino cambio de actitud, pero finalmente decidió que aquel era un día muy importante para él, y que seguramente BaekHyun estaría un poco nervioso.
Le ofreció una copa y después se limitó a conversar sobre otras cosas, de tal modo que llegaron a Upper Fairfield, donde se celebraría el banquete, sin darle oportunidad de que el menor pronunciase ninguna palabra controvertida.
Los novios y padrinos pasaron al vestíbulo para saludar a sus invitados, que iban entrando al salón. BaekHyun vio a ZiTao y se puso tenso, esperando que su amigo evitara llamar la atención del novio. Tristemente, no iba a ser así. El que fue su amigo, que nunca había sido nada discreto, parecía empeñado en conocer a ChanYeol. Se paro delante de él, y no le dejó otra elección más que presentárselo a su ahora esposo.
—ZiTao Huang… —murmuró ChanYeol, sin expresión alguna en el rostro.
—Hice de celestino entre ustedes dos —dijo el joven con desfachatez —. De no haber sido por mí, tal vez BaekHyun y tú no se habrían vuelto a juntar.
Cuando ZiTao continuó, el más bajo no se atrevió mirar a ChanYeol. El banquero inclinó la cabeza con orgullo e intercambió unas palabras en voz baja con JongIn.
—No puedes pedirle a ZiTao que se marche —le susurró BaekHyun enfadado, temiendo que ésa fuera su intención —. Iba a decirte que lo había invitado…
—No es cierto —le respondió él con frialdad —. Esperabas que no lo viese entre tanta gente, pero una persona tan vulgar es difícil de obviar.
—¿Qué le has dicho a JongIn?
—Que lo vigile… Y a la vajilla de plata.
—¡Muchas gracias!
Cuando habían entrado todos los invitados y BaekHyun estaba a punto de entrar en el salón, se dio cuenta de que el enorme retrato de SooYoung había sido retirado de las escaleras y un par de preciosos paisajes ocupaban su lugar.
—¿Qué hiciste con el retrato de SooYoung? —preguntó desconcertado.
ChanYeol le miró sorprendido.
—Mandé quitarlo.
BaekHyun estuvo a punto de darle las gracias, pero prefirió callarse para que él no se diera cuenta de lo mucho que le había molestado ver el retrato hasta ese día.
Se reunió con sus hijos, jugando un rato con ellos, hasta que llegó el momento de sentarse a la mesa nupcial con los padrinos y el novio.
Disfrutó de un par de copas de champán antes de que ChanYeol le sacara a bailar. Cuando él lo estrechó contra su cuerpo fuerte y esbelto, el menor se estremeció un poco. De pronto se sentía muy consciente de su potente masculinidad y del tiempo que hacía que no estaba tan cerca de él. Sus sentidos estaban captando cada sensación, el suave aroma de su piel envolviéndolo, provocando que estuviese un poco nervioso al sentir el calor sensual enroscándose en su organismo.
Una canción dio paso a la siguiente, ChanYeol acercó su rostro hasta el cuello del más bajo, percibiendo su aroma, para posteriormente depositar un beso en su mejilla, y mirarle con los ojos entrecerrados, cargados de deseo.
—Estoy deseando estar a solas contigo. Mi abuelo no me dejó ir a verte anoche para charlar —concedió con voz ronca —. Claro que yo no estaba pensando mucho en hablar…
Él sintió como su rostro se ruborizaba de inmediato. No sabía qué decir, y se quedó totalmente desconcertado cuando él agachó la cabeza y saboreó sus definidos labios con una sensualidad embriagadora que lo dejó turbado y tembloroso.
ChanYeol se echó a reír al oír los aplausos de los presentes. Lo miró y le acarició suavemente su mejilla con una de sus manos.
—Más tarde… viviremos una noche de bodas que no olvidaremos jamás, glikia mou.
BaekHyun bajó la vista. ¿Por qué se sentía culpable? ChanYeol era su marido, y naturalmente deseaba tener un futuro junto a él, pero tenía que ser uno compartido por ambos, en el que fuese más que el abbi de los mellizos y la persona que lo acompañaría en su cama. Tal vez jamás le amara, pero estaba empeñado en que aprendiera a tratarle de igual a igual, en que lo respetara.
A medida que iba transcurriendo la tarde, BaekHyun se sorprendió, se dio cuenta de que al menos en público ChanYeol le trataba con respeto. Jamás se había mostrado tan atento con él, y en ningún momento le dejó solo mientras pasaban de un grupo a otro para charlar con los invitados.
Nicos fue con el menor un rato después, mientras éste último ayudaba a la niñera nueva, una responsable mujer de unos cuarenta y tantos años, para hacer dormir y acostar a los niños.
—Dianthe está tan emocionada de que SeHun y LuHan se vengan con la niñera a pasar una semana a nuestra casa. Tenemos tantas cosas planeadas para hacer con ellos. Cuando se despierten, nos los llevaremos.
—Voy a echarlos de menos —le confió BaekHyun con pesar —. Pero la verdad es que una semana pasa rápido.
La pareja pasaría la noche de bodas en Upper Fairfield, y se marcharían al día siguiente a pasar la luna de miel a Grecia.
—Una semana para que los mayores disfruten de estar recién casados y solos —Nicos Park le miró con cariño y aprobación —. Casi me había dado por vencido, pero le has cambiado la vida a mi nieto.
