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Mi Príncipe Omega por TidsoptimistMF

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Notas del capitulo:

Holi!!

Aqui les dejo el capitulo que todos esperaban 1313

 

La puerta. El primer paso. La única barrera que lo separaba de Yuri y que ahora se cerraba tras su espalda, sus pulmones llenándose de la más pura y suave fragancia.

Era embriagante, como el más dulce elixir de una flor en plena floración, atrayente, activando cada uno de sus nervios, los impulsos eléctricos corriendo por su cuerpo, chispeando hasta fortalecer todo su sistema.

Su energía, su sangre, todo se había concentrado en sus músculos y tal como un león se encontraba listo para cazar. Sus ojos se agudizaron ante la falta de luz en el recinto, su nariz olisqueo el aire y sin más que eso cruzó a pasos firmes y largos la estancia hasta llegar a un corredor.

Su mano tembló, producto de la emoción contenida al encontrarse frente a una puerta.

Podía sentirlo. Yuri estaba ahí.

Su mano tomó con fuerza el pomo, una última inhalación.

Abrió.

La imagen lo sobrecogió. El fuerte olor de Yuri atrayéndolo lo inundó hasta lo más profundo de su ser y el verlo ahí tendido y dispuesto sobre la cama solo alimentó aún más sus deseos.

Con sólo una delgada sábana blanca cubriendo lo justo y necesario, Victor se deleitó observando el cuerpo bien trabajo de Yuri, los suaves músculos de su abdomen que se iban delineando hasta perderse bajo los dobleces de la tela. Su pelo desarreglado, cubría ligeramente sus ojos, sus labios rosados y su respiración entrecortada producto del celo…exquisito. Victor pasó su lengua en sus labios repentinamente secos.

Entreabiertos, los ojos de Yuri se enfocaron en su persona.

La respiración de Victor se cortó por un par de segundos al sentir la profunda mirada que lo analizaba.

-Victor- pronunció finalmente Yuri, su voz sonando pecaminosamente tentadora.

Un escalofrío de placer recorrió de arriba abajo a Victor, sin embargo no se movió de su posición.

Por mucho que deseaba lanzarse encima de Yuri, de lamerlo, morderlo, besarlo y hacerle el amor hasta que no hubiera mañana, no podía simplemente dejarse llevar por sus instintos. El dolor que sus uñas le estaban provocando en ese momento al enterrarse en las palmas de sus manos era suficiente para mantenerse aún cuerdo, las gotas de sangre cayendo al piso de madera.

- Yuri…- pronunció con la boca demasiado seca. Realmente el contenerse se estaba volviendo un infierno.- Yo…

Victor no pudo seguir. Su cerebro parecía haberse desconectado. Estaba en blanco, ningún tipo de explicación o frase parecía formarse en su mente y menos cuando Yuri se alzó en toda su gloria y majestad de esa cama y comenzó a caminar hacia él. Sus pasos eran decididos y gráciles, fluidos como los de un felino.

Victor simplemente no tuvo oportunidad.

Antes de que la idea de escapar o detener a Yuri de hacer algo de lo que pudiera arrepentirse después fuera formada en su mente, el moreno terminó de acortar distancias, su boca buscándolo, fusionándose en un beso feroz y demandante.

Era un omega exigiéndole a un alfa que lo tomara.

Las barreras de Victor se vieron derribadas ante tal pasión, ante tal entrega. El sabor de Yuri inundaba su boca y su aroma le había llegado profundo hasta el alma. Su cuerpo se movió sólo y antes de que fuera consciente de lo que hacía, sus manos se aferraron a las dos perfectas nalgas de Yuri para alzarlo y llevarlo hacia la cama.

Por inercia las piernas de Yuri rodearon su cintura y su cuerpo desnudo se pegó más hacia él. Prácticamente se frotaba contra su cuerpo, excitándolo, motivándolo, marcándolo con su aroma y reclamándolo como propio.

-Yuri si sigues así no podré contenerme- pronunció Victor entre susurros, besando el cuello de Yuri, mordisqueando suavemente la piel de esa zona.

-Entonces no te contengas- murmuró, bajo y seductor, volviendo a besarlo hasta quitarle el aire de los pulmones.

Victor prácticamente se sentía un adolescente otra vez, con las hormonas alborotadas, el pulso descontrolado y básicamente perdido e inexperto ante el omega que tenía entre brazos.

Este no era el Yuri al que él estaba habituado, aquel líder serio y controlado.

