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Casi Efímero por gravitycb

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Capítulo 6

 

 

El menor levantó la cabeza y su mirada chocó con el potente desafío en los ojos del mayor. Y esa mirada tuvo en él un efecto inquietante, puesto que le recordó cómo el banquero podía pasar de la rabia a la pasión en un mero instante. Esa fachada de hielo escondía un núcleo candente. Con la mente en blanco, aspiró hondo tratando de aliviar la tensión del deseo que parecía encogerle el estómago. Le pesaba el cuerpo. El deseo le corría por las venas. Echó la cabeza hacia atrás y entrecerró los ojos.

 

—ChanYeol…

 

Tan alerta a cualquier señal suya como un depredador nato, el mayor se había excitado sin darse cuenta. Estudiaba la rosada suavidad de su boca con intenciones de lo más deshonrosas. Si lo besaba, él dejaría de hablarle, dejaría de dar voz a los estúpidos sentimientos que sólo podían ofender. Lo deseaba tanto, que empezaba ya a saborear aquella erección tan repentina y urgente que apuntaba bajo sus pantalones, sabiendo que hacía mucho que no deseaba así a una persona. Le puso la mano en el hombro y le empujó suavemente hacia él, con las manos fuertes en las caderas para levantarlo un poco.

  

BaekHyun cerró los ojos con fuerza al sentir el sabor embriagador de ChanYeol. Echó la cabeza hacia atrás y entreabrió ligeramente los labios. El mayor se aprovechó de su ofrecimiento con la devastadora sensualidad que había sido la perdición de BaekHyun, tanto en el pasado como en ese momento. El mayor no pidió; exigió. Y aquella intensa urgencia masculina le derretía por dentro. La cabeza le daba vueltas. Apenas podía respirar mientras su cuerpo reaccionaba con entusiasmo a una excitación más fuerte que ninguna otra sensación. Se estremeció mientras se aferraba a sus hombros amplios, gimiendo con la erótica danza de sus lenguas.

  

Fue un ruido extraño lo que detuvo a ChanYeol, que estaba a punto de tumbarlo en la cama que había detrás de ellos. Se apartó de BaekHyun con una ruda exclamación y se fijó en el bebé que los observaba con interés entre los barrotes de la cuna. De pronto, le horrorizaba haberse descontrolado tanto. Se había olvidado de los niños. En su mente no podía concebir cómo era posible que acabara de olvidarse de la presencia de los mellizos, teniendo en cuenta que acababa de enterarse de que eran suyos.

  

—No debería haber hecho eso. Ha sido de lo menos apropiado —susurró con frialdad.

 

BaekHyun se apartó de aquel hombre con piernas temblorosas. El deseo aún recorría su cuerpo, recién despertado del letargo. Sabía que debía sentirse asqueado consigo mismo por sucumbir a su apasionado beso; pero en realidad deseaba que ChanYeol le tumbara en la cama e hiciera con él lo que quisiese.

  

De momento, sintió que tenía la necesidad de preguntarle algo, por mucha vergüenza que le diese.

  

—¿Hay alguien en tu vida?

  

El silencio se extendió entre ellos como un abismo, cada vez más profundo. Y BaekHyun sintió que se precipitaba desde una altura terrorífica; se ahogaba en ese horrendo silencio. Cuando estaba con él siempre que decía alguna tontería como «te amo», provocaba una distancia entre ellos. La última vez, cuando expresó aquellas palabras, el banquero había abandonado el país, y también a él. Apretó los puños con fuerza. No tenía ni que mirarlo para saber la respuesta. Las vibraciones estaban cargadas de advertencias. Era tan diplomático; un jugador nato. Notó que él se sorprendía ante su ingenuidad. Aquél era un hombre que no podía cruzar una habitación sin recibir por lo menos una invitación de alguna persona coqueteándole.

 

—Éste no es momento de entrar en eso —ChanYeol estaba horrorizado con ese temerario candor.

  

Se fijó en su cabeza gacha de ondas rojizas. Parecía tan vulnerable… ¿Por qué siempre le hacía sentirse como un canalla?

  

—No deberías haberme tocado…

  

—Querías que te tocara —dejó un paquete pequeño en la cama —. Esto es para ti. Mañana me pondré en contacto contigo.

