21.-Coche
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-Olvídalo, Potter, no compraremos esa cosa horrible -dijo Severus cruzado de brazos y con el entrecejo arrugado.
-Severus, es un coche para nuestro bebé -dijo manejando el cochecito como si fuera por la calle, haciendo reír a un par de vendedoras, logrando que Severus se molestara más.
¿Se daba cuenta el idiota como llamaba normalmente la atención? Tenía el esposo más atractivo del mundo, dejando de lado lo amable que era, pero en momento como estos era un verdadero imbécil.
-No llevaremos un coche con colores tan chillones.
-No son chillo…
-¿Rojo brillante y amarillo papito no te parecen suficientemente escandalosos? Vas a dejar a mi hijo ciego.
-Severus, no seas exagerado -dijo abrazándolo y dándole un beso en la boca, para decepción de las vendedoras- además. No me has dado ninguna opción.
Severus miró alrededor, no le gustaba nada de lo que veía, así que se soltó del abrazo de su esposo y empezó a revisar la tienda con lupa. Quería algo más sobrio, menos chillón.
-Creo que puedo mostrarle algo que le gustara -dijo una chica que venía saliendo de la bodega de la tienda.
Severus vio como la chica se fue y luego regresó con un coche que casi le hace mostrar una sonrisa. Era un coche simple, venía con una silla para el auto. Era gris, y las telas que todo coche llevaba era de color verde olivo. Sí, era bastante sobrio.
-Muchas gracias -le dijo a la chica y rodó los ojos cuando Harry casi gruñe a la muchacha, claro, el idiota si podía mostrar sus celos abiertamente ¿verdad?
-Es algo simple -dijo Harry cruzándose de brazos parado junto a Severus.
-Pero es sutil, no llama la atención y tiene colores. Es eso o algo negro.
Harry vio los coches alrededor de color negro, no, demasiado apagados, pero no quería llevar el que esa mocosa había mostrado a SU esposo.
-Preferiría el rojo con amarillo.
-No, Potter.
-Severus, tengo derecho a elegir las cosas que llevaremos para el bebé.
-¿Y yo no? -preguntó a la defensiva-. Sí mal no recuerdas, soy yo quien lo está cargando.
-Pero yo te lo puse adentro -dijo testarudo.
-Escucha -dijo sosteniendo su mano, logrando que Harry de destensara-. Llevaremos este coche de paseo, pero puedes ver tú la cuna.
Harry hizo un puchero, pero terminó asintiendo y besando a Severus, recibiendo un codazo de su esposo cuando el beso se volvió demasiado obsceno para estar en público.
-Lo lamento -mintió con descaro, viendo como brillaron los ojos de la chica y sonreía, al parecer ella era algo diferente a lo que pensaba. ¿Puedes ayudarme con una cuna?
-Claro -dijo feliz la muchacha. Claro, ella no se pondría como babosa igual que sus compañeras, esta sería una buena venta y ella ganaría una buena comisión con estos locos clientes.
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Fin
N/A: Lamento mucho la hora, pero en este momento priorizo lo que está pasando en mi país y viendo noticieros y escuchando radio. Espero que todo esto pase pronto.
¡FUERZA CHILE!
¡POR LA RAZÓN O LA FUERZA!