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Mi Príncipe Omega por TidsoptimistMF

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Notas del capitulo:

Hola!!

Al fin les puedo traer el ultimo capitulo de la historia. Si, con este capitulo estamos cerrando un ciclo, aunque no se asusten, se viene epilogo ;)

Disfruten del capitulo!!

 

El ceño fruncido, el dolor explotando, la terrible sensación que le estaban enterrado un hierro ardiente en la cabeza, hizo que Yuri terminara dándose por vencido.

Frustrado y sintiéndose terriblemente limitado, Yuri dejó a un lado los papeles en sus manos, mientras echaba la cabeza hacia atrás apoyándose en la gran almohada en un intento que el dolor desapareciera por arte de magia. Hace solo treinta minutos atrás había comenzado a leer esos simples informes cuando su cabeza comenzó a dolerle, cinco minutos después transformándose en una fuerte migraña, con puntadas y todo.

Resopló.

Esto realmente apestaba.

No le gustaba ser poco eficiente, tener que estar postrado en una cama como si fuera una especie de inválido o inútil sólo por unas simples heridas. Dos costillas fracturadas, una perforación en el pulmón que lo dejó postrado por varios días, sin contar los múltiples hematomas y una hemorragia interna que terminó en que él colapsara en los brazos de Victor.

Como decía, simples heridas.

Hasta el médico concordaba que había tenido suerte y que su evolución había sido satisfactoria, su rápida cicatrización siendo una gran aliada para que su recuperación fuera un éxito, lo suficiente para darle el alta antes de lo esperado. Lo único bueno hasta ahora. No le gustaban demasiado los hospitales, el aroma a desinfectante lo mareaba y el estar ahora en su casa, cerca de su querida oficina le permitía poder avanzar en su trabajo sin molestas enfermeras que le ordenaban que debía estar tranquilo y en reposo absoluto. Sólo faltaba que su cuerpo con súper recuperación, recuperara también su ritmo normal de trabajo para que el papeleo dejara de acumularse a sus pies.

Cómo sería que hasta Phichit se había ofrecido a ayudarlo, pero Yuri se había negado rotundamente, era su trabajo después de todo y Phichit tenía que estar concentrado en velar por la seguridad de la manada mientras él estaba ausente, sus ojos puestos en Jean que aún no abandonaba su territorio, y no en hojas de papel.

Lo que más lo irritaba, además de su incapacidad de leer, era que el resto pensara que también era un inútil.

No lo dejaban hacer nada solo, literalmente nada solo. Empezando por Victor.

El hombre se había pegado a él como una lapa. Sólo se había separado cuando lo metieron al quirófano, siendo el único momento en que dejó a las enfermeras acercarse para curar su brazo y mejilla. Pero tan pronto Yuri salió de la operación, Victor prácticamente corrió a su encuentro y no se movió de su lado hasta que abrió los ojos, según le confidenció Phichit.  

Hasta ahora, Victor lo seguía vigilando como un halcón.

Transformado en su forma lobuna, Victor se encontraba recostado a sus pies con la cabeza gacha y sus ojos azules mirándolo intensamente.

- Deberías descansar…- susurró de repente en su mente, Yuri gruñendo en respuesta.

- Estoy bien, es solo un simple dolor de cabeza

- Príncipe soy tu compañero. Puedo sentir cuando algo no está bien contigo, no me puedes engañar – soltó burlón y Yuri frunció la nariz.

Lobo astuto.

Desperezándose, el lobo plateado comenzó a avanzar por sobre la cama, transformándose lentamente hasta quedar encima de Yuri en su grandiosa desnudez.

- Si quieres puedo ser tu almohada, estoy seguro que con eso se acabarían todos tus dolores de cabeza.…- susurró bajo y seductor haciendo que Yuri tragara duro.

- Muy tentador, pero me niego- pronunció, sin dejarse influenciar por ese libidinoso cambiaformas.

-¿Estás seguro?- su voz sonando cada vez más tentadora y pecaminosa.

- Sabes que con eso no ayudas en absoluto a mi reposo- lo atacó apuntándolo, su dedo apoyándose en su bien formado pecho.

Victor alzó las manos de forma inocente.

-Yo sólo me ofrecí a ser tu almohada príncipe, nada más. Aunque quiera, no puedo cumplir tus otros deseos…ya sabes, sería demasiado movimiento

La mejillas de Yuri subieron rápidamente de color al verse manipulado por las habilidosas palabras de Victor. Ahora él parecía el desesperado y no ese lujurioso lobo.

- Eres un tramposo, ¿Lo sabías?

Victor sonrió, pero en vez de responderle le robó un beso. Fue rápido, lo suficiente para que Yuri no lograra reaccionar y él pudiera escapar al borde de la cama, donde sus puños no pudieran alcanzarlo.

