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Malfoy Manor por Orseth

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-Tranquilo…

-¡Ay!...

Kevin sonrió satisfecho al ver que el glande no alcanzaba a entrar con facilidad y ya imaginaba lo que sería estar dentro de ese culo virgen y apretado, así que lo intentó de nuevo.

-No te muevas.

Pero eso no era tan sencillo, pues en cuanto el hombre comenzaba a empujar, el dolor de ser abierto por aquello le hacía alejarse.

-Lo siento.

Después de varios infructuosos minutos, le hizo acostarse boca arriba y separar las rodillas, así el chico no podría esquivarlo ni alejarse; Draco cerró los ojos cuando la barriga de aquel hombre estuvo sobre si mientras le lamia el cuello de nueva cuenta; Kevin le puso más lubricante y volvió a intentarlo.

-¡Ay!...

-Calma… ya entró la cabeza…

Draco estrujó las sabanas sintiendo aquella enormidad partirle el culo, pero fue tanto el dolor que sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas.

-Espere… por favor…

Kevin siguió hasta penetrarlo por completo sintiéndose a punto de correrse al sentir su pene siendo apretado en esa estrecha cavidad.

-Tranquilo, ya te penetré, relájate.

-No puedo.

-Esperaré un poco para que te acostumbres.

Pero acostumbrarse a aquello era imposible, así que cuando Kevin comenzó a moverse no pudo evitar que los sollozos salieran de su garganta.

-¡Ah!

-Oh si… que rico estas… -masculló clavándose una y otra vez mientras le acariciaba las piernas, embistiéndolo cada vez más fuerte.

-¡Por favor!... ¡Ya no!

Pero Kevin no iba a dejar ir esa oportunidad así que siguió y siguió hasta correrse.

-Qué bueno… estuviste… -dijo exhalando un suspiro encima de él.

-Sáquelo ya… por favor…

Kevin se enderezó y salió de Draco, quien simplemente se hizo un ovillo; pasaron un par de horas en las que el hombre se durmió, luego despertó y la tortura comenzó de nuevo, finalmente Kevin se levantó.

-Son las tres de la mañana –dijo comenzando a vestirse- pagué la habitación hasta medio día, sino te vas te cobraran  de nuevo -Draco asintió en silencio cubierto con la sabana hasta el cuello- el trato fue la cena y la habitación, pero toma, te lo ganaste -Draco lo vio dejar unos billetes en la cómoda- si vas a dedicarte a esto mira bien como cobrar, tienes buen cuerpo y un culo muy rico, te irá bien ¿tienes teléfono? –Draco negó con la cabeza- toma entonces –dijo dejando una tarjeta junto al dinero- llámame cuando tengas como comunicarte,  me gustaría verte otra vez, podría ser tu cliente regular, nos vemos.

Draco solo escuchó la puerta cerrarse e inmediatamente rompió a llorar, se sentía sucio y desdichado, por lo que solo apagó la luz y se hizo un ovillo.

A la mañana siguiente se levantó sintiéndose dolorido del culo y el bajo vientre, había algo de sangre en las sabanas y entre sus muslos y  solo exhaló un suspiro desalentado, aun así se levantó y se dio un largo baño en donde las lagrimas acudieron de nuevo, pero no había tiempo de languidecer en su miseria, ya eran las once de la mañana y la habitación pronto vencería, así que tomó el dinero y se sorprendió al contarlo, con eso podría pagar una habitación esa noche y algo de comer, así que aunque le pareciera asqueroso tomar el dinero producto de dar las nalgas, agradeció no pasar la siguiente noche a la intemperie.

 

_______________

 

Ese día se la paso buscado trabajo sin conseguir nada, solo casi al anochecer logró que un hombre le diera un recipiente con sopa por sacar la basura, luego fue a rentar una habitación de hotel para pasar la noche; los siguientes días no fueron mejores pues comenzaba a verse como un indigente al pasar las noches durmiendo en un callejón y sin poder lavar su ropa, así que la idea de volver a vender su cuerpo pasó por su cabeza, pero había sido tan traumático que enseguida lo descartaba aunado a que aun seguía dolorido.

