27.-Calor
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Harry sonreía divertido, su esposo y su hijo eran iguales.
No es que alguien pudiera decir algo así si los veían, porque su mini Alpha era su copia en miniatura.
Sebastián tenía el cabello castaño oscuro y medio rizado. Los ojos más verdes que había visto, ni siquiera sus hermanos tenían ese color de ojos. Tenía la piel trigueña y una naricita algo picuda pero adorable.
En resumidas cuentas, Sebastián Stephan Potter Snape era una versión en miniatura de su padre Alpha.
Pero oh, calma, por que la apariencia era lo de menos.
Seb era igual a Severus en todo lo demás.
Arrugaba el entrecejo cada vez que se molestaba por que le quitaban la atención de su papá. No le gustaban las bebidas gaseosas y prefería tomar té negro endulzado con azúcar. No le gustaba el chocolate, pero amaba las gomitas con sabor de uva. Tenía tendencia a usar ropas oscuras y por sobre todo Seb y Severus odiaban el calor.
Por eso mismo le dio risa en cuanto llegó a su casa. Seb estaba en el suelo de la sala, acostado boca arriba, sus piernitas descalzas y una polera sin mangas. Su esposo estaba a su lado, también en el suelo, con un pantalón ligero y una polera de manga corta. Y para rematar el asunto un ventilador les daba directamente en el cuerpo.
-Veo que se derritieron -dijo Harry apoyado en la entrada, sin mostrar aun lo que traía.
Severus y Seb le miraron y sólo fue eso, una mirada lánguida y volvieron a cerrar los ojos disfrutando del aire fresco.
Harry caminó tranquilamente al sillón y dejó la bolsa que traía a un lado sonriendo, contando internamente los segundos, hasta que pasó.
-¿Qué hay en la bolsa? -preguntó Severus sin abrir los ojos.
-Helado.
Palabra mágica, en dos segundos tenía a su esposo sentado a horcadas en su regazo tratando de quitarle la bolsa de los brazos mientras él trataba de alejarlo, Seb se paró torpemente para sus tres años y caminó tras el sillón arrebatándole la bolsa a su padre.
-Ey, eso es trampa, me atacaron entre ambos.
-Bien hecho, hijo -dijo Severus tratando de bajarse, pero la mano en su cintura lo mantuvo en su lugar.
-Seb, puedes ir a tu habitación a ver televisión y comer helado.
-Gracias, papi -dijo el niño arrancando escaleras arriba, sólo hasta que estuvieron solos fue que Harry atacó la boca de su esposo.
-No, alto -dijo Severus- hace calor.
-Así es y estoy caliente -dijo moviendo las manos para bajar el pantalón de Severus un poco, sólo lo suficiente como para que quedara su trasero el aire.
-Harry, si Sebastián baja…
-Tienes razón, sería muy notorio -dijo para alivio de su esposo, levantándolo de su regazó, pero no le arregló la ropa a Severus, con rapidez sacó su pene por el cierre de su pantalón y sentó a Severus dándole la espalda, penetrándolo hasta el fondo. Puso una mano en la boca de Severus para que no gritara-. Salta, Severus -le dijo al oído mientras impulsaba las caderas del mayor para penetrarlo.
Severus miraba aterrado la escalera rogando por que su hijo no decidiera bajar. Pero el placer le estaba ganando y terminó entregándose. Cerró los ojos y se dedicó a disfrutar. Ya luego castraría a Potter por hacer esta estupidez, mientras tanto disfrutaría un poco de ese pene.
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Fin