Para su sorpresa, en vez de enojarse, Yuri frunció los labios, como si ese pequeño roce no hubiera sido suficiente, derritiendo un poco su autocontrol.

Al parecer, su pequeño omega realmente estaba falto de cariño y necesitaba un poco de acción, pero Victor sabía que no podía hacerlo. Debía mantener la calma, era eso o ver a Yuri desmayándose de nuevo entre sus brazos. Una visión que definitivamente no quería repetir.

Casi sintió que su corazón se salía de su pecho y se despedazaba al ver a Yuri caer inconsciente en la nieve. Creyó que lo había perdido, que realmente había perdido lo único que le quedaba y ese dolor fue tan grande que se prometió así mismo que no volvería a exponer a Yuri ante ese peligro nunca más. No volvería a dejar que la ira o rabia lo cegaran a tal punto que no notara su alrededor, ni siquiera el estado de su compañero.…

Un suave golpe en la puerta lo tomó por sorpresa, sacándolo de sus pensamientos.

Sin siquiera pensárselo, pasó a su forma lobuna, brincando hacia el suelo para colocarse al lado de Yuri como un fiel sabueso mientras veía a Phichit entrar.

El hombre traía una expresión mortalmente seria y tensa en el rostro, que le hizo encender todas sus alarmas.

- Yuri, desean hablar contigo- pronunció yendo directo al grano.- Es Jean.

El pelaje de Victor se erizó con solo escucharlo y su gran cabeza volteó hacia el serio semblante que su compañero había adoptado.

- Una visita extraoficial, supongo.- comentó y Phichit asintió, claramente con desagrado ante la idea.

No quería a ese hombre cerca de su líder y por lo mismo él se había ofrecido a ir a la despedida oficial de Jean y su comitiva, para así dejar a Yuri exento de ella. Estaba claro que Jean no había pensado igual. Phichit se tuvo que valer de toda su diplomacia para no pegarle un puñetazo al sujeto cuando osó aparecerse en la puerta de la casa, exigiendo hablar con Yuri, sus ojos brillando con amenazas.

Por él, le hubiera lanzado a los centinelas, pero sabía del fino hilo que pendía la relación entre ambas manadas y lo delicado que sería romperlo. Sólo por eso, es que había cedido y lo había dejado pasar, a regañadientes.

- ¿Viene solo?- consultó Yuri, Phichit asintiendo- Dile que pase.

Phichit abrió la boca, pensando en miles de razones que podía argumentar para negarse a tal cosa. Una sola ceja alzándose en el rostro de Yuri fue suficiente para desplomar los argumentos de Phichit por el suelo. Con desgano y mala cara, este se volteó hacia la puerta para hacer pasar a su invitado no deseado.

Con arrogancia y orgulloso caminar, Jean entro a la estancia, seguido por un ceñudo Phichit, el cual estaba listo para saltarle al cuello si es que intentaba cualquier movimiento en falso.

Un solo intento de acercarse a Yuri más de lo debido y era hombre muerto. Argumentaría que fue en defensa del líder y punto.

- ¡Vaya! Veo que Victor ya está cumpliendo su papel de mascota a la perfección- soltó Jean con maliciosa ironía - ¿También va a buscarte el periódico en la mañana?

Victor gruñó bajo y Yuri arrugó la nariz ante la familiaridad que mostraba ante él. Era claro que cuando no estaba frente a los miembros del Consejo o del público en general, su desagradable personalidad salía aún más a la luz.

- Líder Leroy, ¿A que debo su visita?

Jean sonrió.

- Siempre tan formal, Yuri. ¿Sabes? Deberías soltarte un poco, si sigues tan rígido seguro que te dolerá en el futuro…

Yuri alzó las cejas.

¿Era su impresión o Jean acaba de hacer alusión a su vida sexual?

Phichit carraspeó claramente molesto y Victor parecía querer arrancarle los ojos a ese bastardo, así que Yuri asumió que su impresión no era tan errada, su migraña comenzando a regresar. Pese a todo, se obligó a mantener la compostura y no lanzar un comentario mordaz hacia el hombre que casi lo mata en combate, después de haber manipulado desde un inicio la afrenta para asegurar su victoria. No quería entrar en su juego, no otra vez.

-Como ve tengo bastante trabajo- lo cortó de lleno- Así que me gustaría saber la razón de su visita para poder continuar…

- Sólo vengo a dejar mis respetos al hombre que me venció.- Lo interrumpió Jean, sus primeras palabras sonando vacías y protocolares, hasta que sus ojos se posaron en Victor- Y ver por última vez al asesino de mi padre…

Yuri y Phichit, se tensaron por igual.

