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Títere Encadenado ¿Quién eres? por DanyNeko

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—Sí, descuida. Yo solo… siempre que está cerca no puedo evitar estar en tensión —consiguió murmurar —ya es costumbre.

 

—Es injusto que debas vivir así —opinó el más alto, deslizando una mano en la parte posterior del cuello ajeno, justo debajo de la nuca, para empezar a masajear suavemente con los dedos.

 

Riyu se sintió derretirse ante el gesto, y cerró los ojos, zumbando en placer y agradecimiento.

 

— ¿Eso ayuda?

 

—Eres muy gentil, gracias —contestó ella, dándole una suave mirada por entre las pestañas.

 

Bakura simplemente se encogió de hombros, desviando la mirada a la puerta — ¿Alguna idea de lo que vayan a hablar?

 

Riyu negó con la cabeza —solo me queda rezar —murmuró.

~

 

—Esper~ ¡Qué~! ¡¿Madrina?! —casi chilló Riyu un par de octavas sobre su tono habitual, por lo que no se distinguió la falta de entonación femenina.

 

Ishizu asintió, mirándola con una sonrisa serena —haremos el bautizo por mera formalidad —explicó, acariciando los cabellos negros de su hija. Lo habían cortado hace unos días y la nueva mata de pelo crecía más espesa, demostrando un liso impecable, igual a sus padres —los familiares de Odion y Marik están demasiado lejos como para invitarlos y realmente no son muy dados a estas cosas cristianas, así que quisiera que aceptaras ser la madrina.

 

Riyu se quedó en silencio un minuto y medio, procesando la petición de la mujer — ¿Estás segura? Yo…

 

—Ya he hablado con tu padre sobre esto —se encogió de hombros con sencillez.

 

La chica volvió a chillar, sonando esta vez como un ratoncito asustado.

Malik tenía las manos en los hombros de su mejor amiga en el siguiente segundo.

 

—Anda, solo acepta, Creampuff —animó suavemente Marik, sentado en otro sofá aparte de donde se encontraban Malik, Riyu e Ishizu.

 

—Yo… bueno… —la muchacha se volvió hacia su mejor amigo, solo para encontrar un guiño cómplice del oji-lavanda.

 

Ishizu llamó a su marido suavemente y le dio a Talila —ven conmigo —invitó a la menor, mientras se levantaba.

 

— ¿A dónde? —cuestionó Riyu, incluso mientras se levantaba.

 

La mayor se alizó descuidadamente el vestido —a la tienda, voy a comprar ingredientes para una tarta.

 

—Querida ¿Por qué no le encargas las cosas a los chicos? —se quejó su marido, viéndola caminar fuera de la sala.

 

Ishizu le dio un ligero codazo al pasar —está bien, necesito caminar un poco. El médico dijo que ha pasado el tiempo suficiente como para que retome mi rutina.

 

—De todos modos, yo voy con ellas, cuñado —se adelantó Malik mientras se levantaba también del sofá, deteniéndose a darle un beso a Marik antes de seguir a su hermana —andando, Ry —enganchó su brazo con el ajeno y los tres salieron de casa.

 

Odion negó con la cabeza detrás de ellos, pero se retiró también de la sala para ir a cambiar el pañal de su hija, al notar que empezaba a pesar de la humedad.

 

Bakura, de brazos cruzados, resopló. Marik y él se miraron —hay gato encerrado por aquí —murmuró, disconforme.

 

El pelicenizo asintió en acuerdo, recostado en el sofá con las manos tras la cabeza —hay algo que no nos están diciendo.

 

— ¿Crees que tenga que ver con lo que tanto estaban hablando Ishizu y el viejo ese el día después del festival? —inquirió el albino —ni Riyu ni Malik me han soltado nada al respecto.

 

—Si Malik lo sabe —Bakura puso los ojos en blanco, conteniéndose de decir "¿Lo cual es evidente? Al ver que se fue con ellas" —lo convenceré de que me lo cuente, tarde o temprano.

 

—No es justo que nos dejen fuera del asunto cuando Riyu ha llegado a ser casi tan unida con nosotros como con ellos —resopló. Y no, por los dioses que no estaba haciendo un puchero.

 

Sí, lo estaba haciendo.

 

Sorprendentemente, Marik no se burló de él por eso, en realidad estaba completamente de acuerdo —es como nuestra hermana pequeña ya.