Pero esa noche el frio arreciaba más que otras veces, así que comenzó a caminar por la avenida, mirando a los coches sin saber realmente que hacer.

-¿De verdad estoy haciendo esto? –se pregunto mientras se frotaba las manos para entrar en calor.

Aunque realmente ni siquiera sabía cómo hacerlo ¿cómo se ofrece el cuerpo?... vio que había varias chicas en las esquinas y todas lo miraban como si estuviese cubierto de mierda ¿Qué rayos les pasaba?

-¿Qué estás haciendo? –dijo una plantándosele enfrente.

-¿Cómo?

-¿Estás puteando aquí?

-Yo… no, claro que no –respondio asustado.

-Pues que bueno porque esta es mi zona, así que lárgate.

Con el paso de los días aprendió que no podía hacer eso en cualquier lugar, aprendió a observar a las chicas y sobre todo aprendió que los muggles eran iguales a los magos, todos menospreciaban a la gente por igual.

-Como yo –pensó recordando tiempos pasados.

Bastaron un par de semanas para que lograra hacerse de un lugar para “trabajar” pero era un lugar muy apartado y solitario, pronto aprendió el porqué los demás putos no iban ahí; un par de tipos lo arrastraron e intentaron violarlo, pero un acceso involuntario de magia los hizo volar por los aires dejándolos inconscientes y a él con un terrible dolor en la pierna; sin embargo eso no fue impedimento para que dejara ese lugar, necesitaba dinero, necesitaba mantenerse y por mas que había buscado otras opciones no había encontrado ninguna, además las mujeres aunque se lo comían con los ojos no lo contrataban, así que decidió que los hombres eran mejor opción.

En dos meses aprendió como cobrar, al menos que tarifas usar pues se atrevió a preguntar a las chicas que lo habían corrido y ellas después de verlo realmente perdido se compadecieron de él  y hasta le dieron consejos; a veces iba a hoteles pero era muy rara la vez,  en su mayoría eran servicios en autos o atrás de una esquina; detestaba hacer eso pero al menos ya no dormía en la calle y podía comprar comida, solo que el usar tintes muggles para mantener su cabello negro afectaba su economía, por lo que armándose de valor decidió ir al mundo mágico a comprar lo necesario para su disfraz.

Ya ahí fue a una tienda de artículos de belleza en donde había un shampoo que mientras se usara, el color del tinte permanecería hasta por cinco meses sin necesidad de retocar, así que compro lo necesario; fue cuando ya se iba que miró un cartel en la pared en donde se anunciaba la campaña de Evan Hughes para Ministro de magia y el terror se apoderó de nuevo de él, si siendo solo un mago ya era poderoso ¿Qué cosas podría lograr siendo Ministro?

Sin más demora abandono de nuevo el mundo mágico y regreso a su nueva vida.

 

_____________

 

-Has cambiado mucho –dijo Kevin vistiéndose.

-¿Para bien o para mal? –respondio desde la cama, cubierto hasta las caderas por la sabana mientras se fumaba un cigarrillo.

-Para bien supongo.

-¿Supones?

-Sí, me encantó cogerte cuando no sabias nada, tu ingenuidad fue refrescante, pero ahora te mueves muy rico, haces que me venga más rápido.

-Yo no tengo la culpa de que no aguantes nada –respondio alzándose de hombros.

Kevin lo observo y se dio cuenta de que aquel chiquillo que conoció en aquella helada noche y que había llorado mientras le partía el culo ya no estaba,  en su lugar estaba un joven que cada vez miraba más cínicamente, que ya no se asustaba con cualquier cosa y que hacía sentir al cliente que a pesar de que le estaba pagando, lo hacía con gusto… y le encantaba, ese chico tenía algo que los demás no tenían… no podía definir qué, podría ser su personalidad, su belleza masculina o a saber, pero tenía carisma y su precio lo valía.

