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31 días con el SNS: FicTober 2019 por Ana Reiko

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Naruto estaba sumamente contento, sentía que era un día sumamente bonito en Konoha. Estaba soleado pero con clima templado, perfecto para salir en la pareja a pasear por los parques de la aldea u disfrutar de una platica al aire libre tomando una bebida fría o un helado.




Uzumaki no podía pedir una compañía mejor que su actual enamorado, Sasuke Uchiha. El cual había regresado de una misión larga.




¡Vamos, Teme, date prisa, sino el helado de sal marina se terminará!-exclamó Naruto, incitando a Sasuke a que corrieran hacía el puesto de helados, el cual estaba lleno de personas haciendo fila.




-No puedo correr, Naruto, estoy cansado, ve compra por mí-avisó el Uchiha, venía sumamente desvelado pues la noche anterior se la paso corriendo hacia Konoha para poder sorprender a su pareja en la madrugada.




-Muy bien-comprendió, era evidente que las energías de su novio estaba agotadas, n tenía caso forzarlo.-Espérame entonces en la banca cerca de la fuente-señaló el sitio donde se reunirían en cuanto los conos de helado fueran comprados.




Cuando vio como Sasuke asentía a la indicación, aceleró el paso para formarse en la fila.




El Uchiha se quedó de pie en su sitio unos segundos, observando como el Uzumaki había alcanzado un buen lugar en la fila, con toda confianza podría adquirir los alimentos.




A continuación se dirigió a la banca a fin de descansar un rato. Nunca había experimentado tal nivel de agotamiento físico como en esta ocasión. Comenzaba a pensar que había sido una mala idea abusar de su Sharingan y Rinnengan para buscar los múltiples refugios de Kaguya, para posteriormente regresar corriendo a la aldea.




Menos mal que cuando entró a la casa, Naruto lo mimo de inmediato. Aunque no lo dijera le encantaba recibir sus atenciones, un abrazo fuerte y una sonrisa de bienvenida era lo más preciado después de una larga misión. Y a pesar de que el Uchiha llegó a medianoche, su enamorado le preparó una pequeña cena para que no se acostara con el estomago vacío, y enseguida se acurrucaron los dos juntos en la misma cama hasta el amanecer.




Sasuke se dejó caer en la banca de metal, apoyando su espalda en el respaldo del asiento a fin de descansar. Echó atrás la cabeza disfrutando de la sombra del árbol que se alzaba detrás de la banca.




Una pequeña brisa sopló acariciando suavemente la faz del Uchiha, invitándolo a cerrar los ojos y relajar su cuerpo. Y así lo hizo, proponiéndose meditar unos segundos solamente mientras esperaba a su adorado dobe.




Solo había dormido unas cuatro horas, e inmediatamente se levantó para acompañar a Naruto al parque. El motivo para venir a su ese lugar fue concederle al rubio su deseo de comprar dos helados de un sabor de edición limitada.




A Sasuke no le agradaban las cosas dulces, pero por verlo feliz era capaz de todo, había cambiado su forma de ser desde que era pareja del Uzumaki. Buscando siempre su bienestar debido al amor que le profesaba y a la culpa, casi nunca estaba en la aldea y cuando lo hacía era por poco tiempo. Por lo que estas pequeñas citas eran muy valiosas.




-Sasuke, ¿Te encuentras bien dattebayo?-preguntó Naruto algo preocupado al verlo tan fatigado.




El Uchiha irguió su cabeza un poco, encontrándose con el Uzumaki con una expresión acongojada.




-Estoy bien, dobe.-afirmó con serenidad, tratando de tranquilizar a su novio.




-¿Estas seguro? Por que podemos regresar a casa...




-Sí, no hay problema ¿Dónde están los helados que decías?-preguntó recuperando un poco su humor de siempre y desviando el tema.




De pronto a Naruto lo rodeó una aura depresiva y un rostro que denotaba derrota.




-¿Qué sucedió, Naruto?-preguntó Sasuke, levantando una ceja, curioso de la causa que lo sumió en dicha situación.




-¡Se agotaron muy rápido los conos de helado, solo pude comprar una paleta de ese sabor dattebayo!-se lamentó Naruto, totalmente apenado, sentándose al lado del Uchiha con una actitud derrotista.-Debí venir más temprano, te hice venir por nada.




-Al menos conseguiste uno-estableció tratando de consolarlo. Pues lo vio bastante decaído.