 

Bakura lanzó un zumbido sin comprometerse en una respuesta. 'Hermana pequeña' no se sentía bien para él en cuanto a referirse a Riyu, resultaba en una sensación incómoda. Realmente no sabía cuál era el exacto calificativo para ella, y aunque 'mejor amiga' sonaba mejor, seguía sin ser completamente preciso para él.

 

~∆~ 

 

—Chicos, por favor ¿De qué va todo esto? —se quejó, con el par de hermanos Ishtar.

 

—Ry ¿Sabías que el puesto de padrino o madrina se puede heredar? —empezó Malik.

 

Y la albina no podría estar más confundida — ¿Qué?

 

—Bueno, cuando nombran a los padrinos, es para que procuren del niño o la niña en caso de que sus padres falten —empezó a explicar Ishizu —sin embargo, también es simbólico, y de vez en cuando se les da ese "honor" a los abuelos o gente mayor en la familia.

 

—Para esos casos —retomó Malik —existe la posibilidad de que se herede a una persona de menor edad en el puesto de los padrinos. Solo se necesita la firma de ambas partes en un documento oficial.*

 

—Sigo sin entender el punto.

 

—El punto es —enfatizó la mujer —pedimos que Riyu sea la madrina simplemente porque no tengo mucha confianza con otras mujeres en el pueblo y la familia de Odion no puede venir en tan poco tiempo. Para eso, el señor Ryutaro se ofreció como padrino, pero queremos que Ryou sea el verdadero padrino.

 

Riyu se detuvo en seco — ¿Qué…? ¿Cómo…? —se tomó un momento luego de tropezar con sus palabras y suspiró — ¿Por qué le haces esto a tu hija, Ishizu? Además ¿no sería más correcto que fueran Malik o Marik de padrino?

 

El oji-lavanda se encogió de hombros —ya lo arreglaremos con su próximo hijo —Ishizu se sonrojó ante la implicación.

 

— ¿Y cómo, según ustedes, lograrán que mi padre firme ese documento, en el supuesto caso?

 

Malik sonrió, brillante —eso es sencillo, Ishizu dará una fiesta después del bautizo. Lo dejaremos tan borracho como una cuba, y no sabrá qué firmó.

 

Riyu decidió simplemente reírse —hagan como gusten. Lo dejo en sus manos —desestimó el asunto con un gesto de manos y se internó en la tienda, a la que acababan de llegar.

 

Malik suspiró, viéndola adelantarse para recoger una canasta, mientras él se arrimaba a su hermana —de verdad Ishizu ¿por qué no le contamos todo? —se quejó el menor.

 

—Malik, entiende. Es un tema delicado —replicó en voz baja —no sé si está emocionalmente preparado para escuchar eso. Es un as bajo la manga y quiero tener por si acaso. Él no necesita saber al respecto y no creo que lo necesitemos por un tiempo ahora —aseguró.

 

Malik ahogó un quejido —Ya lo sé, ya lo sé… es que odio guardarle secretos.

 

—Todo a su tiempo, se lo diremos, sólo que no hoy.

 

El menor fue a abrir la boca, pero eso murió cuando Riyu regresó con ellos, con bolsas de harina, polvo para hornear, levadura y otras cosas en la canasta que llevaba al brazo —Ishizu, no me dijiste de qué querías hacer la tarta —expuso la chica.

 

—Lo siento, ya voy —la pelinegra le dio una última mirada de advertencia a Malik y fue junto a la bicolor para terminar las compras.

 

Malik suspiró, revolviendo sus cabellos cenizos con una mano.

 

~∆~

 

Un par de semanas después, la ceremonia transcurrió como se había planeado. 

Poco después de mediodía, en la catedral del pueblo, la pequeña Talila fue bautizada junto con otros tres niños de dos, cuatro y tres meses y medio de edad.

 

Casi todos iban vestidos de blanco, como era tradición al parecer, o de tonos claros como beige, crema o dorado en caso de Riyu, su padre, y Bakura.

 

La chica lucía un hermoso vestido color albaricoque -un lindo tono entre crema y salmón- que combinaba agradablemente su color pálido de piel y pelo, a la vez que contrastaba con los mechones celestes.

Era de escote recto, con tirantes gruesos, de los cuales seguían medio metro de encaje -de color crema- para fungir como mangas. Tenía apliques plateados con forma de crucifijo en la parte delantera de la cintura, dando la ilusión de un cinturón; un poco más de encaje al final de la falda plisada, justo sobre las rodillas y unas sandalias de tacón magnolia, de un tono salmón suave, para no desentonar.

Su pelo había sido peinado en bucles y lo llevaba sobre un hombro con una cinta salmón y un broche de cruz. Tenía una mezcla de sombras desde crema hasta salmón en los ojos y labial de color coral.