-Sé que me cobras más a mí ¿Por qué? –pregunto sonriendo mientras se ataba los zapatos- el lugar en donde trabajas apesta, no cobras mas de unas cuantas libras, debería ser cliente preferencial.

-Fuiste el primero cariño ¿Qué mas preferencia quieres que esa?

Kevin sonrió y mandándole un beso salió de la habitación.

 

________________

 

 

Una noche rumbo a su zona de trabajo paso por un local en donde había un ventanal, se detuvo solo por curiosidad al ver a varias personas tatuando a otras; ya sabía lo que era un tatuaje, de hecho siempre le había pedido permiso  a su madre de hacerse uno recibiendo un horrorizado “NO” por respuesta, pero nunca había visto a un muggle hacerlo, así que se quedó parado casi una hora frente al ventanal haciendo que los tatuadores dentro comenzaran a mirarlo.

-¿Qué hace ese ahí? –Dijo uno- ya tiene mucho mirando.

-Sigue en lo tuyo, no podemos hacer nada –respondio Robbie, el dueño del local.

Quedó fascinado viendo la concentración de los hombres al trabajar, en especial de uno, al parecer el jefe; así que cada tarde antes de llegar a trabajar se pasaba por el local y los miraba trabajar, así pasaron dos semanas hasta que Robbie salió aprovechando que no tenia clientes.

-Hola, veo que te detienes mucho rato todos los días.

-Hola –respondio sonriendo- si, es muy interesante, me gusta verlos trabajar.

-Me doy cuenta, de hecho los chicos y yo nos hemos dado cuenta, se sienten algo raros de ser observados tanto tiempo.

-¿A ti te incomoda?

-No, de hecho no.

-Qué bueno porque seguiré observándolos.

Robbie lo miró intentando descifrar si era una especie de chiste pues aquel chico de ojos grises lo miraba muy sonriente, pero al parecer hablaba en serio pues se despidió diciendo:

-Nos vemos mañana.

-Adiós.

Paso otra semana en la que Draco paso mirándolos un buen rato, hasta que se dio cuenta de que un hombre lo miraba insistentemente desde otra tienda, por lo que guiñándole un ojo le sonrió, el hombre le sonrió y luego de una pequeña conversación se alejó.

-¿Estás puteando frente a mi local? –dijo entonces Robbie saliendo molesto.

-Para nada amigo, solo me pregunto la hora, ya me voy –respondio sonriendo.

Sabiendo que mentía pues era más que evidente a lo que se dedicaba el chico, Robbie lo vio alejarse mientras se despedía con la mano dándole la espalda, solo entonces notó la leve cojera que tenía en la pierna derecha, pero sin darle más importancia al asunto se metió a su negocio de nuevo.

 

_______________

 

 

Draco se compro un cuaderno y comenzó a dibujar inspirado por los dibujos que veía en la pared del estudio de tatuajes y sonrió satisfecho al ver que bueno era, nada que ver con aquel dibujo que una vez le envió al tonto de Harry Potter; de hecho dibujar siempre le había gustado pero en aquella ocasión necesitaba hacer algo rápido, por eso solo había garabateado al Griffindor dándole un rayo.

-Soy muy bueno –murmuró satisfecho.

 

_______________

 

 

Pasado un mes en donde Draco seguía la misma rutina, hubo una ocasión  en donde un trabajo especialmente arduo de Robbie le hizo quedarse más tiempo del acostumbrado observando y aunque era verdad que estaba acostumbrado a trabajar siendo observado, Robbie salió del local a tomarse un descanso y a hablar con Draco.

-Has estado aquí más tiempo del acostumbrado, ya llevas más de dos horas ¿Qué no tienes algo que hacer?

-No.

Robbie lo miró y vio que el chico sonreía, por lo que solo negó con la cabeza diciendo:

-Sé a lo que te dedicas niño, aquí no vas a conseguir clientes.

-No estoy buscando clientes.

-¿Entonces que buscas?

-Solo mirar.

-Pero ya es tarde ¿no tienes que trabajar?

