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31 días con el SNS: FicTober 2019 por Ana Reiko

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Se dice que todas las personas tienen una o más fantasías ocultas, pues siempre existe un factor que hace que se active la llama de la pasión.




No obstante, Naruto nunca se le pasó por las cabeza que Sasuke fuera una de esas personas, hasta que una noche:




—Teme, si tuvieras un fetiche, ¿Cuál sería, dattebayo?—indagó el Uzumaki de manera imprevista mientras estaba en compañía de su novio, Sasuke Uchiha.




Ambos jóvenes estaban sentados en el sofá, solo que el portador del Sharingan estaba leyendo un libro mientras el Jinchuriki del Kyubi veía un programa de televisión.




—Usuratonkachi, ya vas a empezar con tus preguntas.—contestó en automático, sin despegar la vista del libro que sostenía en ese momento en sus manos, no le molestaba tocar esos temas, pero cuando esto ocurría era por que Naruto tenía dobles intensiones.—Para tu información, no tendría ningún fetiche.




—Vamos, le quitas la diversión a la conversación, piensa en algo, debes tener algún gustillo raro.—insistió con una mirada jocosa, hacer esto le provocaba cierta diversión.—Por ejemplo yo si tendría uno.




—¿Así? No me digas, no me sorprende, con lo pervertido que eres—señaló sin despegar la vista de la lectura, no iba caer tan fácilmente en sus jueguitos líbidinosos.




—Pervertido pero sincero.—comentó sin vergüenza alguna y hasta con un tono de orgullo—Además tú eres igual que yo, solo que te gusta aparentar rectitud.




Ese último comentario activo el instinto de rivalidad en Sasuke, pues automáticamente cerró el libro y centro su vista en el rostro del rubio.




Complacido con el resultado, su pareja había mordido el cebo, Naruto siguió hablando:




—Los tipos como tú, fríos y serios, son los que tienen las fantasías y fetiches más eroticos'tteba, pero los reprimen por mantener apariencias.




El Uchiha cambio drásticamente su expresión facial, una sonrisa prepotente se dibujo en los labios, Naruto quería jugar con él, pues jugarían rudo.




—Hmp, si yo tuviera algún fetiche, tú no serias capaz de cumplirlo.—declaró viendo al Uzumaki con condescendencia.




—¡¿Qué? Por supuesto que sí lo haría, donde quieras y cuando quieras'ttebayo!—clamó eufórico—Tú eres el que no aceptaría realizar mi fetiche, con lo orgulloso que eres—apuntó, señalando con su dedo al Uchiha.




Naruto podría ser despistado y denso en ocasiones, sin embargo convivir por tanto tiempo como enamorado de Sasuke, le dio la habilidad de descubrir cuando intentaba tenderle una trampa. Estaba al tanto de que "el amor de su vida" usaría sus propias palabras en su contra.




Al mismo tiempo el Uchiha gustaba de retar a "su cielo", en un principio no le interesaba en lo más mínimo seguirle el juego, pero cambió de opinión debido que al final ambos ganarían, ¡Al diablo el orgullo, una buena dosis de sexo desenfrenado valía más!.




—Estaría dispuesto a ejecutar ese dichoso fetiche tuyo, del que tanto te jactas, dobe, pues indudablemente serán las típicas perversiones.—manifestó aceptando el reto.




—¡Pues bien, hagamoslo, Sasuke dattebayo!—asumiendo su participación.




Los dos escribieron en un pedazo de papel aquel fetiche que el otro debía ejecutar.




"Quiero verte en lencería femenina, específicamente vistiendo un babydoll naranja"




"Usa un babydoll azul, teme"




Al leer el pedido escrito del Uchiha, Naruto se quedó con la boca abierta, quien hubiera creído que el correcto y frío Sasuke Uchiha deseara verlo vistiendo semejante ropa interior sensual. Sumado a que irónicamente el Uzumaki mismo le pidió lo mismo.




La noche de los fetiches llegó unas horas después, se estableció que el reto se cumpliría en el departamento del Uzumaki, por ende ahí llegaría Sasuke.




Naruto se observaba así mismo en el espejo, ese babydoll, no le quedaba muy bien, se veía raro y ridículo, más que despertar pasión despertaría risas.




En cambio pensaba que Sasuke se vería más genial, pues los rasgos de su novio eran más finos, por así decirlo.




—Por lo menos me deleitaré con la vista que me regalará el muy bastardo, valdrá la pena aguantar las burlas—meditó, todavía inspeccionando cada parte de la prenda íntima y como se veía en su cuerpo.




El diseño del babydoll que Naruto compró era bueno, en el área del busto tenía encaje negro y el resto de la tela era traslúcida con detalles de encaje en tono naranja.




Solo que como no era una chica, la zona del busto no lucia, los brazos y pectorales se veían toscos, y los abdominales masculinos opacaban todo rastro de buen estilo del encaje naranja, puesto al no tener Naruto una cintura fina, el babydoll no tenía curvas de donde sostenerse.




—¡Espera, eso es, dattebayo!—gritó triunfal, repentinamentea tuvo una idea brillante que mejorarían su imagen estrafalaria.




