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Casi Efímero por gravitycb

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Capítulo 20

 

 

Deseaba estar solo, y él estaba seguro de que no le había sido posible hacer eso estando con aquella mujer. Era lógico que recelara del amor de una pareja, de los compromisos y exigencias después de una experiencia tan negativa. Había perdido varios años de su vida con una mujer profundamente inestable, y sin embargo se había comportado con mucho honor. Se sorprendió al darse cuenta de que lo amaba aún más por no haber abandonado a SooYoung. Sin embargo, al no querer confiar su tragedia a sus abuelos había aumentado su angustia.

 

Pasado un rato BaekHyun se fue a la cama, pero dejó la luz de la lámpara encendida para que él la viera por debajo de la puerta. Una hora después, le escuchó entrar en la casa. Al momento percibió el leve ruido de la ducha y esperó un poco para ver si el mayor iba a su habitación.

 

Permaneció recostado en la cama, pensando en ChanYeol y en el estado de su matrimonio, la conclusión no era nada buena, concluyó con temor. Finalmente, él le había hablado de SooYoung, y el menor entendía mejor muchas más cosas. Al comprometerse a un segundo matrimonio, había puesto más fe en ello de lo que él jamás podría haber comprendido y apreciado.

 

Las exigencias y los enfrentamientos no parecían una recompensa muy justa para lo que el mayor había hecho. Y estaba claro que su esposo no estaba a punto de ir a su dormitorio. Aunque no era de extrañar, teniendo en cuenta que el más joven le había dicho que no pensaba acostarse con él.

 

Decidido de ir a su encuentro, BaekHyun se levantó de la cama de un salto,  antes de poder arrepentirse. ChanYeol estaba recostado en su cama, mientras sostenía en sus manos su teléfono inteligente, parecía leer algo, con la sábana cubriéndole de cintura para abajo.

 

La luz de la luna revelaba el brillo de sus ojos, totalmente abiertos al ver quién había ido a su habitación, mientras éste se apoyaba contra la puerta, con el corazón acelerado.

 

—Yo quería decirte…

 

—¿En qué puedo ayudarte? —le preguntó él, pausadamente.

 

Afortunadamente, la oscuridad ocultaría sus mejillas sonrojadas.

 

—Quiero sexo —balbuceó.

 

ChanYeol disimuló una sonrisa victoriosa. Las penas compartidas eran menos tristes.

 

—Ven aquí… —hundiendo su mano entre los cabellos del más joven, lo besó ardientemente, recibiendo un gemido de placer en respuesta.

 

—No soy capaz de pensar en nada, ni nadie, salvo en ti, kardia mou.

 

Deslizó la lengua provocativamente entre sus labios, mientras le quitaba la parte superior del pijama.

 

—Ni yo… —todo su ser temblaba ya de anticipación.

 

ChanYeol hizo una pausa para alejarse levemente del cuerpo contrario y así poder observarlo.

 

—Prométeme que te pondrás mañana tu traje de novio para que yo pueda quitártelo…

 

BaekHyun lo miró algo confundido, pensando que debía de haberle oído mal.

 

—No lo he traído.

 

—Mandaré a pedirlo —lo abrazó contra su pecho musculoso —. Entonces, esposo mío… ¿te vestirás para mí si te lo pido?

 

—Sí…

 

—Tramposo —susurró con voz ronca —. ¿Cómo puedes llamar sólo sexo a algo tan sublime?

 

Tan excitado que no podía ya pensar coherentemente, BaekHyun cerró los ojos al ser asaltado por unos labios exigentes, y se deleitó con la oleada de su ardiente pasión.

 

Pasó de estar solo, hundiéndose en todos aquellos pensamientos e incertidumbres, a estar determinado en romper aquella pared que los separaba. La vida les había dado una nueva oportunidad, podían ser una familia.

 

—ChanYeol… —susurró con pasión, mientras con su mano izquierda acariciaba el rostro del mayor, notando como su anillo de matrimonio resaltaba en aquel instante.

