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STREEPER por juda

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Martina le dijo que no iba a poder verlo porque tenía que salir con su madre para ver el vestido de novia y agradeció ese momento de soledad. No tenía ganas de mentir que le interesaba la parte estética de la boda. Martina no entendía que todo lo que ella decidiera, para él estaría bien, siempre y cuando no lo obligara a llevar un vestido de princesa... él aceptaba cualquier cosa.

Estaba acostado mirando la tele, iba a ser una noche larga, eran las 10 y media de la noche y no tenía ni un atisbo de sueño. Había cenado ligero y ahora tenía un poco de hambre.

Se levantó, se vistió, sacó el auto y fingió que iría a un supermercado para comprar algo para comer.

Fingió.

Fingió para si mismo y no se dijo nada cuando estacionó en el Rapsodia y entró.

Fue directo a la barra, esperó paciente a que lo atendiera la chica, Javier estaba ahí también pero se ocultó entre la gente para que no lo viera.

-Quiero una cerveza.

La muchacha asintió con la cabeza, cuando se la alcanzó, él se acercó a través de la barra y ella hizo lo mismo, poniendo el oído para escuchar.

-V está dando bailes hoy?

-Si, señor cliente.

-Quiero un turno.

Le cobraron por la consumición y el baile, cuando la chica le dio el papel y el aparatito pudo sentir la mirada de Javier que se había acercado pero evitó mirarlo.

-Hay dos personas antes que usted, pero las chicas comenzarán con el baile en el escenario de manera que puede disfrutar del espectáculo mientras llega su turno. Espero que se divierta, estimado cliente.

Alex asintió y se dirigió hacia una de las mesas que estaban cerca de la tarima y se relajó. Esta vez no estaba nervioso, tal vez tenía un poco de ansiedad pero nada fuera de lo común. Se sintió bien con esta nueva situación, en una de esas la obsesión que tenía por el rubio estaba perdiendo interés y pronto podría regresar a su preciada rutina.

Con la mirada periférica percibió como un tipo miraba hacia las cortinas bordó con insistencia, volteó disimuladamente a verlo. Era el mismo hombre alto que estuvo la noche anterior antes que él.

Sonrió para si mismo: V tenía clientes fijos aparentemente.

¿Él se convertiría en eso? ¿Un cliente fijo que pagaba para verlo contonearse delante de él? ¿Dejaría que un simple bailarín lo rebajara a tanto? Estuvo a un tris de levantarse y salir. De pronto sintió bronca, ¿qué estaba haciendo ahí? ¿Por qué no estaba en su cama, durmiendo? ¿Por qué gastaba tiempo y dinero en alguien inalcanzable?

Inalcanzable! el calificativo le resonó en la cabeza... ¿por qué había pensado eso? ¿y si V de pronto fuera alcanzable? ¿qué pasaría? Nada! estaba por casarse. Amaba a Martina. Sus padres la aceptaban y estaban felices con esa aparente fachada de normalidad que reinaba en la vida de Alex. En su vida no existía solo él. Habían muchas más personas que se verían afectadas por cualquier paso o decisión. Si V fuese alcanzable, no pasaría nada más.

"Será la última vez que venga aquí" sentenció, y sintió una presión en el pecho.

El hombre alto se levantó de un salto y se dirigió hacia las cortinas bordó... ¿él habría venido algún viernes? ¿él habría tocado a V? ¿Cuantos lo habían hecho? ¿Qué sentía Javier ante eso? Giró la cabeza hacia la barra y vio al rubio pequeño mirando hacia las cortinas. ¿Qué tan doloroso era compartirlo?

Pasado 25 minutos apareció el tipo alto y se sentó nuevamente en su mesa, estaba transpirado y se tocaba el pecho. "Te vas a morir de un infarto" pensó sonriente... él también había salido con ese aspecto la noche anterior?

A los minutos una mujer que estaba en una mesa junto a una amiga, se levantó e ingresó al sector Vip.

Se fue a la barra y pidió una segunda botella de cerveza, la muchacha asintió pero el que se la trajo fue Javier.

-Aquí tiene, estimado cliente, veo que el espectáculo le gustó y regresó pronto!

Alex lo miró sonriente y le pagó. No objetó nada, estuvo a punto de decirle que volvería cuantas veces se le antojara, pero tuvo miedo que le metiera trabas para poder ver a V. Javier lo miraba con una sonrisa fingida y los ojos decían más de lo que deberían, había dejado de ser el pequeño rubio amable, había una sombra de rencor, de celos, de posesividad.