Este era un Yuri totalmente distinto. Era demandante y seductor, su boca solo se separaba de la suya para mirarlo con esos oscuros ojos llenos de lujuria y perdición. Sentía que estaba presenciando aquel lado que Yuri mantenía bajo llave. Aquel que nadie había presenciado jamás y que se había preocupado de ocultar en lo más profundo de su ser y que sólo liberaba en la soledad de esas cuatro paredes donde nadie podía observarlo.

Nadie podría juzgarlo o utilizarlo por su condición omega.

Recostando a Yuri sobre la cama, Victor deslizó sus manos por su espalda, disfrutando del tacto, de la sensación de tener a Yuri en esa forma, totalmente entregado, pero a la vez salvaje e indómito.  

-¿Estás seguro de esto, Yuri?

Una sonrisa, cargada de lujuria surco los labios del pelinegro.

- ¿Desde cuándo tan inseguro, Victor?- contratacó Yuri, metiendo de paso sus manos por debajo de la ropa, sus dedos comenzando a rozar la tibia piel.

Victor tragó seco. La verdad ni el mismo tenía la respuesta.

Normalmente ya se habría lanzado sobre el omega, dejando todo el control a sus hormonas de alfa. Para este entonces ya lo tendría retorciéndose de placer y yendo para la segunda ronda, pero no. Con Yuri todo era distinto.

Su miembro ardía en la prisión de sus pantalones, sus músculos quemaban por ponerse en acción al punto de llegar a doler y sin embargo él se contenía, porque sabía y entendía el alcance que sus acciones podían tener para el futuro. Comprendía demasiado bien la situación en la que se encontraba y si Yuri había decidido desde un principio internarse en esa cabaña sin decirle nada a él, entonces él no podía ponerle un dedo encima…

- Sólo saciar su sed, sin llegar a más- fue su pensamiento. Tal como hace un día atrás, no se permitirá entrar en el omega ni reclamarlo como es debido. Sólo se enfocaría en entregarle placer.

Decidido y recuperando su habitual seguridad y seducción, pasó a besar a Yuri en profundidad, dejando que el omega lo recorriera con sus manos hasta obligarlo a separarse para desvestirlo. Hambriento y sin quedar saciado, Yuri tiró la ropa que tenía entre manos a algún punto desconocido y se aventuró a ir por los pantalones del contrario. Sus manos llegaron al cinturón, cuando Victor las detuvo.

- No tan rápido, príncipe- pronunció tomando las manos de Yuri y guiándolas hacia arriba hasta sus labios.- Aún queda mucho por disfrutar.- musitó al tiempo que mordisqueaba sus dedos y su lengua paseaba tentadora, enviando estímulos por todo el cuerpo de Yuri.

La verdad es que Yuri ya no sabía diferenciar si era por culpa del celo o la habilidosa lengua de Victor que lo hacía llegar hasta las nubes con sólo un toque. Lo único que sabía es que no quería que parara nunca.

Sus intensos ojos celestes brillando en la penumbra de la habitación, eran los ojos de un depredador acechando a su presa. Y Yuri no podía evitar sentirse perdido por ellos.

Muchas lunas ya había pasado solo, entre esas cuatro paredes siendo abrasado por el calor del celo al punto de hacerlo delirar del dolor. Era insoportable y angustioso cada segundo que pasaba ahí tratando de calmar su cuerpo, de tranquilizar el llamado que la naturaleza hacía. Muchas veces había terminado hiriéndose así mismo, sacando su lado más salvaje, sus uñas alargándose y cortándose así mismo. Ningún supresor hacia efecto en su cuerpo debido a sus habilidades especiales y muchas veces había temido descontrolarse al punto de dañar a otra persona.

Se había aislado en esa cabaña en busca de no tentar a nadie, pero también para no dañar a nadie.

En celo era peligroso. Perdía consciencia de sus acciones y ni su entrenamiento espartano lo ayudaba a controlarse. Si hería a alguien de su manada no se lo perdonaría nunca.

Si llegaba a dañar a Victor se odiaría por siempre.

Sin embargo, ahí estaba.

El hombre que había tratado de proteger, se encontraba entre sus brazos, mirándolo con infinito deseo, conteniéndolo y haciendo que su cuerpo ardiera en respuesta de deseo por él. Sin embargo, este calor era distinto.

No dolía.

Cada toque de Victor sólo lo incendiaba y lo revolucionaba, exigiéndole más, pero sin llegar a doler.

Irónico, ¿no?. Como una droga, Victor aliviaba ese lado insufrible de su celo y lo convertía en algo placentero, delicioso y disfrutable. Sus terminaciones nerviosas se encontraban sensibles al tacto y el mero roce de las yemas de los dedos sobre su piel era suficiente para llevarlo hasta el mismísimo cielo.