 

Ella lucía realmente hermosa en ese vestido… pero claro, todo se arruinaba con su expresión de incomodidad. Y le estaba costando mucho no dejar que su padre la viera.

 

Era, aproximadamente, entre las 3 y las 4 de la tarde cuando se despidieron de las otras familias en la catedral y regresaron al solar.

 

— ¿Estás bien? —preguntó Malik a la bicolor, en un susurró, sabiendo que su amiga parecía al borde del colapso.

 

Riyu que caminaba varios pasos detrás de su padre, con los labios apretados en una fina línea y los ojos puestos en el suelo, simplemente asintió con la cabeza, sin mirar al pelicenizo a su izquierda.

 

Bakura, quien caminaba a la derecha de la chica, se inclinó hacia ellos —no te está escuchando, está hablando con Odion —señaló con la cabeza a los dos hombres, sabiendo que ella estaba claramente mintiendo.

 

—Solo estoy… harta —se quejó con voz baja y medida —quiero quitarme este maldito vestido. Me siento sofocada y… —movió sus manos, sin saber qué otras palabras usar para expresar su incomodidad.

 

— ¿No te queda bien? —preguntó Marik, arrimándose también desde el otro lado de Malik.

 

—No es eso… —suspiró ella. 

 

—A Ry, en realidad, no le gusta usar vestidos —explicó su novio al de ojos fucsia —no solo porque siempre los escoge su padre, sino que ella es más de ropa holgada y cómoda, que estas cosas ajustadas, delicadas y femeninas —pellizcó suavemente el encaje de sus hombros —la hace sentir como… —la miró con precaución —una muñeca de vestir… —susurró, lo más bajo que pudo ser escuchado.

 

Los tres chicos pudieron ver cómo la jovencita se tensaba ante la última explicación de su mejor amigo. Los puños apretados, con las uñas perfectamente manicuradas a la francesa clavándose en las palmas. Las mejillas se hundieron levemente, seguramente bajo la mordida de sus dientes. Y la respiración se agitó en cuestión de segundos.

 

Riyu parecía lista para sucumbir a un ataque de ansiedad.

 

Pero se detuvo, inhaló todo lo que su pecho le permitió, mantuvo el aire un par de segundos, y luego exhaló por la boca lentamente, mientras se obligaba a soltar las manos.

 

Las tres marcas de medialuna en cada palma, sin embargo, tardarían en desaparecer de su piel pálida.

 

—Sí —asintió hacia Malik —esa es una explicación acertada—pronunció despacio, viendo el solar a la distancia.

 

Una mano deslizándose por la parte baja de su cintura la sorprendió lo suficiente para levantar la mirada del piso —bueno, es una pena, porque luces muy bonita —ofreció Bakura, con una sonrisa a medias, aunque parecía a la expectativa, esperando que el cumplido se recibiera de la mejor manera.

 

Fluffy me quitó las palabras de la boca. Es cierto —acompañó Marik, también con una sonrisa pícara.

 

Bakura gruñó ante el apodo, y Riyu finalmente se permitió una pequeñita sonrisa, y un resoplido que no alcanzaba a llamarse risilla.

 

— ¡Es más! —saltó Malik en su lugar, repentinamente. Ya habían llegado a casa —Baku, sé lindo y tomamos una foto —casi le lanzó la cámara digital que había llevado al bautizo de su sobrina —tomé varias fotos allá, pero quiero una con mi mejor amiga~ —entonó alegremente.

 

—Malik, no estoy de humor… —intentó negarse, pero realmente no opuso resistencia mientras el oji-lavanda la arrastraba hacia un lado del frente de la casa. Simplemente suspiró, sabiendo que todos los ojos estaban sobre ellos ahora.

 

—Venga, sonríe Creampuff —animó el pelicenizo menor —tengo algo en casa para ti, cuando el viejo esté lo suficientemente perdido —le murmuró al oído, acomodando algunos mechones blancos —para que estés más cómodo.

 

Malik sonrió cuando Riyu se animó ligeramente ante la promesa de un cambio de ropa, dejó que el más alto los acomodara a ambos y sonrió cuando Bakura se acercó para enfocarlos con la cámara.

 

Una foto se convirtió en una mini-sesión. Marik se acercó y, entre él y su novio, levantaron a Riyu al estilo trono, cosa que finalmente le sacó una risa sincera. Ishizu también se acercó para tomarse otra foto con Talila (como si no hubiera suficientes del bautizo) y Malik convenció a Bakura de tomarse una, solos él y Riyu.

