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El pasado regresa por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marvel Estudios, Disney y a Stan Lee, los personajes de Harry Potter pertenecen a su autora J.K. Rowling. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark. Dr. Strange/James Potter (pasado)

Aclaraciones y advertencia: Romance, Crossover, Universo semi alterno, mención de Mpreg y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Beta Reader:

 

Resumen: Stephen conoció a James Potter durante su época de colegio en Hogwarts. Dejó el mundo mágico poco antes de que estallara la guerra contra Voldemort, para perseguir su sueño de convertirse en medico (tanto medimago como no mágico). Por casualidad conoce a Tony Stark, se hacen amigos y con el tiempo, se casan, pero ¿qué pasaría si el joven Harry Potter fuese el hijo de Strange?, ¿Cómo lo tomaría la nueva familia del Hechicero Supremo?

 

—f

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

El pasado regresa

 

 

Capítulo 4.- Harry

 

 

Dejar actuar a Sirius tal vez no era la mejor de sus ideas, pero debía darle algo de crédito y la oportunidad de cerrar ciclos.

Protegido por la dimensión espejo observó a Black actuar. Rodó los ojos a Lupin y Sirius comportarse como si no se hubieran visto antes de ese día. Demasiado melodrama para su gusto.

 

—… ¡es un hombre lobo! —exclamó uno de los tres jóvenes que tuvieron la mala fortuna de verse atrapados en una guerra sinsentido —¡Por eso faltó a clases!

 

Stephen sonrió. Chica lista. Esperaba que Harry fuese tan inteligente como para tenerla de pareja.

 

—¿Hace cuánto lo sabes? —preguntó Lupin en su papel de villano.

—Desde que Snape nos dejó el ensayo —el licántropo alabó sus habilidades. Sirius gritó que ya era hora de matarlo, Remus le pidió esperar, pero ni Black ni él deseaban esperar para acabar con el traidor. —Bien. Mátalo, pero espera un minuto más, Harry tiene que saber la razón.

—¡Ya la sé! —respondió Potter. Stephen pudo contemplar mejor al menor. Era tan parecido a James, pero también podía ver algunos rasgos suyos —¡Murieron por tu culpa!

—No fue él. Un hombre traicionó a tu padre y a Lily, pero fue alguien que hasta el día de hoy pensé que estaba muerto.

—¿Quién lo hizo? —Sirius dijo el nombre del traidor ordenándole aparecer, pero en su lugar fue Severus Snape quien hizo su aparición iniciando otra lucha verbal que hizo que los magos adultos se olvidaran de los menores.

Ninguno de los tres se percató cuando Harry tomó la barita de su amiga y lanzó un hechizo contra Snape pero el ataqué no alcanzó su objetivo pues un mándala dorado apareció delante de él.

 

—No creo que sea muy inteligente de tu parte atacar a un profesor —Strange hizo su entrada. La capa ondeando, dándole una pose heroica. Snape hizo una mueca al reconocer al hombre.

—Stephen… —siseó el maestro de pociones. Sabía bien quien era el primogénito de la familia Strange, uno de los magos más hábiles e inteligentes que llegó a conocer en su vida de estudiante y profesional —Me deleitaré tanto… —si iba a decir algo más, ninguno lo supo; cayó a través de un agujero que se abrió a sus pies.

—¿Qué fue lo que le hiciste? —cuestionó Lupin asombrado por las nuevas habilidades de su viejo amigo.

—Estará bien. Caerá un par de horas —dijo quitándole importancia al asunto —. Ahora, dejemos el dramatismo y terminemos de una vez —Strange hizo una señal y enseguida su capa se apresuró a capturar a la rata que se movía desesperada por liberarse. Ron trató de ayudar a su mascota, pero el hechicero se lo impidió —. Sirius, ¿haces los honores? —el animago sonrió. Movió su barita, rompiendo la forma animal y revelando su verdadera forma.

 

Peter Pettigrew era un hombre regordete, bajito, cabello marrón, sucio y despeinado. Tenía una calva en la coronilla. Algunos rasgos de roedor seguían visibles en su aspecto, seguramente causados por el prolongado tiempo transformado en rata.