Los besos que Victor repartía por su cuello e iban bajando hasta llegar a su pecho sólo lo hacía soltar gemidos descontrolados. Victor se tomaba su tiempo en saborearlo y eso lo estaba exasperando hasta cierto punto. Lo quería dentro suyo. Quería que el compañero que el destino le había puesto al frente y que él mismo había aceptado después, lo reclamara y embistiera hasta que no hubiera un mañana.

¿Cómo es que el celo podía volverlo tan irracional y demandante?

La verdad en esos momentos poco le importaba. Sobre todo cuando Victor tenía ese brillo juguetón en sus ojos a medida que continuaba su camino de besos hasta llegar a su miembro, donde beso la base hasta recorrer toda su longitud.

Victor fue saboreando la sensible piel mientras de reojo veía a Yuri retorcerse entre las sabanas, jadeando incontrolablemente.

Una vista perfecta, si le preguntaban.

Su lengua subió y bajó, hasta tomarlo completamente contra su boca, escuchando a lo lejos como Yuri ahogaba un grito de sorpresa y satisfacción. Un sonido que para los oídos de Victor era un llamado a tomarlo hasta llevarlo al máximo punto de placer.

Sus ojos no se despegaban de los de Yuri, viendo el deseo tatuado en ellos. Podía sentir como la complicidad del momento y el erotismo iban aumentando por partes iguales. El calor que se había acumulado en la habitación ya estaba ejerciendo sus efectos, el sudor se comenzaba a agolpar sobre la piel y los sonidos que emitía Yuri junto la habilidosa lengua de Victor sólo terminaban por cerrar el cuadro.

- Victor…-pronunció con dientes apretados, sus manos bajando hasta el cabello plateado y enredándose entre las hebras. – Victor, te necesito dentro…

Esas palabras fueron un estimulante directo para la hombría de Victor, su miembro tironeando en el confinamiento de sus pantalones. Sin embargo, controlando cualquier impulso, se concentró nuevamente en su tarea de entregarle placer a su compañero y sin perder un segundo sus manos se encargaron de tocar los puntos exactos para hacerlo delirar y hacer que la mente de Yuri se pusiera en blanco.

El sabor de Yuri inundó su boca, su gemido de satisfacción sonando largo y profundo, su cuerpo agitándose mientras que Victor se preocupaba de no dejar escapar ninguna gota de aquél elixir. Sintió como los dedos en su cabello se aflojaban un poco y luego tironeaban ligeramente  obligándolo alzar la vista e ir por los labios de Yuri que lo llamaban con desespero.

Tan pronto Victor besó a su omega, sintió como este lo rodeaba con las piernas, pegando su pelvis contra la suya.

-Yuri- pronunció apretando los dientes para no ceder ante su voluntad.

- Aún te deseo dentro mío Victor- murmuró, sus labios pegándose a su oído, su voz un suave y tentador murmullo.- No me hagas repetírtelo

Victor cerró los ojos, en plena confrontación consigo mismo. Lo que más deseaba era cumplir la petición de su omega, todo su ser pedía y exigía reclamarlo. Pero no solo era motivado por el celo, sino también era algo que surgía de su interior.

Quería unirse a Yuri. A su omega. A su líder.

Sin embargo habían tantos componentes que hacían no fuera el mejor momento para su unión, que sentía que debía contenerse.

No podía ceder ante las exigencias de su omega en celo, aunque le doliera el tener que hacerlo.

Sintiendo que el alma se le desgarraba y su orgullo se deshacía ante la sola idea de tener que negarse a la petición de Yuri, se preparó para hacerle frente al pelinegro.

No había alcanzado si quiera a abrir los ojos para encararlo, cuando sintió que Yuri lo agarraba con fuerza y con una facilidad que llegó a sorprenderlo terminó dándolo vuelta, quedando Victor contra la cama y Yuri encima suyo. Sus ojos se abrieron de golpe y se encontró con la poderosa y soberbia sonrisa de Yuri.

- Te lo dije: te necesito.- pronunció con todo el orgullo y alteza que solo un líder podía tener. Sus ojos lo devoraban y desbordaban deseo, dejando por un segundo anonadado a Victor.

En serio, Yuri nunca dejaba de sorprenderlo.

En esos momentos Victor se sentía como un simple humano frente al glorioso Dios Eros que le exigía que cumpliera su voluntad.

