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Malfoy Manor por Orseth

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Sintió los cálidos labios de Harry sobre los suyos abriendo su boca con fiereza, lo miró con los ojos muy abiertos mientras los de Harry permanecían cerrados; bastó unos segundos para que respondiera al beso con igual ansiedad.

Exploraban sus bocas y se separaban brevísimos instantes solo para cambiar de ángulo y seguirse besando, con la mano de Harry en su nuca y la otra en su cuello; él le puso las manos en la cintura para luego separarse después de un rato pegando sus frentes y permaneciendo con la respiración entrecortada.

-Harry… -dijo con los ojos cerrados y sin separarse.

-Dímelo Draco… -respondio tomándolo de los hombros- dímelo todo.

-Yo… yo te quiero… -exclamó con voz trémula, sintiéndose desfallecer por la avalancha de sentimientos y sensaciones que nublaban su cuerpo y mente.

-¿Solo me quieres?

-No… yo te amo… nunca dejé de hacerlo y apenas lo descubro –continuó separándose para mirarlo a los ojos;  Harry interceptó con su pulgar una nueva lagrima cristalina que resbaló por la mejilla de Draco- siento no haberme dado cuenta antes…

Harry se llenó la vista con aquellos llorosos ojos grises y luego lo abrazó con fuerza.

-Aun… ¿aun me amas? –susurró Draco con su mejilla recargada en el hombro de Harry.

-Nunca dejé de hacerlo idiota.

Draco se separó para mirar a Harry nuevamente encontrándose con una blanca y radiante sonrisa y entonces fue él quien lo abrazó con fuerza, aliviado de saber que no lo había perdido, que aun no era demasiado tarde.

Una fría y tenue llovizna comenzó a caer de nuevo, pero no les importó, permanecieron así un rato hasta que se separaron.

-Vamos a mi casa –dijo entonces Draco- si aun me amas como dices, quiero tenerte esta noche dentro de mí.

 

 

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Aparecieron en la sala de su casa besándose con pasión y a trompicones llegaron hasta la habitación, en donde Harry se separó con la respiración entrecortada.

-Espera… espera…

-¿Qué pasa?

-Con calma… quiero hacer esto con calma –Draco le sonrió- es solo que… aun no creo… soñé tanto esto que aun no lo creo…

Draco cerró los ojos y calmó su respiración al tiempo que abrazaba a Harry, aspirando el aroma de su loción y de su chaqueta de cuero, rememorando con eso sus días con Archie.

-Me lastimaba pensar en ti como Archie… -dijo sin separarse- pero ahora no… tú y él son el mismo y ya no me duele pensar así.

-Draco ¿estás seguro? –dijo separándose y tomándole el rostro entre las manos- esta noche… ¿de verdad quieres estar conmigo?

-Nunca desee tanto estar con alguien... de hecho no he estado con nadie más desde la última vez que hicimos el amor.

-Más razón aun para ir con calma –respondio dándole un suave beso y luego separarse para comenzar a quitarse los zapatos.

Draco sonrió e hizo lo mismo hasta que ambos quedaron totalmente desnudos, Draco tomó a Harry de la mano y sonriendo le llevó hasta la cama en donde se recostaron y comenzaron a besarse de nuevo.

Harry se sentía en un sueño,  que estaba viviendo una fantasía pues besar el fragante cuello de Draco, lamer y mordisquear su suave piel era algo que esa mañana que se levantó, ni de broma esperó que pudiese a llegar a pasar; los suaves jadeos mientras le mordisqueaba un hombro hizo que deseara probarlo entero.

-Harry… -jadeo mientras ladeaba la cabeza dándole espacio al moreno de besarle el cuello en tanto él cerraba los ojos y le revolvía la rebelde melena negra en tanto que sus piernas rozaba los muslos de Harry y sobre todo su miembro que cada vez se endurecía y erguía más; sonriendo se daba cuenta de que Harry no estaba dándole chance de hacerle cosas, que Harry estaba prácticamente devorándolo como si temiera que en cualquier momento se le fuera a desaparecer o en todo caso, arrepentir.

-No me voy a ir Harry –dijo en su oído.

-Lo sé… es solo que soñé esto tantas noches… oh Draco, soñé mil veces tenerte de nuevo, hacerte mío una y otra vez… no seas malo y déjame probar tu piel.

-No, si por mí no hay problema –respondio riendo.

