Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Cadenas de Oro" por darkness la reyna siniestra

[Reviews - 84]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hooooolaaaaaa, ya estoy por aquí para traerles no solo uno, sino dos capítulos. ¿Por qué dos? Ahh pues muy sencillo, personalmente siento que el cap 6 está medio aburrido y pues ustedes lindamente me esperan una semana para leer cap nuevo y es injusto que siendo tan bellos yo les haga esperar y para colmo les de un cap aburrido y eso no puedo permitirlo. Por eso les pondré el 7 que tiene más cosillas interesantes que espero les gusten.

Pasando a otro tema, quiero agradecer de todo corazón a Geion y a Callie que me han regalado su hermoso review en el capítulo V. De verdad no saben cuanto les agradezco su apoyo para esta humilde historia, muchas gracias por leer y comentar y de corazón deseo que les gusten los capítulos <3.

Sin más que agregar, con ustedes, el cap 6, que lo disfrunten n_n

Capítulo VI.

”””

La reunión de los hombres había terminado bastante entrada la noche, Kardia temiendo por la seguridad de Aspros y los gemelos, les pidió que se quedaran esa noche y al día siguiente luego del desayuno volvieran a su hogar. El mayor aceptó más que todo porque los hermanos lucían ya cansados y creía justo dejarlos descansar. Kardia mandó a preparar tres habitaciones pero Kanon se apresuró a decir que él dormiría en la misma recámara que Saga, por lo que sólo se alistaron dos habitaciones donde los invitados descansaron cómodamente.

Mientras tanto Aioros en su recámara no dejaba de dar vueltas en la cama, deseando que fuera el día en que debía regresar a su mansión porque así como lo había acordado con Aspros, Saga se iría con él sin objetar nada. Kardia había accedido a casarlos para que todo fuera más rápido y discreto, no habría mayor problema.

”””

—Bien, creo que lo mejor es planear todo para mandar por ellos y que vengan aquí sin demoras.

Hades dobló nuevamente la carta para guardarla en su sobre. Entre más rápido fuera aquel encuentro entre los gemelos y Radamanthys, menor sería el riesgo de que su hijo mayor hiciera alguna tontería.

Aunque Hades recordaba haber visto al rubio extremadamente frío, ya casi no hablaba, y no es que antes lo hiciera mucho de todas formas pero ahora era más hermético, aquello preocupaba al azabache, no sabía si en verdad le molestaba lo del casamiento a fuerza o algo más le hubo ocurrido en el transcurso de los días pasados.

—El trabajo me ha alejado de mis hijos más de lo que imaginaba, sería bueno sentarme con ellos y preguntarles sobre sus vidas… —meditaba poniéndose de pie, pronto organizó el escritorio para volver por la mañana a retomar sus asuntos.

A pesar de toda la inteligencia, la frialdad, su porte y exigencia, Hades no era un mal hombre ni mal padre, pero ahora que sus hijos eran hombres ya, los había dejado ir un poco por su rumbo pero Radamanthys se había descarriado de más y por eso tuvo que recurrir a ese método que en buen momento le llegó como una forma de cuidar al joven. En especial ahora que estaba haciéndose cargo de su propio negocio con el whisky y que le estaba yendo bastante bien, no iba a permitir que cualquier don nadie apareciera para verle la cara, por lo menos los gemelos provenían de una familia con historia pero ese tal Afrodita, sólo el diablo sabía de donde había salido.

”””

La noche pasó sin ser sentida en aquel lugar, llegando prontamente la mañana fresca de inicios de otoño. La servidumbre de la casona Escorpio ya se encontraba en pie cumpliendo con las obligaciones del día a día, la mesa estaba siendo puesta por una jovencita rubia de temple dulce, mientras que otro par venía con panecillos, tazas de café y otras cosas más. Pronto los señores y sus invitados despertarían y bajarían para tomar el desayuno por lo que trataban de tener todo listo y dispuesto.

El primero en bajar era el joven de la casa, Milo estaba bañado y vestido para empezar sus actividades de sábado. El chico llegó al comedor saludando a las muchachas que estaban acomodando lo necesario para la comida.