Su única duda era si esa voluntad se mantendría al finalizar su celo y no lo odiaría por haberse aprovechado de su estado…

Tan inmerso estaba en sus pensamientos, que no se percató que Yuri prácticamente había destruido sus pantalones con sus garras y los había enviado a volar lejos. Sólo se percató de su completa desnudez cuando sintió algo húmedo y tibio recorrer su entrepierna hasta su masculinidad.

Sus ojos azules se clavaron directamente en los ahora rojizos de Yuri.

Solo una vez había visto la habilidades de Yuri salir a la superficie y había sido la vez que intentó escapar. Ahora la situación era radicalmente distinta y aunque sus motivos para escapar de ahí eran también distintos, sabía que ya no tenía salida.

Su último vestigio de conciencia fue dejado de lado cuando vio como la boca de Yuri lo tomaba al completo, sin que su mirada se apartara de la suya.

Un grueso sonido salió de su boca en modo de liberación por el tiempo que llevaba reprimiendo sus instintos. Sintió como sus músculos se tensaban y una fuerza sobrehumana lo embargaba. Sus manos agarraron fuertemente el rostro de Yuri pero sin llegar a dañarlo, solo la fuerza necesaria para separarlo de su miembro y llevarlo directamente a su boca. Sus lenguas se encontraron y prácticamente violo su boca en busca de ese adictivo sabor que caracterizaba al moreno.

Dejó que sus pulmones se llenaran una vez más del delicioso aroma que emitía Yuri y sin dejar de besarlo, sus dedos comenzaron una travesía hasta hundirse en las profundidades de su omega.

Yuri curvo la espalda al sentir como esos curiosos dedos, inspeccionaban su entrada hasta introducirse, lenta y suavemente hasta recorrer todo el trayecto en su interior. Su cuerpo se doblegó ansioso ante la intromisión y sin poder evitarlo comenzó a montarlos suavemente buscando mayor profundidad y roce.

Estaba en el límite y su cuerpo sólo exigía ser liberado de ese tortuoso deseo.

- Victor…-rogó entre suspiros que eran acallados por la boca del otro, esperando que entendiera con que urgencia necesitaba que lo llenara por dentro con algo más que sólo sus dedos.

Victor sonrió contra sus labios, como si su impaciencia lo divirtiera. Tal parecía que quería poner a prueba su cordura o llevarlo al límite de su paciencia.

Pero lo que olvidaba es que un omega en celo no tenía paciencia y si era necesario, Yuri utilizaría todo su arsenal de batalla para poder obtener lo que deseaba. Pero al parecer su decisión fue demasiada obvia, porque antes de que intentara cualquier movimiento, Victor quitó sus dedos para remplazarlo por su miembro.

-Por fin…-siseó Yuri satisfecho mientras se deslizaba con lentitud por aquella longitud.

- Sí que eres impaciente…Yuri

-No. Es solo…que tu…te demoraste mucho- pronunció, terminando por morder su cuello en reprimenda, pero Victor solo rio en respuesta. Una risa ronca, poderosa y masculina que resonó por cada célula de su cuerpo.

Yuri no podía sentirse más satisfecho y lleno. Sentir el musculoso y fuerte cuerpo de Victor rodeándolo mientras sus cuerpos se unían, era la sensación más increíble y placentera que había sentido en sus vida.

Todo su cuerpo, cada célula estaba entregada a la sensación de sentirse completa, rodeadas por la masculinidad y erotismo que exudaba Victor por cada poro de su piel.

Dejándose llevar y sin perder tiempo, Yuri se dejó llevar, amoldándose al cuerpo bajo suyo mientras lo montaba lenta y suavemente, un vaivén rítmico que fue tomando forma a medida que avanzaba y tomaba confianza. Victor lo sostenía con sus fuertes y poderosas manos, siendo un simple guía en su camino, dejándolo tomar todo lo que quisiera a su ritmo y tiempo.

Poco a poco, Victor se fue recostando, dándole total poder a Yuri, dejándose deleitar por el Jefe de la Manada, de sus suaves movimientos, de su cabello oscuro alborotado, su labio inferior atrapado entre sus dientes y esos ojos, ahora de un extraño y exquisito color caoba, que lo miraban con intensidad.

Sus miradas se cruzaron y sin decir palabras sus bocas se volvieron a encontrar, terminando por eliminar cualquier vestigio de razón en la cabeza de Victor. Su control se esfumó del todo y tomando con mayor fuerza las caderas de Yuri, comenzó un movimiento más fuerte y profundo.

Ya no podía detener sus impulsos.

Amaba demasiado a Yuri para hacerlo.