- Sabe que lo derroté bajo las normas del combate, más las que usted incluyó, Líder Leroy. La libertad de Victor fue ganada justamente, al igual que fue absuelto de todos sus crímenes.

Jean asintió con la cabeza e hizo un movimiento con la mano como si el tema le desagradara.

- Sí, lo sé. Sólo quería saber que intenciones tienes ahora con mi lobo. Pareciera que la manada Katsuki está robándome todos mis fenómenos…

- Son cambiaformas- lo corrigió Yuri alzando la voz más de la norma- Ese cambiaformas atacó a mi compañero sin razón alguna y por lo mismo quedó bajo nuestra jurisdicción.

Jean torció su gesto.

-Vaya, al parecer el hecho de atacar a la manada Katsuki te da a ti el poder de quedarte con lo que no es tuyo, que conveniente

-Solo cumplo las leyes, sabes que son iguales para todas las manadas y se establecieron de esa forma para mantener la paz entre los territorios.- le recordó en el mejor tono que pudo.

- Pero claramente nadie es tan eficiente como tú para hacerlas cumplir, ¿no es así?- atacó Jean y Yuri se mordió la lengua para no contestarle una estupidez. Esto parecía una pelea de niños de cinco años sobre quien tiene la razón y quién no.

- No puedo devolvértelo hasta que no sea juzgado por el Consejo de Ancianos.- respondió, su migraña instalándose en todo su esplendor en su cabeza, Yuri queriendo llevarse las manos a las sienes para bajarla aunque fuera un poco.

Era eso o tomaba un archivador y se lo lanzaba por la cabeza a Jean, algo nada propio de él, pero dada su migraña y que el hombre simplemente lo sacaba de quicio con solo su cruel y pomposa presencia, estaba a un tris de incriminarse.

El que ahora Jean tuviera ese gesto de superioridad en los ojos, lo hacía todo peor y le hacía saber que sus próximas palabras no serían agradables.

- Para cuando tu Consejo de Ancianos logre tomar una decisión, ese lobo va a estar muerto- sentenció Jean con mortal satisfacción- ¿O es que acaso has logrado que coma algo?

Yuri frunció el ceño ante esa información. Miró por sobre el hombro de Jean hacia su beta y vio que Phichit negaba con la cabeza, confirmando las suposiciones de Leroy.

- Y supongo que tampoco lograremos que hable

- No. Aunque le coloques un collar, lo golpees o lo electrocutes, él no va a hablar.

Yuri sintió que algo en su interior se revolvía. Esas palabras sonando demasiado crueles. Demasiado asumidas, ciertas, casi…casi como si las hubieran probado antes. Tragó en un intento de quitarse esa horrible sensación, sus ojos desviándose por un segundo hacia Victor. Podía sentir la ira y frustración bullendo de su cuerpo, aunque mucho más dominada, igual podía sentir cuanto odiaba el camino que iba tomando la conversación.

- No se lo entregues- exclamó en su mente la voz de Victor. Parecía una petición casi desesperada, como si el solo pensamiento de dejar otro cambiaformas bajo las manos de Jean lo torturara.

- Déjame adivinar, ¿Solo responde a tu voz?- consultó Yuri hablando hacia Jean, sintiendo un sabor amargo en toda la boca, ya se estaba comenzando a indigestar pensando en cómo un cambiaformas haría caso solo a una persona.

- Digamos que por ahora sólo a una palabra- respondió misterioso y con malicia- Te la diré si llegamos a un trato.

Yuri estuvo a punto de reírse. Una risa sarcástica y llena de desconfianza estuvo a punto de salir de su boca y que apenas pudo contener para no parecer un loco de primera.

Un loco que no estaba dispuesto hacer un trato con el tramposo de Jean, el hombre que lo había dejado postrado en esa cama. El hombre que casi lo mata al sacar en medio de la pelea sus bien guardadas habilidades de cambiaformas.

- Ya no hay más tratos Jean- respondió apenas recuperó su compostura, su risa guardada varios metros bajo tierra- A menos que quieras poner en juego tu pequeño secreto…

La manipulación podía ser un juego de a dos. Yuri sintió un pinchazo de satisfacción, cuando vio los ojos de Jean emitir un fulgor, algo similar al rojo invadiendo sus iris, la amenaza aplacando los turbios planes de su enemigo.

-Siempre con un haz bajo la maga…-murmuró con una torcida sonrisa Jean- Bien, por ahora creo que tendré que mantener mi propuesta para más adelante, cuando veas al cambiaformas expeliendo su último aliento. Espero que para ese entonces la aceptes, me molestaría mucho recibir una pila de huesos con una pequeña carta de disculpa- pronunció haciendo un gesto desdeñoso antes de darse la vuelta, con la intención de irse - Espero que disfrutes tu libertad Victor, más aun sabiendo el costo que tiene para otros…- dijo enigmáticamente- Que tengan buenas tardes.

