El viernes por la tarde Draco y Harry regresaban de ir a dar una vuelta, subieron hasta la habitación cuando se encontraron a Birdie.
-Justo iba a ir a buscarte.
-¿Por qué?
-Tenemos un evento hoy, tú vendrás.
-¿Cuántos iremos?
-Diez, tres hombres y siete mujeres, pero tú especialmente no quiero que faltes.
-¿Por qué?
-Porque iba a ir Brad, pero el muy imbécil se enfermó, tú completas el grupo, nos vamos a la diez, sé puntual.
-Ok.
-¿Un evento? –pregunto Harry mientras subían las escaleras.
-Una fiesta –respondio sacando su llave y abriendo la puerta- somos el entretenimiento.
-Ah ya… ¿y quien más va a esas fiestas?
-El lleva a algunos de sus hombres para vigilar que nada se salga de control.
-Ya veo.
-Son las 7:30 pm, apenas tengo tiempo de arreglarme.
-¡Pero faltan dos horas y media!
-Requiero tiempo para mi ritual de belleza –respondio sonriendo al tiempo que le daba un beso y lo empujaba fuera- así que no te corro, pero largo de aquí.
Harry había dejado de usar el micrófono cuando salía debido a que sus salidas ya las sentía como algo muy personal, sin embargo ante la gravedad de los hechos volvió a hacerlo por si algo ocurría, así que cuando llegó a la base de observación se encontró con Ron y Marcus haciendo arreglos.
-Harry averigua donde será la fiesta para cubrir el área y aplicar encantamientos Anti magos –dijo Marcus en cuanto lo vio.
-Oí que Malfoy dijo que Birdie lleva a algunos de sus hombres para cuidarlos ¿no? –Continuó Ron- creo que dos de nosotros deberíamos ir con multijugos para estar más cerca.
-Me parece perfecto, yo iré –dijo Harry.
-También yo –añadió Ron- hay que estar atentos para poder suplantar a esos hombres, mientras tanto ve a averiguar la dirección y a conseguir cabellos de esos tipos.
Harry sintió y salió de ahí.
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Ya con la dirección los cinco aurores restantes se adelantaron en una Ichi Van sin ventanillas equipada con monitores para tener vigilada el área con las cámaras que iban a instalar rodeando el edificio en tanto Ron y Harry se ocupaban de suplantar a dos de los hombres de Birdie.
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-¿Te falta mucho? –preguntó Bambi entrando a la habitación de Draco justo cuando éste dejaba la pistola de aire.
-No, ya terminé.
-Vamos ya que nos están esperando abajo.
-Voy.
Cuando bajaron había una camioneta esperándolos, Conall abrió la puerta y ellos dos más otras cuatro chicas y otro sexo servidor llamado Tommy los esperaban; Conall se puso al volante con Birdie como copiloto, no preguntaron por los demás pues sabían que iban en otro transporte.
-Vámonos –dijo Birdie constatando que ya estaban todos.
Viajaron durante media hora en donde algunas chicas terminaban de retocar su maquillaje mientras platicaban entre sí, luego la camioneta se detuvo frente a un edificio.
-Hace frío –dijo una de las chicas al salir del cálido interior de la camioneta y recibir una fría ráfaga de viento.
A los pocos minutos llegó la otra camioneta con el resto de la gente, otro prostituto y las dos chicas que faltaban más tres hombres más de Birdie.
-¿Desde cuándo usas gafas? –preguntó Birdie a Bart, uno de sus hombres de casi dos metros de altura y complexión robusta.
-Desde hoy, quiero verme cool –respondio “Bart” quien realmente era Ron con poción multijugos y usaba unas gafas con una cámara instalada para tener visión dentro del edificio.
-Igual yo –añadió Ralph, un tipo de casi la misma altura de Bart, pero más delgado, quien en realidad era Harry- tú deberías usar unas –dijo a Conall- dan un aire intelectual.
Birdie, Conall y Max el otro guardaespaldas estallaron en carcajadas.
-¡Tienen cara de culo, eso no se les quita con nada! –exclamó Conall sin dejar de reír.