Regresó a su lugar.

-El chico es un perro guardián -le dijeron desde la mesa contigua.

Volteó a observar al hombre alto.

-Si? -respondió Alex intentado una sonrisa.

-Te vi ayer, puedo sentarme en tu mesa?

-Si!

El tipo se cruzó.

-Si estás de nuevo para V es normal que Javier muestre un poco los dientes, aparentemente tienen una relación. No te dejes amedrentar.

-Ok

-¿Te gusta V?

Alex lo observó, el hombre lo miraba de frente y se lo notaba ansioso.

"Cree que soy una especie de adversario" pensó.

-No estoy para ver a V -respondió y pudo ver que el hombre se relajaba.

-Ah ok! entonces estás para Raul!!! Es un excelente bailarín también, brindemos por V y Raul -dijo alzando la botellita y Alex la golpeo con la suya. -Mi nombre es Esteban.

-Alex -respondió ante dos segundos de duda.

El tipo alto asintió con la cabeza y regresó a su mesa para terminar con su cerveza.

El espectáculo había comenzado hacía unos minutos y las bailarinas subían y bajaban en el caño, sintió vibrar el aparatito y se levantó. Esteban lo miró y se despidió con un movimiento de cabeza, contestó y se fue al sector Vip.

Unos segundos después estaba sentado en el pequeño habitáculo.

V apareció y vio una pequeñísima duda cuando ingresó.

"No le gusta que sus clientes lo reconozcan fuera de su círculo de trabajo" pensó. Esta vez había decidido entrar al club sin máscara. Quería que lo reconociera.

-Buenas noches estimado cliente -le dijo con su voz grave.

-Dime Alex, por favor.

-A veces olvido los nombres, estimado cliente.

-Tal vez no regrese, solo por hoy dame el gusto y dime por mi nombre.

-No regresará? Pensé que vendría el viernes, Alex.

-No recuerdas los nombres pero veo que sí los rostros!!! te acuerdas de mi!!!

V no contestó, tocó el botón en la pared, la música comenzó y su baile nuevamente dejó hipnotizado al pelinegro.

-Puedo bailar contigo? -preguntó. V se detuvo, confundido -No te tocaré, solo quiero bailar contigo, a tu lado.

-Si no me toca, puede hacerlo, estimado cli... Alex

El menor se paró y bailó junto a él, con toda la cercanía de la que fue capaz sin tener que rozarlo.

Sabía lo que hacía, de adolescente supo practicar toda clase de bailes y quería demostrarle que él también podía dejarlo sin aliento.

Cuando lo vio desvestirse jadeó y no le sacó los ojos de encima.

V también lo miraba. Cada vez que sacaba la lengua y se la pasaba por la boca, él hacía el mismo gesto. Las lenguas se movían con escasos centímetros de distancia, podía percibir el aliento del bailarín con un dejo de olor a alcohol.

-Te diviertes, te gusta esto? Dime que lo estás disfrutando tanto como yo. Quiero ofrecerte un poco del placer que me estás dando... lo estoy consiguiendo?

-Me sorprende, es el primero que pide bailar conmigo, estimado cliente y que se comporta de manera educada. No debo divertirme sino hacer que su dinero valga la pena, pero le aseguro que esto me causa placer.

-Alex, dime Alex -rogó.

-Alex -contestó el rubio mientras giraba y se sacaba el pantalón con movimientos tan sensuales que los dioses del orgasmo seguramente estarían montando una orgía con solo verlo.

Cuando giró, miró el boxer y luego a sus ojos verdes (qué color habría debajo de las lentillas?), el bailarín estaba tan excitado como él!

V nuevamente sacó la lengua para pasarla por los labios y Alex sacó la suya, pero no la movió, se quedó quieto, mirándolo fijamente. El rubio se acercó, agitado y apoyó la lengua sobre la de él, suavemente, cerró los ojos un segundo y la desplazó hasta los labios de Alex que abrió la boca, pero el rubio no profundizó y se alejó aturdido, excitado, agitado.

Cuando la alarma sonó, los dos tenían el cuerpo mojado en transpiración y unas erecciones que dolían. V tomó su ropa del piso, hizo una reverencia y antes de salir lo miró.

-Es una lástima que no regrese, Alex, hasta siempre.

-Hasta el viernes -le aclaró casi en un grito antes de que saliera el bailarín. V se detuvo unos segundos y pudo jurar que sonreía.

-Hasta el viernes, Alex, que descanse bien -contestó y se fue.


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