 

—Sirius… Remus… ¡Stephen! —dijo tratando de sonar alegre, pero sin dejar de forcejear. La capa no lo soltó, al contrario, afianzó más su agarre. —Has crecido mucho. Te volviste más guapo. Seguro que James se arrepentiría de haberte dejado ir. Siento que te engañara con…

—¡Suficiente! —gritó el Hechicero Supremo. Su potente voz hizo estremecer al traidor y a los tres adolescentes. —Vendiste a Potter y a Evans a Voldemord, ¿cierto?

—No era mi intención hacerlo —lloriqueó Peter —… no imaginan la cantidad de armas que tiene —miró al otro animago —¿Qué hubieras hecho tú, Sirius?, ¿Qué hubieras hecho en mi lugar?

—¡Hubiera muerto! —dijo furioso. Quería asesinarlo, pero estaba seguro que Stephen no dejaría que lo hiciera delante de su hijo y los otros dos niños —Preferiría morir antes que traicionar a mis amigos.

—Por tu cobardía, un niño quedó en la orfandad y muchos otros sufrieron. Por culpa tuya. Sirius pagó por un crimen que no cometió —agregó Strange. Sin mencionar que también fue por esa razón que él se enteró de la peor traición de James, pero prefirió morderse la lengua. Harry no debía enterarse, al menos no así.

—Es suficiente, ¡hay que matarlo! —exigió Sirius. La ira por los años en Azkaban comenzaba a cegar su buen juicio. —Debiste saber, Peter que, si Voldemord no te mataba, nosotros sí, ¡cualquiera!

—¡No! —Harry lo detuvo. No importaba que ese hombre fuera el responsable de la muerte de sus padres, no podía dejar que ellos se mancharan las manos de sangre. Debían entregarlo a los dementores para que se encargaran de darle su merecido.

 

 

 

Mientras Sirius, Lupin y los niños sacaban a Peter por el lado del bosque, Stephen se quedó atrás; había recibido una llamada de Tony, además tenía que sacar a cierto profesor de pociones de su caída interminable.

 

Afuera, las cosas parecían estar en calma. Sirius y Harry tenían un respiro para hablar un poco y conocerse. Aun no era su momento de presentar, el hechicero lo sabía.

 

Stephen abrió un portal y Snape cayó de bruces contra el suelo. El profesor de pociones se incorporó de inmediato para plantar cara delante del hechicero.

 

—Estuve cayendo por media hora —Strange se encogió de hombros, restando importancia al asunto, no es como si lo hubiera enviado a una dimensión peligrosa.

—Olvidaba lo reina del drama que puedes ser, Severus —el aludido entrecerró los ojos, pero no agregó nada más.

 

Stephen era un par de años menor que él, aun así, solía defenderlo de los constantes acosos de James y Sirius. Fue su amigo, muy a pesar de la relación que tenía con Potter… era una lástima que se distanciaran.

 

—¿Qué haces aquí, Stephen?, ¿es qué te aburriste de jugar con los muggles? —Strange le dedicó una media sonrisa, para ser alguien que odiaba a los no magos; Snape sabía mucho de su vida entre ellos.

 

El Hechicero quería decirle que le alegraba volver a verlo, pero fue interrumpido por su capa que acababa de entrar para advertirle del peligro que los niños corrían afuera.

 

Lupin se había transformado en licántropo y Sirius, en su forma perro luchaba con él. Peter ya no estaba. Escapó. Stephen invocó “las bandas carmesí de Crytorrak” para inmovilizar a Remus. Los niños y Snape (que había seguido de cerca a Strange), quedaron sorprendidos por el despliegue de magia sin barita realizada por el hombre.

 

—¿Están bien? —cuestionó el hechicero.

—¡Sirius! —gritó Harry siguiendo al perro que se alejaba tambaleante. Hermione quiso seguirlo, pero fue detenida por Severus. El hechicero le ordenó a su capa ir tras ellos, con un criminal suelto, no era seguro para unos niños sin experiencia, aunque, por como se comportaban, Stephen supuso que ya habían tenido su buena dosis de aventuras.