-Este sabor sólo lo venden una vez al año, hacen helados y paletas heladas, ero-sennin compraba paletas de este sabor y nos sentábamos en este mismo lugar para disfrutarlas-explicó recordando los viejos tiempos de su niñez.-La primera vez que la probé se me hizo horrible pues no era dulce, pero pensé que tal vez este sabor podría gustarte y que cuando te trajera de vuelta te invitaría para que las probaras, y así le presumiría a Ero Sennin que logré mi meta.




-Ya veo.-Sólo atinó a decir eso, le daba algo de culpa recordar cuando desertó de Konoha y todo lo que tuvo que luchar Naruto para que estuvieran otra vez juntos.




-Sabés estoy feliz que estés conmigo de nuevo, Sasuke, pero desgraciamente no pude demostrarle a Ero Sennin que estaba equivocado-reflexionó el Uzumaki con pesar.




-¿Equivocado?




-Sí, él decía que eras un caso perdido y que no volverías. Y que yo era un idiota por pensar lo contrario.-recordó nostálgico.




Sin dejar de observar el semblante melancólico del Uzumaki, comprendió que todavía le dolía la pérdida de su maestro. Estaba al tanto de ese sentimiento a veces al mismo Uchiha le sucedía con los recuerdos de Itachi. Luego de analizar el comportamiento de Naruto, Sasuke resolvió una solución para levantarle el ánimo al rubio.




-Ten.-ofreció el Uchiha la paleta helada.




-¿Eh?-expresó desorientado ante el acto.




-Podemos compartir la paleta.-sugirió, centrando sus cálidos ojos negros en el Uzumaki.




Naruto abrió sus ojos azules ampliamente ante el comportamiento del Uchiha.




Sasuke estaba sonriendo con sinceridad, transmitiéndole con una mirada, un gran cariño pero también un agradecimiento por no haberse dado por vencido en su carrera para rescatarlo de la oscuridad.




El Uzumaki aceptó la paleta sosteniéndola y posteriormente dándole una probada. Y luego pasándosela al Uchiha para que la disfrutara.




-El sabor es raro, es muy salado pero también dulce-opinó Sasuke después de darle una nueva degustada al helado.




-¡Sabía que te gustaría el sabor'tteba!-expresó contento de que su amado Uchiha apreciará el alimento.




-Toma, dobe, es tu turno-informó, entregándole la golosina, el rubio la recibió sin chistar.




Sin perder tiempo, Naruto degustó de nuevo la paleta helada, Sasuke observó detenidamente los labios del rubio, de pronto tuvo ese impulso de besarlo.




Sin previo aviso, el Uchiha atrajó el rostro de Naruto al sostenerlo con las manos, y sin más lo besó por sorpresa. Apenas fue una ligera presión entre sus labios primero para después convertirse en un roce suave provocador.




-También sabe bien así-comentó el Uchiha con una sonrisa prepotente, le encantaba besar a su novio cuando bajaba la guardia, se quedaba pasmado como tonto por unos segundos.




-¡Lo hiciste a propósito!-acusó ruborizado y nervioso, apuntando con su dedo a Sasuke.




Cuando éste tenía sus lapsus en que se actuaba cariñoso, por lo regular tomaba desprevenido al Uzumaki.




-Siempre haces el mismo semblante de estupefacción cuando lo hago, he llegado a tomarle el gusto.-reveló Sasuke como si fuera una clase de pasatiempo el atacar al rubio cuando bajaba la guardia-Además, prefiero un beso de verdad que un beso indirecto.-manifestó con cierto tono airoso.




-¿Beso indirecto?-se preguntó, sin entender a qué se refería su amado. Unos segundos luego captó el mensaje habían compartido el helado y eso se catalogaba así-Maldito bastardo pervertido, quien te viera diciendo esas cosas.-apuntó divertido.




-Aprendí de ti, dobe.-replicó, la verdad tenía algo de razón, desde que estaban juntos, Sasuke sintió que era más abierto con sus sentimientos—Por cierto tienes los labios fríos.-señaló.




-Entonces que esperas que no los calientas, teme-invitó con cierta sensualidad.




-La paleta se derritará en tu mano si lo hago—advirtió.




En tres mordidas Naruto devoró la paleta para que no fuera un pretexto. Sus prioridades habían cambiado, ya no le importaba el sabor de edición limitada, comerse a besos a su novio sonaba mejor.


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