 

—Por todos los dioses —admirándolo de una forma intensa, arrolladora, quitándole los pantalones cortos que estaba usando, dejándolo totalmente desnudo, mientras con sus manos recorría el cuerpo contrario, comenzó besando suavemente sus labios descendiendo hacia su barbilla, llegando a su cuello donde succionó la piel, dejando un camino de marcas hasta su pecho.

           

BaekHyun, determinado, hizo un cambio de posiciones, recostando a su ahora esposo en la cama, situándose sobre sus caderas, recorriendo suavemente con sus manos el cuerpo contrario, hasta llegar al pantalón para dormir que estaba usando el mayor y retirárselo, para tomar el miembro de su esposo comenzó a estimularlo con su mano primero de forma suave, para luego alcanzar un ritmo más anhelante, mientras se besaban intensamente.

 

El banquero se incorporó sentándose en la cama, teniendo al de cabellos rojizos a horcajadas en sus piernas, acariciándose y reconociéndose mutuamente sin reservas, estimulando el miembro del menor al mismo ritmo que éste marcaba en su cuerpo.

 

—¡Ah! —exclamó al sorprenderse del cambio de posición. En un movimiento se encontraba boca abajo, siendo acariciada su espalda por la boca de ChanYeol, mientras con sus manos recorría sus caderas y muslos. Por un instante sintió el vacío de la ausencia cuando su amante se apartó de él, más casi de inmediato fue recompensado con las grandes y ardorosas manos del mayor recorriendo su espalda, bañadas en aceite, inundando sus sentidos, cuando el sexy masaje se trasladó a la zona más íntima y erógena de su cuerpo. Él fue tan diestro y gentil, que ningún tipo de dolor le aquejó cuando los dedos de su hombre, uno a uno, lo llenaron por completo.

 

Agapi mou —susurraba el mayor, mientras veía como el contrario apretaba las sábanas, mientras sus gemidos iban en aumento, empujándose contra las sábanas buscando mayor fricción.

 

—Te necesito… Ahora —gemía BaekHyun —. Estoy listo, necesito verte.

           

En un suave movimiento ChanYeol le giró, acomodando las piernas del menor en su cadera, alineando su miembro en la entrada, comenzando a ingresar suavemente hasta que estuvo por completo dentro, cuando sus miradas se encontraron, compartiendo ese íntimo momento, comprendiendo que estaba bien comenzó un lento vaivén, cuya intensidad fue en aumento, hasta que retiró su miembro para luego empujarse dentro de él, la profunda estocada provocó que los gemidos fueran en aumento cada vez más, llevando sus manos debajo del cuerpo del más bajo, lo sostuvo y acercó sus cuerpos cada vez más, recibiendo como recompensa gemidos más altos. Unieron sus labios de forma anhelante.

 

—Chan… Yeol —gemía fuertemente, mientras se aferraba a los hombros y espalda del mayor, sintiendo como su entrada era llenada completamente, siendo estimulada en cada momento, y su punto g era golpeado una y otra vez, haciéndole gritar de éxtasis.

 

—Baek… Hyun —le susurraba, mientras una de sus manos descendía hasta su miembro, comenzando a masturbarle, marcando un ritmo constante y frenético, sabiendo que estaban cerca de terminar.

 

El ritmo era cada vez más rápido, siendo el primero en alcanzar el orgasmo el de cabellos rojizos, manchando ambos cuerpos, sintiendo la bruma del orgasmo y su cuerpo vibrar por el placer, escuchando como el banquero terminaba dentro de su cuerpo, llenándole con fuerza el interior.

 

Los brazos de ChanYeol sostuvieron en todo momento el cuerpo contrario, mientras salía suavemente de BaekHyun, acomodándolos en la cama, recuperándose de aquel momento.

 

 

 

 

∞∞∞∞

 

 

 

 

Cuatro semanas después, BaekHyun aparcaba su todoterreno en el puerto. Como había llegado algo temprano, sacó a SeHun y a LuHan de sus asientos y los sentó en la silla de paseo plegable que siempre llevaba cuando salía con ellos.