-¿Qué quieres decir con eso?- lo detuvo Yuri antes de que lograra cruzar la puerta.

Jean se detuvo por unos instantes.

- Supongo que lo descubrirán cunado logren que el cambiaformas cambie a su forma humana, si es que no muere antes- se burló- ¡Ah! Una última cosa…creo que heredó los ojos de tu madre

Simple, certera y letal, las palabras cayeron por su propio peso dentro de la habitación dejando que la bomba explotara ahí mismo, un agujero formándose en el pecho de cada uno de los presentes.

 

***

 

Victor sentía que el mundo a su alrededor se movía en cámara lenta. Sentía el cuerpo pesado como plomo, sus pies moviéndose por inercia igual que el resto de su cuerpo, sus ojos enfocando al frente pero a la vez sin ver nada. El mundo se veía deslavado para él en ese momento y lo único que lo mantenía anclado a la Tierra era Yuri, caminando a su lado.

Tan pronto Jean se había ido de la casa custodiado por sus guardias, Yuri le pidió a Phichit que lo ayudara a vestirse para ir a visitar al lobo, sin aceptar ni una negación al respecto. Tan pronto estuvo listo, obligó a Victor a levantarse de su felpudo trasero y lo llevó a donde estaba el cambiaformas sin preguntarle si le parecía bien o no.

Y Victor se lo agradecía.

La verdad, en ese preciso instante su cerebro daba lástima. No podía procesar absolutamente nada y que Yuri hubiera tomado el mando y lo hubiera llevado hasta ahí era exactamente lo que su corazón quería pero su cuerpo no le permitía expresar.

Yuri lo había entendido sin necesidad de preguntarle nada.

Cuando llegaron al Cuartel General de los Centinelas, lo único que su cuerpo pudo percibir fue un escalofrío al recordar todo lo sucedido en la Torre de Vigilancia Este. Las noches de hambre y soledad, la humedad contra su cuerpo, las cadenas y el bozal…se le hizo un nudo al pensar que aquel cambiaformas estaba pasando por lo mismo…

No, su posible hermano.

Caminó como un muerto viviente hasta que llegaron frente a Otabek, quien los guio. Para su sorpresa el jefe de los centinelas los llevó a una habitación y no a una de las celdas como él recordaba. La opresión en su pecho disminuyó cuando las blancas paredes de la habitación le dieron la bienvenida. Cálida, con una gran ventana y una cama, el lugar se veía acogedor. No habían cadenas ni humedad.

Sus ojos se agudizaron al notar que la cama estaba vacía y con rapidez barrio el lugar con su mirada hasta dar con lo que buscaba. En el rincón más oscuro de la habitación, hecho un ovillo se encontraba el lobo dorado. Su respiración era irregular y aunque la habitación tenía una temperatura agradable, el lobo no dejaba de temblar.

- No ha dejado que nadie se acerque.- explicó Otabek con voz grave- Hemos tenido que dormirlo para alimentarlo a través de nutrición parenteral, sin embargo, nuestros doctores no creen que pueda durar mucho más así, su estado de desnutrición es serio, necesita comer.

Victor se quedó estático. Miró por un segundo al lobo y de nuevo ese olor familiar y nostálgico que había percibido durante la pelea volvió con fuerza a su nariz.

Su hermano…¿Cómo no lo había notado?

Para ser justos, cuando él se había ido su madre no había estado embarazada, pero al ver el lobo frente suyo todo cobraba sentido para él, aceptando que las palabras de Jean no habían sido falsas. Victor había huido, su hermano Alexei estaba muerto, los dos cambiaformas de la manada habían desaparecido y necesitaban llenar ese espacio, la única solución, su madre debía tener un cachorro más. Y ese era el resultado. El aroma de sus progenitores estaba patente ahí, el mismo aroma que tenía Alexei y él mismo.

De haberlo sabido, si hubiera tenido conocimiento sobre su hermano, Victor habría regresado mucho antes a su manada, pero en cambio había vivido en la ignorancia dejando nuevamente a un hermano suyo en las manos maquiavélicas de Jean.

El hombre ya había logrado arrebatarle a Alexei, y ahora parecía hacer lo mismo con el único que le quedaba.

Esa verdad fue suficiente para sacarlo de su entumecimiento.

Con cautela, comenzó a acercarse hasta donde el lobo estaba. Dejando una distancia prudente se agachó para verlo mejor. Su pelaje estaba opaco y se le veían las costillas, pero lo que más le dolió a Victor era saber que ese lobo joven no era más que un niño de nueve años de edad, un cachorro. Pero su apariencia no lo demostraba, por lo que estaba seguro que había estado bajo un muy arduo entrenamiento para que su forma animal se viera alterada de esa forma.