-Vete a la mierda –respondio Harry intentando hablar como Ralph.
Aun sonriendo, Birdie les hizo una seña a su grupo de trabajadores para que entraran al edificio siguiendo a Conall.
-Max trae los dulces –añadió el proxeneta entrando tras ellos siendo seguidos por Ron y Harry en tanto Max sacaba una mochila de la camioneta.
Los tres aurores que habían permanecido en la Van, tenían una visión perfecta del interior del edificio gracias a las gafas de los otros dos que estaban dentro, vieron al guardaespaldas llamado Max caminar hasta llegar al lado de su jefe que saludaba efusivamente a varios hombres que ya estaban ahí.
-Ron, Harry ¿me copian? –dijo Marcus.
-Perfectamente –respondio Harry, lo mismo que Ron.
-Tenemos visión perfecta –añadió Marcus- sigan alertas; Ethan, Keane ¿me copian?
-Perfectamente –Respondieron los otros dos aurores desde la azotea.
Harry y Ron se separaron para inspeccionar el lugar y mirar a los hombres que ya estaban ahí y que eran aproximadamente unos diez.
-Tan puntual como siempre –dijo uno de ellos saludando a Birdie.
-Como debe ser –respondio haciéndole una seña a Max, quien entendiendo el gesto abrió la mochila y comenzó a acomodar en las mesas, platitos con pastillas y bolsitas con polvo blanco como si de botanas se tratase mientras la música inundaba el ambiente.
Muchos de los hombres comenzaron a aplaudir al ver esto y se acercaron a las mesas.
-Esto es una mierda –pensó Harry al ver el salón acondicionado con sofás y mesitas de centro con distintas drogas y un barman en una barra proveyéndoles alcohol; vio entonces que las chicas se acercaron a ellos sonriendo mientras otros más les hacían unas señas a los chicos.
Draco iba vestido enteramente de blanco, con botas de piel también blancas llenas de hebillas lo mismo que una chaqueta con herrajes plateados que le daban un aire rockero y sensual pues todo aquella blanca imagen contrastaba con su cabello negro.
Harry apretó la mandíbula al ver que uno de los hombres le hacía una seña, por lo que sonriendo se le acercó insinuante.
-Hola cariño ¿me llamabas? –dijo acomodándole el cabello tras lo oreja; el tipo de unos cincuenta años y ya con unos tragos encima le puso la mano en la cintura y lo jaló para sentarlo en su pierna.
-Ven aquí ricura ¿cómo te llamas?
-Koby.
-Bien Koby ¿sabes hacer buenas mamadas?
-Las mejores.
-Pues demuéstralo.
Harry lo vio hincarse y abrir la bragueta del tipo, por lo que se giró sintiendo la frustración y la impotencia crecer dentro de él.
-Cálmate –dijo Ron con voz baja acercándose a él.
-Es humillante Ron… que él tenga que hacer eso para ganarse unas libras, que todos tengan que hacer esto.
-Lo sé pero contrólate, no hagas nada estúpido.
-¿Cómo aplicarle un Crucio a ese fulano?
-Exacto.
La música sonaba alegre mientras unos hombres platicaban y otros esnifaban sobre la mesita, pero con la mayoría de ellos acariciando lascivamente a las chicas y otros de plano teniendo sexo sin pudor alguno, solo uno que otro iba a otra habitación para hacerlo sin mirones.
-Ven, vamos a una habitación –dijo el tipo con el que estaba Draco.
Se puso de pie y guardándose el pene, lo tomó de la mano para ir a una de las tantas habitaciones.
-Hey tú –dijo Birdie al verlos- ven aquí.
-Espérame un poco bebé –dijo Draco al hombre, quien solo asintió mientras bebía de su trago.
-Qué pasa.
Birdie le hizo una seña a otro de los chicos que estaba con otro cliente, quien entendiéndolo se levantó para ir con el que estaba atendiendo Draco.
-¿Por qué hiciste eso? –pregunto Draco al verlo cambiar de cliente.
-Espera un poco –respondio Birdie un tanto evasivo mientras iba con el hombre que atendía Draco, que contrariado por el cambio de prostituto había comenzado a discutir.