Sasuke arribó al departamento de Naruto, como tenía llave de la estancia, fue fácil ingresar. Traía puesto una capa con capucha que le cubría el cuerpo completo, la verdad cuando se trataba de ir con su novio prefería pasar desapercibido.




En cuanto entró al cuarto de su novio, lo que encontró ahí, lo dejó estupefacto.




Ahí frente a él estaba: Naruto, transformado en chica, pero no tenía medidas exageradas como usualmente lo hacía en su jutsu sexy, a primera vista su cuerpo se mostraba proporcionado: pecho mediano, cintura fina y caderas prominentes, daba la impresión de que así hubiera sido su complexión si hubiese nacido como mujer. Sumado a un precioso cabello rubio dorado le caía por los hombros, contrastando con el tono trigueño de su piel, y por último ese babydoll naranja, junto a esos ligueros negros, enmarcaba el cuadro a la perfección.




¡Joder, el color naranja de la lencería hacía lucir su figura femenina de tal forma que lo excitaba demasiado!




Pasaron por su cabeza varios escenarios donde Naruto chica era presa de los labios y manos de Sasuke, le importaba un comino que estuviera con una apariencia falsa, eso le daba un plus.




—¿Sasuke? ¿Por qué estas vestido así, teme?—interrogó Naruto desconcertado, ajeno a las emociones que despertó en su compañero, elevando una de las cejas rubias, no era común que el Uchiha vistiera así tan de incógnito.




Entretanto, para el portador del Sharingan la voz de su amado sonaba jovial, pero nada melosa como comúnmente lo hacía una fémina, de hecho no le incomodaba en lo absoluto lo cual le resultaba extraño, ya que nunca le gustó esa técnica que Naruto empleaba para transformarse.




—Eso mismo debería decirte yo, dobe.—contestó el Uchiha, quitándose la capa y revelando su apariencia.




Sasuke había tenido exactamente la misma idea. Traía puesto ropa normal, pantalón negro y camisa blanca con la insignia Uchiha en la espalda, solo que debido a que su cabello cambió debido al jutsu, era bastante largo, lo tapaba parcialmente.




—¡Teme!




—Si, si, no seas ruidoso, continuemos con esto—ordenó Sasuke bastante tranquilo, quitándose la ropa rápido y revelando que debajo traía un babydoll negro con detalles como holanes y pequeños moños de color azul oscuro.—Tú dijiste azul, aquí esta.




Con esa fisonomía femenina Sasuke era letal para el Uzumaki. Su cara fina parecía tallada por los mismos ángeles, de hecho daba la impresión de ser una princesa de cuentos de hadas. Tenía unas curvas un poco menos pronunciadas que una mujer promedio, sin embargo mantenía un atractivo que especial. Sus pechos menudos se asomaban apenas en el encaje, mientras que la cintura y caderas hacían juego a una figura de reloj de arena. De por sí la piel de Sasuke siempre lo invitó a la tentación a Naruto, ahora era irresistible no querer tocarlo.




—¡Eh! ¡Pero que diablos!—chilló Naruto, completamente sonrojado, ¡maldita sea, Sasuke chica lo calentaba más que mil soles juntos!, se dio una cachetada mental, pues si no se controlaba, perdería el control del jutsu y quedaría expuesto como un perdedor que se deslumbró por la belleza Uchiha y eso no lo iba a permitir, elevaría el ego de cierto bastardo.




—Usuratonkachi, te doy méritos por haber tenido la misma idea que yo—felicitó Sasuke con aquella aterciopelada voz femenina, orgulloso de que su amante había quedado embobado por unos segundos.




—No te iba a dar la oportunidad de hacer el ridículo ante ti, idiota—anunció Naruto, con la compostura recuperada, inflando pecho y vaya que tenía bastante esta vez.—¿Qué te parece, bastardo? Bastante bien'tteba ¿no crees?—incitó delineando la forma del busto. Iba a despertar si o si los instintos del Uchiha.




—Me parece más natural esa pinta que traes.—evaluó acercándose a la cama donde sensualmente, acomodándose encima de Naruto, como si fuera a sentarse.




—Eso quiere decir que te gusta.—advirtió, permitiendo que su amante se acomodara sobre él, quedando completamente sentada.




—Algo así, se notó que a ti también.—admitió el Uchiha, abrazando al rubio, no se iba a hacer el loco, no valía la pena, además disfrutaba jugar con los tirantes del babydoll.




—Para que negarlo.—expresó acariciado la piel de los hombros desnudos de Sasuke. ¡Joder esa piel blanca lo estaba volviendo loco!




—Esto un empate ¿Qué harás?—preguntó susurrandole al oído con cierto tono insinuante, bajando por completo los tirantes de la lencería con las manos, ahora ya se podían ver el nacimiento de aquellos pechos bronceados, sin perder tiempo beso esa área.




—El primero que pierda la transformación tendrá que hacer lo que el otro deseé por una semana.—desafió Naruto, posando la mano por encima del encaje, masajeando.




—Me parece perfecto.—aprobó Sasuke, robándole un corto beso al rubio, deslizando aún más el babydoll.




Sin duda sería una noche interesante y este reto de fetiches los haría salir de la rutina. Chi cheñol.


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