Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Casi Efímero por gravitycb

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 4

 

 

Sumido en sus pensamientos e incertidumbres, no se percató que llegaban a destino, hasta que el BMW X7 se detuvo. Con un movimiento brusco que reveló su tensión, ChanYeol rompió su reserva y colocó su mano sobre la del menor.

 

—Si son mis hijos, juro que les daré todo lo necesario —susurró —. Dame tu número de teléfono móvil.

 

—No tengo teléfono móvil.

 

Él sacó una tarjeta del bolsillo, anotó un número y se la dio a BaekHyun.

 

—Es mi número privado.

 

Su número privado. BaekHyun sintió ganas de llorar. Quería arrugar la tarjeta y tirársela a la cara sólo de pensar que él no había querido darle ese número un año atrás. La angustia le impedía respirar con normalidad para lanzarle el horrible comentario que tantas ganas tenía de hacerle. Lo había amado tanto; y había sentido un dolor tan horrible cuando él lo había rechazado, que verse obligado a estar de nuevo con él y que le rechazase de nuevo era meter el dedo en la llaga.

 

ChanYeol le observó cruzar la atestada calle. Se movía con la esbeltez y la sinuosidad de un bailarín. Apartó la mirada del menor, y la puerta se cerró, encerrándolo con sus funestos pensamientos. Si se podía decir que un hombre había abandonado a una persona con buenas intenciones, él era ese hombre. Ahora parecía que aunque fuera el ganador de la carrera en el cruel mundo de las finanzas, su vida privada estaba destinada a ser un desastre. De nuevo había metido la pata. Y de nuevo tendría que pagar el precio; tal y como lo había pagado con aquella mujer. Lo que le faltaba, se decía con una amargura imposible de refrenar; con un sentimiento de culpabilidad que no le abandonaría jamás.

 

¿Qué posibilidad había de que los hijos de BaekHyun fuesen suyos? Recordó la juvenil franqueza indiscreta que le caracterizaba. Su honestidad había sido una novedad para él. Con el menor nunca habían existido medias verdades. Todo había sido muy refrescante, hasta que el de cabellos rojizos había pronunciado esas palabras fatales que no podía soportar oír en los labios de otra persona: «te amo».

 

¿Por qué había permitido que se bajara del vehículo? Seguramente estaba diciendo la verdad y él era el padre de sus mellizos. Ahogó un estremecimiento. Sabía exactamente lo que se esperaría de él; y también sabía que no debía pensar en sí mismo, ni en cómo se sentía. Había cavado su propia tumba. Se acordó de que BaekHyun ni siquiera tenía teléfono, y maldijo entre dientes.

 

—Tiene una cita, jefe —comentó JongIn en tono de disculpa.

 

ChanYeol ignoró el recordatorio de su subalterno. Impulsivamente, fue a un establecimiento tecnológico y compró un teléfono inteligente de última generación gama alta, escogiendo el color favorito de BaekHyun. Aquel comportamiento tan extraño en él lo asustaba de verdad. Llamó a su abogado, y éste le aconsejó que deberían reunirse enseguida, que contactaría a un especialista en pruebas de ADN y hasta tener los resultados, fuese extremadamente prudente. Tal vez ChanYeol se hubiese dejado llevar por el instinto de no haber sido porque su abogado le recordó que la situación podría terminar en un escándalo enorme. Las visitas personales y los regalos, le señaló, tan sólo reforzarían cualquier cosa que se dijese en contra de él y se añadirían al riesgo de una sórdida publicidad.

 

—Tus abuelos…

 

Esas palabras fueron suficientes para dejar a ChanYeol inmóvil. Nicos y Dianthe Park se disgustarían enormemente si su nieto se viera envuelto en un escándalo de esa envergadura. No se podía jugar con la salud de la anciana pareja, por muy buena que fuera. A corto plazo, el banquero aceptó de mala gana que sería mejor actuar con discreción y cautela.

 

 

 

 

∞∞∞∞

 

 

 

 

BaekHyun fue interrumpido por un reportero antes de subir las escaleras que conducían a su habitación, incluso mientras hablaba el de cabellos rojizos se preguntó si estaría tomando la decisión correcta.

 

Una hora después, volvió a casa de ZiTao para recoger a SeHun y a LuHan. Mientras su amigo acompañaba a su madre a la puerta, BaekHyun sacó a sus hijos del carrito y los abrazó uno por uno con cariño. SeHun le recibió con una sonrisa y LuHan se echó a reír.

 

—Bueno… ¿Qué pasó, entonces? ¿Conseguiste ver a ChanYeol?

 

BaekHyun le contó lo ocurrido a su amigo, que escuchaba con ávido interés y que le hizo describir el vehículo SAV BMW X7 al detalle.

 

—Está claro que ChanYeol está forrado de dinero —dijo ZiTao con expresión calculadora —. ¿Y la mejor oferta que puede hacerte es una prueba de ADN? —se burló —. Va a tener que hacer mucho más que eso.