—Muy buenos días, joven Milo. ¿Qué tal amaneció? —preguntó la rubia de dulces facciones.

—Buenos días Esmeralda, muy bien gracias por preguntar. Y tú, ¿dormiste bien? —Milo le sonrió al sentarse a la mesa.

—Claro que si, joven, muchas gracias. En seguida le traigo su desayuno —Esmeralda colocó un plato grande frente al chico para luego comenzar a caminar con rumbo a la cocina.

Después de unos minutos en soledad, su silencio se vio interrumpido por el saludo de Kanon que llegaba junto con Saga, Milo les saludó y los gemelos se sentaron a la mesa a conversar con su amigo. Al poco tiempo llegó Kardia a quien le siguió Aspros por diferencia de minutos y finalmente Aioros se sentó con calma a conversar de banalidades con los adultos.

El desayuno ocurrió sin mayores acontecimientos pero aún así se distinguía una sensación extraña entre el magnate castaño y el gemelo mayor.

”””

Kanon y Saga estaban en el coche esperando a su padre que aún hablaba con Kardia y Aioros en el pórtico de la casa a unos seis metros de distancia.

—Debes decirle a Saga que en cuatro días contando éste, se va a efectuar la firma del acta de matrimonio entre él y Aioros —dijo Kardia con seriedad—. Tampoco olvides avisarle que tendrá que irse con él cuando deba marcharse al día siguiente de la unión.

—Lo mejor será que Saga se vaya haciendo a la idea de que vivirá lejos de ustedes por un tiempo —hablaba Aioros con calma—, si las cosas marchan bien, vendremos de visita más pronto de lo que se imaginan.

—De acuerdo, hablaré con él hoy mismo al llegar a casa, muchas gracias por aceptar a mi hijo, joven Aioros. Realmente no puedo darle la vida que él se merece pero deseo que a su lado pueda ser feliz —Aspros suspiró.

—No se preocupe, señor Aspros, cuidaré muy bien de Saga —sonrió despidiéndose con un apretón de manos del peli-azul mayor.

—Confío en usted, joven.

Aspros se despidió de ambos y se encaminó hacia el coche que ya lo esperaba, los Géminis se pusieron en marcha llevados por Sorrento con rumbo a su hogar.

”””

Eran al rededor de las once treinta de la mañana de ese tranquilo día cuando los tres peli-azules llegaban a su casa, bajaron del coche. Agradecieron y despidieron al cochero de Kardia y éste emprendió su viaje de nuevo a la casona Escorpio.

Al entrar supieron que Paradox todavía no llegaba de visitar a su hermana Integra, posiblemente lo haría más tarde. Antes de que los menores se retiraran a asearse y cambiarse de ropa, Aspros llamó a Saga.

—Saga, hijo. ¿Podría hablar contigo en el estudio en unos minutos?

Los hermanos se miraron el uno al otro hasta que Saga miró a su padre con duda y asintió no muy seguro.

—Claro papá, permíteme acomodarme y llegaré pronto.

—Está bien, te espero ahí —el mayor se perdió por el pasillo que llevaba a su estudio, dejando a los chicos solos.

—¿Para qué crees que quiera hablar contigo? —Kanon preguntó retomando el camino hacia su habitación con Saga detrás.

—Supongo que se debe a la conversación que tuvieron con ese hombre cuando nos dejaron con Milo en el comedor ayer —Saga comenzaba a asustarse.

—Ese tal Aioros ha venido a conocernos, ¿verdad? —la mirada del menor se afiló.

—Si, él es uno de los que decidirá si desposa a uno de nosotros, o si papá seguirá buscando a alguien que lo haga…

—No sé qué es pero algo tiene ese Aioros que no me gusta en lo absoluto —Kanon encaró a Saga al llegar a la puerta de su recámara—, la forma en la que te hablaba, y como te veía me hace pensar que no es un hombre tan decente como trata de aparentar.