 

Envió a Lupin por un portal a un lugar seguro. Debía ir tras Harry y Sirius.

 

—Severus, hazte cargo de los niños. Yo iré por esos dos.

 

 

 

 

Stephen no tardó mucho en encontrar a Harry y a Sirius, los dos estaban en la orilla de un estanque. Dio un paso. Se detuvo. Los dementores hicieron acto de presencia y atacaron al niño y a Black, pero él no intervino, había sentido dos presencias ocultas entre los árboles, dos que rompían con las leyes del Tiempo.

 

Se internó en la Dimensión Espejo y observó el desarrollo de los acontecimientos. Estaba impresionado del “Patronus” que Harry usó para salvar a su yo del pasado y a Sirius. Siguió a los niños y permitió que el flujo del tiempo retomara su rumbo. Fue testigo de como liberaban a Black de la torre donde aguardaba su horrible final.

 

 

—… quiero ir contigo —le pidió Harry a Sirius una vez que se encontraron a salvo. Black posó sus manos en los hombros del niño. Era alto, no cabía duda que era un rasgo que heredó de Stephen; ahora que lo pensaba, sus ojos eran como los de la mayoría de los Strange.

—Quizás después, por el momento es muy peligroso y además… —le hizo sentarse mientras él se ponía en cuclillas —tú debes estar aquí…

—Pero eres inocente —Sirius sonrió. Le rompía el corazón tener que dejarlo, pero no tenía opción.

—Tú lo sabes y eso es más que suficiente —tomó el rostro de Harry entre sus manos, acariciando las mejillas con sus pulgares —. Supongo que ya te lo han dicho, eres igual a tu padre, menos tus ojos sacaste los de…

—Mi madre… —Sirius se dio cuenta del error que estaba por cometer, pero debía decirlo, era necesario que se supiera la verdad, pero tenía miedo de perder lo ultimo que le quedaba de James.

—Hay cosas que no te he dicho aún, pero sé que no es el momento —hizo una pausa —… pero debes entender que a veces las personas lastiman a sus seres amados creyendo que hacen lo mejor para ellos. Ya debo irme.

—¿A dónde iras? —ese fue el momento que Stephen escogió para hacer acto de presencia. Sirius sonrió, al parecer a su amigo le gustaba ser el centro de atención.

—Creo que yo puedo resolver eso —dijo Strange. La Capa de Levitación se separó de el para acercarse a Harry, se posó en sus hombros y acarició su rostro con efusividad.

Stephen levantó una ceja ante tal acción, su capa no solía tener simpatía por otros seres humanos, a parte de él, bueno, solía jugar con Peter y le gustaba molestar a Tony, pero era diferente.

—Puedes venir a New York conmigo.

—No quiero ponerte en peligro —Hermione observó a ambos adultos. Ahora que las cosas estaban tranquilas, la joven bruja se dio cuenta de quien era el misterioso hombre que los ayudó en la Casa de los Gritos y con el profesor Lupin.

—No puede ser… —se acercó al hechicero —. Eres el Dr. Strange, uno de los Vengadores.

 

Harry observó al hombre. Era verdad, había escuchado de él de su tío Vernon quien consideraba que solo eran un grupo de payasos, había visto a su tía Petunia embelesarse con lo “atractivos héroes” y a Dudley fingir ser Ironman o Hulk.

 

—Es correcto señorita —dijo él —. Soy el Sr. Stephen Strange, el Hechicero Supremo.  Siento ser grosero, pero creo que es momento de que se vayan, yo me haré cargo de Sirius —los niños asintieron antes de salir corriendo dejando a los dos adultos solos. —¿Nos vamos?

—En verdad no tienes que hacerlo, puedo irme en el hipogrifo —pero Stephen no le hizo caso, en su lugar abrió un portal a la mansión Strange.

—Entra ya, a menos que quieras hacerlo por las malas.

 

 

….