Su beso fogoso, su diminuta cadera contra la suya, sus profundos ojos, su carácter, todo, definitivamente amaba todo lo que era parte de Yuri. Y por lo mismo lo rodearía con su amor hasta sofocarlo con él.

Intercambiando posiciones, dejó esta vez a Yuri sobre la cama, permitiéndose entrar más adentro mientras tomaba sus piernas para abrirse paso.

La cama rechinaba, los gemidos, casi gritos de placer de Yuri se escuchaban en toda la estancia y seguramente fuera de esta también. Sus uñas se enterraban en la espalda de Victor en busca de aferrarse a algo que lo mantuviera conectado a la realidad mientras sentía que su cuerpo pronto explotaría de placer.

-Victor…- fue el último llamado antes dejarse llevar por el orgasmo.

Sus ojos se cruzaron por unos segundos, los suficientes para ver el amor y la confianza que se profesaban el uno por el otro.

Sin dudar un segundo y dando un último beso, Yuri fue y enterró sus dientes en el cuello de Victor. La prueba máxima de entrega que un omega podía hacer ante un alfa estaba siendo llevada a cabo en ese momento por Yuri, y cuando Victor sintió como la mano de Yuri se apoyaba en su cabeza instándolo hacer lo mismo, no tuvo ni una duda más.

Tan pronto sus dientes se hincaron en la suave y tersa piel de su cuello, sintió como el orgasmo lo invadía fuerte y poderosamente, invadiendo todo el cuerpo de Yuri. Pero nada de eso se comparó a la unión que se formó con Yuri.

Como si sus vidas se hubieran enlazado, Victor sentía que su vida ahora estaba en manos de Yuri, llenándolo de regocijo.

 Una mano suave en su mejilla lo hizo volver a la realidad y enfocarse en el rostro tranquilo de Yuri.

-Ahora eres oficialmente mi compañero- pronunció, una cálida sonrisa surcando su rostro- Estas amarrado de por vida a mí.

Victor sonrió.

-En ese caso, hay que celebrarlo- pronunció, su gesto cambiando a uno pervertido.

- No esperaba menos de mi compañero- pronunció Yuri.

Sin perder un segundo, se abalanzaron el uno por el otro como dos amantes desesperados, dejando que el tiempo transcurriera mientras ellos se abducían en conocerse, recorrerse una vez más y entregarse por completo.

 

***

 

El sol se abrió paso a raudales por las cortinas, iluminando todo de blanco.

Yuri se sentía mortalmente cansado. Aunque admitía que no era un cansancio malo, como tenía después de un arduo entrenamiento, sino placentero. Satisfecho. Era la sensación de haber dado todo y no haber dejado nada en el tintero.

Pleno y lleno de una satisfacción que jamás había conocido, se giró con suavidad entre las suaves sabanas hasta que sus ojos, ahora castaños, se posaron en el rostro tranquilo de Victor. Era difícil creer que alguien que se veía tan calmado y hasta inofensivo en sueños, podía ser tan… distinto.

Pecaminosamente distinto.

Un suave sonrojo cruzó sus mejillas al recordar todo lo que había pasado en esos últimos dos días. Todo lo que había hecho, dicho y gritado.

Carraspeó suavemente tratando de recuperar su compostura y no dejar que cosas como esas lo apenaran. Ya no más. Confiaba en Victor, lo había disfrutado y lo más importante era normal. Podía liberar el control sin sentir vergüenza, después de todo estaba en celo junto a su compañero… 

Compañero. Que extraño era para él decir y pensar eso.

Nunca en su vida había tenido el tipo de atracción que sentía por Victor. Esa rara necesidad de saber todo de él, de querer ayudarlo y salvarlo. Compartir cosas sencillas como desayunar juntos dejando de lado temporalmente su trabajo, eran cosas que nunca antes se había permitido, pero Victor se había ensañado en que lo hiciera y mostrarle lo agradable que era.

Movió su mano, con algo de dificultad producto del cansancio acumulado y la apoyó en la marca que le había hecho en el cuello. El enlace que los unía más allá de lo físico.

Esa marca no solo era una señal de que eran compañeros, sino también que enlazaban su vida de forma definitiva, un vínculo igual o más fuerte que el Matrimonio.

Algo extremo seguramente si se ve desde afuera, teniendo en cuenta como su historia se había desarrollado y sólo llevaban un par de semanas de conocerse, sin embargo para Yuri tenía todo el sentido del mundo. Había sido criado para tomar decisiones cruciales que involucraban la vida de toda su manada, por lo que estaba totalmente seguro al momento de tomar decisiones que se referían a su propia vida también. La marca, su resolución absoluta de que nada ya lo separaría de Victor.

