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Mi Príncipe Omega por TidsoptimistMF

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Notas del capitulo:

Hola mis amores!!

Aquí les traigo nuevo capitulo de esta loca historia, espero les guste!! <3

 

Ya era de noche. La quietud en la gran casa de Yuri era sobrecogedora. Una densa nube de profunda tensión se cernía sobre las paredes haciendo que el corazón se oprimiera.

Mañana era el gran día. La reunión con la manada de Jean. No. Con el líder Jean Jaques Leroy, el ejecuto de Victor.

Yuri podía sentir la presión, la urgencia de encontrar una solución para salvar a Victor, pero que aún no tenía. Con cada minuto que pasaba sentía más presión, kilos de cemento cayendo sobre sus hombros, hundiéndolo, la pesadez infinita de saber que había sido soberbio, que había hablado demás.

Hasta su pecho se sentía oprimido. Sabía que un día llegaría el momento que como líder no podría cumplir su palabra, que podía llegar a cometer un error…

Sin embargo, también sabía que no se daría por vencido.

Aunque su cabeza explotara de dolor y cansancio, aunque su pecho se oprimiera de terror y sus hombros se sintieran como plomo, él seguiría buscando, leyendo documentos, revisando leyes ancestrales para encontrar alguna solución. Algún milagro.

La cena fue silenciosa, ninguno de los dos pronunció palabra. Yuri estaba demasiado ensimismado, repasando en su mente todo lo que había leído, buscando algún resquicio que lo ayudara, mientras que Victor estaba en su propio mundo.

En sus propios temores. Para él, mañana también era un gran día, mucho más que para Yuri.

Mañana se definiría su destino.

Definiría si podía seguir viviendo o perder todo lo que había ganado en esos pocos días; y eso lo aterraba más de lo que quería reconocer.

Bien, si era sincero, lo aterraba hasta los huesos.

Ese rayito de sol, de vida, aquél que se abrió paso en su abrumante oscuridad, era tan esperanzador como terrible. Sobre todo porque lo podían tapar con un dedo.

El dedo de Jean.

Metido en la cama, con el cuerpo tibio de Yuri a su lado, dejó que su suave fragancia calmara un poco su ansiedad, que le entregara un poco más de esa luz traicionera, antes de perderla. Quería aferrarse con todo lo que tenía a ese efímero momento, a esos minutos, segundos, donde Jean aún no lo alcanzaba para arrebatarle todo, en donde solo eran él y Yuri.

Si tan solo pudiera tocarlo…

Una sonrisa amarga cruzó su rostro. Quien hubiera pensado que él, un alfa curtido por el exilio y la soledad, se vería mendigando por un toque, por cariño antes de enfrentarse a su pasado, a la consecuencia de sus actos.

Tragando duro al verse en tan patética situación, se obligó a permanecer fuerte, a recrearse solo con el recuerdo de sus brazos alrededor del pequeño cuerpo de Yuri en esa tarde de invierno, ellos dos solos como una pareja cualquiera en su primera cita. El calor que transmitía, la paz que lo llenó y que poco a poco tranquilizó su agitado corazón.

Un corazón que había sido cegado por la oscuridad, pero que ahora comenzaba a liberarse de sus antiguas cadenas.

Antes de que se diera cuenta, se quedó dormido.

 

 

Un pequeño, imperceptible movimiento. El sonido de un papel cortando el aire. Una titilante luz apenas iluminado el espacio.

Cosas mínimas e insignificantes, pero suficientes para despertar a Victor y sacarlo del mundo de los sueños. Por un segundo se sintió perdido, sus ojos se abrieron como linternas y sus músculos se tensaron listos para asestar un golpe, tal como lo hacía cuando vivía solo en las montañas, pero tan pronto se dio vuelta y vio el rostro de Yuri, se detuvo, sus músculos destensándose, el puño que tenía bajo las mantas desapareciendo.

 Con la vista fija en sus notas, Yuri ni se inmutó por el brusco movimiento a su lado. Su mano escribía con rapidez sobre las hojas y sus agudos ojos seguían el movimiento del lápiz sin perder detalle, demasiado concentrado para dejar distraerse. Con un solo movimiento ajustó sus lentes, de marco grueso y negro, junto con algunos mechones de pelo que le bloquean la vista, de su pelo totalmente despeinado.

