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"Cadenas de Oro" por darkness la reyna siniestra

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Notas del capitulo:

Por favor disculpen el atraso al publicar la parte 9 de esta historia, pero aquí se las traigo, espero les guste y sientanse libre de compartirme cualquier cosa que deseen en un review, muchas gracias por leer y esperar y también por el apoyo que le dan a este fic.

Quiero agradecer a

Callie Paris 

IreZeru 

gen_sagitagemini

Hikari White 17

Gracias por sus comentarios en el capítulo 8, espero les agrade este nuevo cap, hasta el próximo lunes, un abrazo n_n

Capítulo IX.


—¿No te molesta qué quiera casar a uno de nuestros hijos con personas que no tienen su misma posición social, amada mía? —Hades quiso saber mientras abrazaba a su esposa.


—Por supuesto que no, mi amor. De igual modo, tú me aceptaste y me amaste a pesar de que mi familia estaba declarada en la ruina, eso no te importó para defenderme ante tus padres y tomarme por esposa.


—Y no me arrepiento de nada, mi reina. Te sigo amando tanto como el primer día.


—Y yo a ti, amado mío —Pandora unió sus labios con Hades de modo dulce y sensual a la vez—, dime. ¿Cómo ha tomado Rada el hecho de que va a casarse? —quiso saber cuando se separó del apuesto hombre.


—Pues no lo ha tomado mal, pero hay algo que me preocupa.


—¿Sobre qué? —se angustió ella.


—Tú sabes que Radamanthys estaba encaprichado con un prostituto —la mujer asintió—. Bien, lo que sucede es que hace unos días buscando a ese tipo, lo encontró intimando con otro hombre y eso le provocó tocar fondo.


—¿Ese fue el motivo que lo mantenía encerrado en su habitación o tomando por las noches en la biblioteca?


—Exactamente, cuando hablé con él me dijo que aceptaba casarse con uno de los hijos de Aspros Géminis, pero que este joven le serviría para desquitarse por lo que ese prostituto le hizo.


—¡Pero cómo! —se molestó la dama— ¡Cómo quiere cobrarse en un inocente lo que otro le ocasionó, eso no es justo! Hades, mi amor nosotros no hemos criado a ninguno de nuestros hijos para que hagan ese tipo de cosas —Pandora estaba verdaderamente indignada por la mentalidad que su hijo estaba teniendo presa del dolor de un engaño.


—Lo sé mi vida, yo mismo se lo dije pero no quedará más remedio que estar pendiente del joven que se convierta en su esposo. Estoy seguro que el joven Géminis llenará nuestras expectativas, sólo espero que Radamanthys abra los ojos y pueda dejarse llevar por algún sentimiento positivo.


Pandora suspiró con derrota.


—Tienes razón, no queda más que ayudarlo aunque sea de lejos. Ven, acompañame a preparar lo necesario para nuestros visitantes.


La pareja se dispuso a ir tomada de la mano a realizar los arreglos necesarios para recibir a los Géminis al día siguiente. Esperaban que su hijo mayor pudiera curarse con el tiempo y quizás enamorarse nuevamente pero esta vez, de alguien que también le amara en verdad.


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El resto del día se fue volando como las aves al horizonte, Aspros y Paradox se retiraron al estudio del primero después de cenar junto con sus hijos. Al día siguiente los tres hombres y la dama saldrían desde temprano pues sabían que irían por ellos para llevarlos a la región vecina que es donde residía la familia Inferno.


Ahora el matrimonio se encontraba hablando de lo que sucedería en los siguientes días.


—Entonces Saga tendrá que irse dentro de poco… —la tristeza haciendo mella en su dulce voz.


—Al morir este, sólo nos quedan cuatro días con nuestro hijo.


—¿Y con Kanon, qué va a pasar?


—Si te soy sincero, no lo sé. Tendremos que esperar hasta mañana para saber lo que va a ocurrir. Todo dependerá de lo que decida el joven Radamanthys sobre nuestro Kanon.


—Ya veo, en todo caso me consuela que de ser tomado, la región donde vivirá esté más cerca de nosotros.