Un suave beso en la palma de su mano llamó su atención, sacándolo de sus cavilaciones. Posó su vista en los dos manantiales celestes que lo miraban en ese momento.

- Buenos días príncipe- pronunció sonriendo- ¿Cómo te encuentras?

Una delgada ceja en el rostro de Yuri se alzó al escuchar el peculiar sobre nombre.

-Después de todo lo que pasó, ¿insistes en llamarme así?

- Por supuesto, es mi sobre nombre de cariño para ti

- ¿En serio? Siempre creí que lo decías para burlarte de mí- pronunció con cierta desconfianza y al ver la traviesa sonrisa de Victor escabullirse por sus labios, supo que tenía razón.

- Bueno eso era antes, ahora es distinto- puntualizó al tiempo que se movía como un depredador hasta colocarse encima de Yuri. Sus manos a cada costado de su cabeza, sus ojos enfocados en el contrario mientras algunos mechones de pelo plateado acariciaban la frente del moreno. – Ahora eres mi compañero, no podría burlarme de ti aunque quisiera

La forma en que Victor pronunció esas palabras, casi acariciándolas con la lengua, produjo que un intenso calor rodeara y llenara el cuerpo de Yuri.

- Curioso, pero sigo sin creerte del todo- susurró Yuri rodeándolo por el cuello, acercándolo hasta fundirse en un suave y profundo beso.

El sabor ya conocido y aprendido llegó con placer a las papilas gustativas de Yuri, su boca se movió en busca de captar todo ese embriagante sabor mientras sentía que una de las manos de Victor comenzaba a recorrerlo nuevamente dejando un rastro de fuego a su paso.

Sin embargo la mano de Victor se detuvo en su cadera y antes de que Yuri pudiera siquiera sentirse satisfecho, Victor se separó.

- No me tientes Yuri, tu cuerpo ya ha recibido bastante y es hora que lo dejes descansar- Victor le dio un último casto beso en el cuello antes de separarse e ir a su lado de la cama, dejando una sensación de vacío en el pecho de Yuri.

Arrugando la nariz y cruzándose de brazos, Yuri intento de alguna forma mantener aunque fuera por unos minutos más el calor que quedaba de Victor sobre su cuerpo antes de que desapareciera. Quería quejarse, pero sabía que sería muy infantil e impropio de él, así que solo se permitió suspirar y contentarse con lo que había obtenido: un beso de buenos días.

Victor lo miró con una sonrisa, divertido por ver en Yuri esa expresión de niño pequeño, frustrado por no tener lo que quería. La verdad, que en otras circunstancias lo mimaría y cumpliría todos sus caprichos. Estaba seguro que por la infancia que Yuri había tenido que pasar, nunca había tenido la oportunidad de si quiera exigir algo, pero quería que con él tuviera esa libertad. De decirle lo que quisiera, sin vergüenza, y él poder cumplírselo.

- Por cierto, aún no respondes mi pregunta…- comentó, sus dedos recorriendo el brazo de Yuri hasta enlazar su mano con la contraria. - ¿Cómo te sientes?

- Bien, he soportado tus entrenamientos, ¿recuerdas?. No soy tan débil para no soportar unos días de celo…

- Te recuerdo que esos días los pasaste conmigo, Yuri- soltó travieso Victor, sin embargo de repente su expresión cambio ligeramente, sus ojos volviéndose serios- Lamento si eso no estaba en tus planes

- ¿A qué te refieres?

Victor carraspeó, desviando la mirada hacia algún punto en la habitación.

- Cuando desapareciste hace unos días atrás y me dejaste con Phichit, nadie me quiso dar información de tu paradero y solo me daban evasivas de que estabas en una reunión. Cuando decidí irte a buscar, me encontré con tu tío Toujirou- explicó mientras que Yuri poco a poco comenzaba a entender a donde se dirigía la historia- Me trajo aquí con la intención de que cumpliera mi parte del trato. Sé que suena a una excusa, pero realmente no estaba en mis planes reclamarte de esta forma, bajo la influencia de tu tío

Un silencio se formó entre los dos por unos minutos. Victor estaba tenso esperando que Yuri hablara, se moviera, hiciera algo.

Finalmente, Yuri habló.

-¿Te arrepientes de lo que hicimos?

Victor tragó duro.

- Más bien temo que sientas que te use

- ¿Fue esa tu intención?