 

Ingresó a un restaurante familiar, pidiendo un refresco para él y fruta picada para sus hijos, y escogió sentarse junto a ellos en la terraza para disfrutar del sol del atardecer, del glorioso paisaje del mar y de la maravillosa sensación de relajación. Debía reconocer que a ChanYeol se le daban de maravilla las lunas de miel. Simplemente al saber que aún les quedaban cuatro semanas más de felicidad le entraban ganas de echarse a reír. Ellos ya habían salido de compras, a navegar y pescar, incluso salían varias noches a bailar.

 

La primera semana había sido de días llenos de sol, se habían reencontrado, una vez aclarado sus temores, con la verdad sobre ellos, dejando atrás un pasado que los separó; en la actualidad no habían podido, ni querido despegarse el uno del otro ni un momento. Jamás había vivido nada tan intenso; tampoco había pensado que pudiera sentirse tan cerca de él como estaban en ese momento, ni que él pudiera ser tan tierno y cariñoso. Lo mimaba todo el tiempo, con diferentes detalles y momentos. De noche le regalaba su amor de tantas maneras distintas, todas fascinantes. BaekHyun estaba seguro de que estaba más enamorado que nunca de ChanYeol Park.

 

Con la luz del sol calentándole la espalda, el más joven avanzó junto al cochecito de bebé doble por el muelle para ir a recibir a su marido, cuyo yate había visto entrar momentos antes en el puerto. Vestido con pantalones cortos y camiseta azul, el banquero descendió con agilidad de la embarcación. Con su rostro levemente bronceado y su cabello algo desordenado, parecía un apuesto pirata. Sintió aquella sensación en su interior que solamente aquel hombre, que era actualmente su esposo conseguía generar, provocando también que se quedase inmóvil para observarlo.

 

Mientras el mayor se acercaba, sus brillantes ojos negros le miraban con amor mientras agachaba la cabeza para besarlo con dulzura y pasión. Se apartó del más joven y bajó la vista con sorpresa, SeHun le tiraba del pantalón corto para llamar la atención.

 

—Estoy besando a su abbi… Compadézcanse de mí —dijo ChanYeol sonriendo, abrazando de nuevo a su esposo.

 

Consciente de las miradas de sus hijos, BaekHyun se retiró y fue al cochecito para darles un beso en la mejilla a sus hijos.

 

—¿Deseas hacer algo? —consultó el mayor

 

—Vamos a casa.

 

Después de dejar a los niños con la niñera, el banquero lo empujó entre risas a la habitación que compartían y cerró la puerta al entrar.

 

—ChanYeol… —protestó el de cabellos rojizos.

 

—Hay algo que quería decirte… —lo interrumpió él con tirantez —. Es culpa tuya que no te lo dijera en la noche de bodas.

 

—¿Decirme el qué? ¿Mi culpa? —bajando el tono de voz, consternado por la repentina tensión entre ambos.

 

Él bajó la vista y estudió el suelo con expresión seria.

 

—Me siento tan ridículo diciéndolo. Te quiero… ¿de acuerdo? —tomando una respiración profunda —. Me enamoré de ti en Irlanda, pero no quise reconocer, ni admitir que te amaba. Mis emociones eran tan fuertes que no pude creer que fuera normal sentir algo así.

 

BaekHyun pestañeó.

 

—¿Lo dices en serio? —murmuró con turbación.

 

—Sí... Es algo que te desequilibra.

 

—¿Qué te desequilibra?