 

Fue la foto en qué más feliz parecía Riyu.

 

—Cuando imprima todas esas fotos, te regalo la copia de la tuya con Baku —murmuró Malik en tono pícaro a su amiga, provocando que esta se ruborizara suavemente y le diera un disimulado codazo en las costillas.

 

Ishizu exageró un suspiro de alivio cuando todos entraron —finalmente en casa —tarareó, dándole la niña a Ryutaro antes de quitarse los zapatos dorados con algo de tacón que llevaba —moría por quitarme estas cosas ¿No estás de acuerdo, Riyu? 

 

La aludida miró nerviosamente su propio calzado. Quería imitar a Ishizu y lanzar sus sandalias a cualquier rincón de la casa, pero volvió la mirada a su padre y este se la regresó con ojos severos y expresión irreflexible.

 

—Yo… uh —empezó nerviosamente —sí, claro, pero yo… no podría andar descalza en tu casa, Ishizu.

 

—Oh —la morena desestimó el comentario con un movimiento de mano mientras buscaba algo en el pequeño armario bajo que había junto a la puerta —eso no es problema, estas son para ti, las conseguí después de que tu padre me mostró el vestido que usarías —le enseñó unas zapatillas cómodas pero bonitas, casi del mismo color de sus sandalias, con un pequeño lazo blanco como única decoración en la parte delantera.

 

Riyu miró a la morena con indudable alivio en sus ojos, sin dejar que eso se reflejara en su rostro volvió a mirar a su padre. El hombre hizo una mueca, sin querer rechazar el ofrecimiento de Ishizu, así que le dio un asentamiento a su hija. 

 

Felizmente, Riyu se cambió de calzado y dejó las sandalias en el pequeño armario para recogerlas cuando se fuera a casa.

 

Sus pies agradecieron el cambio de calzado y le permitió relajarse un poco.

 

—Bien —Ishizu dio una palmada mientras miraba el reloj en la pared del salón —Ry ¿Serías un cielo y dormirías a tu ahijada? Debería tomar una siesta antes de la cena, ha estado despierta desde la mañana.

 

—Desde luego, Ishizu —Riyu se acercó a su padre para tomar a la bebé, que ya se estaba quejado — ¿Estás cansada, pequeñita? —arrulló suavemente y, de hecho, la bebé bostezó.

 

—Uno de ustedes vaya con ella, por si necesita algo —miró entre Marik y Bakura —el otro va al patio con Odion y el señor Ryutaro para terminar de arreglar la mesa y demás para la cena —organizó —Malik, ayúdame en la cocina. 

 

Marik y Bakura intercambiaron una mirada —yo voy con ella —decidió Marik, antes de que su amigo pudiera decir una palabra —claro, si está bien para ti —añadió, como última ocurrencia, mirando a la chica. 

 

Si Riyu estaba decepcionada, no lo demostró de ninguna manera, pues le ofreció una pequeña sonrisa a Marik mientras acomodaba a la bebé en sus brazos —desde luego. 

 

Así pues, Marik siguió a Riyu con su sobrina hacia la habitación de Ishizu y Odion, dónde estaba la cuna de la niña.

Bakura siguió a Odion y a Ryutaro al patio, dónde ya estaba dispuesta una mesa alargada para la cena de esa noche. Las sillas estaban apiladas a un lado de la puerta trasera así que los tres se dispusieron a acomodarlas.

Malik fue con Ishizu a la cocina y, mientras la mujer abría los estantes con platos y demás, Malik se dirigió al refrigerador para sacar un par de botellas.

 

— ¿Vas a empezar ya? —se rió entre dientes Ishizu, viéndolo sacar dos cervezas negras.

 

—Entre más pronto, mejor —asintió, con una sonrisa burlona —mi pobre Ryou está harto de ese vestido —Malik arrulló, como si se refiriese a un niño pequeño, luego mostró una sonrisa maliciosa —Empecemos con algunas cervezas antes de que lleguen los demás invitados y ya luego sacamos el whisky y el ron ¿Tienes los papeles listos? 

 

—Por supuesto —contestó ella, antes de encender las hornillas de la estufa.

 

Malik asintió y se dirigió al patio para ofrecer las cervezas a su cuñado y al padre de Ryou.

 

Marik se sentó en la cama de Ishizu mientras Riyu se paseaba por la habitación a paso lento y rítmico, meciendo a Talila y tarareando por lo bajo. El moreno la siguió con la mirada, no pudiendo evitar una pequeña sonrisa al ver la forma cuidadosa y dedicada en la que ella cuidaba a su sobrina.