-No me molesta que tú no hagas nada, ya habrá ocasión para eso, eso solo que estoy tan hambriento de ti… -y sin decir más tomó un pezón entre sus labios y comenzó a succionarlo hasta endurecerlo mientras Draco gemía gustoso de sentir los dientes de Harry morderlo suave pero tortuosamente.

Volvieron a besarse entonces Draco le mordisqueó el lóbulo de la oreja derecha haciendo a Harry suspirar.

-Date vuelta –susurró Harry- déjame besarte dragón negro.

Draco se giró quedando bocabajo, con sus antebrazos cruzados sosteniendo su mejilla; Harry miró embelesado esa blanca espalda que llevaba tatuado un dragón negro, desde la espalda hasta el nacimiento de las nalgas, un dragón que había memorizado desde la última vez y que pensó ya no vería nunca más, así que con la punta de sus dedos comenzó a delinearlo, tocando cada borde con delicadeza causándole cosquillas a Draco.

-Debió doler –dijo sin dejar de tocarlo- algo tan grande sí que debió doler.

-¿De qué hablamos?

Harry rió por el comentario, pero luego volvió  a decir.

-¿Cuánto tardó?

-Fueron horas y fueron dos sesiones y vaya que si dolió.

Harry ya no dijo nada y en lugar de recorrer al dragón con los dedos, lo hizo con los labios… suave y delicadamente como si una mariposa traviesa revoloteara en la piel, siguió cada borde hasta llegar a las nalgas en donde Draco se removió al sentir una mano en una de ellas.

-Eres hermoso mi dragón negro… -susurró besándole la espalda en tanto le estrujaba una nalga.

Entonces se montó en él quedando su miembro descansando justamente en la abertura de las nalgas de Draco, quien con agrado sintió las manos de Harry recorrer sus costados, subir hasta sus hombros y bajar hasta sus nalgas como un relajado masaje.

Harry se agachó y besó de nuevo su espalda, sus hombros y su cuello haciéndolo estremecer, Draco alzo el culo, deseoso de ser tocado más, por lo que se giró comenzando a tocarse, el moreno lo miró y sonriendo le apartó la mano, se agachó y tomándolo con la suya le paso la lengua por la punta degustando el pre seminal.

-Sí… así… -murmuró Draco cerrando los ojos, entonces Harry lo metió de lleno a su boca y comenzó a chuparlo, a lamerlo de arriba abajo en tanto su mano masajeaba los testículos sintiendo también como se hinchaban.

El pecho de Draco subía y bajaba con rapidez deseando que la mano de Harry bajara un poco más y lo tocara de manera más profunda, pero Harry no lo hizo, estaba decidido a ir lo más lento posible, disfrutar aquel cuerpo perfecto lo más que pudiera.

Harry dejó el pene a un lado y le besó los muslos internos, el vientre, los huesillos de la cadera mientras sus manos recorrían las largas piernas.

Llenó su cuerpo de besos ascendiendo lentamente hasta llegar a su rostro, miró sus mejillas arreboladas y sus ojos grises dilatados por el deseo, metió una mano bajo su cuerpo y lo estrechó con fuerza mientras le besaba el cuello y se encimaba en él.

Draco abrió las piernas dejándolo acomodarse, sintiendo con deleite su pene caliente entre sus nalgas mientras él también le devoraba la piel.

-Draco… -murmuró tomándolo de la nuca y mirándolo a los ojos para enseguida besarlo con fiereza hasta que los labios de ambos quedaron hinchados, calientes y algo doloridos.

Pero Draco también estaba sediento, sediento de aquel amor que lo hizo revivir en aquellos días aciagos en donde tenía que venderse para poder subsistir, harto de contenerse de aquello que estaba frente a su nariz y durante mucho tiempo no quiso reconocer, por lo que empujó a Harry por el pecho hasta hacerlo recostarse y sonriendo lascivamente comenzó a bajar su mano por el pecho hasta llegar al vientre y después al vello púbico con el que empezó a juguetear mientras se levantaba y se acomodaba entre las piernas flexionadas y abiertas de Harry, que lo miraba también sonriendo.

Finalmente Draco tomo aquel pene caliente con una mano, disfrutando el calor que desprendía, las venas que lo recorrían haciéndolo desear tenerlo ya dentro y usando el pre seminal que ya salía en abundancia comenzó a masturbarlo.

Harry suspiró mientras echaba la cabeza hacia atrás recargándola en los almohadones para al cabo de unos instantes sentir la húmeda calidez de la boca de Draco.