 

—Allí estaba yo, tratando de olvidarme de un matrimonio infeliz, cuando te conocí. Quería recuperar mi vida, pensar solamente en mi trabajo, pero apareciste tú… Me desvié y adentré en un territorio que no sabía ni que existiera —reconoció en voz baja —. Yo, que todo lo planeo, me di cuenta de que contigo no había nada planeado. No reconocí de inmediato que era amor, pensé que era parte de mi duelo; tenía sentimientos encontrados después de la muerte de SooYoung, sentía culpa por sentirme aliviado, me sentí tanto tiempo atrapado en aquella relación: jamás pude amarla, y aún así tuvo todo mi apoyo, el de profesionales, pero nada fue suficiente; y luego de que falleció, sentí pesar y calma —respiró profundamente —. Luego te conocí a ti, fue todo tan nuevo y natural, eras con quién debía estar, pero no lo reconocí en ese entonces.

 

—Entonces me amabas ya —concedió, intentando asimilar lo que él le decía —. No es de extrañar que me sintiera tan mal cuando todo terminó. Me había sentido tan seguro de tu afecto hasta ese momento…

 

Él lo miró con devoción, agradeciendo encontrar alguien así, deseaba desde lo más profundo su comprensión.

 

—Cuando me dijiste que me amabas, sólo pude pensar en SooYoung. Y no porque me recordaras a ella en modo alguno. Pero su forma obsesiva… Sus confesiones de amor, que jamás pude corresponder, seguían angustiándome.

 

—Tal vez necesitaras tiempo para superar lo que había pasado con ella… ¿De verdad me ibas a decir que me amabas el día de nuestra boda?

 

—Tú lo fastidiaste... Me dijiste que la noche de bodas quedaba cancelada.

 

—Pero, ¿por qué no dejabas de insistir en que solamente nos unía el sexo?

 

—Al principio cuando nos reencontramos, creía que era así… Luego me pareció más seguro continuar diciéndote aquello.

 

—¡Estuviste a punto de romperme el corazón! —confesó BaekHyun impulsivamente, con tanta emoción que comenzó a llorar con todos los sentimientos que estuvo conteniendo aquel tiempo.

 

ChanYeol lo acercó, sosteniendo su cuerpo en un abrazo, comprendiendo lo que debió sufrir el menor. Mientras se disculpaba en griego y en inglés, le cubría de besos las mejillas húmedas por las lágrimas.

 

Signomi… Lo siento, BaekHyun, discúlpame; no puedo ser feliz sin ti. Nadie más es capaz de hacer que sienta lo que siento contigo, sin embargo he tardado mucho en darme cuenta.

 

—¡Pues debías estar muy tonto! —susurró con un lloroso reproche.

 

El banquero mantenía sus cuerpos juntos en un abrazo, y lo acunó hasta que el de cabellos rojizos se tranquilizó un poco.

 

—Sé que no le merezco, pero te amo con todo mi corazón, agapi mou. Los niños y tú me han devuelto a la vida, y cada día me levanto sintiendo que he sido finalmente bendecido al tenerlos a ustedes —juró en tono apasionado.

 

BaekHyun se abrazó al mayor con fuerza, queriendo permanecer así por más tiempo.

 

—Yo también te amo —susurró lleno de felicidad —. Finalmente puedo decirlo.

 

—Yo jamás dejaré de decirlo, agapi mou.

 

 

 

 

∞∞∞∞

 

                           

 

 

—Qué cosita más preciosa —suspiró Dianthe mientras se asomaba a la cuna para ver a su nueva bisnieta, una bebé llamada Lisa —. Es tan delicada y hermosa como su abbi. Y pensar que mi nieto y tú decían que no habría más niños en unos años.

 

BaekHyun sonrió sintiéndose un poco cohibido. Lisa tenía ya tres meses, su concepción no había sido planeada con mucha anticipación. ChanYeol le había susurrado una noche que le encantaría ver su cuerpo gestando una nueva vida, junto a ese nuevo comienzo para ellos, y desde entonces no habían tomado precauciones. Como bien había dicho el mayor, la fertilidad no era un inconveniente, Lisa había estado en camino a las pocas semanas.

 

SeHun y LuHan tenían ya tres años, eran dos niños activos, enérgicos y sociables, inseparables cuando se trataba de planear travesuras, pero cada uno con una personalidad muy distinta a la del otro. SeHun era explosivo, mientras que LuHan era el más tranquilo y reflexivo de los dos.