 

—Se quedó sorprendido… Le daré un par de días a ver qué pasa —BaekHyun le enseñó la tarjeta que el periodista le había dado.

 

—¡Vaya! —ZiTao le arrebató la tarjeta para estudiarla, más impresionado por el interés del Breaking News que por ninguna otra cosa —. ¿Ese Brad se molestó en seguirte? ¡Oye, entonces ChanYeol debe de ser una celebridad! ¿Y dices que rechazaste la oferta del reportero? ¿Es que te has vuelto loco?

 

—Primero tengo que darle a ChanYeol la oportunidad de ayudarnos.

 

—Pero si la prensa se entera de quién son hijos SeHun y LuHan sin que tú les digas nada, no vas a sacar nada de dinero.

 

BaekHyun empezaba a sentirse muy incómodo.

 

—Lo sé, pero no creo que de momento nadie averigüe la relación que tuve con ChanYeol. Quiero decir, nadie sabe nada de nosotros…

 

—Podrías ganar muchísimo dinero con esto, BaekHyun. ¿Es que no tienes el valor de hacerlo? —le preguntó su amigo.

 

 

 

 

∞∞∞∞

 

 

 

 

—¿Señor Byun?

 

Era el mismo hombre delgado y moreno que había visto observándolo en el vestíbulo del banco.

 

—¿Sí?

 

El hombre le dio su tarjeta antes de presentarse.

 

—Me llamo Brad, trabajo para el Breaking News. ¿Le importa si le pregunto qué relación le une con ChanYeol Park?

 

—No sé de qué me habla —murmuró BaekHyun, sorprendido.

 

—Pues claro que lo sabe. ¡Acaba de bajarse del vehículo de ese hombre!

 

—¿Me ha visto? ¿Me ha seguido desde el banco? ¿También hasta casa de mi amigo?

 

Eso le puso nervioso; BaekHyun se volvió de nuevo hacia las escaleras.

 

Pero el reportero se puso delante de él.

 

—He oído que tiene dos niños…

 

—¿Y eso qué tiene que ver con usted?

 

—Park es un hombre muy interesante —le dijo con mirada significativa —. La gente no habla de él. Vive en un mundo que la mayoría de nosotros sólo podemos envidiar. Así que cualquier asunto personal que resulte emocionante se pagaría con mucho dinero.

 

BaekHyun vaciló, sumamente asqueado. Quería decirle que se largase y le dejase en paz. ¡Si por lo menos ChanYeol le hubiera prometido algo más concreto que un número de teléfono! ZiTao le había aconsejado que debía estar preparado para hacer cualquier cosa con tal de darle a SeHun y a LuHan una vida mejor. Pero hablar con un periódico a cambio de dinero le parecía asqueroso, y quería pensar que él estaba por encima de esa clase de cosas.

 

—Estamos siguiéndole la pista ahora, así que sí hay algún asunto sucio, lo sacaremos a la luz de todos modos —la amenaza y la advertencia acompañaron las palabras de Brad —. ¿Así que por qué no nos lo pone fácil y gana de paso una buena cantidad de dinero?

 

—No me interesa.

 

 

 

 

∞∞∞∞

 

 

 

 

—ChanYeol detestaría esa clase de publicidad, y jamás me perdonaría por ello.

 

—¿Y qué? ¿Qué te importa él?

 

—Siempre será el padre de mis hijos. No quiero enemistarme con él. Presentar nuestra historia a los medios de comunicación será lo último que haga.

 

ZiTao le echó una mirada de desprecio.

 

—Te estás comportando de un modo de lo más estúpido al respecto. Hay mucho dinero en juego. Tu problema es que todavía piensas que sientes algo por ese canalla…

 

BaekHyun se sintió ofendido por esa sugerencia.

 

—¡No siento nada por él!

 

—De poco te valdrá. Él no quiere saber ya nada de ti, ¿no? —dijo ZiTao.

 

Al poco BaekHyun creyó más conveniente marcharse, así que le dio las gracias a su amigo por cuidar de los mellizos y se despidió de él.

 

A media mañana del día siguiente, un hombre joven vestido de forma casual se presentó a su puerta.

 

—¿Es usted BaekHyun Byun?

 

Cuando asintió para confirmárselo, él le pasó un teléfono móvil que tenía en la mano, para que atendiese.

 

—Soy un abogado, contratado para representar los intereses de cierta persona, señor Byun—le informó la voz por teléfono —. Estoy seguro que comprenderá la necesidad de discreción en este caso. ¿Está dispuesto a hacerse una prueba de ADN?

 

BaekHyun se quedó sorprendido, pero reconoció que esa rapidez de acción era una característica esencial de ChanYeol Park.

 

—Sí…

 

—Entonces firme la hoja de consentimiento y el asunto será llevado a cabo inmediatamente con la mínima interrupción.