Alzando la vista, Victor enfocó su mirada en el reloj que estaba en la mesita de noche.

Eran cerca de las tres y media de la mañana.

- Qué estudioso príncipe, ¿No puedes dormir?- consultó medio bromeando-medio serio, captando la atención del otro.

Deteniendo su escritura, Yuri fijó sus ojos en Victor.

- Lo siento, ¿Te desperté?- preguntó acomodando su espalda sobre la mullida almohada, dándose un momento de descanso- Necesitaba ver unos temas del trabajo…

- Son las tres de la mañana, ¿No crees que eso puede esperar?- consultó Victor acomodándose y apoyando su cabeza en una mano para mirar de perfil a Yuri- Ya lo podrás ver mañana o más tarde, según como se vea…

- No lo creo. Mi insomnio no me dejará tranquilo hasta que tenga todo listo- explicó volviendo a inclinarse para iniciar su trabajo nuevamente- Intenta descansar, no te preocupes por mí.

Victor frunció el ceño.

- ¿Cómo voy a descansar mientras tú te encuentras trabajando sin parar?- su voz se tornó más seria y gruesa- Sobre todo cuando sé que está trabajando por mí. Lo que estás viendo es para la reunión, ¿No es así?

Yuri frunció los labios con fuerza al verse descubierto. Miró a Victor, su semblante serio exigiéndole que le dijera la verdad.

- Si, lo es- aceptó finalmente.

Victor suspiró, estaba poniendo más presión en Yuri de lo que había imaginado. Era hora de ponerle fin a esto. No podía permitir que él siguiera esforzándose y enfocándose en su persona descuidando su salud, no era correcto.

- Príncipe agradezco tu esfuerzo, pero debes dejar de luchar contra lo inevitable. He disfrutado contigo estos últimos días más de lo que he hecho en mucho tiempo, eso es suficiente para mí para aceptar mañana mi destino…

- En otras palabras quieres que apague la luz, me eche a dormir y me dé por vencido- concluyó Yuri, achicando sus ojos y bajando su voz algunos decibeles sonando intimidante - Creí que eras un hombre con más decisión que esa. Si estuviste años planeando tu venganza, no entiendo porque ahora no puedes hacer lo mismo por tu vida

Golpe bajo. Yuri tenía un punto.

-Intenté escapar hace unos días atrás, ¿recuerdas? – contestó en un débil intento de recuperar en algo su dignidad– Además, ¿Cuál es tú interés en mantenerme a salvo?¿Porque te esfuerzas tanto? ¿Tanto deseas que tengamos hijos?

Yuri se mordió el labio y estuvo muy tentado de dejar sus notas a un lado y estamparle un puñetazo gigante en la mejilla a ese gran testarudo que se negaba a recibir su ayuda.

¡¿Cómo alguien podía ser tan obstinado?!

Supuestamente los dos debían estar remando para el mismo lado, hacia el mismo objetivo, no él arrastrando a Victor. ¡Era su vida, maldición! ¡Victor debería ser quien lo empujara, no al revés!

Suspiró, en un intento de liberar la rabia que se había conglomerado en su estómago.

Debía admitir que Victor tenía cierta razón. A este punto ni él mismo entendía porque se empeñaba tanto en ayudarlo, de encontrar una solución y entrometerse en su vida. Esto era más que simplemente cumplir su palabra de líder. Prácticamente estaba obligando a Victor hacer algo que de lejos parecía que no le interesaba. Hasta parecía estar resignado a su brutal destino.

Entonces, ¿Por qué aún creía en él?

Porque, alguien que luchó por mantenerse con vida pese a la hambruna, que peleó ya sin fuerzas para evitar ser apresado y aceptó un trato alocado en busca de su libertad, no son signos de alguien que busca morir. No por lo menos según la lógica de Yuri.

Y Yuri estaba seguro que muy en el fondo, la venganza, no había sido el único móvil que había mantenido con vida tanto tiempo a Victor.

Teniendo eso presente y armándose de paciencia, Yuri se volteó a encarar al cambiaformas.

- Te lo diré una vez más- pronunció con voz severa, mirando directamente a esos ojos celestes- Sin importar el cómo, eres mi compañero y por eso…      

De repente, Yuri se detuvo en mitad de su discurso. Sus ojos se abrieron grandes como platos mientras su boca quedaba semiabierta, ningún sonido saliendo de esta.