-Veamos… -dijo palpando su bolsillo- tengo lo de la habitación de esta noche y lo de mi desayuno, estoy bien.

Robbie volvió a sonreír ante la natural desfachatez del chico, así que dijo:

-¿Cómo te llamas?

-Koby ¿Y tú?

-Soy Robbie… bueno Koby, empieza a lloviznar, será mejor que vayas a donde sea que vayas, vas a mojarte.

-Nah, estoy acostumbrado al mal clima, no te preocupes.

Viendo que no lo disuadiría, Robbie regreso a su trabajo.

-¿Seguirá ahí? –pregunto Danny, otro tatuador.

-Parece que sí.

-¿Qué no tiene nada que hacer? –preguntó Tom, el otro tatuador.

-Parece que no.

-Es lindo –dijo entonces Bianca, la recepcionista.

-Es un puto –exclamó Tom.

-¿Y eso qué? no le quita lo lindo.

-Pues debería irse a hacer lo suyo y a dejarnos trabajar en paz.

-Qué yo vea no te está deteniendo las manos -Tom se detuvo para lanzarle una mirada, a lo que ella respondio riendo- ¿Te pone nervioso Tom, será que quieres contratar sus servicios?

Todos, incluidos los clientes comenzaron a reír.

-Claro que no, pero acepta que es raro verlo parado ahí tanto tiempo.

-Sí, pero es muy atractivo, no me molesta verlo ahí, en cambio si fueras tú ya hubiese llamado a una patrulla.

Nuevamente todos comenzaron a reír, por lo que Tom decidió dejar el asunto por la paz; Draco vio que casi todos los clientes fueron saliendo conforme pasaba el tiempo menos el que estaba siendo atendido por Robbie, quien se levantó y salió para cerrar la cortina metálica del local.

-Ya vamos a cerrar, vete  a casa.

-Pero no has terminado de tatuarlo.

-No pero lo haremos en otra sesión.

 -Me hubiese gustado ver el resultado final –dijo con desencanto- eres muy bueno.

-Lo sé –respondio sonriendo.

-Bueno, pues me voy, espero algún día ver ese trabajo terminado.

Robbie lo vio alejarse nuevamente, pero con esa cojera ya más marcada.

 

_______________

 

 

-En serio Birdie, deberías ir a echarle un ojo, el chico es muy atractivo, yo ya lo vi y no tiene chulo.

-¿Seguro?

-Sí, ya lo investigué, trabaja por su cuenta.

-¿Qué edad tiene?

-Parece de diecisiete o dieciocho años, de veinte no pasa.

-¿Será un menor? Sería genial, hay clientes especiales para eso.

-No se ve tan pequeño, es alto pero aun tiene cara de niño.

Birdie era un proxeneta dueño de un hotel de mala muerte, con una zona específica en donde su gente trabajaba, gente nueva que en verdad fuera atractiva siempre era bienvenida.

-Bien, iré a echar un vistazo.

-Solo hay una cosa.

-¿Qué?

-Cojea de una pierna.

-¿Cojea de una pierna? –Exclamó sonriendo con sarcasmo- ¿acaso será por eso que no tiene chulo? ¡Por Dios Conall debiste decirlo desde un principio! casi pierdo mi tiempo viendo a un lisiado.

-Confía en mi Birdie, no perderás tu tiempo.

Fastidiado Birdie exhalo un suspiro mientras rodaba los ojos.

-De acuerdo, iré a verlo.

 

_______________

 

 

Cuando detuvo su auto frente a aquel chico de chaqueta de piel y este se acercó a la ventanilla pudo verle el rostro a un palmo de distancia.

-Hola cariño ¿buscas un poco de compañía?

Un fresco aroma a loción llego hasta su nariz, entonces miró a los ojos del chico directamente.

-Ojos grises, que bonitos.

-Gracias guapo, tu tampoco te quedas atrás.

-¿Cuánto cobras?

Draco dijo su precio y Birdie supo que no podía cobrar más por la zona, pero el chico en verdad tenía un rostro hermoso y bien podía cobrar mucho más, en eso Conall no se había equivocado.