-¡Por supuesto que no!- negó Victor enfático- Desde que te tuve en mis brazos me pregunté si esto era lo que querías, si querías unirte a mi o deseabas esperar… sin embargo, en ningún momento pensé que estaba contigo por obligación, por cumplir un trato y nada más. Lo único que estuvo en mi mente fue el proteger los deseos de mi compañero…

Yuri lo escucho con seriedad, propia de un líder, sin embargo una sonrisa curvo sus labios al escuchar la sinceridad bullir por cada palabra que Victor pronunciaba. Podía notar la desesperación en busca de expresarle lo que sentía, lo abrumado que había estado por haber realizado algo que estaba en contra de sus deseos, el temor de haberse aprovechado de su estado. Sentía todo eso y podía comprender bien que la situación lo había llevado a hacer mucho de sus actos, pero que en ningún momento sus intenciones fueron malas.

- En ese caso puedes estar tranquilo- pronunció Yuri- Debo admitir que también me tomó por sorpresa mi celo, no lo esperaba hasta fin de mes, pero hay cosas que uno no puede detener. En ese momento pensé que no debía presionarte, no quería que cumplieras tu papel de compañero sólo porque mi celo se había adelantado. Supongo que al final las cosas se desarrollaron a su propio ritmo y aunque nuestras decisiones no fueron muy acertadas, la naturaleza permitió que todo siguiera su propio flujo…

- Hablas como si fuera parte del destino- pronunció Victor, besando su frente.

Yuri sonrió. La verdad es que el comentario de Victor no estaba muy lejos de lo que creía.

Destino o no, las cosas se habían puesto de tal forma que ahora se encontraban juntos, y eso al fin de al cabo era lo que importaba.

- Hablando sobre destino hay algo que debo decirte- agregó de repente Yuri, recordando algo de suma importancia y que ahora era el momento de decirlo- Sé que el trato con mi tío era tu libertad a cambio de embarazarme, pero la verdad es que él nunca tuvo la intención de cumplir su parte. Siento que te haya mentido.

 Yuri se había sentado para ver más claramente la expresión de Victor, pero se sorprendió al ver que este ni se inmutaba.

- La verdad, no es algo que me sorprenda- comentó finalmente- Durante mi vida, algo que he aprendido es no fiarme cien por ciento de lo que las personas me dicen, sobre todo en un trato. Para bien o para mal, sabía que mi libertad sólo era una ilusión y que al final tendría que liberarme en base a mi propia fuerza…

- Entonces, ¿Por qué aceptaste?

Victor se encogió de hombros.

-En ese entonces me pareció que tenía más oportunidades si estaba fuera del calabozo que en él. Al menos podía conocer a mis oponentes antes de atacarlos y escapar, que quedarme encerrado entre esas cuatro murallas, sin la opción de saber que me esperaba detrás de esa puerta.

Yuri alzó una ceja. Victor sí que era astuto, sin contar que casi logra su cometido, de no ser porque él logró detenerlo antes de que escapara.

Sin embargo, las cosas eran distintas ahora. Sus vidas estaban unidas ahora y no había vía de escape ante lo que se vendría: la pelea con Jean.

Si tomaba en cuenta la experiencia de Victor, era muy probable que Jean tampoco cumpliera su parte del trato y las probabilidades de que intentara de dañar a Victor, eran altas. Sin importar el resultado de la pelea, Jean intentaría algo.

Eso era seguro.

Los ojos de Yuri se posaron en la marca de Victor y luego en el collar que se encontraba un poco más abajo. Con seguridad se acercó hacia Victor y lo abrazó.

Por unos segundos, Victor parpadeo perplejo ante el inesperado movimiento y estaba por rodearlo con sus brazos, cuando sintió un sonido provenir de su cuello.

Un simple click fue suficiente para dejar de sentir ese punzante dolor alrededor de su cuello que ya se había vuelto una hábito en su vida desde que había llegado ahí.

Sus ojos se abrieron de asombro mientras Yuri se apartaba de su lado con el collar en mano.

- Yuri, ¿Por qué…?

- Eres mi compañero ahora, toda mi confianza está depositada en ti y necesito que estés con toda tu fuerza. Iremos contra Jean y no puedo pelear pensando que él puede aprovecharse de que estas debilitado por culpa de esto

- No era necesario, sabes que soy muy buen luchador

-¿Estas poniendo en duda lo que digo?- consultó Yuri alzando una ceja y Victor simplemente rio ante ese gesto. Pero fue una risa llena, vibrante, liberadora.

- Desde ahora, nunca lo pondré en duda

Yuri sonrió.

- Bien, porque ahora deseo que te transformes para mí

La sonrisa de Victor desapareció y un gesto de preocupación es lo que apareció en su rostro.

- ¿Quieres que me transforme en lobo?- consultó, su voz sonando más grave de lo normal.