No estaba en sincronía con su lobo. Él debería tener la forma de un pequeño lobezno, no de un joven lobo de dieciocho años.

Estiró una mano, en un intento de acercarse, pero tan pronto se movió el lobo alzo su cabeza y le gruñó. Bajo, profundo y alarmante dejó en claro que no lo quería cerca.

Victor quiso pronunciar unas palabras para calmarlo, pero se encontró en la penosa situación que ni siquiera sabía su nombre.

Respiró profundo.

- Soy tu hermano, Victor- fue lo primero que se le ocurrió pronunciar, en un intento por presentarse- Sé que no nos conocimos, pero créeme que no busco dañarte…

El lobo gruño más fuerte, sin embargo Victor no se detuvo hasta que sus dedos rozaron su pelaje. Como arco reflejo el lobo lanzó una mordida al aire tratando de quitar la mano extraña que intentaba tocarlo.

Pero Victor no cedió. Si se detenía ahora, no habría forma de salvar a su hermano.

Un nuevo gruñido y advertencia vinieron por parte del lobo, pero Victor continuó hasta apoyar su mano. Fue ahí que el lobo se levantó con brusquedad e intentó sacárselo de encima y Victor tuvo que apartarse, no porque le tuviera miedo a las mordidas de su hermano, sino porque en su intento de zafarse, el lobo se estaba golpeando contra las murallas y su cuerpo parecía que se iba a romper en cualquier momento.

Victor se alejó, el ceño fruncido cruzando su blanca frente.

- Victor, porque no intentas pasar a tu otra forma, tal vez con eso se siente más en confianza- se aventuró a recomendar Yuri y Victor prácticamente quiso lanzarse sobre él y darle millones de besos por tan magnífica idea.

En vez de eso, agradeció con un pequeño asentimiento a su pareja antes de comenzar a desvestirse, para no rasgar toda su ropa.

- Espero que esto funcione- murmuró Phichit y Yuri deseó lo mismo.

Tan pronto el lobo plateado apareció, el otro lobo se detuvo, seguramente estupefacto de ver alguien como él. Sus patas cedieron, cayendo al suelo producto del cansancio y Victor se acercó para inspeccionarlo.
Por unos segundos el lobo más joven pareció no molestarle la presencia del otro y dejó que se acercara sin mayores problemas.

- Yuri, creo que está funcionando- pronunció Phichit alegremente, al ver como el lobo joven agachaba sus orejas, en formas de sumisión.

Sin embargo, tan pronto Phichit pronunció esas palabras, el pequeño lobo volvió a subir sus orejas y se volvió agresivo, mucho más que antes. Victor retrocedió algunos pasos al ver su respuesta, sus ojos turquesa tenían las pupilas alargadas y contraídas. Parecía listo para atacar.

O eso intentó.

Apenas se movió, cayó al piso, demasiado débil para intentar cualquier ataque.

Yuri miró la situación con ojo analítico. Si quería salvar al hermano de Victor debía encontrar algún modo objetivo para hacerlo, si dejaba que sus emociones se interpusieran seguramente no llegaría a nada y todo terminaría en caos. Casi podía prever que alguno de los dos hermanos terminaría lastimado y por cómo iban las cosas lo más probable es que sería el menor de los dos.

Sin embargo su capacidad analítica se veía bastante afectada al sentir las olas de desolación que llegaban por parte de Victor. Sus emociones lo estaban afectando y Yuri quiso resistirse, pero pronto comprendió que era inútil y tal vez debía dejar por esta vez que sus emociones lo guiaran.

Con el brazo rodeando su costado, se movió con lentitud, acercándose hasta estar al nivel de su compañero. Victor lo recibió, aunque por sus orejas gachas y por la emoción que le lograba transmitir a través de su vínculo se sentía bastante desamparado. El ver a su hermano en ese estado tan deplorable lo estaba destruyendo. Dejando aflorar su compasión, Yuri apoyo una mano sobre la cabeza de Victor y se agachó a su lado mientras observaba al pequeño lobo. Dejándose guiar por esa misma compasión se acercó hasta la bola de pelo que temblaba como una gelatina y gemía débilmente de cansancio y dolor.
Con su brazo libre Yuri terminó de acercarse y abrazar al pequeño animal, que en vez de resistirse, se quedó estático ante aquel gesto que ya creía olvidado. Firme, pero sin llegar a ser brusco, Yuri mantuvo abrazado al animal hasta acercarlo a su pecho, dejando que su propio latido lo fuera tranquilizando.