  

Era un móvil de gama alta, último modelo, podía reconocer aquella marca que definitivamente estaba fuera de su alcance, incluso aquel teléfono inteligente era de su color favorito. Él salió enseguida de la habitación. Aturdido, BaekHyun pestañeó. Tal vez el banquero temiera que él continuase enamorado de él. Tragó saliva. ChanYeol se había marchado, y de pronto la habitación parecía vacía. Quería tirarse a la puerta y llorar como un bebé. Sabía que aquel hombre no era bueno para él; pero eso no quería decir que hubiera aprendido a dejar de amarlo, o a anhelar lo que tan poco le convenía…

  

El banquero volvió al BMW X7, en donde lo esperaba su chofer y recibió la llamada de un buen amigo; el dueño de un conocido periódico sensacionalista.

 

—Creí conveniente avisarte de que hay un rumor de que el News tal vez saque una historia sobre ti esta semana… algo muy secreto.

 

ChanYeol se puso tenso. Los paparazzi siempre le seguían la pista. Nunca parecían saciarse de sacarle fotos a él y a su acompañante de turno. Se negaba a creer que el asunto de BaekHyun y los mellizos se hubiese filtrado ya a la prensa. De todos modos contactó con su jefe de prensa para comprobar si le habían pedido que hiciera algún comentario. Afortunadamente, le aseguró que nadie se le había acercado preguntándole nada al respecto. Un sentimiento de incertidumbre persistió cuando recordó al más joven diciéndole muy enfadado en aquella llamada con él por teléfono en el banco que «no podría decir nunca que no le había dado una oportunidad».

  

Entonces lo llamó al teléfono inteligente que le había dado.

  

BaekHyun leyó en la pantalla de aquel dispositivo el nombre de quien le llamaba, tardó unos segundos en contestar, temeroso de que los mellizos pudiesen despertarse.

 

—¿Sí…? ¿Diga?

 

—¿Has hablado con los periodistas sobre nosotros? —le preguntó ChanYeol en el tono más natural del mundo.

 

BaekHyun sintió sus mejillas enrojecer, sintiéndose culpable inmediatamente.

 

—No…

  

—¿Estás seguro? —murmuró el de cabellos negros  con una frialdad similar a la advertencia de un ejecutor —. Si descubro que me has mentido sobre esto, me sentiría muy, muy disgustado.

  

—No estoy mintiendo… Pero sí que se me acercó un periodista —le confió, relatándole rápidamente los detalles de la entrevista.

  

—¿Pero no le dijiste nada? —preguntó ChanYeol de nuevo.

  

—Absolutamente nada —confirmó él.

  

—No tolero intrusiones de la prensa en mi vida privada.

  

—No sé por qué me estás diciendo esto…

  

—Ahora eres parte de esa vida, y me desagradaría mucho que apareciera aunque sea un artículo, por muy inocente que fuera, sobre mí y los niños, en alguna publicación. En cuanto a la familia Park, toda publicidad es mala.

  

—Bien… Me doy por enterado, ¿de acuerdo?

  

Por dentro BaekHyun se deleitó sólo de pensar que él ya lo consideraba parte de su vida.

 

—Bien —dijo ChanYeol antes de cortar la llamada.

  

Tenía que preparar con cuidado a sus abuelos para hablarles de BaekHyun y los mellizos. No tenía prisa por llevar a cabo ese desafío, prefería recibir primero los resultados de las pruebas de ADN. Tendría que tomar un vuelo a Grecia para decírselo personalmente y con la mayor suavidad posible. De todos modos sus abuelos se pondrían nerviosos. Esperaba de corazón que no sacasen a relucir cosas del pasado, ni que le recordasen sus menos que satisfactorios comienzos en la vida. Tenía la intención de hacer lo que sabía que era su deber. ¿Acaso no era lo que había hecho toda la vida? ¿Desde cuándo había antepuesto sus necesidades?

  

Una llamada de Nicos Park despertó a ChanYeol al amanecer.

  

—¿Es cierto? ¿Es cierto que eres padre de dos bebés? —le preguntó su abuelo con voz incrédula y temblorosa —. ¿O es acaso una calumnia?

  

ChanYeol retiró las sábanas y se levantó de la cama, totalmente desnudo.

 

—Tengo amigos en el mundo editorial —le confió Nicos —. Pero si esta sorprendente historia es verdadera, habría preferido enterarme de ella por ti.

  

Mientras una oleada de furia volcánica se apoderaba de ChanYeol, BaekHyun estaba sufriendo un igualmente brusco despertar relacionado con el evento. Alguien golpeaba su puerta, cuando se levantó y la abrió, un hombre le plantó un micrófono en la cara.

 

—¿BaekHyun? ¿Le gustaría comentar sobre la noticia de hoy del Breaking News? ¿Es ChanYeol Park el padre de sus hijos?

  

—¿Qué periódico? —exclamó.