-Tranquilo amigo, Danny sabe hacer mamadas espectaculares.
-Ese de allá también.
-Pero yo puedo moverme bien –intervino el chico poniéndole una mano en el pene- no uso bastón, así que soy bastante ágil cariño.
El tipo pareció meditar aquello, miró de nuevo a Draco y pensó que no todos los días se podía coger a un chico tan hermoso como ese, pero la mano masajeando su pene terminó de convencerlo.
-Bien, vamos.
Después de aquello Birdie regresó con Draco, quien miraba todo aquello sin entender nada.
-¿Qué pasó?
-Nada, que ese tipo es muy entusiasta, no ibas a aguantar la pierna.
-¿Y desde cuando te importa mi pierna?
-Ese tipo en muy buen cliente, no quiero quejas.
-Nunca has tenido quejas de mí, sé hacer muy bien mi trabajo.
-Bueno, pues entonces lo atenderás cuando Danny acabe.
Rodando los ojos miró a su alrededor y vio a otro de los hombres que tenía a otra chica sentada en su pierna, al encontrarse sus miradas el tipo sonrió y le hizo una seña.
-Espera –dijo Birdie tomándolo del brazo.
-¿Ahora qué?
Pero Birdie no respondió, atendió una llamada de su celular que oportunamente sonó.
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-Atención, un mago entró al área –dijo Howard al percibir que el hechizo Anti magos reaccionaba a la presencia de un mago- corrección, son tres.
-¿Por dónde? –pregunto Ethan en la azotea del edificio inspeccionando la zona con binoculares.
-Están en el auto que se estaciono frente al edificio –respondio Howard- están bajando.
-Creo que van a entrar –añadió Keane.
Y efectivamente, un hombre de aproximadamente cuarenta años entró al edificio acompañado de dos hombres más que fungían como guardaespaldas.
-¡Birdie amigo mío! –exclamó el hombre cuando tuvo al chulo a la vista.
En cuanto lo vio, Draco dio un paso hacia atrás poniendo expresión de miedo.
-¿Quién es? –pregunto Ron en voz baja.
-Eso estoy intentando averiguar –respondio Noah tecleando a toda velocidad en su computador.
-Lucas bienvenido.
-Lucas… -masculló Noah buscando registros de alguien llamado así apareciéndole cientos de nombres- sin el apellido no puedo hacer gran cosa.
Harry se adelantó para intentar averiguar el nombre del fulano, pero se quedó quieto al ver a Draco mirar ese encuentro con un miedo evidente en el rostro.
-¿Quién es ese tipo? –pregunto sin más ni más a Conall.
-¿Cómo quien, no lo reconoces? Es Lucas Adley.
-Ah ya.
Al oír eso, Noah pudo encontrarlo con más facilidad.
-Ya lo tengo –dijo pasándoles la información a todos sus compañeros que lo escuchaba a través de sus audífonos- Tengo el registro de alguien con ese nombre que ingresó al país hace ocho meses, es un comerciante australiano de maderas finas… diablos, es todo un cerdo el maldito.
-¿Es un mortífago? –pregunto Keane.
-No, oh bueno al menos no lo digo por eso.
-¿Y entonces?
-Tiene muchas denuncias de prostitutos, de magos prostitutos –aclaró- es un tipo muy violento, pero ninguna denuncia llegó a término, todos las retiraron.
-No me imagino porqué –dijo Marcus a su lado.
Dentro del edificio, Birdie seguía conversando con Lucas mientras éste lanzaba miradas tentativas a Draco, quien se giró dándole la espalda encontrando la mirada de Bambi, quien estaba con un tipo que le lamía los pechos; al verlo ella supo que algo andaba mal y al ver quien platicaba con su proxeneta supo de que trataba el asunto.
-Oh Koby… -murmuró angustiada.
-Hey Koby… -exclamó Birdie caminando hacia él.
-No, no iré con él –dijo antes de que siquiera Birdie llegara a su lado.
-No te pongas así, él te dará una buena propina.
-¡Sabías que vendría!... ¡por eso hiciste hincapié en que no faltara!