 

Habían llegado a la villa italiana con los abuelos de ChanYeol dos días antes. Sin embargo, los abuelos de su esposo no se quedarían en esta ocasión, la pareja estaba a punto de marcharse para embarcarse en un crucero para recorrer diversos lugares de Europa. BaekHyun dejó a los niños al cuidado de su cariñosa niñera y bajó las escaleras con Dianthe para darle un beso de despedida. Agitó la mano al ver a Nicos, que ya esperaba a su esposa en el coche con una sonrisa.

 

A veces a BaekHyun le costaba creer que llevara dos años de matrimonio. Su abbi y su padre habían estado a principios de verano para hacerles una larga visita. ChanYeol cuidaba que viese a su familia, tan seguido o prolongado como fuese posible, se esforzaba en hacerle feliz, el menor estaba consciente de aquellos gestos y le encantaban, agradecía la vida con su esposo. Su unión se hacía cada vez más sólida a medida que la confianza mutua se fortalecía, ellos eran su hogar. Ambos valoraban enormemente lo que tenían juntos.

 

El banquero había hecho algunos cambios muy drásticos en su horario de trabajo para poder pasar más tiempo con ellos. Al principio no había sido fácil, BaekHyun y los niños lo habían acompañado en algunos de sus viajes, pero cuando tuvieron certeza de que Lisa estaba creciendo dentro del vientre de su abbi, él había tenido miedo de que acabara agotado. Así que en el presente no viajaban tanto, veía mucho más a su esposo en casa, y eso le encantaba.

 

En realidad ese día era el de su segundo aniversario, sin embargo cuando le habían preguntado ellos respondieron que no tenían pensado hacer nada especial. Era una absoluta mentira. Algunas cosas, sin embargo, debían resguardarse. Se terminó de ajustar su camisa de algodón blanca y se encaminó hacia la torreta.

 

Cuando iba caminando por el sendero del bosque lo vio entre los árboles. Apresuró el paso sin darse cuenta de ello. La romántica escena de lujosas colchas, cojines de seda y una mesa de mármol cargada de deliciosos bocadillos era tan bella como la recordaba, y sonrió de emoción. ChanYeol, recostado sobre los cojines con un vaso de vino en la mano, fue a levantarse.

 

—No te muevas —le urgió BaekHyun en voz baja —. Pareces un emperador romano.

 

—Que salgan los bailarines…

 

—Sólo estoy yo… ¿Te basto?

 

ChanYeol paseó por el cuerpo contrario su ardiente mirada.

 

—Te ves hermoso, me gusta tu vestimenta. Te queda de maravilla, pero te quedará mejor cuando te la quite, agapi mou —confió con esa sinceridad tan característica en él.

 

En respuesta, BaekHyun meneó los hombros. Con una mirada sensual le hacía sentirse la persona más bella y atractiva del mundo.

 

—Eres tan predecible, señor Park.

 

ChanYeol se echo a reír mientras tiraba de él con posesividad. Lo recostó sobre los cojines y le besó apasionadamente.

 

—¿No te parece maravilloso saber que hemos pasado menos de tres años juntos y que seguramente tendremos otros cincuenta o más por delante?

 

Conmovido por la alusión al feliz matrimonio de sus abuelos, BaekHyun le dijo cuánto lo amaba. Él le respondió con intensidad, y ambos se perdieron en la pasión compartida.

 

 

 

 

 

 

 

Fin

 

 

 

 

Notas finales:

Aquí el final, como que no quería despedir la historia, pero desde la vereda contraria, agradezco cuando completan un proyecto.

 

Aún no definimos la historia que realizaremos a continuación, pueden ocupar los comentarios como buzón de sugerencias. Así de paso motivan a la otra parte del team (que anda algo desaparecida) para seguir ampliando el universo de historias ChanBaek, voten y comenten, es nuestro termómetro para saber el recibimiento de la historia.

 

Desde ya muchas gracias por leer y apoyar la historia.


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