Llegó y se tiró en la cama.
Se despertó soñándolo a las 4 de la mañana.
Tomó el celular, inició whatsapp, miró el número de Bastian, abrió una conversación y dudó.
Lo cerró, tiró el aparato a la cama y se fue al baño, abrió la ducha, se desvistió, metió una pierna dentro de la mampara y salió apresurado, sin pensar, tomó el celular y escribió.
-estás despierto? soy Alex
Lo tiró nuevamente a la cama y fue a la ducha, estaba por entrar cuando el sonido de una notificación casi lo hace tropezar.
-calle daeng 128. 1 piso. departamento 104. estoy despierto.
Le costó unos cuantos segundos comprender que le había dado una dirección.
-Voy ya?
-Si
-En 20 estoy -respondió mientras entraba corriendo a la ducha y se pasaba el jabón por todo el cuerpo a una velocidad asombrosa, se puso lo primero que encontró en el ropero y cuando estaba corriendo en dirección a la puerta con la llave en la mano y el cuerpo secado a medias, mojando la ropa, cruzó por el espejo y se vio la sonrisa. Se detuvo un segundo y se miró. Pensó en Martina, en realidad no pensó en ella, más bien su imagen cruzó por su mente, pero la sonrisa no disminuyó, agarró la culpa, la ocultó debajo del subconsciente y salió presuroso.
En 18 minutos estaba tocando el timbre del departamento.
Bastian vivía asombrosamente cerca de su propio hogar... si eso no era una señal, no sabía qué lo era. Aspiró con fuerza el aire. ¿¿En que momento había empezado a creer en señales??
La puerta se abrió y el rostro cansado del rubio apareció, pero en cuanto una sonrisa rectangular se construyó en su rostro, todo, absolutamente todo el mundo, dejó de existir.
El rubio se hizo a un lado y el pelinegro entró.
Cerró la puerta y sin decir nada se dirigió hacia un cuarto que estaba más allá del comedor, atravesando un pasillo corto, Alex lo siguió.
En medio del pasillo, V, dejó caer la bata que llevaba puesta y llegó hasta la cama sólo con el boxer negro.
Alex tragó saliva.
El rubio se recostó en la cama grande, se puso de costado y dio unas palmadas junto a él.
-Tenía la esperanza que me escribieras. Te debo un baile.
El muchacho sintió una punzada de resentimiento.
-No vine por el baile.
-Ya se -sonrió de nuevo V y Alex contuvo el aire... como era posible que los labios formaran una caja perfecta y no perdieran esa puta sensualidad que lo hacía arrastrarse hacia él sin importarle nada?
-Vine porque hoy estabas mal. No quiero nada.
Bastian dejó de sonreír.
-y si te digo que lo único que me hace olvidar la mierda que estoy viviendo, es un poco de sexo?
-Puedo darte compañía también.
-Pero quiero sexo.
Alex comenzó a desvestirse lentamente mientras se acercaba a la cama. Bastian se puso de rodillas en el colchón y lo ayudó mientras lamía la piel que iba quedando al descubierto.
El muchacho tomó a Bastian de los hombros y lo acostó, pero el rubio se sentó nuevamente y lo obligó a tomar su lugar en la cama.
-No estoy acostumbrado a que me dirijan, dejame tomar las riendas -le propuso mientras se dirigía hacia la pija que estaba endurecida.
Alex lo detuvo, tomándole del rostro.
-Dirige lo que quieras, pero necesito besarte primero, por favor -rogó, y Bastian se dio cuenta de que lo estaba tratando como a un "cliente", siempre tenía el control y nunca besaba (o al menos lo evitaba). Sonrió. Necesitaba dejar de ser V, pero estaba programado por los años y sintió que tal vez no era el indicado para dar sexo y calor corporal. ¿En qué se había convertido?
Se aproximó y se acostó sobre él, para besarlo. Esta vez se dejo guiar, Alex lo besaba con tanta delicadeza que dolía. Lo abrazaba con fuerza y tuvo miedo de que toda la coraza que había construido con los años de mierda que le tocó vivir, se destruyeran, porque quedaría a la deriva, solo y desprotegido. Esos abrazos y esos besos despertaban a un Bastian que había estado dormido por tantos años!!!!
Ya le había pasado algo similar la noche anterior cuando con los últimos minutos que le quedaban de su turno, lo había besado. En ese momento también sintió que no estaba haciendo lo correcto, que los besos y abrazos dolían.
¿Quien soy? se preguntó mientras tenía cerrado los ojos y disfrutaba de las caricias y de esa lengua que le exploraba el interior de la boca.
¿Qué soy? se cuestionó atormentándose ante la dulzura con la que lo trataba ese hombre.
¿Qué me está pasando? ¿Por qué ahora? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo puedo impedir que me destruya? ¿ Cómo lidiar con Bastian, si V es la mejor construcción que he realizado a lo largo de mi vida? Alex lo acariciaba y lo besaba de tal manera, que podía sentir como, con cada capa de saliva que lo cubría, se borraba V y despertaba Bastian.
Se separó de los labios de Alex y bajó directamente hacia la pija del muchacho. Quería sexo, no hacer el amor, quería sexo que lo ayudara a olvidar, no un hombre que le hiciera sentir dolor porque tal vez... sólo tal vez... extrañaba amar.