- Sé que tienes miedo- murmuró finalmente con voz suave - Estas en un lugar desconocido y con gente desconocida, yo también estaría asustado en tu lugar. Sé que no puedo hacer que confíes en nosotros, pero si no dejas que te ayudemos es probable que no sigas mucho más con vida. No dejes que tu temor te impida vivir…

Las palabras de Yuri, al igual que su agarre, eran firmes pero amables, dulces. Iban dejando una sensación de paz en el pequeño cuerpo, que poco a poco se fue tranquilizando hasta que su respiración fue más regular.

- Otabek- pronunció suave y sin dejar de mirar al lobo que tenía en brazos- Trae un poco de alimento

Asintiendo, Otabek salió de la habitación rápidamente. No fue mucho lo que tuvieron que esperar para ver aparecer al jefe de los centinelas con un plato humeante de sopa. Ya que no sabían hace cuanto el pequeño lobo estaba sin comida, debían comenzar con alimentos más bien líquidos para ver como respondía.

Con cuidado, Otabek se puso al lado de su líder ante la seña que este le dio.

Acariciando la cabeza lobuna, Yuri se las arregló para que el lobo abriera su hocico y dejara que Otabek le diera el primer bocado que hace tiempo no tenía. Al instante, su humor pareció cambiar. Yuri pudo percibir como la energía poco a poco volvía al escuálido cuerpo entre sus brazos mientras Otabek lo alimentaba hasta terminarse el plato de sopa.

Habían obtenido su primera victoria.

 

***

 

Días, semanas pasaron desde la primera visita, los avances del cambiaformas siendo lentos, pero seguros.

No, no cambiaformas. Yurio.

Ese era el nombre que le habían dado gracias a Otabek. El hombre al estar a cargo del pequeño lobo había pasado la mayor parte del tiempo con él, dedicándose a buscar la dichosa palabra que Jean había anunciado que haría comer al lobo a voluntad. Al final, notó que cada vez que se pronunciaba el nombre de “Yuri” el lobo se alteraba y era la única palabra con la que parecía reaccionar, por lo que dedujo que ese debía ser su nombre o por lo menos era como lo llamaban cuando debía recibir alguna orden. Ante eso optó por llamarlo Yurio, una variación mínima de su nombre, pero suficiente para que el lobo no se sintiera amenazado o dispuesto a atacar ante el más mínimo indicio.

Con cada día que pasaba Yuri veía como el lobo mejoraba, viéndose más saludable y fortalecido. Otabek se había preocupado de armarle un pequeño fuerte en su habitación con recovecos y desniveles para que Yurio pudiera jugar y así mantenerse activo mientras él estaba en su turno vigilando, para luego regresar y pasar tiempo con el cambiaformas. Por lo que Yuri se había percatado, su Jefe de Centinelas se había encariñado bastante con el lobezno, al punto de cuidarlo como un hermano mayor.

Había veces que hasta Victor se sentía algo celoso de la relación que mantenían, y no lo podía culpar.

Hasta ahora, después de meses, su hermano menor aún no le tenía mucha confianza y la única forma en que se le acercaba más y aceptaba jugar con él, era en su forma de lobo. Lo más triste es que a veces hasta lo ignoraba y se iba de lleno con Otabek, dejando a un cabizbajo Victor que se iba al lado de Yuri a lamentarse de su débil lazo fraternal.

- Debes darle tiempo- solía decirle cuando lo veía acercarse con las orejas agachadas y el rabo entre las patas- Recuerda que no te tuvo a su lado por mucho tiempo…

Victor lo miraba con cara de querer reprocharle, pero también sabía que tenía razón. Además ambos tenían presente que era muy probable que al crecer con Jean, este no haya hecho comentarios muy favorables sobre su persona, si es que no lo había entrenado para luchar contra él.

Conociendo la torcida mente de Jean y teniendo presente los eventos sucedidos, era lo más probable.

 Por otro lado y a medida que avanzaba la recuperación del pequeño cambiaformas, Yuri se enfocó en alargar lo más posible su estadía, ojalá de forma indefinida. A través del Consejo de Ancianos, utilizó su influencias para que intercedieran y hablaran con la manada Leroy para quedarse con Yurio. Hace unas semanas atrás, había tenido que interceder él mismo y hablar directamente con Jean. La conversación fue desagradable, pero haciendo uso de toda su diplomacia y conocimiento, además que una que otra amenaza, lo hizo finalmente ceder. Al menos por ahora.

Yuri estaba seguro que Jean intentaría una nueva artimaña y hasta podía meter a su manada en sus malvados planes, pero eso por ahora no le afectaba en lo más absoluto. Por lo que sus informantes le habían dicho, Jean estaba en problemas mayores ahora. Una manada vecina al saber de su derrota contra Yuri, había comenzado a hostigar sus tierras y Jean debía estar más enfocado en reforzar sus fronteras y prepararse para un ataque que preocuparse en obtener de vuelta a Yurio.