—Es verdad, aunque con Saga la historia será otra. Aioros se lo llevará al otro lado de Grecia…


—Aspros, amor mío, será mejor que vayamos a preparar lo que vamos a necesitar en nuestro pequeño viaje. Además de que debemos descansar, no he podido estar presente en los últimos momentos, por eso quiero estar en mis mejores condiciones.


El hombre suspiró, fue hasta donde estaba su esposa y la abrazó con cariño, besando luego los rosados labios.


—Tienes razón vida mía, lo mejor será descansar. Los muchachos ya han de estar dormidos. Podemos echar un vistazo antes de irnos a nuestra habitación.


—Claro que si, vamos cariño, vamos a ver a nuestros niños.


Los dos se dirigieron con calma al segundo piso para ver en las piezas de los menores. Subieron juntos las escaleras y llegaron a la primera habitación, la de Kanon. Aspros abrió con sigilo y al asomarse entre la oscuridad pudo divisar dos siluetas juntas en la cama, entraron por completo en el mayor de los silencios y Paradox al acercarse con una pequeña lampara de aceite a la cama, pudo ver a Saga usando el pecho de Kanon como almohada, mientras el menor recargaba su cabeza en la del contrario envolviéndolo protectoramente con sus brazos. Ambos envueltos con la sabana de Kanon, haciéndose mutua compañía en ese noche de fresca brisa.


Los mayores se miraron y se sonrieron cómplices abandonando la habitación, dejando dormir a sus hijos que trataban de mantener la cercanía el poco tiempo que les quedaba.


—Nunca creí que fueran tan unidos —comentaba la bella mujer con una sonrisa al tiempo en que se acomodaba para dormir luego de haber preparado todo para la mañana siguiente.


—Es lógico, mi vida. Básicamente los estamos separando, condenándolos a usar cadenas de oro…


—¿Estás seguro que estamos haciendo lo correcto? —Paradox estaba preocupada.


—Quizás no, pero ellos se merecen más que esto… —dijo enfatizando la decadencia económica que les aquejaba.


—¿Qué pasará si ellos… Bueno, tú sabes…


—En algún momento ambos tendrán que llegar a eso, pero en verdad deseo que lo hagan cuando su unión esté en la cumbre de la felicidad, o de lo contrario ese don podría darles muchos problemas.


”””


La noche moría dando paso a un fresco amanecer, los gemelos y sus padres se encontraban subiendo al coche de la familia Inferno para ser llevados a la vivienda de estos.


Todos saludaron cortésmente al cochero quien se había presentado como Faraoh.


Ahora eran apenas las 7:30 de la mañana, según lo que les había comentado el joven cochero, podrían llegar por lo menos a las nueve am a la mansión Inferno.


Los dos jóvenes habían estado distraídos mirando el camino uno junto al otro pero en determinado momento se aburrieron y el sueño los venció por lo que se durmieron, uno usando el hombro del contrario mientras que la cabeza ajena era usada como almohada también.


A pesar de todos los pronósticos el viaje se había sentido corto pues cuando menos lo esperaron, llegaron a una región con bastante movimiento de mercaderes y demás comerciantes yendo y viniendo, las personas lucían alegres y llenas de energía e incluso saludaban a los ocupantes del coche al pasar a su lado. Era un lugar bastante vivo según palabras de Paradox, lleno de colores y una buen energía.


Conforme avanzaban, podían ver locales bastante refinados, y más allá el paisaje se llenó de hermosas casonas, seguidas ahora de pequeñas mansiones de dos o tres pisos. Pero al avanzar pudieron notar que había una que era más grande que las demás, rodeada de árboles frutales y una frescura deliciosa. Era una edificación magnífica con detalles arquitectónicos sublimes y bastante modernistas para la época, sin duda un lugar hermoso.


Al llegar a un elegante portón negro, éste fue abierto por un par de empleados para que Faraoh pudiera ingresar con el coche, rodeando una fuente donde una gárgola expulsaba un gentil chorro de agua por la boca ubicado en el centro, y finamente estacionarse frente a las graderías que llevaban a la fachada principal.