Sin decir nada más, Yuri se quitó de un jalón las sabanas y salió rápidamente de la cama en dirección a la puerta bajo la anonadada mirada de Victor. En apenas una pestañada Yuri ya había desaparecido del cuarto y de su campo de visión.

-¿Yuri?- pronunció tardíamente, saliendo de su asombro.

Sin obtener respuesta y sabiendo que era inútil seguir intentando, salió de la cama. Colocándose unos pantalones, se dirigió tras el omega fugitivo, su aroma guiándolo.

Curioso por su huida y que la había desencadenado, Victor llegó hasta la oficina de Yuri.

Con la luz encendida, el omega recorría los estantes llenos de libros que tenía al fondo de su oficina, mientras murmuraba un montón de cosas que Victor no lograba entender.

-¡Aquí esta!- pronunció finalmente victorioso, sacando un gran y gordo libro del estante bajo la atenta mirada del otro.- Creo que lo encontré

-¿Qué encontraste?- preguntó Victor sin comprender a que se refería, sin embargo Yuri no respondió. En vez de eso se sentó en el suelo y comenzó a pasar las páginas unas tras otra, ignorándolo totalmente.

Frunciendo el ceño , Victor lo observó desde la lejanía. En ese momento, estaba muy tentado de volver a preguntar y hacer que Yuri le respondiera. Para empezar quería saber por qué huyó de la habitación, que tenía de especial ese libro viejo y raído, pero sobre todo, que buscaba en él.

Sin embargo, Victor se tragó su curiosidad para más tarde.

Lo que fuera que Yuri buscaba tan ávidamente en ese libro, era lo suficiente para que Victor no intentara interrumpirlo de nuevo. Se veía tan ensimismado y concentrado, que sabía que volvería a ignorarlo una vez más. Estaba claro que ya no había posibilidad alguna de seguir su conversación, tampoco de obligarlo a descansar, así que al final optó por salir del lugar.

Yuri por su parte leía cada párrafo con avidez. Se sentía un real estúpido por no haberse dado cuenta antes que tenía la solución frente sus ojos.

Si no hubiera sido por su pequeña discusión con Victor, tal vez nunca se habría dado cuenta y habría perdido una gran oportunidad. Sólo debía comprobar que su teoría fuera correcta y no tenía ningún resquicio para cumplirla.

Estaba comenzando un nuevo párrafo, cuando sintió que algo suave se posaba sobre sus hombros. Saliendo momentáneamente de su lectura, volteó su vista, sólo un poco, para ver que se trataba de una manta de color azul. Extrañado alzó la mirada encontrándose con la sonrisa de Victor, el hombre sentándose a su lado.

- Lamento distraerte, pero si no te cubres terminarás con un resfriado- explicó al tiempo que él también se cubría con una manta- Pensé en colocarme yo atrás y ser tu manta humana, pero pensé que eso podía distraerte demasiado…

Yuri alzó las cejas sorprendido.

-¿Victor que…?

- Tu lo dijiste, ¿no?- lo interrumpió, sin dejarlo terminar- Eres mi compañero, si vamos afrontar esto, lo haremos juntos. Aunque mi trasero quede helado y de palo, te acompañaré hasta que termines.

Yuri parpadeó atónito, pero al final una imperceptible sonrisa surcó sus labios.

- Esta bien, eso sí compórtate

- ¿Cuando no lo he hecho príncipe?- contestó inocente Victor, Yuri rodando los ojos como toda respuesta.

Eran cerca de las cinco de la mañana, cuando por fin Yuri se dio por satisfecho. Miró hacia un lado y vio que Victor se había quedado dormido. Con la cabeza apoyada en su mano, su respiración pausada y algunos mechones cayendo sobre su rostro, tenía un aire casual que sólo aumentaban su atractivo.

Victor era guapo, Yuri lo tenía claro. También era extremadamente fuerte y valiente. Yuri no quería ni imaginar cómo el hombre había sobrevivido todo ese tiempo, años exiliado de su manada, siendo buscado para ser aniquilado.  

Por otro lado, también tenía ese lado inmaduro y manipulador, ése que le gustaba molestarlo y sacarlo de sus casillas. Incluyan a eso su testarudez, pero aun así, con todos sus defectos y matices, Yuri disfrutaba pasar tiempo con él.