-¡Oh Draco! –Gimió mientras Draco la chupaba con ganas- si… oh… mmm…

Después de un rato dejó de usar su mano y en cambio las usó para apoyarse en la cama mientras su cabeza subía y bajaba dejando que el miembro de Harry llegar hasta lo más profundo de su garganta, el moreno alzó la cabeza para mirarlo encontrándose con la mirada de Draco, sonrió y volvió a echarla hacia atrás en medio de gemidos.

Pasaron unos minutos en los que Harry sentía la excitación llenar su bajo vientre y recorrerle las piernas- Draco no… si sigues así me voy a correr…

-Hazlo… eyacula en mi boca…

Harry no se hizo del rogar y dejó ir el orgasmo que desde hacía rato pugnaba por salir llenándole la boca a Draco de su blanca semilla; su pelvis se onduló buscando contacto, imaginando que poseía el cuerpo perfecto de aquel que estaba mamándosela.

-Oh… -suspiró desmadejado en la cama mientras Draco se limpiaba la boca con su colcha y de nueva cuenta recorrió con besos el cuerpo de Harry hasta llegar arriba y recostarse en su brazo y recibir un beso, esta vez más sosegado- tus mamadas… son espectaculares.

-Lo sé –respondio sonriendo.

-Pero Draco, no traje condones… -dijo entonces mirándolo serio.

Draco sonrió y se levantó para dirigirse a su armario, Harry miró el cuerpo desnudo de Draco moverse libremente sin el más mínimo pudor al saberse observado, lo vio abrir el armario y agacharse para buscar algo en una valija, aunque ahí no pudo evitar sonreír pues era más que claro que le estaban regalando una vista plena de lo que iba a tener dentro de poco tiempo.

-Listo –dijo Draco enderezándose y dándose la vuelta con gesto triunfal mientras le mostraba un par de condones con otro par de sobres de lubricante.

-¿No que no has hecho el amor desde que estuviste conmigo?

-Nunca se sabe cuando se puedan necesitar.

Draco caminó lento hacia él con los condones en la mano, dándole una vista magnifica de su pene erguido, cuando llegó a la cama gateó hasta él para finalmente darle un beso.

-Se me hace un sueño –dijo Harry cuando Draco se acostó a su lado- tenerte aquí… haciendo el amor… ¿de verdad me amas Draco? ¿No es otro alucine tuyo?

Draco levantó la cara para mirarlo con una rara mezcla entre divertido, ofendido y extrañado.

-¿Alucine mío?

-Aja… -dijo acariciándole la espalda con su pulgar.

-Claro que no... Te demostraré que no –dijo besándolo de nuevo, pero esta vez con más ganas, por lo que Harry lo envolvió en sus brazos y lo recostó sin dejar de besarlo.

Luego se levantó y lo hizo girarse, luego le levantó las caderas haciéndolo ponerse en cuatro, le abrió las nalgas y pasó su lengua por la tierna entrada haciendo a Draco estremecerse, se levantó y admiró la imagen que tenía ante sí… a Draco en cuatro, con su dragón negro ondulándose a la espera de más placer, puso sus manos en sus caderas y recorrió su cuerpo, luego acarició las firmes nalgas y las separó de nuevo para lamer otra vez la entrada… lamiéndola y empujando su lengua mientras su mano tomaba el pene de Draco para estimularlo al mismo tiempo.

-¡Oh Harry! –jadeó apoyando los codos en la cama deseando que esa lengua empujara más profundo.

Entonces Harry usó uno de los sobres de lubricante y después de un suave masaje con su pulgar, comenzó a meter su índice.

-Mmm… -Draco sintió con agrado esa intrusión, por lo que suspiró dejándose hacer.

No pasó mucho para Harry metiera dos dedos, disfrutando ese calor en el interior de su amado, ese preámbulo, ese placer anticipado… cuando metió tres dedos Draco se removió incómodo, la molestia de su inactividad durante mucho tiempo  al fin se hizo presente.

Después de unos minutos así, rompió otro sobre y se colocó el condón, pero en lugar de penetrar a Draco así, lo que hizo fue sentarse en la cabecera de la cama.

-Quiero ver tu rostro mientras te lo hago –dijo invitando a Draco a sentarse sobre él- es menos profunda y te lastimaré menos, pero sobre todo quiero ver mientras entro en ti.