-Te vi cojear ¿puedes hacer un servicio sin que eso sea un impedimento?

-Yo puedo hacer lo que quieras cariño.

-Quiero que montes mi verga ¿puedes hacer eso con esa pierna lisiada?

Draco sonrió aunque por dentro quisiera asesinar al hombre.

-Es verdad que me cuesta un poco de trabajo pero lo compenso con otras habilidades, créeme dulzura –respondio con actitud coqueta.

-Me gusta cogerlos de lado ¿puedo alzarte esa pierna sin problema?

-Claro –respondio sabiendo que aunque era mentira, el tipo tampoco podría durar mucho, total ya era un viejo.

-Y abierto de piernas ¿Cuánto duras? ¿Aguantas una buena cogida?

-Vete al diablo si solo vas a hacerme perder mi tiempo, imbécil –exclamó enderezándose y comenzando a alejarse del auto por si el tipo fuese un pervertido y quisiera hacerle algo más.

Birdie sonrió, Conall tenía razón, ese chico era precioso y aunque estuviese mal de una pierna no podía dejar que alguien más se lo ganara, así que abrió la portezuela y caminó hacia él.

Draco percibió de inmediato que el tipo lo seguía, por lo que se dio la vuelta y se alzó la chaqueta dejando ver un arma, por lo que el tipo alzó las manos de inmediato diciendo:

-Calma chico, calma… solo quiero hablar de negocios.

-¿Eres un chulo? Porque si es así puedes irte a la mierda desde ya, yo trabajo solo.

-Lo sé, pero trabajar con alguien más también tiene sus ventajas.

-¿Crees que eres el primero con tus propuestas?

-Imagino que no pero si tan solo me dieras unos minutos, tal vez cambies de opinión.

-El tiempo cuesta, así que vete.

-De acuerdo ¿Cuánto por quince minutos? –Respondio sacando su cartera- puedo usar ese tiempo como quiera ¿no?

Después de meditarlo unos instantes, exhalo un suspiro accediendo.

 

_______________

 

Al día siguiente ya estaba instalado en el hotel  de Birdie y comenzando a trabajar en una nueva zona y debía aceptar que estaba mucho mejor contando con un lugar fijo donde vivir y con alguien cuidándole las espaldas, con una zona más concurrida aunque la gente fuese siempre igual de peligrosa y aunque tuviera que darle un gran porcentaje de sus ganancias.

 

______________

 

                  Pasó un par de semanas sin aparecer por “Inmortal tattoo Studio” tanto así que los chicos del estudio lo notaron de inmediato.

                -¡Vaya! Al fin dejo de venir ese chico –dijo Tom mientras limpiaba su área.

            -Justo cuando ibas a pedirle su tarifa ¿no?     -respondio Danny haciendo reír a todos, a todos menos a uno.

            -Te preocupa ¿cierto? –dijo Bianca acercándose a él con una soda.

            El asintió en agradecimiento por la bebida mientras sonreía.

            -¿Por qué lo dices?

            -Porque te conozco, tienes corazón de pollo a pesar de tu ruda apariencia.

            Robbie salió del estudio y se metió a su oficina seguido por ella.

            -Pues si, no lo niego –respondio encendiendo su PC para revisar algunas facturas- su oficio es muy peligroso y apenas es un jovencito.

            -Se ve que le encanta verlos trabajar.

            -Sí, espero que esté bien.

            Paso una semana más antes de que lo volvieran a ver, Draco apareció muy sonriente saludándolos desde la acera; Robbie no pudo evitar sonreír al verlo muy campante plantado frente al ventanal, así que sin más le hizo una seña para que entrara.

            -¿Lo invitaste a entrar? –exclamó Tom incrédulo.

            -Hola –saludó Draco entrando por fin al estudio que estuvo observando por semanas.

            -Hola Koby, ellos son Tom y Danny.

            -Hola –saludaron.