Ver como sus ojos celestes se iluminaban cuando veían algo que lo entusiasmaba, la dureza de sus rasgos y la tristeza que cargaba cuando hablaba de su pasado, su habilidad para ocultar lo que siente tras la ironía…todos esos pequeños detalles que hacían de Victor único, que lo intrigaban y movían algo en su interior.

Yuri siempre había sido lógico, todas sus relaciones interpersonales habían sido llevadas por la razón, excepto con su familia y Phichit (y aun así sus emociones eran bastante limitadas con ellos) , pero con Victor eso parecía haberse destruido.

Por alguna razón, que aún no lograba comprender, las cosas se habían distorsionado en algún punto, sin posibilidad de retorno.

Yuri no recordaba cuando fue la última vez que recibió un abrazo, pero estaba seguro que el abrazo del día anterior, el dejar que Victor lo rodeara con su calor ya no era simplemente para ser más cercanos. No era una rebeldía a sus enseñanzas. Tampoco era por lógica. Había algo más.

Había una inquietud, tibia, agradable que nacía en su interior y se extendía, hormigueando hasta sus extremidades, acompañado por una emoción que Yuri no sabía describir. Nunca la había sentido.

Era por esas sensaciones nuevas, por todo lo intrigante, todo lo que deseaba descubrir con Victor a su lado, que no podía entregárselo a Jean Leroy. Esto se había vuelto personal y aunque sabía que estaba entrando en terreno peligroso al dejarse llevar por la emoción, y su tío se enojaría con él por eso, no le importó.

No dejaría morir a Victor.

Se aseguraría de eso.

 

***

 

El ambiente era tenso.

Ubicados en una de las salas del Edificio del Consejo de Ancianos, Yuri esperaba la llegada del líder Jean Jacques Leroy con su comitiva. Con los músculos tensos y la mirada al frente, Yuri se enfocaba en mantenerse lo más centrado posible y no dejar que ningún tipo de emoción o nerviosismo se apoderara de él. A su lado izquierdo se encontraba su tío Toushirou como representante del Consejo, mientras que al otro lado estaba Victor junto a Phichit.

Aunque era arriesgado por varias razones, se había decidido que Victor estuviera presente en la reunión. Yuri había insistido en ello.

Mirando por el rabillo del ojo, Yuri dio una rápido vistazo al alfa.

Victor se veía mortalmente serio.

Sus ojos celestes eran la definición de hielo y sus rasgos se veían rígidos, formando el perfil de un letal depredador. Nada más lejano a la persona con la que Yuri había convivido hasta ahora. A su lado se encontraba la consumación de la venganza.

Yuri comprendía bien que para Victor este era uno de los momentos más fuertes y decisivos de su vida. Después de tantos años de estar escapando, de vivir del resentimiento y de planear una muerte, tener la posibilidad de reencontrarte con el culpable de todo eso, no debía ser fácil.

Yuri no podía ni imaginarse que era lo que estaba pasando en ese momento por la mente de Victor, pero sólo esperaba que tuviera la suficiente fuerza de voluntad para no terminar lanzándose sobre Jean.

Estaban frente una fina línea. Un movimiento y todo se rompería. Estaban jugando con fuego y Yuri lo sabía.

Un suave toque en la puerta lo hizo regresar la vista al frente.

Era hora del duelo.

Tal como el protocolo exigía, Otabek entró en la sala anunciando la llegada de Jean para luego ser seguido por este junto a otros dos hombres más.

Con una confiada sonrisa y andar petulante, Jean desprendía seguridad y arrogancia por partes iguales mientras entraba al salón directo hacia donde se encontraba Yuri.

A medida que se acercaba, Yuri lo analizaba. Paso a paso, la postura, la forma en que se movía, su cuerpo, todo. El tronco era poderoso, trabajado, saltaba a todas luces que era un luchador consumado, y pese a su personalidad caprichosa, parecía del tipo que había recibido un arduo entrenamiento.

La confianza que desprendía no era solo apariencia, realmente era fuerte. Y por su mirada, seguramente astuto. Cruel.

Era un líder y alfa en todo su esplendor.