Draco no se opuso, solo asintió mientras abría las piernas y se sentaba sobre Harry, quien le puso las manos en las caderas.

-Me cuidas mucho –dijo Draco poniendo sus manos en los hombros de Harry.

-Lo que menos quiero es volver a lastimarte.

-En estas cuestiones de todos modos me dolerá, pero es un dolor inevitable.

-Todo estará bien.

-Ya lo sé, lo sé muy bien.

Draco lo miró… miró esos profundos ojos verdes y se dio cuenta de que aunque proclamara a los cuatro vientos que no necesitaba ser rescatado, la verdad era que una de las cosas que le fascinaba de Harry era justamente eso, que lo cuidara, lo protegiera y lo tratara como lo más preciado del mundo, entonces le rodeó el cuello con los brazos diciendo:

-Te amo Harry, nunca me dejes… siento haberte rechazado tanto tiempo…

-Está bien, todo está bien ahora…

Entonces volvió a separarse y sujetando el pene de Harry con una mano y con la otra sosteniéndose de su hombro, comenzó a sentarse.

-Oh… -se quejó apretando los ojos, era más que cierto que no había tenido actividad sexual en mucho tiempo, por lo que la penetración no era tan sencilla, sentía el miembro de Harry abrirse paso dolorosamente.

-¿Te ayudo? –dijo Harry cuando lo sintió detenerse.

-Sí.

El moreno empujo terminando de introducirse provocando que Draco se encogiera e intentara levantarse, por lo que lo sujetó con fuerza de las caderas manteniéndolo en su lugar.

-Tranquilo, relájate.

-Ya lo sé –respondio sonriendo mas de fuerza que de ganas- no olvides con quien tratas.

-¿Con mi amado al cual no le hago el amor desde hace una eternidad?

Draco sonrió sorprendiéndose al sentir que su amor por Harry iba creciendo con alarmante rapidez.

-Te amo Draco, no hay prisa.

Draco sonrió e intentó relajarse sintiendo como Harry le acariciaba los muslos, las caderas y la espalda, así que hizo fuerza con las piernas y comenzó a moverse.

-Mmm…

Harry lo vio cerrar los ojos y arrugar la nariz al tiempo que comenzaba un suave vaivén, viéndolo dolerse pero excitándose también al saber que nadie más lo había poseído de nuevo, que estaba llenando esa estrecha cavidad de forma cuidadosa como un preludio a la fuerte monta que planeaba hacerle.

Draco subía y bajaba intentando acoplar el tamaño de ese falo a su interior, mirando como Harry lo miraba con pupilas dilatadas por el deseo, con su cara sudorosa y sus mechones de cabello negro pegado a su frente.

-¿Quieres hacérmelo fuerte Harry? –pregunto sin dejar de moverse.

-No tienes idea…

-¿Qué dan duro vas a montarme?

-Tan duro que aunque te duela me pedirás más.

Draco sonrió sabiendo que tan bien podían excitar las palabras, así que siguió moviéndose lento pero firme, sabía que cuando Harry se lo hiciera su trasero iba a resentirlo y mucho, pero también deseaba sentirse poseído, sometido, conquistado por el ex auror que había dejado todo para seguirlo.

-Házmelo Harry… házmelo…

Entonces Harry se detuvo haciéndolo levantarse, lo hizo ponerse bocarriba y después de aplicarse más lubricante, lo miró sonriendo al tiempo que le daba una palmada en un muslo.

-Sepáralas…

Poniendo cara de niño bueno Draco obedeció dejando a Harry acomodarse entre sus piernas abiertas y flexionadas; Harry se jalo un par de veces el pene y luego lo acomodo en la entrada de Draco, quien poniendo sus manos en los hombros del moreno se preparó.

-Mmm…

Harry lo vio cerrar de nuevo los ojos mientras iba entrando en él poco a poco, disfrutando como nunca esa estrechez caliente que estaba enardeciéndolo, cuando su pubis tocó las nalgas de Draco se quedó quieto dándole tiempo, al cabo de unos minutos así Draco abrió los ojos.

-¿Listo?

-Sí.

Apoyándose en la cama Harry hizo su cadera hacia atrás saliendo lo suficiente para enseguida entrar de nuevo sintiendo claramente como Draco se tensaba con cada intrusión a su cuerpo, sin embargo el rubio estaba aguantando bien.