-Koby…
-Por eso no me has dejado estar con ningún otro cliente, lo esperabas a él.
-Escucha, hay muy buen dinero en…
-Me importa una mierda –interrumpió con voz contenida- no quiero ir con él, no voy ir con él ¿Por qué diablos no mandas a otros? ¿Porqué yo?
-Te pidió exclusivamente a ti.
-La vez pasada también lo hizo y mandaste a alguien más ¿por qué no lo haces ahora?
-La vez pasada lo hice sí, pero me armó un tremendo escándalo el muy imbécil, además dijo que pagará mucho más.
-No me interesa, no iré con él.
-No te estoy preguntando –respondio comenzando a enojarse mientras lo tomaba con fuerza de un brazo.
-¡No puedes obligarme!
-¿Quieres ver que sí? –preguntó mirándolo a los ojos.
-Birdie por favor… ese tipo está loco, es capaz de matarme.
-Mira ya hablé con él –respondio en tono conciliador pero sin soltarle el brazo- nada de estrangulamientos ni puñetazos.
-¡Oh que tranquilidad, ahora puedo ir en paz!... Birdie por favor, si no haces que vaya con él esta semana te daré el doble de cuota.
-Yo no sé… -respondio comenzando a caminar con él- que maldita fijación les provocas contigo, con un carácter de los mil demonios y cojo de una pierna, pero este hombre está pagando por ti mucho más de lo que podrías redituarme en una semana, así que no, no hay trato.
-Pero Birdie…
-Hola cariño –dijo Lucas cuando llegaron a él- que gusto verte de nuevo.
Draco se quedó callado viendo al hombre sonreírle.
-Lucas –comenzó Birdie sin soltarlo- recuerda el trato, no quiero que lo ates, ni que lo sofoques, quedamos en eso cuando lo solicitaste a él ¿no? ahora que si quieres esos extras, puedo traerte a alguien más que sí los tolere.
-No, está bien, lo quiero a él.
-Birdie…
-Anda chico, Lucas te tratará bien y puede que te dé algo extra ¿no es así Lucas?
-Claro, soy generoso con los que se portan bien.
-Además Conall irá contigo, vigilará que nada se salga de control.
Birdie se acercó más a Lucas, quien tomó a Draco del otro brazo comenzando a caminar a una habitación.
-Iré yo señor –exclamó Ron adelantándosele a Harry, quien ya había abierto la boca.
-Quién sea, no me importa, solo asegúrate de que no le rompa el cuello.
Ron asintió y se dirigió a la habitación siendo alcanzado por Harry.
-Ron por favor, déjame entrar a mí.
-¿Y arriesgarnos a que le apliques un Avada antes de que le ponga un dedo encima? No gracias.
-Pero Ron…
-Te entiendo Harry –respondio deteniéndose para mirarlo- pero también te conozco, así que entraré yo.
-Pero…
Sin decir más Ron entró a la habitación dejándolo con la palabra en la boca.
-Mierda –masculló regresando al salón.
Ron cerró la puerta tras de sí viendo que dentro de la habitación había una cama, un par de sofás y una mesa con bebidas, Lucas se sirvió una copa y le ofreció una a Draco.
-No quiero beber, gracias.
-Es muy buen whisky, justo el que le encargué a Birdie, deberías tomar uno -Draco asintió tomando el vaso que el hombre le ofrecía, sabía que lo mejor era no contrariarlo- esta bueno ¿no?
-Sí –asintió tragando el líquido que le quemó la garganta.
-Dime bebé ¿Por qué te niegas a estar conmigo, tan feo estoy?
-No es eso –respondio sonriendo intentando ocultar su miedo y nerviosismo- es solo que eres un poco rudo… no me gusta lo rudo.
-Solo un poquito, ven aquí –dijo dejando el vaso en la mesa y sentándose en una silla.