 

 

 

Dumbledore observó a Stephen con una sonrisa amable. Había pasado un par de días desde que los dementores dejaron la escuela; en unas horas los estudiantes regresarían a sus casas. Aun no hablaban con Harry sobre su verdadera identidad y ya era momento. Strange no quería retrasarlo más pues no quería que el niño siguiera un minuto más en esa horrible casa con los familiares de Lily.

Por supuesto que sabía del maltrato que el niño sufría a manos de los Dursley, Tony se encargó de investigar y sabía lo mal    que lo trataban; independientemente de si Harry era o no su hijo no podía dejar que siguiera en ese infierno.

Por supuesto, llevó a Sirus haciéndolo pasar por su mascota para que fuera él quién contara su versión de la historia. Aunque ambos eran desconocidos para el niño parecía confiar en Black.

Fue complicado contarle a Harry la verdad de su origen; por supuesto que estaba triste al enterarse que Lily no era su mamá, pero sobre todo furioso. Vivió toda su vida en un infierno solo por la excusa de que la sangre de su madre lo mantendría a salvo de Voldemort y resultaba que era una maldita farsa.

 

—Se que esto es un duro golpe para ti —dijo Stephen una vez que Sirius terminó la explicación. Sus manos temblaban aun mas de lo habitual.

—¡Usted no me conoce! —Gritó molesto. Sirius quiso intervenir, pero Strange se lo impidió, Harry necesitaba desahogarse. —Toda mi vida. Estuve viviendo con personas que no me amaban, ¡que me consideran un monstruo!, ¿y dónde estaba usted?

 

Potter comenzó a llorar; era tan injusto. ¿Por qué tenía que pasar por todo ese sufrimiento?, ¿era una mala persona?

 

—Nada tiene que cambiar. Puedes seguir en Hogwarts, seguir viviendo con tus tíos —Harry se estremeció —, o venir a New York conmigo y mi familia, por supuesto que Sirius también irá.

 

Potter miró a su padrino; el animago se veía tan abatido.

 

—No pretendo ser tu padre…

—No lo eres —Stephen suspiró. Tal vez escogió mal sus palabras, dado que el niño se puso a la defensiva.

—James hizo lo que creyó que era mejor, quizás se equivocó —quería justificar a su ex delante de su hijo ¿pero en verdad podía o siquiera lo merecía? Harry vivió una vida de mentiras y él perdió la oportunidad de ver crecer a su hijo —. Tal vez las cosas hubieran sido diferentes si me hubiese dicho que estaba embarazado.

—Entonces usted habría muerto y mi madre seguiría con vida —escupió molesto, pero Stephen no se sintió herido.

—Cierto. Y tú estarías protegido por la familia Strange —dijo y eso pareció desarmar a Harry —. Podemos hacernos una prueba de ADN o una mágica para estar seguros de nuestro parentesco, pero creo que no es necesario —agregó mirando a su capa mientras que consolaba al niño.

—¿Qué pasará con los Dursley? —preguntó sin atreverse a mirar al hechicero a la cara.

—No te preocupes por ellos, al salir de la escuela, dejaran de tener tu custodia. Solo si quieres venir conmigo por supuesto —dijo con cierta inseguridad.

 

Harry asintió con la cabeza, se sentía abatido. ¿Qué en su vida era real y qué no? Sí el Sr. Strange era su padre, entonces porqué Lily se casó con su papá.

 

—No te preocupes Harry, yo estaré contigo en todo momento —Potter le sonrió a Sirius agradeciendo el apoyo.

 

Una vez más, se rindió a su destino, cansado de pelear ¿para qué seguir haciéndolo? De todos modos, nadie tomaría en cuenta sus deseos y lo obligarán a hacer lo que ellos quisieran en contra de su voluntad.

 

—Si no deseas venir conmigo, lo entenderé y buscaré una forma de que estés protegido de Voldemort.

 

Harry negó con la cabeza. Iba a acompañar al Sr. Strange, tal vez del otro lado del mar, Voldemort ya no podría molestarlo.

 

Continuará…

 

 

…...

 

Meh, no salió como quería, pero espero les guste el capítulo. En fin, nos leemos en el siguiente.

 


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