Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Once Upon On October por Lovis_Invictus

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

[Advertencias]


Contenido sensible.


«Nadie tenía que saberlo»


[Mary Morstan • Irene Adler]


--------------- [ • • • ] ---------------


La, a este punto, común sensación de metal ardiente contra su piel se hizo presente, Mary dio un salto en su lugar, dejando caer el cuchillo para carne que hizo un fuerte sonido al chocar contra el suelo. Maldijo en voz alta, levantó el utensilio y lo lanzó malhumorada hacia el fregadero, apagando también el fuego que mantenía calentando la sartén. 


Se dirigió hasta el baño, donde una vez frente al espejo a cuerpo completo tras la puerta procedió a quitarse la camiseta; en su abdomen comenzaba a tomar forma una mancha blanquecina como si de una cicatriz se tratase, el tamaño era considerable, unos diez centímetros aproximadamente; suspiró fastidiada, tal vez se trató de un rodillazo o una patada.


Volvió a la cocina, esta vez con destino al frigorífico, del congelador extrajo una bolsa térmica casi congelada, entonces procedió a sentarse en una de las sillas en su pequeño comedor y la colocó sobre el reciente golpe, todo en la enorme apatía que le llenaba tras años tratando con la misma situación.


Ahí, entre el silencio mortuorio de un lunes por la tarde y mientras sentía el dolor en su estómago disminuir, sus pensamientos viajaron hacia esa persona que le hubo arruinado la vida desde el minuto en que hizo acto de presencia.


Durante sus primeros quince años de vida todo había transcurrido normal, entonces de un día para otro, justo en su cumpleaños número dieciséis, el dolor más agudo y penetrante que jamás hubo sentido apareció a la mitad de su espalda, obligándola a caer de rodillas sobre el asfalto justo mientras, temeraria, ignoraba el puente peatonal para cruzar la carretera tratando de ahorrarse tiempo, casi la destroza un camión de carga. Una vez en casa y con ayuda de un espejo pudo notar claramente la marca blanca de un latigazo atravesándole la columna. 


De ahí en más, todo se fue en picada.


Golpes, quemaduras, latigazos, señales de ataduras, incluso cortadas en las muñecas, pero esas últimas se detuvieron cuando ella se fracturó el tobillo jugando rugby.


Quien quiera que fuese su "otra mitad"... pues vaya vida de mierda.


Pese a todo seis años atrás había logrado casarse con un hombre maravilloso llamado John Watson, pero él era demasiado perspicaz y más pronto de lo que ella hubiese deseado las excusas para las constantes marcas en su cuerpo se le terminaron. Él comprendió rápidamente que Mary era una de esas pocas personas en tener a su alma gemela viva; aún recuerda el escándalo armado en su departamento, John le gritaba que era afortunada, la regañaba por no buscar a su complemento, sabiendo bien el significado de todas y cada una de las marcas blancas sobre su piel: su alma gemela estaba sufriendo. Rosseane le gritó, colérica, reclamándole la poca empatía hacia ella, remarcando que no era "afortunada", deseándole la muerte a esa persona que se había convertido en una dolorosa maldición.


John terminó lo suyo en ese momento, decepcionado, pero ella no tenía forma de saber que el alma gemela de John se había suicidado saltando de un edificio durante una gran investigación policial.


Afortunada, ¿eh?


Para nada.


Un día llegó a su consultorio una mujer preciosa, alta, parecía un muñeca, una con la mirada más apagada que nunca había visto; le acompañaba un hombre viejo, fue él quien pidió una revisión física exhaustiva, pues su hija llevaba días vomitando lo que consumía, pagó una suma enorme de dinero para que nada saliese de su boca y las dejó solas, la mujer solo respondió a sus datos personales, no dijo ni una palabra más en el transcurso de la visita.


No hizo falta, de todas formas Mary no hubiese podido responder nada, porque se había quedado en shock al descubrir que Irene Adler tenía en su cuerpo las heridas frescas de latigazos que le habían aparecido a ella en forma de manchas blancas esa mañana, todas en os mismos lugares. Su mundo se vino abajo cuando le pinchó el dedo para tomar una muestra de sangre y ella misma pudo sentir el dolor de la aguja perforándole la piel.


Su alma gemela no podía ser ella, se negaba a creerlo, no podía ser así. Dios era tan injusto esperando que amase a quien él escogiese, sin dejarle elegir, atándola a alguien que no conocía, ordenándole olvidarse de sí misma para cuidar a una mujer destrozada.


No iba a hacer eso.


Los siguientes años se limitó a tratarle las heridas cada que el anciano la traía; Irene nunca decía nada, no se quejaba, la única reacción que pudo sacarle fue un jadeo horrorizado que soltó cuando accidentalmente se le cayó un relicario, al momento de pasárselo Mary alcanzó a ver dentro una fotografía de ella sonriendo, abrazando a un hombre estoico de rasgos finos y cabello rizado. 


Pensó en lo bonita que se veía tan alegre y quiso desearle la felicidad, pero no pudo.


La odiaba.


Quitó la bolsa de su abdomen apenas notó que el dolor se iba, necesitaba una pastilla o se pondría peor más tarde. Suspiró, sintiendo lágrimas amargas acumularse en sus ojos, tal vez se embriagaría esa noche, por lo miserable que era la vida de ambas.


Rosseane sabía que sus almas estaban conectadas, podía verlo claramente en cada nueva marca blanca que aparecía en su cuerpo, pero no deseaba que nadie más lo supiera, ni siquiera ella.


No importaba si eso significaba hacerla sufrir.


Podía soportarlo, ambas podían.


 

Notas finales:

Regresó su máster en shippeos crack, esperen más de ellas durante el resto del reto :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).