Además, habían obtenido la custodia de Yurio bajo formas “legales”, el acta de nacimiento junto otros papeles que Christopher, el beta de Jean, les había enviado siendo la prueba más fehaciente de esa verdad, aliviando tanto a Yuri como Victor.

El único problema que les quedaba en el tintero era que Yurio seguía en su forma lobuna y no había dado señales de querer transformarse en humano. Parecía empeñado en mantenerse así, al parecer se sentía más seguro, aunque Victor empezaba a creer que su hermano no sabía en realidad como volver a su otra forma.

- Creo que ha pasado la mayor parte de su vida como lobo- fueron la oscuras conclusiones que Victor le confesó hace unos días atrás, después de regresar de su visita.

Yuri miró al cielo raso de su oficina recordando esas tristes palabras. Le pesaba ver a Victor así, sabía que el hombre estaba sufriendo y que la culpa lo acompañaba cada día. Comprendía su situación y como se sentía, pero también sabía que el atormentarse de esa forma no le haría ningún bien, ni tampoco a Yurio.

Cerrando sus ojos, dejó por un momento que las preocupaciones se alejaran. Después de que habían ido a visitar a Yurio por primera vez, había decidido volver de lleno a su trabajo, sin importarle las indicaciones de reposo que el médico le había entregado. Poco le importaron las objeciones de Phichit y Victor, y solo se zambulló en su pila de trabajo, haciendo reuniones de por medio para manejar paralelamente todo el tema de Yurio hasta que consiguió su custodia prácticamente cuatro meses después de haber iniciado todo el proceso. Esos últimos meses habían sido ajetreados a más no poder y en ese momento el estrés y el exceso de trabajo le estaban pasando la cuenta.

-Creo que me estoy haciendo viejo- suspiró, un poco molesto por no tener el rendimiento de antes.

- O simplemente necesitas descansar- le reprochó una voz.

Entrando a la oficina, Victor llegó con una charola con té y galletas que apoyó sobre la mesa, antes de acercarse de lleno a Yuri. Sus grandes y frías manos tomaron con dulzura el rostro de Yuri y sus labios depositaron un beso en su frente.

- Estas pálido, creo que ya puedo ver a través de ti- dijo medio bromeando, medio preocupado.

Yuri frunció el ceño en respuesta.

- Eso es mejor que tus ojeras de mapache- contraatacó y Victor rio de buena gana.

Yuri sonrió de vuelta dejándose llevar por la fuerte risa que revivió cada célula de su cuerpo. Sentía que habían pasado años desde la última vez que había escuchado a Victor reírse con tantas ganas, como si los problemas que lo habían estado ahogando se disiparan momentáneamente.

- Bueno debo decir que tú también estas empezando a tener algunas, creo que seremos una pareja de mapaches, ¿Qué dices?

- Creo que podría acostumbrarme- aceptó encogiéndose de hombros, antes de ser atacado por las voraces labios de Victor que lo asaltaron sin aviso.

Simplemente no había podido resistirlo más.

Había estado semanas, prácticamente milenios desde el punto de vista de Victor, conteniéndose. Primero por la recuperación de Yuri y luego porque nos les quedaba tiempo, entre tanto trabajo apenas habían podido llenar los espacios con algunos encuentros fugaces, juegos previos que ahora habían terminado por colapsar, su cuerpo perdiendo el control. Sabía que era inconsistente en cuanto a sus palabras y que Yuri debía estar descansando después de su arduo trabajo, pero simplemente no podía seguir bromeando eternamente sin probar un poco más de su compañero.

Y por como Yuri le respondía, estaba claro que no era el único que se había estado conteniendo todo este tiempo.

Lo necesitaba. Se necesitaban.

Su lengua buscó la ajena, probando el delicioso sabor de Yuri. Su calor y humedad eran embriagante para sus sentidos y el contacto simplemente lo electrizaba por completo. Besar a Yuri recargaba su batería al máximo. Era su elixir de vida personal.

El impulso del beso, solo los llevó a más.

Demasiado tiempo conteniéndose les había pasado cuenta y no fue de extrañar que pronto sus manos presurosas y rápidas se dedicaron a desvestirse mutuamente, exasperados por sentir el cuerpo ajeno contra el otro. Victor movió las manos por el torso desnudo de Yuri hasta llegar a agarrar su firme trasero, para elevarlo y colocarlo sobre el escritorio. Con una mano tiró los papeles hacia un lado y cualquier cosa que se metiera en su camino, para hacer espacio y recostar con delicadeza a Yuri contra la mesa de caoba.