            -Y yo soy Bianca –dijo la recepcionista entrando- a Tom no  le gusta que lo veas trabajar, incluso seguro se está mordiendo un huevo al verte aquí dentro, pero no puede hacer nada si el jefe te invitó a entrar ¿no es así Tom?

            Tom le hecho una mirada asesina y luego se dirigió a Draco.

            -Esta loca.

            -Sí te molesta que te mire trabajar, me disculpo; pero son tan buenos en su trabajo que puedo pasar horas mirándolos.

            Ahí Tom ya no replicó pues su ego y vanidad comenzaron a dar saltitos en su interior.

            -¿Y dónde has estado Koby? Pensé que te había matado un violador –dijo entonces Robbie preparando todo para una cita a punto de llegar.

            -Pues violadores me he encontrado pero no me han matado –respondio sin más- estoy en un nuevo lugar, ya cambie de casa ¿te molesta si me siento?

            -Adelante ¿Puedo preguntar qué te paso en la pierna?

            -Distrofia muscular.

            -¿O sea que empeorará?

            Solo se alzó de hombros en respuesta.

            -Tú eres el jefe de este lugar ¿verdad?

            -Así es.

            -¿Podrías enseñarme a hacer lo que tú haces?

            Todos, incluida Bianca miraron a Robbie, quien sin dejar de hacer lo que estaba haciendo dijo:

            -No.

            -¿Por qué no?

            -Porque no quiero y porque no tengo tiempo.

            -Soy muy bueno dibujando.

            -Dibujar no lo es todo.

            -Ya lo sé, por eso quiero que me enseñes lo que me falta.

            -No y deja de joder con eso si quieres volver a entrar a este lugar.

            Draco dejo de insistir con eso un tiempo pero cada que podía insistía con el tema, tanto así que Robbie dejo de molestarse y simplemente reía; cada lunes Draco pasaba el día ahí y sabia como ganarse a la gente pues solía llevarles café y galletas y su conversación era muy amena que incluso los clientes participaban en ella.

            Un lunes en el que platicaba con los chicos, se sobaba el muslo siendo esto advertido por Robbie.

            -Tú cojera ha empeorado.

            Y era cierto, a pesar de no poder hacer magia a voluntad, había habido un par de pequeños destellos de ella, una cuando estuvo a punto de caerse en el baño rompiendo todos los cristales de su habitación por el susto y otra cuando el bus en el que iba había chocado, confundiéndose el rompedero de ventanillas con el impacto del otro auto, cosas pequeñas pero suficientes para dañar su pierna cada vez más.

            -Sí, algo.

            -¿No has pensado en usar un bastón?

            -¿Un bastón? –exclamó con desdén- ¿y convertirme oficialmente en un lisiado?

            -Eres un lisiado –respondio Robbie sin más ni más.

            Todos vieron a Draco esperando su reacción, pero él simplemente asintió con cierto aire pensativo.

            -Sí, tienes razón… pero no creo que deba usar cualquier bastón ¿sabes de alguien que pueda hacerme uno personalizado?

            -Sí.

            -Te haré un dibujo.

 

______________

 

 

            Cuando Draco tuvo en sus manos el bastón con mango de serpiente y ojos con imitación de esmeralda, todos en el estudio quedaron admirados.

            -Bonito bastón –dijo Tom examinándolo- ¿de dónde sacaste la idea?

            -Hace tiempo vi uno así.

            -Pues esta genial –respondio pasándoselo a Danny.

            -Lo sé, debo ser un lisiado con clase ¿no?

 

___________________

 

            Conforme el tiempo pasaba le mostraba sus dibujos a los chicos del estudio, dibujos de dragones y criaturas fantásticas, criaturas que ellos nunca hubieran imaginado.

            -Esta criatura es asquerosa y fascinante al mismo tiempo –dijo Tom viendo un dibujo de Draco- es un caballo alado con un cuerpo esquelético, rostro de rasgos reptilianos y alas que parecen las de un muerciélago, es obvio que no es un pegaso ¿Qué es?

            -Cierto, no es un pegaso… Mmm yo lo llamaría un Thestral.

            -¿Un Thestral?