Draco sonrió forzadamente, así que dejo su bastón en un sofá y caminó hasta él, Lucas le puso las manos en la cintura y en un movimiento brusco lo hizo sentarse a horcajadas sobre él y ya teniéndolo tan cerca comenzó a lamerle el cuello diciendo:
-Oh tu piel… cómo extrañé esta blanca piel…
Ron miraba a otro lado deseando estar al otro lado del mundo, podía percibir el rechazo de Draco a kilómetros, pero aunque no se tratase de él y fuese cualquier otro, era más que claro que ese tal Lucas era peligroso para cualquier prostituto.
-¡Ah!
Miró rápidamente al oír el quejido de Draco y vio que Lucas le había agarrado del cabello y lo había jalado hacia atrás al tiempo que lo hacía levantarse.
-Oye… -dijo dando un paso.
-No te metas –interrumpió Lucas mirándolo con furia por la interrupción- el trato que hice con Birdie es cero ataduras y sofocamientos, por lo demás puedo hacer con él lo que quiera.
-Ron obedece, no te metas –dijo Noah en su audífono- no es un mortífago, solo un degenerado.
-Uff que alivio –masculló dándose vuelta.
Lo siguiente que escuchó fue la de ropa rasgándose, por lo que se giró para ver a Lucas romperle la camiseta a Draco, quien estaba sentado en la cama con expresión de pánico.
-No te preocupes cariño, te mandaré una dotación de ropa completa.
Draco apretaba los dientes intentando aguantar, por lo que solo atinó a quedarse callado, pero cuando Lucas lo acostó en la cama y se le montó a horcajadas, el miedo comenzó de nuevo a hacerle perder el control.
-No, espera…
Lucas le había sujetado las muñecas a la altura de su cara, le había mirado con una expresión indescifrable para luego darle una tremenda bofetada.
-Ron, no hagas nada –volvió a decir Noah- si interfieres causarás sospechas.
A esa bofetada siguió otra y otra y otra más hasta hacerle sangrar de la nariz y la comisura de sus labios.
-¡Basta, por favor!
Lucas se detuvo, le tomó el rostro entre las manos y luego se inclinó para besarlo; Draco abrió la boca para recibir el beso sabiendo que de nada le valdría resistirse porque precisamente eso era lo que le excitaba más a Lucas y demasiado tarde lo había descubierto.
-Ahora haz lo que sabes hacer –dijo levantándose, tomándolo de los cabellos y empujándolo a su entrepierna.
Limpiándose la sangrante nariz con el torso de su brazo, Draco comenzó a desabrocharle el pantalón hasta tener a la vista el ya muy erecto miembro, lo tomó con su temblorosa mano y después se lo metió a la boca.
-Muy bien cariño, muy bien -Ni siquiera le había puesto el condón para hacerle sexo oral, lo que deseaba era que acabara lo más rápido posible, así que siguió y siguió hasta que el hombre se corrió en su boca- ¡Ah!... oh si, muy bien…
La fuerte mano por fin le soltó el cabello dejándole el cuero cabelludo punzando de dolor, vio a Lucas desplomarse en la cama recuperándose de su orgasmo; entonces se puso de pie y miró a Ron pensando que miraba a “Bart”.
-¿Puedo irme ya?
-Yo… -respondio Ron sin saber que decir.
-Claro que no cariño ¿Quién te crees para irte sin mi permiso? –respondio Lucas desde la cama y sin siquiera abrir los ojos- ni siquiera te la he metido.
Draco dio un paso hacia atrás al ver la expresión de Lucas cuando éste se levantó.
-Ven aquí –dijo extendiendo su mano.
Una vez con él le bastó a Draco para saber lo que seguía después de ese gesto.
-No.
Lucas sonrió al oír su respuesta.
-Ven aquí –repitió.
Pero a pesar de que estaba esforzándose para complacerlo, todo su ser se negaba a ir con el hombre, por lo que sin poderlo evitar dijo:
-No quiero.
Con dos grandes zancadas Lucas llegó hasta él y tomándolo de un brazo lo estampó en la pared.
-¡No hagas eso! –dijo Ron sujetándolo de un brazo.
-¡No me toques o haré que uno de mis hombres se encargue de ti!
-¡Ron cálmate, no queremos un enfrentamiento entre magos! –dijo Noah en su oído.