- Líder Katsuki, muchas gracias por recibirme. Es un honor por fin conocer al único omega que ha llegado a portar el título de líder- habló, sus palabras rozando suavemente la ironía, su sonrisa sólo fortaleciendo esa desagradable sensación- No pasaré por alto su amabilidad, sobre todo por traerme a mi presa al frente y evitarme tener que ir a buscarlo directamente a la celda…

- Me alegro que haya podido llegar sin complicaciones, Líder Leroy- fue la diplomática y fría respuesta de Yuri, antes de agregar- Sin embargo, se equivoca, yo no le traje ninguna presa.

-¿Ah, no?- pronunció y luego una oscura sonrisa se formó en su rostro- Cierto, era sólo una carta que pedía una audiencia, olvidé que debía entregar los detalles sobre el traidor que tienes en tu manada. El hombre a tu lado, Nikiforov Victor, está acusado de alta traición y sentenciado a muerte por mi manada, por lo que exigimos que lo regreses para llevar a cabo su condena.

-¿Se pueden saber los cargos?

- Matar al Líder de la Manada e intento de homicidio del sucesor.- fue la respuesta de Leroy.- Tienes un asesino y solicito que nos pases su custodia.

Yuri sintió como su tío a su lado se tensaba y tomaba una inspiración con fuerza. Toushirou no estaba al tanto del pasado de Victor, pero tampoco es que le importara mucho no haberle avisado. En ese momento Yuri estaba más enfocado en la reunión y en el curioso alivio que lo recorrió al escuchar las palabras de Jean.

Victor no le había mentido esta vez sobre su pasado. Eso, por raro que sonara, lo tranquilizaba.

- Comprendo la situación, ¿A este hombre se le hizo un juicio?

Leroy soltó una risotada.

- Nikiforov no necesitó un juicio. La condena es inmediata al matar al Líder de la manada y se habría cumplido de no ser porque escapó. Llevo diez años siguiendo sus huellas y cuando por fin logro dar con él, termina bajo tu territorio. Créeme que estoy siendo considerado con tú manada, en otro tiempo habríamos arrasado con ella con tal de atrapar a este sujeto…

-¿Es eso una amenaza?- consultó Yuri sin quitarles los ojos de encima ni pestañear, mientras que Jean sonreía burlonamente, casi altanero.

- Sólo una advertencia, Líder Katsuki- puntualizó.- Y bien, ¿me entregaras a mi prisionero?

La tensión llegó a su punto máximo en la habitación.

Jean se había preocupado de arrinconar a Yuri contra una calle sin salida y dejarlo sin escapatoria. El aire pareció congelarse, ya nadie respiraba y todas las miradas estaban puestas en Yuri y las próximas palabras que diría.

Sin embargo, contra toda sospecha, una suave sonrisa se formó en el rostro de Yuri y sus ojos chispearon de astucia.

- Lo lamento, pero tendré que denegar su pedido, Líder Leroy. No puedo entregarte a Nikiforov Victor.- fueron las seguras palabras de Yuri, la tensión pendiendo de un hilo - Como tu muy bien dijiste, él entró en mi territorio, por lo que ahora está bajo mi jurisdicción.

La sonrisa desapareció del rostro de Leroy, en cambio la ira y el fuego brillaron en sus ojos.

 - Él es un intruso y condenado. – contraataco con dientes apretados – No puedes protegerlo.

- Victor es mi compañero.

El aire se estancó por una par de segundos que parecieron eternos. Yuri podía sentir las intensas miradas de todos los presentes en su persona, en especial de Victor.

Desde que Jean había entrado en la estancia, Victor había enfocado su letal mirada en él, los años de ira, frustración y venganza recorriendo sus venas con punzante dolor, exigiéndole que cumpliera su cometido, que arrancara la garganta de aquel que había profanado a su hermano.

El que Jean ni siquiera se haya dignado a mirarlo y sólo lo tratara como un objeto, sólo encendían más su profundo deseo de muerte al punto que sus puños comenzaban a tiritar de anticipación, la energía chispeando en todo su ser, su lobo al borde de salir…

Hasta que las palabras de Yuri lo alcanzaron.

 “Compañero”

Como un bálsamo, esa simple palabra se deslizó por cada célula de su cuerpo, apagando el fuego que ardía en sus venas, tranquilizando su inquieto corazón. La negrura que se había interpuesto en su visión se fue aclarando poco a poco, al tiempo que Victor sintió por primera vez el aire entrar a raudales a sus pulmones y respirar en paz.