—Se la he vuelto del revés —comentó BaekHyun con pesar.
—ChanYeol merece un matrimonio normal y una vida en familia. Nos sentimos verdaderamente felices por los dos —le dijo el adulto mayor emocionado.
Cuando bajaba, pensó en las palabras de Nicos. ¿Habrían sido una crítica solapada al primer matrimonio de su nieto? Tal vez, una referencia a la esterilidad de SooYoung. Los niños, después de todo, eran algo muy valorado en la cultura griega. Pero seguía un tanto sorprendido, el comentario podía tener esta segunda interpretación un tanto desagradable, lo que se contradecía con la imagen que tenía del abuelo de ChanYeol; Nicos Park era una de las personas más amables y con más tacto que había conocido en su vida.
JongIn se acercó al más joven.
—ZiTao Huang está sacando fotos con el teléfono móvil.
—¿Estás seguro?
El otro asintió.
—¿Lo… sabe mi marido?
—El señor Park dijo que usted querría ocuparse de ello.
Sintió que se le formaba un nudo en el estómago, pero acompañó a JongIn al salón, donde se enfrentó a su amigo. Éste se echó a reír cuando le recordó que en su invitación estaba de forma explícita la prohibición de sacar fotografías. El teléfono móvil de ZiTao era un modelo muy moderno, y BaekHyun sospechó que lo había llevado adrede para invadir su intimidad y la de los demás invitados. ¿Estaría ya esperándolo algún periódico para que les llevara las fotos?
ZiTao no necesitó mucho para empezar a presumir de las fotografías que ya había tomado, y BaekHyun se quedó horrorizado al ver que tenía imágenes de los mellizos y de varios invitados famosos. Sin embargo, cuando el recién casado le entregó el teléfono móvil a JongIn para que eliminase el contenido audiovisual, el joven perdió los estribos, agradecía que la situación fuese manejada con prontitud por el jefe de seguridad, quien ya tenía un automóvil esperando para llevarse al furioso invitado a la estación de tren. Sus vengativos comentarios finales le hicieron a BaekHyun más daño que cualquier otra cosa, y le preocupó que al día siguiente apareciera algún artículo en el periódico. ¿Habría conseguido enviar ZiTao alguna foto antes de que JongIn las borrara?
ChanYeol no dijo nada. Ajenos a lo que había sucedido, Nicos y Dianthe se marcharon un rato después con la niñera y los mellizos. Luego se marcharon MinSeok y JongDae. Su abbi y su padre pensaban pasar una semana en Londres visitando a algunos amigos y familiares antes de regresar a Nueva Zelanda.
Muy pronto el zumbido de los motores de los automóviles y helicópteros señaló la partida de los invitados, y la tensión del menor comenzó a aumentar. BaekHyun sentía como poco a poco le iban abandonando las fuerzas.
En el descanso que conducía al piso superior, ChanYeol se volvió hacia él y lo levantó en brazos.
—¿Pero qué estás haciendo? —gimió BaekHyun.
—Me encanta pensar que eres mío, solamente mío, todo mío… —dijo ChanYeol mientras avanzaba por el pasillo hacia el dormitorio nupcial, donde destacaban tantos pétalos de rosas Juliet y diferentes tipos de flores que BaekHyun se quedó asombrado cuando el banquero le depositó en el suelo —. Dianthe hizo traer floristas de Grecia. Se empeña en hacerlo todo según la tradición. Es una prueba de su afecto por ti. Pero le dije que no se molestara en echar a un bebé sobre la cama…
—¿Cómo dices? —dijo el más joven en tono desfallecido.
—Es otra tradición. Pero la fertilidad no es un problema para nosotros —se echó a reír con sensualidad mientras lo envolvía de nuevo con su musculoso cuerpo —. Me encantan nuestros hijos, pero antes de aumentar la familia quiero a mi precioso esposo para mí solo una buena temporada —le susurró en tono ronco.
Entre sus brazos fuertes, BaekHyun se sintió en peligro. Tuvo que apartar la mirada de la cama, que había sido transformada en una especie de jardín romántico cargado de flores. Todo era tan precioso… Pero había llegado el momento de decirle lo que tenía pensado, aunque sabía que él acabaría odiándole.
BaekHyun se apartó de él y retrocedió unos pasos.
—ChanYeol, tengo algo que decirte… No voy a acostarme contigo esta noche… Pero por favor no te enfades.
El banquero se quedó estático y le miró con gravedad.
—Es nuestra noche de bodas… ¿Por qué has decidido que no quieres acostarte conmigo?
El más joven junto sus manos, apretándolas con fuerza.
—Porque me chantajeaste para que me casara contigo, no puedo simplemente olvidar aquello, eso estuvo mal.
—Quería casarme contigo, y decidí abrirme camino entre tanta… tontería —ChanYeol seleccionó esa palabra con cuidado —. Y aquí estamos, casados y con toda la vida por delante. Por favor, no me digas que planeas destruir todo eso.
BaekHyun hizo un leve gesto con la mano, percibiendo la tensión que había entre ellos.
—No planeo destruir nada…
—Entonces, ¿por qué darme motivos para que nos divorciemos en nuestra noche de bodas? —le preguntó ChanYeol lleno de rabia —. ¿Qué es todo esto, BaekHyun?