-¡Ah!... ¡Mmm! –se quejaba sin abrir los ojos conforme Harry iba embistiendo, sintiendo con agrado que aunque dolía como el diablo, también ese sentimiento de posesión estaba más presente que nunca- si Harry… así… móntame más duro… no importa que me duela…

Era contradictorio pero Harry obedeció, comenzó a dejarle rienda suelta a sus deseos ardientes de penetrar ese culo con todas sus ganas, de meterse lo más profundo que podía, de marcar esa piel con todo su deseo.

-¡Ah! –gritó cuando Harry comenzó a empujarse con fuerza, tanto así que le clavó las uñas en los hombros mientras su cuerpo temblaba con cada penetración y sus pies se bamboleaban.

Harry duró un rato así, empujando su cadera con energía, luego se detuvo y lo hizo girarse para ponerse en cuatro, se acomodó entre sus rodillas separadas y apuntando su pene lo penetro de nuevo sin ninguna delicadeza.

-¡Oh demonios! –se dolió estrujando las sabanas mientras las firmes manos de Harry le sujetaban con fuerza las caderas impidiéndole alejarse.

El sonido de la piel húmeda chocando, suspiros y gemidos era lo que se escuchaba en la habitación, pero en medio de ese punzante dolor su próstata por fin era estimulada, por lo que pegando su frente a la cama siguió aguantando  sintiendo con deleite que el placer por fin se hacía presente.

-Oh si… así Harry… no te detengas…

Harry siguió embistiendo una y otra vez, con sus manos sujetando esa estrecha cadera, sabiendo que los gemidos de Draco eran mezcla de placer y dolor, pero eso no lo detuvo, antes bien siguió metiéndose en ese cuerpo caliente deseando que esas sensaciones no acabaran nunca.

-¡Ah! –jadeó sintiendo el orgasmo danzar en su bajo vientre- ¡Harry!

-Draco… estás tan caliente…

-¡Harry!... ¡jódeme más duro!... ¡haz-házmelo mas fuerte!

Ese impulso fue acompañado de una fuerte nalgada que de inmediato le enrojeció el trasero, ese fue el último empujón que hizo a Draco correrse en medio de un grito.

Harry hizo hacia  atrás la cabeza mientras sentía las contracciones internas de Draco, por lo que dejo ir el clímax que había estado conteniendo; le oprimió tan fuerte las caderas que estuvo seguro le dejaría moretones para el día siguiente.

Después de permanecer quietos un rato, Harry salió de Draco quitándose el condón y arrojándolo a un lado para luego acostarse jalando a Draco consigo.

Draco quedó dándole la espalda a Harry mientras éste lo envolvía en sus brazos mientras ambos se quedaban quietos, desmadejados después de aquel tremendo orgasmo.

-Te amo Draco… -dijo con voz trémula, aun agotado por lo vivido.

-Y yo a ti Harry… y yo a ti.

 

 

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Cuando despertó y sintió un brazo en su cintura y una respiración acompasada en su nuca, sonrió constatando que no había sido un sueño… que Harry de verdad estaba ahí y le había hecho el amor; se revolvió en esos brazos hasta girarse y quedar frente a  Harry, quien sin abrir los ojos sonrió.

Le puso una mano en la mejilla, quitando los mechones negros de su rostro y luego comenzó a darle suaves besitos, en las mejillas, en la nariz, en los ojos y finalmente uno en los labios, fue hasta entonces que aquellos hermosos ojos verdes por fin se abrieron.

Draco los miró dándose cuenta de que nadie en la vida lo había mirado con tanto amor y que probablemente nunca nadie lo volvería a mirar así.

-¿De verdad eres mío? –dijo entonces Harry quitándole parte del mechón azul de su frente.

-Sí… por completo.

Harry sonrió llenándose la vista con el hermoso rostro de Draco.

-Nunca creí… -dijo Harry quedándose a media frase, sintiéndose colmado, satisfecho y feliz.

-Y yo menos.

-¿Qué sucedió Draco?... ¿Qué hizo que volvieras a mi?

-Justamente lo que dijiste en el parque –respondio sin mirarlo, con sus dedos jugueteando con un pezón- Pudo ser mi vanidad en un inicio, no lo sé… pero cuando me di cuenta mi corazón lloraba por ti… abrázame Harry y no me sueltes.

Harry sonrió abrazándolo, dejando que la cabeza de Draco descansara en su pecho y teniéndolo así pudo por fin mirar la habitación con tranquilidad, fue así que sus ojos se toparon con un reloj de pared que marcaban las cuatro de la mañana.