 

Con una sonrisa alegre, le pasaron un periódico. Cerró la puerta y lo abrió. «Los hijos secretos del millonario», decía el titular en primera plana. Debajo había una foto de ChanYeol dando un discurso bajo un cartel de una conocida organización mundial de comercio, yuxtapuesta con la foto de un joven con pantalones desgastados empujando un cochecito de bebé. Se quedó totalmente boquiabierto al darse cuenta de que ese joven era él, y de que la foto se la habían tomado por la calle sin que se diese cuenta.

 

Alguien golpeaba de nuevo la puerta y lo llamaba a gritos por su nombre, y el teléfono móvil que estaba en la mesa empezó al mismo tiempo a sonar. Con el estómago encogido de los nervios, BaekHyun ignoró tanto los golpes como la llamada y abrió el periódico para leer el resto de la historia. «El banquero y su sirviente», explicaba el subtítulo. Se estremeció. ¡Él no había sido un sirviente! ¿Pero acaso ChanYeol no le había concedido esa etiqueta en una ocasión? Incrédulo, vio una foto reciente suya y de sus hijos en un parque de la zona, con las caras de los mellizos cuidadosamente oscurecidas. Era ZiTao quien le había tomado esa foto. ¿Cómo había podido hacerse con aquella imagen el News? ¿O con la única y querida foto que había conseguido hacerle a ChanYeol? Allí estaba él, trabajando con su portátil, con el cabello negro cayéndole sobre la frente y sus pestañas tan largas y tupidas… Esas fotos estaban en una caja que temporalmente había dejado en el apartamento de su amigo. ¿Sería posible que hubieran robado a su amigo?

 

BaekHyun no quería considerar la posibilidad de que su mejor amigo hubiese podido traicionarlo.

  

De mala gana, respondió aquel teléfono que no paraba de sonar.

  

—Por favor, no me culpes por esto…

  

ChanYeol era demasiado inteligente como para arriesgarse a asustarlo y que huyera.

  

—Supongo que estás rodeado por la prensa.

  

—Incluso hay gente a mi puerta —le confió nerviosamente.

  

—No te preocupes por llevarle nada de lo que tienes ahí, y no le abras la puerta a nadie. Mi equipo de seguridad los ayudará a salir de allí a ti y a los niños antes de una hora. Cuando mi jefe de seguridad esté listo, te avisaré.

 

En el pasillo reinaba el silencio. Supuso que los vecinos se habrían quejado del ruido y que el encargado del hostal habría obligado a sus indeseables visitantes a marcharse de allí. Se aseó y vistió con pánico, e hizo lo mismo con SeHun y LuHan. Después de darles algo de beber y una papilla de verduras con carne, preparó la mochila de los bebés. El banquero no entendería lo difícil que era ir a cualquier sitio con niños pequeños sin llevarse una bolsa con sus cosas. Una vez hecho eso, abrió de nuevo el Breaking News y leyó la historia que había dentro.

 

Pero no pasó de la primera línea.

 

ChanYeol Park, que se casó con SooYoung Yang, heredera de la importante empresa naviera, podría tener una familia secreta…

 

¿Casado? ¿ChanYeol estaba casado? ¿Cuándo se había acostado con él tenía esposa? ¿Cuándo le había dejado embarazado de los mellizos? Angustiado por la nueva noticia, BaekHyun se dejó caer sobre la cama. Con rabia y desasosiego, apartó de un manotazo el periódico que tenía delante. Al momento los ojos se le llenaron de lágrimas. ¡Pero qué ridículo había sido! ¡Tan enamorado, que se había negado a enfrentarse a lo que debería haber sido más que obvio veinte meses atrás! No era de extrañar que ChanYeol estuviese tan obsesionado con la publicidad y la discreción; ni que no le hubiese dado un número de teléfono privado. Cuando le había hablado a ZiTao del banquero, la primera reacción de su amigo había sido preguntarle si estaba casado. ¡Se había enamorado del marido de otra persona!

 

En ese momento, el mayor se ofrecía para rescatarlo a él y a sus hijos, sin duda empeñado en alejarlo de cualquier contacto con la prensa. ¿Pero debería permitirle él que hiciera eso? BaekHyun aspiró hondo. Incluso aunque estuviese casado, necesitaba su ayuda para darle a los niños una vida y una educación adecuadas; algo que además los mellizos tenían derecho a recibir de su padre. Pero que sinvergüenza había escogido para enamorarse.