Ron alzo las palmas de sus manos y se hizo hacia atrás, por lo que Lucas volvió a agarrar de un brazo a Draco para arrojarlo a la cama, entonces volvió a montársele a horcajadas poniéndole las manos alrededor del cuello; Draco le sujetó las manos mirándolo con terror sabiendo lo que el hombre haría.
-¡No!... ¡por favor!
-Birdie dijo que sin estrangulamientos –intervino Ron firme- ese era el trato- Lucas se quedó quieto mirando los ojos grises mirarlo con terror, entonces Ron continuó hablando- si rompes el acuerdo él se encargará de que no puedas volver a contratar los servicios de ningún puto en esta maldita ciudad.
Lucas respiro profundo, dando la clara impresión de auto controlarse, entonces le propinó una fuerte bofetada a Draco y comenzó a desabrocharle el pantalón con modos bruscos y viendo que había conseguido evitar el sofocamiento, Ron se hizo hacia atrás.
-No… no quiero… -balbuceó Draco intentando resistirse- por favor… -Pero Lucas le bajó el pantalón hasta los muslos y lo giró boca abajo- ¡No!
-A la mierda… -masculló Ron metiendo la mano dentro de su chaqueta.
-¡No Ron detente! –gritó Noah en su oído- ¡No intervengas!
-¿¡Pretendes que me quede quieto mientras violan a una persona!? –masculló por lo bajo.
-Es su trabajo, fue su elección ser un prostituto.
-Pero…
-Hay tres magos en ese cuarto, si haces magia los otros dos lo sabrán y todo se habrá ido a la mierda.
-¡Ah! –gritó Draco al ser penetrado bruscamente.
-Por Dios… -murmuró Ron poniéndose una mano en la frente y bajando la cabeza.
-Es una mierda, lo sé… -continuó Noah- pero si Malfoy sabe que está rodeado de magos, perderemos todo.
-¡Ah!... oh… No…
Lucas lo había puesto en cuatro y lo embestía con fuerza una y otra vez mientras las lagrimas llenaban los ojos grises, después lo giró sobre su espalda y volvió a montarlo excitándose cada vez más teniendo de frente su rostro sangrante y húmedo de lagrimas; al cabo de un rato se corrió oprimiéndole con fuerza las caderas dejándole moretones en la blanca piel, luego salió de él y se dejó caer a un lado sin siquiera quitarse el preservativo que tuvo la decencia de ponerse.
Draco permaneció quieto, intentando calmar los sollozos que pugnaban por escapar de su garganta, entonces miró a Lucas y dijo:
-¿Ahora si ya puedo irme?
-Lárgate.
Se movió con dificultad para subirse los pantalones, luego buscó su bastón con la vista, bastón que Ron se apresuró a acercarle, luego se pasó su brazo por los hombros y lo ayudó a ponerse de pie.
-Ah… -se quejó haciendo gestos- mi hombro…
-Vámonos de aquí.
Caminando despacio salieron de la habitación ante la mirada horrorizada de todas las chicas y chicos que había llevado Birdie.
-Pero qué demonios… -exclamó Harry atónito al ver el estado en que Draco salía de la habitación.
-Ese bastardo te dejó hecho mierda –dijo Birdie acercándose- para ti es todo por hoy, llévalo a casa –dijo a “Bart”.
Ron caminó hasta la entrada encontrándose con Harry.
-Yo lo llevo, tú quédate hasta que termine la fiesta para no causar sospechas.
-Voy contigo para regresar la camioneta, sino ¿cómo van a regresar? Eso sí sería sospechoso.
-Bien.
Metieron a Draco a la camioneta y en silencio regresaron al hotel junto a los demás aurores pues el principal objetivo ya no estaba ahí; después Ron tomó la camioneta y regresó a la fiesta.
Mientras tanto “Ralph” subió con cuidado a Draco y le dejó sentado en su cama.
-Me voy –dijo sin más para poder irse y transformarse en Archie.
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-¿Draco? –dijo Harry entrando a la habitación sin siquiera tocar cinco minutos después.
-¿Qué haces aquí, porqué entras sin tocar? –respondio molesto, pero más que nada avergonzado de ser visto en semejante estado.
