Luego de arreglarse correctamente cómo debería, salió un poco más calmada soltando un suspiro. Su madre había regresado a dormir, pero antes le había preparado el desayuno y dejado en la mesa. Sonrió, la adoraba demasiado. Guardó su lunch y se fue tranquilamente, iba atrasada, pero ya qué.
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Saki iba caminando a su instituto bastante nervioso, era el quinto al que se cambiaba, cada año era igual... Las amistades nunca le duraban por eso, y aunque algunas pocas siguieran en contacto no era igual, sabía que no volvería a verlos y eso le deprimía. Como sea, se replanteó no tener amigos esta vez, quizás así la despedida no iba a ser nada dolorosa, ¿cierto? Aunque eso dependía de su padre, pero era otro tema. Llegó a la entrada de la institución, quedando como idiota maravillado observando sus detalles, cuán inmensa era (Tenía kinder, preescolar hasta primaria, secundaria y universidad.) tenía un tipo de estructura victoriana ligada con alguna estructura actual, simplemente único.
Pasó saliva, ya algunos estudiantes -que obviamente no conocía.- estaban ingresando al lugar. Suspiró intendando darse fuerzas y continuó con su andar. Dentro era maravilloso, sus ojos pupilas estaban dilatadas con pequeños brillos, llenos de adoración y encanto, hermoso. Parecía un cuento de hadas el sítio, ojalá su estadía fuese permanente. Trató de no deprimirse más pensando en eso y continuó con su andar hasta la inmensa sala de bienvenida. El lugar estaba lleno de estudiantes caminando de un lado a otro, hablando, riendo, algunos se abrazaban, intuyó que era algún tipo de reecuentro... Ah, ojalá le pasara algo igual, se empezaba a sentir solo. Detestaba ese sentimiento. El pelinegro se acercó a una de las tantas sillas y se sentó, las cuáles apuntaban a un gran escenario que tenía una tarima y un cartel gigante que decía ''¡Bienvenidos todos!''. Sólo se quedó allí, escuchando el bullicio ajeno, cada vez... Sintiéndose más solo.
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La única cosa que odiaba de tener que irse sin Saki es que siempre se perdía, desde que tenía memoria le costaba mucho ubicar sítios y seguir direcciones, era malísima para eso, sin mencionar que no tenía nada de paciencia para ello. Bufó molesta revisando su celular, ya le había enviado más de 30 mensajes a su hermano pidiéndole que le mande la maldita dirección para llegar por el Google Maps, pero no respondía. El bastardo había olvidado su celular en casa.
Dio un gruñido al aire pisando fuerte, esto era el colmo, iba tan enojada y sumida en sus pensamientos (Maldiciendo a Saki) que no notó cuando se acercaban a ella, hasta que la chocaron y casi cae al suelo, ella no lo hizo pero... La otra persona sí. Estaba dispuesta a maldecir en total cólera a quién coño se le hubiera atravesado, pero pareció relajarse al ver una chica que a su parecer era... Menuda. Frágil. Ser insignificante. Todo ser es insignificante y-
—A-ah, i-i'm so s-sorry! — La chica se disculpó bastante apenada para levantarse, dio palmaditas a su falda para quitarse el polvo. Estaba roja de vergüenza, Seeki lo notó, pero lo que más le llamó la atención fue su manera de hablar.- — I could n-not see you... A-and... — ''No pude verte y...'' calló al saber que estaba hablando en inglés, mirando como la chica sólo se quedaba allí tratando de adivinar qué carajos le decía. Aún mucho más avergonzada que antes empezó a disculparse inclinándose hacia ella repetidas veces. — Siento, lo s-siento... Mientras tanto, Seeki sólo la observaba, por alguna extraña razón le había cautivado su entonación, era claro que aquella chica era extranjera... Y su manera de hablar... Le causaba ternura tanto como gracia.
—¡N-No miré! N-no pude... Lo siento t-tanto... — Le parecía divertido cómo se disculpaba, estaba a punto de reír, pero no podía, se mantenía igual.
—...¿Ya terminaste? — Comentó finalmente la pelinegra, ladeando la cabeza, Dandelion hizo un gesto nervioso y confuso, aquella chica frente a ella le daba algo de terror. — Habla bien, ¿quieres? Pareces una gelatina, ¿qué tienes en la lengua? ¿Alguna disfunción que te hace hablar como imbécil?
—... — Por su parte, Dandelion no dejaba de mirarla ahora, confundida por saber a qué se refería, le había logrado entender algunas palabras tal como gelatina e imbécil... Un momento, ¿¡P-por qué le d-decía así!? — U-uhm. — Apretó la tira de su bolso sintiéndose un poco mal, decidiendo pasar de ella, qué grosera. Por otra parte, Seeki se giró para ver cómo se alejaba, en sus pocos momentos de contacto visual había notado su uniforme y el tipo de insignia, era el mismo que ella llevaba pero con arreglos 'especiales'. Por alguna extraña razón su mirada se desvió descendiendo hasta la parte trasera de la inglesa, waoh, algo que no pudo evitar fue silbarle en ese momento... ¿Qué carajos? ¿¡Por qué había hecho eso!?
Dandelion detuvo sus pasos sonrojándose hasta las orejas, sus labios temblaban y había apretado las manos al momento de escuchar el silbido... ¿Acaso provenía de ella? No puede ser, pero... Se giró lentamente para verla de reojo, no podía ser verdad.
Desde la perspectiva de Seeki, aquella chica traía buen trasero, ya se había imaginado cómo se vería con algún pantalón super ajustado.