Los ojos de Saga se sobre abrieron con espanto.

—¿L-lo notaste…?

—Tendría que estar ciego si no. Lo peor de todo es que de nosotros dos, ese Aioros se interesó en ti, hermano —terminó con aflicción en la voz.

—¡Qué! —se horrorizó, él había sentido la tensión de Aioros para con él pero trataba de engañarse para no caer en pánico— ¡No, Kanon! ¡Yo no quiero casarme con ese hombre!

—Saga tranquilizate, espera a ver que es lo que te dice papá, no entres en pánico antes del tiempo, debes ser paciente.

—P-pero…

Saga estaba por alegar algo pero la campanilla de la puerta principal sonó avisando que alguien tocaba, interrumpiendo la conversación de los gemelos. Kanon negó con la cabeza y fue a ver quien llamaba dejando solo al mayor frente a la habitación de su igual.

—Buen día —le saludó un muchacho castaño claro y piel canela cuando abrió la puerta.

—Buen día, ¿qué se le ofrece? —cuestionó cortés Kanon.

—Mi nombre es Jabu Unicorn y vengo de la oficina postal con una carta para el señor Aspros Géminis —dijo el joven al tiempo que sacaba una carta de un maletín de cuero que llevaba colgado del hombro derecho.

—Comprendo, es mi padre —dijo sin inmutarse.

—Bueno, entonces joven tenga la bondad de entregarle esta carta a su señor padre por favor —Jabu le tendió el sobre al peli-azul—. Muchas gracias, siendo esto todo me retiro, tenga usted y si familia una bella tarde.

—Gracias, igualmente para usted.

Kanon se despidió viendo como el muchacho se alejaba, cerró la puerta mirando el curioso sello de aquella carta, le dio la vuelta encontrándose con un nombre poco común.

—¿Hades Inferno? Que extraño, ¿de qué irá esta carta?

El chico estuvo mirando la correspondencia por algunos minutos más hasta que le restó un poco de importancia, dejándola sobre la bandeja donde se acostumbraban a poner las cartas; en una pequeña mesa al lado del pasillo que lleva al estudio. Sin más Kanon se regresó a donde había dejado a Saga, pero al llegar ya no estaba, la puerta de la habitación del mayor estaba abierta por lo que pensó que se fue a cambiar de ropa en lo que él fue a atender la puerta.

No quiso invadir la privacidad de Saga, así que decidió entrar a su propia recámara para asearse y cambiarse de vestuario.

”””

Algunos minutos habían pasado cuando Saga salió de su habitación ya limpió y vestido, cerró su puerta al salir e inició a encaminarse al estudio donde su padre lo esperaba. Pasó al lado de la puerta de Kanon pero la vio cerrada, pensó que su hermano estaría durmiendo así que se alejó sin desear molestarle.

Cuando llegó al pasillo, su vista se giró al sobre blanco que estaba sobre la bandeja de las cartas, la tomó y la vio.

—Hades Inferno… —leyó pensando que sería algún contacto de su padre por lo que creyó que ya que iba al estudio le llevaría la misiva a Aspros de una vez.

”””

Unos golpes en la puerta se escucharon. Aspros que estaba mirando un retrato de sus hijos cuando eran niños dando la espalda a la entrada, se giró colocando la imagen en su lugar y tomó asiento en la silla alta.

—Adelante —dijo el hombre lo suficientemente alto para que el de afuera escuchara.

—Papá, disculpa la tardanza —Saga ingresó a la habitación cerrando tras de sí.

—Pasa pequeño, necesitamos hablar.

El joven obedeció sentándose frente a su progenitor del otro lado del escritorio.

—Papá esta carta estaba sobre la bandeja, está destinada a ti.

Aspros alzó ambas cejas.

—¿Una carta? Déjame verla.

Saga le entregó el sobre sellado, los ojos del mayor brillaron, era la respuesta del magnate Hades a su carta anterior.

 

 

Notas finales:

Mis más sinceras disculpas si se me ha ido algún errorcillo ortográfico. Gracias por leer n_n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).