-Oh cariño –musitó sentándose junto a él.
Su ropa blanca había quedado rota y manchada de sangre, por lo que su estado era más lamentable aun.
-Vete.
-No.
-Quiero estar solo.
-Y yo no te dejaré solo… haremos esto, prepararé el baño y te darás una ducha caliente –respondio poniéndose de pie- toma estos analgésicos –añadió sacando medicamento del armario de Draco y dándoselos con un vaso de agua para luego dirigirse al baño- listo –dijo saliendo unos minutos después- ya está preparada la ducha.
Su cuerpo moría por quitarse el sudor, la sangre y el olor de Lucas que sentía impregnado en todo su ser, así que sin decir nada comenzó a quitarse la ropa mientras Harry se hincaba y le quitaba las botas para luego ayudarle a quitarse el pantalón.
-Pásame mi bata.
Harry se apresuró a ponerle su bata y luego se apresuró a acercarlo al baño, después se sentó en la cama a esperarlo mientras la impotencia se anudaba en su estomago; quince minutos después Draco salió encontrándolo sentado.
-¿Sigues aquí?
-¿Pensabas que me iría dejándote así?
Draco hizo una mueca y luego caminó despacio hasta la cama en donde también se sentó, sacó un frasco de pomada de su tocador y comenzó a aplicárselo en la cara.
-¡Ah!.. Mierda…
-Déjame a mí.
-No.
-Basta, lo haré yo –dijo quitándole el pequeño pomo de pomada; hundió su dedo en el medicamento y con delicadeza lo aplicó en las comisuras de los labios de Draco que ya estaban moradas incluido el pómulo- mira, ya saqué tu pijama.
Lo ayudó a vestirse y a acostarse, apagó la luz y después él mismo se quitó los zapatos y se metió bajo las mantas también.
-¿Qué haces? –pregunto Draco incrédulo.
-Hoy dormiré contigo.
-¿Por qué? no hace falta.
-No te dejaré solo.
-Vamos Archie, no es la primera vez que paso por esto, puedes irte.
-No quieras aparentar dureza, eres tan vulnerable como todos e incluso más, pues todos se sienten con el derecho de poder lastimarte y no es así… tú no tienes que vivir esto, no te lo mereces.
Un nudo se formó en su garganta al oír esas palabras, realmente se sentía hecho polvo y no quería que nadie se diera cuenta.
-Es… estoy bien… -dijo con voz estrangulada.
-No es cierto, ven –susurró Harry envolviéndolo en un abrazo.
Las lágrimas no pudieron ser retenidas por más tiempo y comenzaron a mojar su rostro mientras balbuceaba:
-Lo odio, lo odio… odio este trabajo, pero más me odio yo por seguir aquí, por no tener otro camino… porque cuando Birdie me dé el dinero que le pagaron por mí, estiraré la mano y lo tomaré… lo tomaré porque necesito cada centavo…
-No te odies, no tuviste opción.
-Y siento que me falta una eternidad para poder salir de esto… aunque ahorro lo más que puedo no es suficiente aun…
-¿Te falta mucho?
-Sí… aunque de hecho ya me alcanza para una casa, pero una casa pequeña… y yo no quiero una pequeña… yo quiero una grande y bonita –añadió sorbiendo la nariz.
-Creo que no me extraña –dijo sonriendo al tiempo que le besaba la frente- típico de un Malfoy.
Draco sonrió sin poder evitarlo y suspiró con agrado a las suaves caricias de Harry porque por primera vez se permitía que alguien lo consolara.
-Pronto acabará todo –dijo Harry acariciándole el cabello húmedo- ya lo verás.
Las palabras y caricias de Harry comenzaron a arrullarlo y el sueño comenzó a invadirlo, así que se arrellanó en aquellos cálidos brazos y cerró los ojos dispuesto a dormir, pero antes de hacerlo susurró:
-Te amo Archie.
Y el auror cerró los ojos con fuerza al tiempo que se le llenaban de lágrimas, porque Draco se había enamorado de Archie Stone, no de Harry Potter.
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