Afuera de la mansión podía verse a una hermosa dama ataviada con un fino vestido lila y el cabello suelto, siendo abrazada por un hombre realmente apuesto de largos cabellos azabache y ojos azul cielo, enfundado en un elegante traje gris con detalles en rojo y negro.


—Ya hemos llegado —sonrió Faraoh bajándose del coche para ayudar primero a la dama a bajar, seguido de los gemelos y finalmente de Aspros.


Hades y Pandora bajaron los peldaños para encontrarse a los visitantes y saludarlos como se debía.


Aspros y Paradox se pusieron al frente al mismo tiempo que los menores permanecían atrás de ellos tomados de los brazos y las miradas bajas.


—Señores Géminis, sean bienvenidos a nuestro hogar —Pandora fue la primera en hablar acercándose a Paradox para saludarla con la refinación que sólo las damas poseían para ello.


—Es un placer tenerlos aquí, espero el viaje no haya sido pesado —Hades tomó la mano de la peli-celeste y la besó con cortesía, seguido de esto se dirigió a Aspros con quien estrechó su mano.


—El placer es todo nuestro, señor Inferno. Deseamos presentarles a nuestro hijos. Saga, el mayor y Kanon, el menor.


Los mayores se hicieron a un lado para que los gemelos dieran un par de pasos al frente y pudieran conocerlos.


—Es un gusto saludarlos, señor y señora Inferno —sonrió levemente Saga.


—Agradecemos la oportunidad de estar hoy frente a ustedes, señores Inferno —Kanon asintió con suavidad.


En esta oportunidad Saga se había trenzado el cabello, mientras que Kanon optó por dejarlo suelto y cayendo sobre su espalda y pecho.


Hades entendió que Saga era el que ya estaba comprometido. Sin embargo por alguna razón que desconocía aquello le alegraba, su vista estaba sobre Kanon. El joven tenía algo que le decía que era el indicado para Radamanthys. El magnate podía notar en el volumen y el tono de voz del menor que era alguien elegante a la hora de expresarse, además de que sus movimientos eran suaves y delicados. Y su rostro, eso era lo que a él y a Pandora los había impresionado, era cierto que ambos eran hermosos pero Kanon lucía levemente diferente, quizás por su cabello más claro que el de su hermano, o por el brillo que tenían sus labios, no lo sabían pero lo que si era seguro es que Kanon los había conquistado.


Algunos minutos transcurrieron entre las primeras impresiones, los anfitriones de la reunión invitaron a sus visitantes a entrar en la mansión para que pudiesen descansar y refrescarse del viaje. Ahora todos se encontraban en la sala tomando un ligero refrigerio, a excepción de Kanon quien había solicitado a los señores del lugar salir al jardín frente a la estancia, dividido por puertas de cristal y madera de roble que estaban abiertas de par en par, dejando entrar la brisa fresa de la mañana.


Hades con una sonrisa se lo permitió, era claro para él que al hermoso joven le gustaban los espacios abiertos, por lo cual le comentó de algunos lugares donde podría tomar asiento y rodearse de las muchas flores que decoraban el jardín. Kanon con una suave sonrisa y un asentimiento de cabeza sutil, agradeció el gesto del dueño de la casa y salió con paso calmo al exterior.


El peli-azul siguiendo las indicaciones de Hades logró encontrar una banca de acero y madera donde decidió sentarse y sentir la brisa acariciarle el rostro. En esta ocasión Saga no lo había seguido, éste estaba muy junto a su madre y se veía bastante tranquilo, eso llenaba al gemelo menor de paz, Saga merecía sentirse bien los últimos días que estaría con ellos antes de que Aioros se lo llevara.


Aunque se pudiera pensar que Kanon tendría que estar ahí en la sala con ambas familias, nadie se lo tomaba a mal pues Radamanthys, el hijo mayor de Hades aún no bajaba, por tal motivo fue Pandora la que discretamente le pidió a una de las empleadas que los atendían, que fuera a buscar al rubio para que se reuniera con ellos. La muchacha de cabellos rubios y ojos negros asintió y se fue a cumplir la orden de la dama.


 

Notas finales:

Hasta la otra semana, un abrazo n_n


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