 

— ¿Quieres tener hijos? —preguntó de pronto, acomodándose.

 

— ¿Uh? —Riyu paró de caminar para mirarlo, sorprendida, pero sin dejar de mecer a su ahijada — ¿Qué? —parpadeó rápidamente.

 

Marik se rió entre dientes —que si quieres ser madre —repitió, divertido con su reacción.

 

—Uh… yo… no lo he pensado, para ser honesta —respondió, totalmente extrañada — ¿A qué vino la pregunta?

 

—Oh, no lo sé —se encogió de hombros —te ves tan contenta y relajada cuidando a Talila, incluso sonríes —la señaló —pensé que serías el tipo de chica que ya sueña con una futura familia.

 

Riyu se sentó frente a Marik en la cama, teniendo cuidado con la casi dormida bebé en sus brazos —es difícil no sonreír con un pequeño angelito como este —acarició suavemente el pelo negro —los bebés no hablan así que ríen y hacen ruiditos, eso es adorable. Claro, también lloran mucho, pero es parte del paquete —se encogió de hombros —no sé si alguna vez sea capaz de cuidar adecuándose a un bebé por mí misma, tomando en cuenta el tipo de padre que tengo, pero… creo que sí me gustaría tener uno alguna vez —concluyó.

 

—Estoy seguro que serás una gran madre, si alguna vez te decides —ofreció con gentileza.

 

—Gracias —susurró de vuelta, antes de usar un tono más juguetón —eso es muy dulce, ya veo porque Malik se enamoró —le dio una sonrisa.

 

— ¿Qué puedo decir? Soy irresistible, lo sé —se regodeó el otro, con una enorme sonrisa.

 

Riyu se rió de eso y Marik empujó su pie con el propio en reprimenda — ¿Te importa si voy un momento a mi habitación? Quiero cambiarme de ropa —levantó, con dos dedos, la solapa de la camisa de vestir dorada con líneas blancas que llevaba.

 

La chica le ofreció un cabeceo —claro, anda, tú que puedes —suspiró.

 

—Aguanta un poco más. Malik tiene algo para ti.

 

Ella arqueó una ceja — ¿No eran las zapatillas? 

 

Le sorprendió que Marik negara —no, eso fue completamente de mi cuñada. Malik parecía no saber al respecto, de hecho —recordó la rápida mirada de sorpresa en su novio y el murmullo de 'me olvidé de eso' cuando la morena había ofrecido el cambio de calzado —te daré una pista. Hay algo holgado y cómodo, como dijo Malik que te gustaba, esperándote… aunque, por la forma de hablar de mi ángel, puede que el estampado sea algún tipo de broma entre ustedes.

 

Riyu parpadeó unos segundos ante esa información —si Malik me consiguió un suéter rosa con nubes o muñecas estampadas, Marik, hoy te quedas sin novio —gruñó, frunciendo el ceño.

 

El mayor se rió de la agresiva declaración de su amiga —ya veremos —y, sin más se retiró de la habitación para ir a la suya.

 

Riyu se quedó allí, y continuó su tarea de arrullar a Talila mientras trataba de imaginar qué cambio de ropa le tenía guardado Malik.

 

Para cuándo el oji-fucsia regresó, Riyu estaba inclinada sobre la cuna, colocando lenta y cuidadosamente el pequeño cuerpo de Talila sobre las mantas.

Cuando la nena fue retirada por completo del calor de Riyu se revolvió un poco, pareciendo incómoda, pero Marik vio a la chica darle unas suaves palmadas a un lado de la pierna mientras continuaba tarareando.

 

Finalmente, Talila se quedó tranquilamente dormida en su cuna, bajo la mirada de su madrina y su tío.

 

—Asombroso —murmuró por lo bajo el pelicenizo —a Odion y a Malik aún les cuenta un par de intentos dejarla completamente dormida en su cama.

 

Riyu se encogió de hombros y le dio una sonrisa — ¿Puedes traer los radios? 

 

Marik alcanzó los aparatos blancos de una esquina de la habitación. Riyu los encendió y colocó uno en la esquina de la cuna, quedándose con el otro.

 

—Vamos —le susurró a Marik y ambos se retiraron silenciosamente de la habitación.

Notas finales:

*Me estoy tomando algunas licencias aquí, no soy muy conocedora de la religión cristiana-católica, y dudo que algo así exista… pero esto es un fic así que ???? fanfics lógic xD

 


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