 

El móvil volvió a sonar. Contestó. Un hombre que se presentó como JongIn le anunció que lo estaba esperando en el pasillo para sacarlo del edificio. Reconoció al musculoso conductor de la primera vez que había montado en el SAV de ChanYeol. Negó con la cabeza al ver el cochecito de bebés y sacó a SeHun en brazos de la silla. Él se echó la mochila de los bebés en su hombro y levantó a LuHan en brazos. En silencio bajaron por las escaleras de servicio y salieron a la calle por la salida de incendios. Un BMW X7 los esperaba al final del callejón.

 

ChanYeol estaba casado. Esa horrible idea resurgió de nuevo con fuerza en su pensamiento, y BaekHyun se mordió el labio inferior mientras se reprochaba por su torpeza. Desesperado por darle un giro distinto a sus pensamientos, sacó su teléfono del bolsillo y marcó el número de ZiTao. Su amigo respondió casi de inmediato.

 

—Soy BaekHyun…

 

El chico empezó a hablar directamente.

 

—¿Qué quieres que te diga? El dinero estaba ahí a mi alcance, y me lancé por ello. Tengo muchas deudas… ¿entiendes? Necesitaba el dinero. Lo siento, pero así es la vida…

 

—Rebuscaste entre mis cosas para dar con esas fotos. Eran mis cosas privadas…

 

—¡Serían tus pertenencias, pero estaban ocupando todo mi dormitorio! Tal vez Park pague ahora lo que le corresponde por los mellizos. ¡A lo mejor acabas pensando que te he hecho un favor!

 

—Recogeré mis cosas en cuanto me sea posible.

 

Dolido porque le tenía mucho cariño al joven, que le había acompañado esos difíciles meses, BaekHyun terminó la llamada. Había confiado en su amigo al cien por cien. ¿Pero hasta qué punto habían sido amigos? No había tenido idea de que ZiTao debiera dinero.

  

ChanYeol estaba casado. Pertenecía a otra persona, que seguramente estaba muy disgustada por la historia que había publicado ese periódico. El de cabellos rojizos, que estaba muy nervioso, sintió que la asaltaba un nuevo temor. ¿Y si esa sórdida historia llegase a Nueva Zelanda, donde en el presente sus padres vivían felices, ajenos a la noticia de que eran abuelos de dos niños ilegítimos? BaekHyun se puso pálido de pensarlo. MinSeok y JongDae se disgustarían mucho cuando se enterasen del secreto que su hijo les había ocultado. Al tiempo que las consecuencias de la noticia del Breaking News empezaban a tomar forma en su mente, la amargura empezó a ganarle terreno al sentimiento de culpabilidad que sentía por el papel de ZiTao en todo aquello.

 

SeHun y LuHan estaban profundamente dormidos en sus sillitas de bebé, las cuales habían estado previamente instaladas en el vehículo, cuando finalmente se detuvieron delante de una espaciosa casa de campo. BaekHyun bajó muy despacio, puesto que no se había preparado para un destino tan imponente.

  

—Aquí en Upper Fairfield hay personal de servicio suficiente para ocuparse de los niños —le dijo JongIn mientras él estudiaba con interés la enorme casa de piedra que tenía delante —. El señor Park lo espera.

  

BaekHyun se sonrojó, pero se puso derecho, levantando su cabeza.

 

—Bien…

 

Una empleada doméstica esperaba en un amplio y elegante vestíbulo. BaekHyun fue conducido directamente a un salón decorado en tonos de azul pálido con un techo espectacular. La grandiosidad de aquel lugar lo inquietó todavía más.

 

Al final del salón se abrió de repente una puerta. El menor se dio la vuelta, y allí estaba ChanYeol. Parecía excepcionalmente alto y su expresión era austera; sus facciones apuestas tenían un aire gélido y duro.

  

—Y bien… —empezó BaekHyun, empeñado en averiguar primero lo que tanto deseaba saber —. ¿Cuándo pensabas contarme que estabas casado?

  

 

 

Notas finales:

Una nueva actualización.

Desde la sinceridad, no decidíamos si subir la actualización hoy, debido a que aún no definimos la periodicidad con la que subiremos (seguimos con dudas).

En un principio seria semanal, pero mientras estructurábamos nos sonó más cercano hacerlo cada cuatro días, pero ahí caería una semana con una actualización y la siguiente con dos, de ahí vino la idea actualizar Miércoles y Sábado.

Entonces entre hacer y no, subimos hoy con esta aclaración.

(Dos veces a la semana, cada cuatro-cinco días, o quizás una vez a la semana)

 

Igual esperamos leer sus comentarios, así podemos considerar su opinión.

 

Gracias por continuar leyendo, seguimos junto a ChanBaek.

 

Team GravityCB


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