-¡Por Merlín! –Exclamó levantándose de repente botando a Draco- ¡es tardísimo!

-O muy temprano, depende la perspectiva –respondio ceñudo sobándose el cuello.

-Lo siento, lo siento, no quise lastimarte –exclamó abrazándolo de nuevo y separándose casi al instante- pero dejé solo a Armin.

-Claro –dijo jalando una sabana para cubrir su desnudez mientras acomodaba unos almohadones en su espalda.

-Draco…

-Está bien Harry, sé que debes cuidarlo.

Harry se quedó sentando en la cama guardando silencio, como meditando la mejor manera de decir las cosas.

-Escucha… consulté esta situación con el señor Morton.

-¿Y qué te dijo?

-Le envié radiografías, diagnósticos, todo… dijo que en verdad que no somos iguales a los muggles y que tratarlos con pociones no garantiza la misma reacción, pero ve con optimismo el caso, cree que si se le da el medicamento en dosis muy pequeñas, podría recuperarse sin traumatizar mucho el organismo muggle y sobre todo, sin llamar tanto la atención.

-¿Y cuanto durará eso?

-Dice que… bueno, aunque él no me lo haya dicho, hacer esto está prohibido, pero eso realmente no le importa mucho, dice que sería una buena investigación y que aunque le gustaría hacerlo lo más rápido posible, debe tardar como un par de meses para no llamar la atención de la comunidad médica muggle.

Draco asintió en silencio, contrario a lo que cualquiera pudiera pensar, realmente entendía a Harry, conocía su corazón “de pollo” y sabia que no abandonaría a Armin cuando más lo necesitaba.

-¿Qué sientes por él?

-Le tengo cariño –dijo siendo sincero- él me ayudo cuando me di cuenta de que tú nunca ibas a regresar conmigo, pero si tu pregunta es si lo amo… obvio no, Draco solo te amo a ti, siempre lo he hecho –y sonriendo se acercó a darle un beso, beso que Draco recibió con agrado- debo irme.

-Entiendo.

-Pero fue increíble hacerte el amor –añadió sonriendo- ¿podemos hacerlo de nuevo antes de que me vaya?

-Me gustaría pero no podré sentarme bien en un par de días.

-Tú me dijiste que te lo hiciera fuerte.

-Dijiste que no ibas a lastimarme.

-Dijiste que no te hiciera caso.

Draco comenzó a reír al tiempo que lo acercaba para darle un beso, después de eso Harry se levantó y comenzó a vestirse.

-Draco, quiero decirte algo más.

-Dilo.

-Te amo y me encantas…

-¿Pero?

-Pero no quiero que nos veamos tan seguido con Armin así, es decir…

-No quieres serle infiel –respondio rodando los ojos.

-Pues… pues no.

-Harry acabamos de coger.

-Lo sé, lo sé –dijo acercándose y tomándole la mejilla sin dejar de mirarlo a los ojos, como para darle más énfasis a sus palabras- y ahora que te recuperé jamás voy a soltarte, pero mi intención tampoco es mentirle descaradamente, él ha sido muy bueno conmigo.

Draco sabía que no podía recriminarle ese aspecto de su personalidad a Harry, por desgracia era una de las cosas que le gustaba.

-Te entiendo –dijo entonces dándole un suave beso y acariciándole la mejilla- sé que me amas a mí y que no lo puedes dejar de repente.

-Sí estuviera sano ten por seguro que no lo volvería a ver ni una vez más- dijo abrochándose los pantalones- pero en cuanto esté bien terminaré mi relación con él y nunca más me separaré de ti, tenlo por seguro cara…

Draco lo vio quedarse callado con expresión culpable, entonces sonrió tranquilizadoramente, se hincó en la cama y acercándose a la orilla le pasó los brazos por el cuello diciendo:

-Adelante, puedes seguir siendo un  ridículo conmigo… y aunque me parezca vomitivamente cursi el que me llames “caramelito” ya no me duele… tú y Archie son el mismo, sé que ya me amabas desde antes.

Harry sonrió entre aliviado y feliz, veía en la expresión de Draco que en verdad todo estaba zanjado, que las heridas que su pasado le había infringido ya estaban superadas, por lo que lo abrazó besándolo con ganas y después se desapareció no sin antes decirle:

-Te amo… caramelito.

 

 

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