Estaba impaciente, casi como si fuera la primera vez que lo tenía en sus brazos. Sus labios recorrieron cada pedacito de piel, su lengua jugó con el pezones contrarios hasta que los tuvo paraditos y rojos. Yuri por su parte era un mar de gemidos, estaba tan sensible como si estuviera en celo y Victor simplemente disfrutó cada parte de eso. Le encantaba escuchar como respondía a cada estimulo, el calor de su piel ardiente contra la palma de su mano.

Sus dedos se detuvieron en su pecho, justo en el lugar donde se veía una cicatriz producto de la cirugía que tuvieron que hacer para reposicionar sus cotillas. Era alargada, no más de cinco centímetros, pero para Victor era una marca que llevaría en el alma ya que representaba la lucha de su compañero por obtener su libertad. De mantenerlo con vida.
Con suavidad pasó los dedos por ese lugar y dejó que sus labios lo tocaran de forma cuidadosa, casi con adoración.
Sintió como los dedos de Yuri se arremolinaban sobre su cabello plateado, haciendo que alzara la vista para ver la cálida sonrisa que su omega le entregaba. Era de esas sonrisas que sólo con él, en eso momentos tan íntimos, se permitía formar y que Victor atesoraba secretamente. La mano de Yuri bajó hasta su mejilla, donde él aprovecho de besar la palma de su mano, antes de subir nuevamente y recapturar sus labios de forma lenta y apasionada.

Lo siguiente sólo siguió el flujo de lo que sentían, las manos se recorrían sin descanso, pero ahora de forma más lenta, más amorosa. Victor se permitió adentrarse en las estrechas paredes que los esperaban con calurosa bienvenida, sus cuerpos acoplándose en perfecta sincronía mientras se dejaban amar el uno por el otro. Sus pieles se rozaban con cada movimiento aumentando el éxtasis, casi sincronizados en ese baile en donde solo ellos dos conocían los pasos, el movimiento, el toque justo para producir mayor placer en el otro.

El orgasmo sólo fue la cima que terminó por unir sus almas, mientras se liberaban en los brazos contrarios.

Con la respiración agitada y el sudor bañando su frente, Yuri se permitió pasar la mano a través de los cabellos plateados, disfrutando del tacto y la sensación de estos, suaves y ligeros.

- Ahora que lo pienso aún no me has respondido…- murmuró de repente Yuri. Curioso, Victor alzó su rostro y lo miró intentando descubrir a que se refería, por lo que agregó- Que vas hacer con tu vida ahora que eres libre

Victor parpadeó por unos segundos, para luego estallar en una gran y fuerte carcajada. En serio Yuri nunca dejaba de sorprenderlo.

Llevándose el pelo hacia atrás con una mano, miró a su compañero con una sonrisa traviesa en el rostro.

- Pensé que ya lo había dejado claro- pronunció recorriendo a Yuri con una mirada bastante sugestiva, logrando que el otro se ruborizara.- Pero por si acaso te lo recuerdo, ser tu compañero y estar a tu lado es lo que quiero hacer…

- ¿Estás seguro?

- Creí haber dicho hace tiempo que las circunstancias que nos llevaron a estar juntos no importaban, sino el hecho de haber encontrado a la persona a quien amo es lo realmente importante.- pronunció al tiempo que tomaba la mano de Yuri y lo estrechaba entre sus dedos- Así que Yuri, ahora que soy un hombre libre, ¿Puedo pedirte que seas mi pareja oficialmente?

El rostro sonrojado hasta las orejas, la suave sonrisa que se formó en sus labios y un claro “Si”, fueron las únicas cosas que Victor necesitó para sentirse el hombre más afortunado del mundo.

Ambos habían vivido vidas duras, se habían reunido como enemigos y la vida les había enseñado a sobre pasar sus diferencias para conocer la maravillosa persona que estaba detrás de cada fachada que el mundo les había obligado adoptar. Habían visto el lado más sincero de cada uno, habían aprendido a entender los defectos como también a descubrir las virtudes del otro hasta que el amor los envolvió.

No sabían lo que les depararía el futuro, pero algo tenían por seguro, nunca más tendrían que enfrentarlo solos ya que ahora se tenían el uno al otro.

 

 

 

Notas finales:

Bueno, como habrán visto, este capitulo tuvo un poquito de todo, cerrando lo más posible para no dejar cabos sueltos, Yuri conectándose más con su lado omega para acercarse a Yurio, Yurio haciendo su super aparicion (era necesario XDD) y bueno Victor haciendo de las suyas al final ;)

Como mencioné aún queda el epilogo, el cual va a tener sabor a Navidad en honor a las festividades, por eso mismo espero poder subirlo el Martes 24. Sino alcanzo...quedara entonces para el 26 u-.-

Espero que este capitulo final los haya dejado conformes y nos vemos en el epilogo <3

Besos y gracias por leer!! <3 <3


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