Su ira se había apaciguado y su raciocinio se había hecho presente, volviéndolo consciente de lo que sucedía, y no una marioneta de sus propias y oscuras emociones.

Miró con intensidad a Yuri. Era prácticamente el más pequeño en esa estancia, rodeado de alfas fuertes y orgullosos, y sin embargo, Yuri se veía imponente.

Era un líder en todo su esplendor y confianza. Era un omega que lo había defendido frente a otro alfa como su compañero.

¡Dios! No existían suficientes palabras para expresar lo malditamente afortunado y orgulloso que se sentía Victor en ese momento, su pecho hinchándose de pura satisfacción.

Jean por su parte, pareció estupefacto unos segundos, pero se recuperó rápidamente.

- Dices que es tú compañero, pero no veo ninguna marca que lo demuestre Líder Katsuki- respondió con veneno, mirándolo de arriba abajo como quien analiza una presa, Victor conteniéndose para no gruñirle.- De todas formas, aunque lo hayas elegido como tú compañero, sigue siendo un prófugo, ¿Qué vas hacer al respecto? 

Leroy se cruzó de brazos con aires de superioridad, buscando intimidar con su presencia. Por su expresión era claro que sentía que tenía de nuevo acorralado al otro líder y por sus ojos se veían aparecer las ideas que tenía para resolver la situación y esta fuera a su favor.

Sin embargo, Yuri ni se inmutó.

- Asumir la responsabilidad- respondió con tranquilidad, sin cambiar su expresión infranqueable que siempre lo había caracterizado- Por ley, al aceptar a Victor como mi compañero, él pasa a ser parte de mi manada. Por lo tanto, estoy a cargo de su seguridad y me responsabilizo de sus actos. Dicho esto, propongo que se defina su absolución en base a un combate.

Leroy alzó una ceja apreciativa ante la propuesta mientras el resto se congeló en su puesto.  

Victor sintió que el alma se le caía a los pies. Hace cinco segundos atrás estaba orgulloso como el infierno de su compañero y ahora lo veía escaparse entre sus dedos, para entregarse en bandeja de plata al asesino de Jean, ¡En un maldito duelo!.

Sobre su cadáver.

Victor abrió la boca, el reclamo y la oposición listos para salir y defender a Yuri, detenerlo de tal locura, cuando en eso sintió un agarre firme en su brazo, llamando su atención. Deteniéndolo. Volteando el rostro con fuerza, se encontró con la significativa y firme mirada de Phichit que le ordenaba mantenerse en calma y no intervenir.

Victor quería pelear, discutir y mandar a Phichit a volar. Pero se contuvo.

Con todas sus fuerzas Victor se contuvo.

Mordiéndose la lengua , se obligó a guardar silencio mientras la frustración caía sobre sus hombros.

- ¿Un combate?- consultó Leroy, una sonrisa de satisfacción recorriendo su presuntuoso rostro. El omega frente suyo estaba resultando más interesante de lo que hubiera esperado.- ¿Y quiénes serían los combatientes?

- Como ya dije, Victor es ahora de mi manada, por lo tanto yo seré quien combatirá- respondió Yuri, sus palabras formando un agujero en el estómago de Victor al hacer realidad su peor miedo-  En tu caso puedes elegir quien luchará por parte de tu manada. Es su decisión Líder Leroy.

Jean sonrió en respuesta.

- Me ofendes con esas últimas palabras, Líder Katsuki. Por supuesto aceptaré tu afronta y pelearé contigo. Es mi honor lo que está en juego- respondió, un gesto macabro apareciendo en sus rasgos- Si tu ganas, Victor quedará libre de sus cargos, pero si yo gano me lo entregaras para que sea ejecutado bajo las reglas de mi manada. ¿Trato?

Jean estiró su mano. Yuri lo miró por unos segundos y sin titubear, bajo la quebrada mirada de Victor, cerró el pacto que lo llevaría a una batalla con Jean.

- Es un trato.

Notas finales:

Por favor, no me maten???

Sé que algunos no apoyarán mucho la decisión de Yuri o esperaban que Victor peleara, pero...al final resultó asi: Jean v/s Yuri XDD

Inesperado? Para Victor tambien lo fue XD

En fin, muchas gracias por leer y no olviden comentar, se aceptan caritas felices y tomatazos también (láncenlos con amor, por favor <3)

Nos vemos en la siguiente actualización!! <3 <3


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