Sacó la lengua y lamió la pija, luego lo metió en la boca y jugó con el glande mientras lo escuchaba gemir. Eso quería!!! escucharlo así. Comenzó a masturbarlo lentamente mientras seguía jugando con la punta en la boca.
-No quiero acabar tan pronto, por favor, dame un respiro -gimió el menor intentando apartarlo.
-Lo repetimos después -contestó sin moverse y alejando las manos de él.
Alex había comenzado a embestir ligeramente la boca de V cuando sonó un teléfono y el rubio se levantó como un resorte, corrió hacia el comedor y atendió.
-Hola!!!... si, si, soy yo... Oh Dios mío!!! dios mío!!! gracias por avisarme... si, si... comprendo... no se preocupe, digale que estoy ahí en unos minutos... muchas gracias por hablarme, muchas gracias!!!
Lo vio entrar nuevamente, tropezando con las cosas, con una sonrisa hermosa y rectangular tiñendo el lugar de blanco (una sonrisa que no era para él). Se dirigió hacia el ropero, lo abrió y comenzó a vestirse.
-A donde vas?
El rubio se dio media vuelta y fue como si de pronto se percatara que había un hombre desnudo en su cama.
-Oh! era del hospital, les di mi número por si había alguna urgencia, Javier despertó, está asustado, quiere verme -le explicó feliz y Alex odió esa felicidad.
-Te vas ahora? justo ahora?
Bastian giró y lo miró un segundo.
-Ok, ok, perdón -respondió mientras terminaba de ponerse una remera negra amplia y se arrodillaba frente a su pija.
-Qué estás por hacer?
-Estoy por hacerte acabar, vamos, concéntrate -le exigió y Alex retrocedió en la cama hasta descender de ella por el lado contrario.
-Estás loco??? no me refería a eso!!!
-Oh! no sé que decirte, Alex. Perdón por hacerte venir, si quieres te pago el combustible que gastaste hasta aquí.
-Dios, Bastian, para vos todo es una transacción comercial? Javier no puede esperar hasta que amanezca? tienes que irte ya????
-Alex, Javier despertó y me necesita!!!! no sé que más quieres que haga, no puedo quedarme, te juro que lamento haberte hecho venir!!!
El muchacho quedó en silencio observándolo y Bastian suspiró para luego seguir vistiéndose.
-Quería estar contigo.
-Yo también!! pero no puedo ahora, yo te escribiré cuando pueda.
-Cuando puedas??
-Alex, no sé que más quieres que te diga, necesito ir a ese hospital, y necesito hacerlo ya, así que por favor, no quiero ser descortés, pero necesito que te vistas y te vayas.
-Es tu novio?
-Qué?
-Ese niño es tu novio?
-no, alex! no, es mi compañero.
-Entonces deja la visita hasta mañana, quédate conmigo -le dijo mientras se acercaba y hacía el intento por sacarle nuevamente la remera con cierta violencia, sacudiéndolo con bronca.
Bastian se asustó, habían sido muchos años de encontrarse con hombres con piel de cordero. Retrocedió pegándole un manotazo para que lo soltara.
-Alex necesito irme.
Pero Alex en ese momento ya no tenía la piel de cordero, era un lobo, un lobo celoso, un lobo posesivo... y estaba ciego.
-Te voy a pagar, quédate conmigo esta noche, no sé si podré volver algún otro día. -le dijo tajante mientras sacaba la billetera y le ofrecía el dinero que pagó por él cuando tuvo sexo.
Bastian miró los billetes y se sintió morir, eso le pasaba por dejar de ser V, eso le pasaba por bajar la guardia.
-Estimado cliente, metasé los billetes en el culo y salga de mi casa -le dijo con voz grave y mostrando los dientes.
Alex tiró el dinero en la cama.
-Te estoy pagando. En teoría, ahora yo te tendría que importar más que ese chiquillo.
Bastian retrocedió y se puso un jean gastado. Tomó la ropa de Alex y se la tiró a la cara.
-Vistase y váyase de mi casa, iré al baño a lavarme la cara y espero que ya no esté cuando regrese.
Se dio media vuelta y un par de billetes más le cayeron desde arriba, Alex los estaba tirando en su dirección.
Sin pensarlo demasiado, giró y le pegó un puñetazo que dejó al pelinegro tirado en un rincón del cuarto.
-Estimado hijo de puta, o se va, o lo corro a las patadas.
Alex se levantó de un salto y estuvo a punto de atacarlo, Bastian lo percibió y se puso en guardia con los puños levantados. El muchacho retrocedió. ¿Qué estaba haciendo?
Dios!!! ¿Qué le pasaba? Él no era así!!! Estuvo a punto de golpearlo y desvestirlo. Estuvo a un tris de obligarlo. De exigirle que dejara de pensar en el imbécil de Javier y se percatara que él existía, que estaba ahí, que necesitaba de su atención.
-Bastian, no sé porque reaccioné así, perdón, quiero estar contigo.
-Se va a la mierda estimado cliente, tome la ropa y el dinero -exigió V sin bajar la guardia y Alex supo que había destrozado todo acercamiento conseguido.
-Bastian...
V hizo un paso en su dirección con los nudillos blancos de tanta tensión, lo iba a atacar, el rostro del rubio estaba transformado, ya no era un dios griego de sonrisa rectangular, se había convertido en una bestia herida y lo iba a morder.
Alex tomó el dinero que le había tirado, se vistió y se fue.