            -Sí, imagínate ver uno de verdad.

            -No existen, pero sería genial ver uno –respondió Tom sin dejar de ver el dibujo.

            -No lo creo, son de mal augurio.

            -Lo dices como si fueran reales.

            -Hay que tener imaginación, pensar que es real asusta ¿no?

            -Sí, pero me encanta.

            -Puedes usarlo cuando quieras.

            -¿En serio?

            -Sí, aunque sé que no necesitas mis dibujos, tus diseños son geniales.

            -Pero podemos ponerlo en el catálogo, a alguien podría gustarle.

            -¿De verdad?

            -Sí.

            Draco se sintió feliz de poner uno de sus dibujos en la carpeta de diseños.

 

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            Pasaron meses antes de que Robbie accediera a que Draco fuera su discípulo causando estupor en todos.

            -No aceptas aprendices Robbie ¿Por qué él sí? –pregunto Bianca cuando Draco se fue muy feliz.

            -Mmm –respondio sin decir nada y solo alzándose de hombros.

            Pero la verdad es que ese chico lo había sorprendido, llevando una vida de mierda pero siempre sonriendo aunque sabía que muchas de las veces esa sonrisa era falsa, que sus ojos transmitían cierta tristeza que al parecer nadie más notaba, que muchas veces no dejaba de sobarse la pierna pero sin soltar una sola queja, pasando el único día que se tomaba de descanso en el estudio cuando bien podría estar haciendo otras cosas; su tesón al pedirle ser su aprendiz sin amilanarse ante cada negativa demostraba la esperanza de dejar algún día su otro oficio… si, ese chico era especial.

 

______________

 

 

            Cada vez que podía, Draco iba a los aeropuertos mágicos y hacia reservaciones con nombres falsos usando combinaciones del suyo y de su familia a distintos países, sembrando pistas falsas de su paradero pues sabía que Evan Hughes jamás dejaría de buscarlo.

 

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            -Quieres ser tatuador pero tú no  tienes ningún tatuaje –dijo Robbie mientras limpiaba la camilla en donde había estado trabajando.

            -No, no tengo ninguno, pero no creas que no lo he pensado.

            -¿Qué tienes en mente?

            Por respuesta Draco sacó su cuaderno.

            -Vaya, es bueno… muy  bueno –dijo al ver el dragón que estaba dibujado- ¿Tú lo diseñaste?

            -Sí.

            -¿Y por qué un dragón?

            -Un dragón significa muchas cosas para mí.

            Robbie vio a Draco quedarse callado mientras hojeaba un catálogo, señal más que clara que no iba a decir más al respecto y lo entendía, entendía que un tatuaje tenía significados muy personales que explicarlos  a veces era simplemente imposible.

            -¿Y donde lo quieres?

            -En la espalda.

            -Entonces será grande.

            -Más que grande, lo quiero en toda la espalda y que abarque parte de mis glúteos y lo quiero negro, obviamente con sombras, eso tú lo sabes mejor que yo obviamente.

            Robbie alzó las cejas impresionado mientras miraba el dibujo, un trabajo así de grande no era cualquier cosa.

            -No te haré regateos, tu trabajo lo vale.

            Robbie sonrió satisfecho diciendo:

            -Vale ¿Cuándo lo quieres?

            -¿Cuándo puedes empezar?

 

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            -Me encanta tu bastón –dijo Bianca tomando té y galletas mientras confirmaba algunas citas en su ordenador.

            -Gracias.

            -¿Cómo va esa pierna?

            -Muy bien, nada de qué preocuparse.

 

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Época actual

 

 

            -¡Ah!... –gimió sujetándose el muslo después de que aquel acceso de magia en la que el tipo aquel logró violarlo antes de que Harry pudiese hacer algo.

            El dolor era muy fuerte y sabia que la movilidad de su pierna se vería afectada cuando eso pasara, pero no le importaba si tan solo el dolor se calmara en ese momento.

            -Mierda… -masculló sintiendo las lagrimas llenar sus ojos en medio de la oscuridad de su cuarto.

 

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