- Así es- confirmo con seguridad Yuri- Quiero conocer tu otra forma, Victor.

Victor tragó duro. Cuando Yuri ponía esa expresión seria y esos ojos penetrantes, sabía que no había forma de que pudiera negarse o hacerlo cambiar de opinión.

Aunque la idea no le agradaba ni un poco, supo que no tenía más opción.

- Esta bien. Si es que llega a suceder algo, no temas en defenderte

- Créeme, no lo haré- respondió con seguridad Yuri y Victor sonrió al escuchar sus palabras.

Pese a su inquietud, Victor logró controlarse.

Saliendo de la cama, se sentó en el piso de madera. Cerró los ojos en un intento de concentrarse y conectarse con esa vía animal que hace unas semanas había sido interrumpida. El impulso eléctrico respondió con fuerza por todo su médula espinal hasta llegar a su cerebro. Pequeños impulsos empezaron a recorrer su cuerpo, sus células empezaron a calentarse hasta fundirse y sus huesos ardieron como el infierno hasta que su cuerpo adoptó la forma de un lobo, su pelaje una mezcla de plateado y blanco.

Seguramente si Yuri supiera que el proceso era tan doloroso tal vez no le habría dicho que se transformara, pero Victor estaba tan habituado ya a ese dolor, que era un detalle que hoy en día le parecía hasta insignificante de comentar.

Los oscuros ojos de Yuri se posaron en su figura, recorriendo su pelaje hasta llegar a sus ojos claros que ya bien conocía.

Lento, pero seguro, Yuri se acercó hasta el borde de la cama, donde se sentó para estar frente a frente al gran lobo. Extendió una mano, hasta que sus dedos se enredaron en las suaves hebras y comenzó a acariciarle una oreja. Era la primera vez que estaba frente un cambiaformas y no sabía muy bien cómo comportarse o actuar, así que simplemente se dejó llevar por sus impulsos (algo que normalmente no hacia) y dejó que su mano acariciara la felpuda oreja y cabeza del lobo. Al instante obtuvo una respuesta positiva y el hocico del lobo pasó a recostarse en sus piernas mientras cerraba los ojos, a gusto con las caricias que le entregaban.

- Es curioso, pero creo que me gusta más tú forma de lobo – comentó Yuri con una sonrisa, sintiendo al instante como el lobo plateado gruñía ligeramente y lanzaba un bufido al aire, indignado.

- Te aseguro que en mi forma humana te hago disfrutar mucho más- respondió en revancha Victor en su mente, tomando por sorpresa a Yuri.

Recordaba haber leído alguna vez que entre cambiaformas se podían llegar a unir los pensamientos al realizar un vínculo, pero nunca esperó que lo viviría en carne propia.

-¿Puedes leer mi mente?- consultó sintiéndose de repente algo inquieto ante esa posibilidad. Para su alivio el gran lobo negó con la cabeza.

- No, es más bien un canal donde nos podemos comunicar. Antiguamente los cambiaformas lo utilizaban mucho como una forma de mantener en contacto a la manada, se comunicaba entre ellos y con sus compañeros, pero hoy en día es algo que sólo puedo practicar contigo, ya que no quedan muchos de mi especie…

- Por ahora…-pensó Yuri, sonrojándose levemente al ver como el gran lobo plateado alzaba su cabeza y lo miraba con cierto brillo en los ojos.

Lo cierto era es que las posibilidades de que sus futuros hijos fueran cambiaformas, era alta. Sin embargo, si quería que ese futuro se cumpliera, primero debía enfocarse en vencer a Jean y proteger a su compañero.

Debía hacerlo si es que querían un futuro juntos.

Notas finales:

Y que les parecio? Debo decir que en este capitulo me di más libertades, jugué con la personalidad de Yuri en celo y lo transforme en un bendito Dios, nada sumiso, sino más bien dominante (hasta cierto punto, claro ;b)

Espero les haya gustado, a mi me dejó más que conforme, no estoy segura si tal vez me faltó agregarle un poquito más de pasion, pero siento que quedó bastante equilibrado...mi humilde opinion ._.

Bueno, y con esto nos acercamos cada vez mas a la gran pelea, la cual a mas de uno lo tiene con los nervios de punta XDD

Asi que, como habran adivinado, el proximo capitulo sera..sip, La Gran Batalla contra Jean ;)

Muchas gracias por leer!!

Love you!! <3

PD: Por si alguien le interesa, le acomoda o por simple curiosidad(?), les dejo mi cuenta de wattpad, por donde pueden seguir también la historia ;)

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