 

El joven le pasó un sobre y un bolígrafo. Luego, se despidió. Sacó el documentó y lo leyó brevemente antes de firmar. ChanYeol estaba haciendo lo que era más natural en él. Para BaekHyun era algo insultante y humillante, pero un mal necesario si quería demostrar la veracidad de su historia. En media hora llegó un médico con un maletín. Le explicó que las pruebas consistían en muestras de saliva de él y los mellizos. En pocos minutos había llevado a cabo los procedimientos y se había marchado.

 

Esa noche el menor se paseó por la habitación, tratando de calmar a SeHun. Aunque apenas eran las nueve de la noche, alguien ya había golpeado en la pared para quejarse; y un hombre llamó a la puerta y le pidió que hiciera callar a sus hijos porque él trabajaba por turnos y estaba intentando dormir un poco. BaekHyun lloraba de agotamiento mientras trataba de calmar a su hijo, que parecía tener las mismas ganas de dormir que un búho. Era imposible que no volviera la vista atrás y se preguntara cómo era posible que su vida se hubiese desviado tanto del camino que se había trazado.

 

Después de que su padre enfermase, y tras una lenta recuperación que tardo años, su abbi había decidido mudarse a su Irlanda natal a vivir. BaekHyun había disfrutado de una infancia muy alegre en una pequeña ciudad donde todo el mundo se conocía. Después de licenciarse en Economía, se había sentido muy feliz cuando había conseguido su primer trabajo como secretario de dirección en Londres. Pero cuando su abbi había enfermado había tenido que renunciar a su empleo y volver a casa para ayudar a su padre.

 

A pesar de su mala salud, MinSeok Byun había insistido en mantener un par de empleos a tiempo parcial, junto a su esposo la situación económica había estado desajustada provocada por la larga recuperación y complicaciones posteriores en la salud de JongDae, quien en ese tiempo mantenía un trabajo que provocaba que viajase continuamente por aquellos tiempos, necesitaban ambos sus trabajos. No podían perder sus empleos, sólo se había animado a seguir los consejos del médico cuando BaekHyun había regresado para sustituirlo en su trabajo hasta que recuperase la salud. MinSeok era el mayordomo de una maravillosa casa con vistas al mar a unos kilómetros de donde vivían. Propiedad de un industrial alemán que pocas veces estaba allí, la propiedad estaba situada al final de un camino vallado y poseía un precioso terreno privado. Un día BaekHyun había tenido que preparar la casa para la llegada de un misterioso huésped. Un accidente de automóvil había sido la causa por la que los dos empleados que viajaban con ChanYeol no hubiesen podido acompañarlo, y la agencia de empleos, sin saber que BaekHyun estaba sustituyendo a su abbi, había recomendado a la misma persona para que temporalmente se ocupase de la cocina y de la limpieza.

 

Después había llegado un correo electrónico con detalles más específicos, y BaekHyun se había quedado verdaderamente sorprendido al ver la cantidad de normas que debía seguir, desde el rígido horario en el que debía servir las comidas, hasta su deber de ser tanto invisible como absolutamente silencioso. Por otra parte, el sueldo ofrecido había sido lo bastante generoso como para devolverle la sonrisa a su angustiado abbi; y el equipamiento de tecnología de punta que había sido instalado en el despacho con balcón y vistas al mar le sugirió que el nuevo huésped estaría demasiado ocupado como para fijarse en que la persona que dirigía el servicio no era un profesional. Por supuesto, acostumbrado como ChanYeol estaba a la perfección a todos los niveles, se había negado a conformarse con menos; y el de cabellos rojizos, al que en el fondo le fastidiaba estar allí de empleado doméstico, se había negado a mostrarse humilde. Por eso el choque entre ellos había sido inevitable.

 

El paso del tiempo no erradicaría del recuerdo de BaekHyun la primera vez que había visto a ChanYeol. Después de llegar en helicóptero, había ido directamente a la playa. El menor le había observado desde la casa, anonadado con su magnificencia misteriosa y elegante. Vestido con vaqueros y un suéter verde oscuro de cachemira, con el pelo revuelto por la brisa marina y barba de dos días, aquel hombre le había embrujado en un instante. Jamás habría imaginado que pudiera haber un hombre físicamente tan bello, y menos que estuviera tan solo y aislado como él. Un deseo incontrolable había nacido en el más joven desde ese mismo momento; un deseo que jamás había logrado superar.

 

Alguien llamó a la puerta y el menor se volvió hacia la entrada con consternación, temiendo otra queja justo cuando gracias a los dioses SeHun había pasado al ocasional quejido de insatisfacción. Se acercó de puntillas y entreabrió la puerta, ya que estaba en pijama. Al verlo retrocedió con confusión.

 

—¿Puedo pasar? —le preguntó ChanYeol con evidente pesar.

 

Se sentía incómodo porque JongIn había insistido en que entrase al edificio clandestinamente por el callejón donde estaban todos los cubos de basura. Sin embargo, instantes después, la irritación de ChanYeol se había desvanecido en el aire, considerándola una trivialidad comparada con el sobrecogimiento provocado por lo que veía a su alrededor.

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, especialmente a quienes se toman el tiempo de dejar algún comentario.


Hasta el próximo capítulo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).